OCDE, CEPAL y CAF recomiendan a Uruguay otra estrategia con China
Los países latinoamericanos deben "mejorar y profundizar" su relación con China para enfrentar los desafíos que supone el desplazamiento del "centro de gravedad" mundial desde las economías desarrolladas a las emergentes, según un estudio presentado esta semana en Colombia.
La recomendación hace parte del informe "Perspectivas económicas de América Latina 2016. Hacia una nueva asociación con China", trabajo conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el banco de desarrollo de América Latina (CAF).
"El desempeño de China es un factor novedoso y al mismo tiempo central para el desarrollo de América Latina, que genera tanto retos como oportunidades", señala el estudio, según el cual el comercio entre el gigante asiático y Latinoamérica "ha experimentado una expansión sin precedentes durante los últimos 15 años, multiplicándose 22 veces en este período".
Sin embargo, esa relación pasa por una transición ante los cambios en el modelo chino, más enfocado en el mercado interno, con menor demanda de materias primas del exterior, lo que junto con la caída de los precios afecta las exportaciones de los países latinoamericanos, situación que los obliga a implementar reformas para estimular el crecimiento inclusivo, mejorar la productividad y la innovación con el fin de mantener la competitividad.
Según el estudio, las exportaciones de América Latina a China "sufrirán una desaceleración significativa de intensidades diferentes" en los próximos años.
De esta forma, los países exportadores de productos mineros, como Chile y Perú, serán los más afectados, ya que sus ventas al gigante asiático se reducirán desde el 16 % de crecimiento anual promedio entre 2001 y 2010 a un 4 % entre 2012 y 2030.
Una desaceleración igual pueden sufrir los exportadores de combustibles fósiles, como Venezuela, Ecuador, Colombia y Bolivia.
Problemas para Uruguay
Para las economías con sectores agrícolas fuertes, como Nicaragua, Guatemala, Uruguay, Brasil, Honduras, Paraguay y Argentina, el crecimiento anual de las exportaciones caerá del 12 al 3 % en el periodo comparado.
Menos fuerte será el impacto en países con economías basadas en las manufacturas y los servicios, como México, República Dominicana, El Salvador y Costa Rica, en las que la tasa de crecimiento de las exportaciones a China bajará del 5 % que tenían antes de 2010 a un 3 % en los próximos años.
Por ello, consideran "urgente" emprender acciones políticas para contrarrestar esta desaceleración que incluyan cuestiones como más productividad, diversificación económica, competencias más efectivas, innovación y políticas sociales.
Este documento, que analiza temas relevantes para el desarrollo económico y social de América Latina, se presenta en las cumbres iberoamericanas desde 2007, pero en vista de que estas pasaron a ser bienales, el de este año se divulgó esta semana en Cartagena con ocasión de la reunión de cancilleres de mañana, que será antesala de la cumbre de 2016, que se celebrará en Colombia.
"El déficit en competencias y en innovación sigue estando a la cabeza de los retos de la región", agrega el estudio, que recomienda fijarse en "las impresionantes trayectorias de China y otras regiones emergentes respecto a la mejora en términos de cantidad, calidad y relevancia de las competencias para sus economías".
"Estos retos guardan relación con las ventajas derivadas de la transición de China hacia un nuevo modelo socioeconómico basado en el consumo, con una creciente clase media urbana y una mayor apertura financiera", añade.
Innovaciones
Por esas razones, los autores del estudio consideran que los gobiernos de la región "deben invertir en políticas de desarrollo productivo innovador para seguir siendo competitivos a escala mundial y atractivos para China" y de esta forma insertarse en las cadenas globales de valor.
Estas políticas incluyen el aumento de la integración en las cadenas de suministro, el fortalecimiento del capital físico y humano, la mejora de la logística y la articulación de mejoras normativas en áreas como servicios, inversión, derechos de propiedad intelectual y política de competencia, según el estudio.
Todo ello con el fin de "propiciar la diversificación económica" y fortalecer las exportaciones de alimentos, servicios y turismo.
Este último sector tiene gran potencial puesto que, según datos de 2013, en ese año 334.000 turistas chinos visitaron América Latina, lo que representa menos del uno por ciento del total de viajeros de ese país.
Bajo esta perspectiva, el informe destaca que el éxito de la incorporación a las cadenas globales de valor requiere una agenda de integración regional, apoyada por unas mejores infraestructuras, dentro de la cual juegan un papel importante mecanismos como la Alianza del Pacífico, el Mercosur, el Caricom y el Mercado Común de Centroamérica.