Pérez del Castillo: candidatura uruguaya a la OMC es regional
Con el apoyo de más de 50 países, el embajador Carlos Pérez del Castillo posiblemente se convierta en el director de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El principal escollo parece la postulación presentada por Brasil. El candidato uruguayo afirmó que "si América Latina quiere llegar a la OMC, Brasil debería confiar su voto a la candidatura uruguaya (que es) la que podría concitar el consenso".
(Emitido a las 9.10)
EMILIANO COTELO:
En estos días nuestro país está jugando una carrera singular. Un uruguayo tiene buenas chances de ser designado nada más y nada menos que director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Se trata del embajador Carlos Pérez del Castillo, él es el hombre patrocinado para ese puesto por el gobierno saliente y respaldado también por el gobierno electo.
Paralelamente ya anunciaron que también buscarán ocupar ese sillón el brasileño Luiz Felipe Seixas Correa, embajador ante la OMC, y el canciller de Islas Mauricio. Las candidaturas pueden presentarse hasta el 31 de diciembre. Después los postulantes ingresarán en un período de selección del que se irán retirando quienes cuenten con menos apoyo. Finalmente entre los dos candidatos con mayor aprobación se dirimirá quién será el nuevo titular de la OMC que asumirá en setiembre de 2005.
En los próximos minutos vamos a indagar qué propone el candidato uruguayo, qué posibilidades tiene y en definitiva qué es lo que está en juego en esa competencia tan particular.
El diálogo será con el embajador Carlos Pérez del Castillo.
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Embajador Pérez del Castillo, algunos datos para ubicarlo ante nuestros oyentes. Usted tiene 60 años, es economista e ingeniero agrónomo, actualmente se desempeña como asesor especial del presidente Jorge Batlle, pero tiene una larga trayectoria vinculada a la diplomacia en general y al comercio internacional en particular.
Recuerdo que las primeras veces que lo entrevisté usted era secretario permanente del SELA, el Sistema Económico Latinoamericano, cargo que ocupó entre 1987 y 1991. Antes había sido director para Asuntos Económicos Internacionales de la cancillería, en los primeros años del primer gobierno posterior a la dictadura. Fue vicecanciller entre 1995 y 1998; fue representante de Uruguay ante Naciones Unidas en Ginebra y la OMC entre marzo de 1998 y febrero de 2004; y en 2003 ejerció la función de presidente del Consejo General de la OMC, puesto para el que fue elegido por consenso de los países miembros.
Éste es un pantallazo nada más, no sé si falta algún dato importante que valga la pena agregar.
CARLOS PÉREZ DEL CASTILLO:
No, está todo cubierto. Con anterioridad a eso me desempeñé en organismos internacionales, trabajé en la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) y en la UNCTAD (sigla inglesa para la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) durante muchos años de mi vida.
EC - Bien. La semana pasada en Ginebra Uruguay presentó su candidatura a la dirección general de la OMC el mismo día en que se abrió el período de inscripciones. Resultó muy clara la intención de que usted fuera el primer postulante registrado. ¿Por qué es importante que nuestro país ocupe este lugar clave en la OMC?
CP del C - En primer lugar la OMC es el organismo que rige todas las condiciones del comercio mundial, ahí se negocian las normas, las disciplinas, las obligaciones, los requisitos técnicos, los requisitos sanitarios que van a conducir el comercio en los próximos años. Para Uruguay el comercio es el motor del desarrollo, es la herramienta que puede aportar mayores inversiones, mayores tecnologías, en otras palabras que va a ayudarnos a crecer y desarrollarnos, a combatir la pobreza, a dar empleo. Por ese motivo es importante para nosotros tener la dirección de la OMC.
EC - ¿Cómo se da la circunstancia de que es viable una candidatura uruguaya para ese cargo?
CP del C - Creo que es viable en parte por lo que ha sido siempre Uruguay, un país que ha defendido la creación del GATT en sus orígenes y luego el multilateralismo en la OMC. Somos un país pequeño que nos sentimos protegidos por reglas internacionales que eviten la discriminación de los países más pobres o menos favorecidos. Uruguay ha tenido una trayectoria, ha puesto a disposición de la OMC sus mejores personas durante el curso de muchos años, hemos tenido la Ronda Uruguay en Uruguay, la primera ronda que se hace en un país en desarrollo, y hay una gran tradición de Uruguay de apego al multilateralismo y a las reglas.
En cierta manera también es un reconocimiento a una labor que ejercí durante seis años en el marco de la OMC, donde no solamente fui presidente del Consejo General, sino presidente de varios otros órganos, el órgano de solución de diferencias, el órgano de propiedad intelectual, el de mercancías, y creo que lo hicimos con neutralidad, con objetividad, tratando de buscar entendimientos. Uruguay siempre ha sido un constructor de puentes y de consensos, y eso es lo que en este momento requiere la OMC.
EC - ¿Cuál es su propuesta? Si resulta electo, ¿cuáles serán sus prioridades como director general?
CP del C - La primera prioridad es terminar esta ronda de negociaciones que se inició en el año 2001. El mandato de esta ronda es un buen mandato para los intereses de los países en desarrollo, sobre todo en materia agrícola, hay mucho en juego en materia agrícola. Pensamos que en esta ronda podemos eliminar finalmente los subsidios a las exportaciones agrícolas, reducir drásticamente los apoyos internos. Por lo tanto mi prioridad número uno va a ser terminar esta ronda, asegurarnos de que en la misma se contemple la dimensión del desarrollo, puesto que se ha llamado "la Ronda de Doha para el Desarrollo" tenemos que asegurarnos de que en cada acuerdo, en cada disposición, en cada obligación que acordemos esta dimensión del desarrollo esté presente y corrijamos asimetrías y distorsiones que vienen de muy lejos, como en el caso de la agricultura que fue prácticamente marginada de conversaciones anteriores para ponerla en pie de igualdad con países industriales. Eso sería una prioridad: terminar la ronda en términos realistas en el año 2006, que sea una ronda del desarrollo, que los intereses de los países en desarrollo estén totalmente involucrados.
Sin duda otro desafío es volver a darle al multilateralismo el papel central que le corresponde en las relaciones económicas internacionales.
EC - ¿Qué significa esto?
CP del C - En los últimos diez años hemos visto una proliferación de acuerdos bilaterales, preferenciales, regionales, zonas de libre comercio, no necesariamente todos incompatibles con la OMC, pero muchos de ellos excluyen por ejemplo la agricultura, la dejan totalmente de lado porque son sectores mucho más sensibles de negociar. Otros incorporan nuevas reglas de origen que hacen más costoso el comercio, otros introducen otro tipo de disposiciones.
EC - Nosotros mismos hemos sido protagonistas de algunos de esos acuerdos.
CP del C - Hemos sido protagonistas. Yo diría que los acuerdos en los que estamos involucrados son en general compatibles con la OMC, hemos seguido los lineamientos de la OMC.
Me parece que ha llegado el momento de poner un poco de orden porque toda esa proliferación de acuerdos está llevando a una desarticulación y a una compartimentación del comercio y a los empresarios finalmente les está siendo mucho más costoso muchas veces tomar decisiones puesto que hay diferentes requisitos en un mercado y otro.
Por lo tanto creo que es hora de recomponer esto, de devolverle al multilateralismo un papel central y dar seguridades de que las normas, las disposiciones van a ser las mismas para todos y en todos los mercados.
EC - Otro de los temas clave para la OMC, según usted mismo ha dicho, es lograr mayor coherencia entre las acciones de la OMC, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). ¿Por qué es imprescindible esto?
CP del C - Eso es también una prioridad. En este momento la OMC puede resolver algún tipo de problemas pero no necesariamente todos. Para dar un ejemplo, en este momento hay muchos países que tienen preferencias en mercados, en la Unión Europea, en Estados Unidos, y sus exportaciones están entrando a través de preferencias. Una liberalización del comercio lleva a una erosión de estas preferencias, por lo tanto esos países se encuentran en dificultades para colocar su azúcar, sus bananos, lo que sea. La solución a este problema no está en manos de OMC, sino que es una solución que pueden aportar el FMI o en particular el BM dando apoyos que permitan que el ajuste se haga de una manera ordenada, con fondos que ayuden a esos países a poder diversificar o aumentar la competitividad.
Por otro lado en lo que tiene que ver con políticas más macroeconómicas sería útil y fundamental que el FMI, el BM y la OMC se alineen exactamente en la misma dirección y no, como en algunos casos, en direcciones opuestas.
EC - ¿Ejemplo?
CP del C - Por ejemplo la liberalización de flujos financieros en países en desarrollo como un prerrequisito para recibir financiamiento cuando sabemos muy bien que eso puede tener algunos aspectos nocivos. No es algo novedoso, es algo que se ha iniciado pero que hay que profundizar y llevar a...
EC - ¿Qué puede impulsar usted desde la dirección general?
CP del C - Justamente estimular el diálogo con el presidente del Fondo y el director general del Banco para tratar de llevar a un nivel operativo toda esta coherencia que existe a nivel de los jerarcas. Hay que ver los programas y ver dónde la vamos a aplicar en particular.
EC - Algo de esto ya dijo en algunas de sus respuestas anteriores, pero en el acto de presentación de su candidatura aquí en Montevideo la semana pasada usted señaló: "Hay que volver a demostrar que el comercio puede ser un motor de desarrollo, un instrumento eficaz para crear empleos y combatir la pobreza". Hay mucha gente escéptica en este sentido, sobre todo a partir de la realidad de los últimos años y cómo los procesos de apertura han afectado a algunos países o a algunos sectores de la actividad en países como el nuestro. ¿Qué puede adelantar en cuanto a lo que se puede hacer en esta materia desde el cargo si usted accede a él?
CP del C - Estoy totalmente de acuerdo creo que lo manifesté el otro día en la conferencia de prensa en que la OMC en estos momentos tiene un problema de imagen, tiene un problema serio de imagen porque muchos organismos no gubernamentales, grupos religiosos y otros han vendido y puesto sobre la mesa el hecho de que la liberalización del comercio es equivalente a pobreza, que mata a campesinos. Lo han hecho con movimientos antiglobalización y han tenido sus éxitos.
Yo creo que si bien la liberalización del comercio no es la panacea ni la solución óptima para conseguir el desarrollo, las experiencias que tenemos alrededor del mundo nos han demostrado que los países que se abren y utilizan el comercio pueden generar crecimiento, pueden desarrollarse mejor que los que se cierran. Lo que tenemos que empezar a hacer es vender esa imagen nuevamente, me parece que también les cabe un papel importante a los medios de comunicación social que quizás no han estado involucrados en esa venta de imagen de la OMC.
EC - ¿Es sólo un tema de imagen?
CP del C - Yo creo que hay un gran tema de imagen. Es cierto que la liberalización del comercio no en todos los casos ha traído desarrollo o ha puesto a los pobres en pie de igualdad con los ricos, pero la experiencia empírica que tenemos a nivel de la mayoría de los países del mundo es que a aquellos que han decidido basar su desarrollo en una apertura comercial, abriéndose a la competitividad, recibiendo inversiones, recibiendo tecnología, les ha ido mejor que a aquellos que han decidido cerrarse al mundo y buscar autosuficiencia. Ésa es una imagen que tenemos que volver a vender, es un gran desafío para la OMC que en este momento no tiene la popularidad a nivel mundial que debería tener. Éste podría ser un instrumento.
EC - ¿No tiene que cambiar la OMC para entrar en esa dirección con más firmeza?
CP del C - Pienso que sí. En esto necesitamos establecer nuevos diálogos con esos grupos, con la sociedad civil, con los parlamentarios, con los partidos políticos. Quizás sea una materia pendiente de la OMC que habrá que atender sin lugar a dudas.
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EC - Vayamos ahora a sus chances, sus posibilidades en esta carrera para la designación como director general de la OMC. Yo decía en la introducción que en este momento tenemos tres nombres en danza, además del suyo está el del brasileño Luiz Felipe Seixas Correa y el del canciller de Islas Mauricio, Jaya Krishna Cuttaree. ¿Con qué respaldo cuenta usted concretamente?
CP del C - Yo me siento muy estimulado por el apoyo que he recibido no solamente en mi país y en la región, puesto que cuento con el apoyo de la casi totalidad de países de América Latina, sino al mismo tiempo por los apoyos que he recibido de otras regiones del mundo. En este momento tengo apoyo de Asia, de África, tengo apoyos en Oceanía y en países industrializados. Muchos de ellos no se van a pronunciar formalmente antes de que cierre el período de inscripción, pero le podría decir para resumir que en este momento nos sentimos apoyados por más de 50 países. Eso es una tercera parte de la membresía de la OMC y es un buen inicio de esta carrera hacia la Dirección General.
EC - Por lo que usted decía recién esos apoyos vienen de distintas regiones del mundo, no sólo de los países en desarrollo, emergentes o subdesarrollados. Más precisamente, ¿de dónde vienen esos respaldos?
CP del C - En América Latina cuento con el apoyo de la casi totalidad de los países de América del Sur, salvo dos uno de los cuales obviamente es Brasil y al otro no lo quiero mencionar porque todavía no sé si ha dado su respaldo ni en qué dirección, y la totalidad de los países de América Central. México aún no se ha pronunciado, aunque ha manifestado simpatía por la candidatura uruguaya.
Por lo tanto si lo que pretendemos es tener por primera vez desde 1948 un latinoamericano en la OMC la candidatura uruguaya hoy ha dejado de ser uruguaya para ser latinoamericana. Esto es un factor muy importante para al final de esta contienda decidir de qué región vendrá el nuevo director general.
EC - Enseguida vamos a hablar de eso cuando hablemos de la candidatura brasileña. ¿En qué otras regiones decía usted que tiene apoyos?
CP del C - Tenemos apoyos en Asia, por escrito ya han confirmado países como Indonesia, Singapur, Nueva Zelanda por escrito, aparte de muchos que lo han manifestado verbalmente, tenemos apoyos en Namibia, República Democrática del Congo, Senegal, Marruecos. En todas las regiones se han sumado apoyos.
EC - ¿Cómo incide el hecho de que en definitiva termine habiendo dos candidaturas latinoamericanas? ¿Es una mala imagen para la región esta apariencia de división?
CP del C - Acá tenemos un problema de percepciones y un problema de realidades. La percepción es, como usted dice, que América Latina está dividida; la realidad es que en los votos no es así puesto que América Latina está sólidamente detrás del candidato uruguayo. Es un problema de percepción que sería bueno poder corregir para demostrar que verdaderamente América Latina en esto tiene una aspiración firme para llegar a la Dirección General y no dar una impresión de división que no existe.
EC - Brasil argumentó que no apoyaba su candidatura porque en la conferencia ministerial de Cancún usted priorizó los intereses de Europa y Estados Unidos en perjuicio de los intereses de los países en desarrollo. Usted ha dicho a su vez que esas acusaciones son infundadas e injustas. ¿Podemos meternos en este tema?
CP del C - Sin duda. El papel del presidente del Consejo General era presentar a Cancún, ya que los gobiernos no se habían puesto de acuerdo, un documento que fuera equilibrado, que recogiera ciertas bases que les permitieran a los ministros seguir negociando y llegar a una conclusión final. Por lo tanto el documento que yo presenté a la conferencia de Cancún no reflejaba el 100 por ciento de lo que opinaba el G-20, el Grupo Cairns, el Grupo de los 10, Estados Unidos ni la Unión Europea, sino que recogía ciertas bases que me parecía podían ser luego utilizadas por los ministros para llegar a un acuerdo final, que finalmente no se dio.
Ese disgusto que según Brasil habría causado mi documento en la práctica no es tal puesto que la gran mayoría de los países que me apoyan hoy en día son justamente países en desarrollo que vieron en ese documento una herramienta útil para tratar de hacer avanzar el proceso. Sigo considerando que si uno mira el documento se da cuenta de que hay elementos que van en la dirección de todas las partes.
EC - De todos modos hay otra lectura de la actitud brasileña, algunos diplomáticos interpretan que Brasil decide salir con su propia candidatura a la Dirección General de la OMC en un cobro de cuentas a Uruguay por la decisión de nuestro país de no integrar el Grupo de los 20, el G-20, que fue una apuesta fuerte de Brasil casualmente en ocasión de la cumbre de Cancún. ¿Usted tiene la impresión de que eso efectivamente puede estar de por medio?
CP del C - No voy a opinar al respecto, no sé cuáles son las razones que tiene Brasil para presentar su propio candidato; supongo que serán que América Latina llegue a la OMC. Pero si América Latina quiere llegar a la OMC, Brasil debería confiar su voto al candidato latinoamericano que tiene mejores perspectivas de llegar y, por lo que hemos hablado anteriormente, modestamente, de lejos, me parece que es la candidatura uruguaya la que podría concitar el consenso en la región.
EC - Pero hubo un roce importante entre Uruguay y Brasil a raíz de la decisión de no integrar el G-20, ¿no?
CP del C - Sí, aunque se ha exagerado, en la práctica ese problema ya no existe. La diferencia en realidad fue que el G-20 se crea sobre la base del tema agrícola, y Uruguay fue fundador del Grupo Cairns, nos sentíamos cómodos dentro de la posición que estaba esgrimiendo el Grupo Cairns que, de hecho, es la misma que la del G-20, estamos a favor de la eliminación de los subsidios a las exportaciones, estamos a favor de las reducciones de los apoyos internos.
La diferencia que existía entre la propuesta inicial del G-20 y la del Grupo Cairns tenía que ver con el pilar acceso a los mercados con respecto al cual el Grupo Cairns tenía una posición más ambiciosa, que no solamente los países desarrollados tuvieran que hacer un esfuerzo de liberalización, sino que los países en desarrollo, si bien no iban a hacer el mismo esfuerzo, también tendrían que abrir sus mercados. De alguna manera nos interesaban el mercado chino, el egipcio, el de Sudáfrica. La posición original del G-20, que ha evolucionado y por eso digo que el problema está prácticamente resuelto, era que en materia de acceso a los mercados esos países no deberían hacer gran cosa. Ésa fue la división, pero en realidad cuando el G-20 presentó su documento Uruguay lo apoyó, sin ser parte del grupo apoyó el contenido porque en esencia el documento iba hacia una reforma fundamental de la agricultura, que es lo mismo que quiere el Grupo Cairns.
EC - Usted ha llegado a sostener que la suya es "la mejor candidatura".
CP del C - Creo que está tomado un poco fuera de contexto.
EC - Llama la atención que usted hable de sí mismo de una manera tan directa, no parece algo habitual en el mundo diplomático.
CP del C - Sin duda, y no lo dije así. Dije que si verdaderamente la OMC quiere tener en estos momentos un candidato latinoamericano, y me parece que ése debe ser el objetivo puesto que América Latina nunca lo ha tenido, por lo tanto lo que deberíamos hacer, como se hace en una interna política, es tratar de buscar el candidato que tiene las mayores chances de concitar los consensos de la región. En ese sentido pienso que tengo mayores posibilidades hoy por hoy que el brasileño de llegar a ese consenso, puesto que con la excepción de algunos votos ya tengo el respaldo de todos los demás.
EC - ¿Puede haber nuevos postulantes en esta carrera?
CP del C - Puede haberlos, hasta el 31 de diciembre está abierta la posibilidad de que cualquier país presente un candidato.
EC - Está sobre la mesa la chance de que el comisario europeo Pascal Lamy se candidatee. ¿En qué medida esa competencia podría debilitar su posición?
CP del C - No me gusta especular sobre posibles candidaturas. Hemos escuchado el rumor en la prensa, vamos a esperar a ver si se presenta efectivamente para contestar su pregunta. Habría que ver si esa candidatura gozaría del respaldo de todos los países europeos o simplemente de la de algunos de ellos. En ese sentido podría haber alguna diferencia.
EC - Para terminar, su candidatura fue respaldada por el presidente electo, Tabaré Vázquez, que incluso la calificó como "excelente"; por otra parte usted dijo que hay una intención del gobierno electo de lograr una "flexibilización" en la postura de Brasil. Concretamente, ¿qué gestiones podrían realizarse?
CP del C - No puedo hablar en particular de esas gestiones, tendrían que ser el presidente electo y su equipo quienes las mencionaran, pero tengo entendido que en estos momentos hay un diálogo con Brasil.
EC - Hay una buena relación ya conocida entre Tabaré Vázquez y Lula. ¿Es a partir de ese vínculo que ya se está conversando de ese tema, dice usted?
CP del C - No sé a qué nivel se está conversando en estos momentos, no se lo podría decir, pero me consta que hay un diálogo entre el presidente electo o las autoridades electas y el gobierno brasileño para tratar de llegar a algún tipo de entendimiento. Pero no he tenido ninguna noticia directa sobre el particular.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Caterina Notargiovanni