¿Qué evaluación hicieron de los datos? ¿Hay señales de mejora respecto al desempeño que tuvo la economía en la primera mitad del año?

Pongamos en contexto lo que venía ocurriendo con la actividad económica, para poder evaluar mejor estos últimos datos del tercer trimestre.

Durante la primera mitad del año, el PIB acumuló un crecimiento de 0,8% pero esto porque aumentó la inversión pública y cayeron las importaciones, en tanto se verificó una caída de la inversión privada y también de las exportaciones. En cuanto al consumo de las familias, que es el principal componente de la demanda, las cifras corregidas pasaron de mostrar una leve caída a tener un crecimiento marginal.

¿Y qué pasó en el tercer trimestre? ¿Cambió algo de esta dinámica?

Las cifras del tercer trimestre son bastante más positivas. El consumo volvió a crecer, aunque a tasas  que siguen siendo relativamente moderadas, y también crecieron las exportaciones y la inversión privada. Mientras tanto, las importaciones se mantuvieron relativamente estables.

La otra lectura que nos da esta información del Banco Central es el comportamiento por actividades productivas.

¿Y qué nos dicen estos datos? ¿Qué está pasando a nivel sectorial?

En la primera mitad del año, con excepción de la producción de energía con el gran impulso de los parques eólicos, las comunicaciones por internet, celulares, y algo de mayor actividad en el sistema financiero, el resto de las actividades cayeron.

Para el tercer trimestre los datos indican un panorama bastante distinto, con un crecimiento prácticamente generalizado a nivel de sectores; sólo la construcción mostró una caída en comparación con el tercer trimestre del año pasado.

En resumen, un mejor desempeño entonces en el tercer trimestre, respecto a lo que fue la primera mitad del año.

Estos datos confirman lo que veníamos comentando en los últimos meses. Desde mediados de año estamos asistiendo a una mejora de algunos indicadores.

Solo para repasar algunos, en los últimos cinco meses, entre junio y octubre, las exportaciones hacia Brasil crecieron 18% en valor, y aumentaron 26% hacia Argentina. De mantenerse esta tendencia, vamos a terminar el año con un aumento de ventas hacia ambos países.

Esto muestra que algunas actividades comienzan a moverse en estos países, y también se ha dado una mejora en los principales precios de exportación, como la soja, la carne y los lácteos.

Un mejor escenario entonces para las exportaciones.

Sí, que se refleja en otros indicadores. En el mercado de trabajo creció el empleo en setiembre y octubre, después de registrar bajas sistemáticas por más de un año y medio.

Por otro lado, las mediciones de la confianza de los consumidores también mejoran, y se han visto en los últimos meses un crecimiento de las importaciones de bienes duraderos como electrodomésticos y las ventas de 0 km en algunos meses.

Y a esto podemos agregar perspectivas favorables para la temporada turística.

Todo apunta entonces a un mejor cierre para el año.

No estamos hablando de un crecimiento importante, pero sí de un cambio en la tendencia de deterioro que veníamos viendo hasta mediados de año.

El panorama actual se presenta similar para el año que viene, de relativa estabilidad, moderado crecimiento, con persistencia de dificultades en algunos sectores pero con mejores perspectivas en otros.