Indicios positivos en economía pueden ser poco sostenibles
En los últimos meses se han venido observando ciertos indicios positivos en la economía del país: una inflación que se modera, un aumento en el índice de confianza del consumidor, un mayor optimismo por parte del sector empresarial, y una mejora en las perspectivas de los países vecinos. A pesar de esto, algunos de estos cambios parecen ser poco sostenibles.
Por la economista Carolina Balian
La inflación interanual alcanzó en octubre el 8,45 %, continuando con la desaceleración que venía registrando luego de que tocó un máximo de 11 % en mayo de este año. Además, el ministro de Economía, Danilo Astori, adelantó el pasado miércoles que en noviembre volverá a caer el índice de precios, lo cual implicaría la sexta baja consecutiva del mismo. No obstante, los valores actuales siguen estando por encima del rango meta fijado por el Banco Central (BCU) de 3 % a 7 %.
Sin embargo, esta tendencia a la baja de la inflación está sujeta a la trayectoria que tomará el dólar en los próximos meses. En este sentido, se espera una suba de tasas por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos en diciembre, lo cual llevará a una consolidación de la apreciación del tipo de cambio, que ya se venía dando desde que se conocieron los resultados de las elecciones presidenciales en el país norteamericano.
Por su parte, el Indice SURA de Confianza del Consumidor (ICC), que elabora la Universidad Católica y Equipos Consultores, registró una evolución positiva en los últimos dos meses. Para octubre presentó una leve recuperación de 2,5% respecto a setiembre, alcanzando un valor de 48,3, el más elevado en lo que va del año.
El informe en el que se presenta este Indice indica que la mejora fue impulsada principalmente por la predisposición a la compra de bienes durables -motivada por un dólar barato-, que recupera parcialmente la caída de los dos meses anteriores. Por este motivo, en la medida que se consolide el aumento en la moneda estadounidense que comentábamos, esta recuperación del ICC se volvería insostenible en los próximos meses.
La última edición de la Encuesta de Expectativas Empresariales realizada por la consultora Deloitte en base semestral, mostró un cambio favorable respecto a las respuestas obtenidas en los dos relevamientos anteriores. De acuerdo a la firma consultora, esto parece indicar que "lo peor ya pasó" en términos de la situación de desaceleración económica que se venía consolidando en el país.
Los resultados indican que los empresarios parecen tener una mejor evaluación de las perspectivas para la economía y el clima de negocios para el 2017. Además, se constata cierta reversión del deterioro que se había observado en las opiniones respecto a las perspectivas de rentabilidad y producción de las empresas. Estas mejoras, de acuerdo a Deloitte, se fundamentan en las señales positivas en materia de actividad económica local, pero también en las que se están gestando a nivel internacional y regional.
De acuerdo a los resultados de la Encuesta de Expectativas Económicas que publicó el Banco Central (BCU) para el mes de octubre, las instituciones y profesionales independientes encuestados estimaron en promedio un crecimiento del PIB de 0,35% para el 2016 y 0,86% para el cierre del 2017. Con respecto al resultado fiscal consolidado, el promedio de las estimaciones indica un déficit proyectado de 4,05% del PIB para el 2016 y de 3,63% para el cierre del 2017.
De acuerdo al Informe de Política Monetaria del BCU, el nivel de actividad de la economía mostró signos de mejoría en el tercer trimestre del año según revelan indicadores parciales. Si bien los datos del Producto Interno Bruto (PIB) de dicho trimestre se conocerán a mediados de diciembre, la autoridad monetaria espera que estos sean positivos. Por su parte, el crecimiento económico para el segundo trimestre del año fue de 1,4% en términos interanuales.
En particular, el nivel de actividad del corazón del sector manufacturero, que excluye a aquellas actividades radicadas en zona franca, creció un 2,1% en el trimestre de julio-setiembre, luego de la caída pronunciada que experimentó el sector desde comienzos del 2015. Este puede considerarse un sector representativo de la economía, ya que incluye diversas actividades: las exportadoras y las que venden al mercado interno, las que producen para el consumo final o intermedio, etc.
Sin embargo, esta evolución positiva no se debería considerar aún como un cambio en la tendencia en el sector, ya que los factores que explican la recesión que arrastra el mismo no se han disipado. Estas actividades se ven afectadas, en general, por el comportamiento del tipo de cambio, los costos de la energía, los impuestos, las regulaciones laborales y la coyuntura regional.