OCDE: la recesión de Brasil en 2015 seguirá en 2016
La OCDE considera que la recesión que sufre Brasil este año no sólo será más fuerte de lo que había previsto hace seis meses, con una caída de la producción del 3,1%, sino que además se prolongará en 2016, con un nuevo descenso del 1,2 %.
La recuperación tendrá que esperar a 2017, cuando se espera un incremento del producto interior bruto (PIB) de Brasil del 1,8 %, una vez que mejoren los resultados fiscales, que se consiga controlar la inflación y que el restablecimiento de la confianza permita una mayor inversión, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En su informe semestral de Perspectivas, la OCDE indica que la caída del gigante latinoamericano en la recesión tiene que ver con los bajos niveles de confianza, la incertidumbre política y el hundimiento de los precios de las materias primas.
El reflejo de todo eso es una contracción del consumo privado del 3,7 % este ejercicio, al que seguirá otra del 2,3 % en 2016, antes de un ascenso del 1,8 % en 2016.
El hundimiento es todavía mucho más pronunciado en la inversión (que ya había se había recortado un 4,4 % en 2014): un 12,6 % en 2015 y un 5,9 % en 2016, antes de un primer avance del 3,6 % en 2016.
Los autores del estudio hacen notar que el deterioro de las expectativas de mejora de las cuentas públicas han hecho caer la nota soberana de Brasil, y por eso restablecer la confianza en sus políticas macroeconómicas debe ser la prioridad, y eso pese a que la recesión hace muy difícil un ajuste fiscal.
Entre las pistas de reforma, señalan que incrementar los impuestos del carburante ayudaría a aunar objetivos medioambientales y fiscales.
A más largo plazo, indican que el envejecimiento de la población necesitará contener el gasto social, y eso pasa entre otras cosas por una reforma del sistema de pensiones y de asistencia social, cosas que se pueden hacer sin comprometer el objetivo de reducir las desigualdades.
La OCDE estima que si se aplica efectivamente el ajuste fiscal tal y como se ha anunciado y eso se hace con progresos en el programa de reformas, eso redundará en una mayor confianza que contribuya a una más pronta recuperación y más sólida.
Por el contrario, avisa de los riesgos de un freno en las reformas o si las divisiones políticas generan dudas sobre el ajuste fiscal.
También constituyen amenazas a la baja los posibles efectos de los presuntos casos de corrupción -como el de Petrobras- en términos de cancelaciones de proyectos de inversión, así como la volatilidad del mercado internacional de capitales o una mayor ralentización de la economía china, que es la principal fuente de demanda para las materias primas brasileñas. EFE