Todo esto marca un escenario de crecimiento débil para el consumo. Pasemos a las cifras, ¿qué tenemos para comentar?

Por un lado, las cifras de mercado del mercado de trabajo, que es uno de los principales determinantes del consumo de los hogares, en particular el nivel de empleo.

Sobre fines de la semana pasada el INE publicó datos para febrero, donde volvimos a ver una caída de la tasa de empleo a nivel país, esta vez marginal, de 0,1 punto porcentual en comparación con febrero del año pasado.

Y con esto se mantiene la tendencia de caída que veníamos viendo en meses anteriores.

Haciendo un repaso de lo que venía pasando con el empleo, en setiembre y octubre del año pasado se registraron los primeros aumentos de la tasa de ocupación, luego de un año y medio de bajas ininterrumpidas. Sin embargo, en los meses siguientes, desde noviembre, la tasa de empleo volvió a bajar.

Por eso decimos que no logra afianzarse lo que en su momento parecía un repunte. De todas formas, como les decía, este mes la variación fue marginal, mucho menor a las caídas de alrededor de 1,5 punto porcentual que tuvimos en meses anteriores.

Decíamos al principio que también importa lo que pasa en materia de salarios.

Claro, los salarios son la principal fuente de ingresos de los hogares uruguayos, por eso son un fuerte determinante de la evolución del consumo.

Desde este ámbito los datos son más favorables, porque los salarios reales vienen creciendo a mayor ritmo favorecidos por la reducción de la inflación.

Entre julio y setiembre del año pasado, los salarios reales prácticamente se mantuvieron constantes, y en los últimos meses el aumento real ronda el 1,5%-2% anual.

Entonces, en este escenario de empleo y salarios, se espera un crecimiento moderado del consumo de los hogares.

No son los únicos factores que inciden en la evolución del consumo, pero son de los más importantes.
Otro indicador que nos da una pauta de lo que pueda pasar con el consumo de los hogares es el de Confianza del Consumidor, que lo hacen de forma conjunta la Universidad Católica, Equipos Consultores y Sura.

Y lo que vemos es que la mejora que había mostrado en el último trimestre del año pasado, se revirtió en los primeros tres meses de este año, manteniéndose en la zona que se denomina de "moderado pesimismo";.

En síntesis, ¿qué esperan que pueda pasar con el consumo privado este año?, factor clave para el desempeño de nuestra economía en general.

El año pasado el consumo de los hogares cerró con un aumento real de 0,7%, que valoramos de forma positiva porque veníamos de un 2015 donde el consumo se había estancado.

Las señales de mejora en los determinantes del consumo que vimos sobre fines del año pasado no se han consolidado; lo vemos principalmente en la tasa de empleo que está registrando bajas y en los indicadores de confianza de los consumidores.

Otro factor importante a tener en cuenta es el efecto que puedan tener los cambios impositivos vigentes desde comienzos de este año, en la medida que reducen el ingreso disponible. Habrá que evaluar la magnitud del impacto sobre el gasto y sobre el ahorro del segmento de población que más tributa impuesto a la renta, pero es un factor que se agrega de menor dinamismo del consumo para este año.