Entrevistas

Uruguay vuelve a importar energía desde Brasil vía Argentina

El ministro de Industria y Energía, José Villar, afirmó que con el contrato de compra de 70 megavatios desde Brasil por Rivera, la compra 350 megavatios también al país norteño pero a través de Argentina y si se pudiera usar alguna central ociosa de generación a gas en ese país, "en el mediano plazo está arreglado el problema eléctrico en Uruguay y a un costo razonable".

(Emitido a las 8.44)

ALFREDO DANTE:
Intensas gestiones realizadas ayer permitieron que a partir de las 0 horas de hoy finalmente comience a llegar a través de la República Argentina la electricidad que UTE compró a Brasil, aunque no serán los 500 megavatios originalmente previstos, sino solamente 350 por dificultades técnicas en la vecina orilla.

El cambio de autoridades producido el viernes en la agencia del gobierno brasileño que regula los servicios eléctricos demoró la concreción de la exportación porque su nuevo titular dio señales de querer estudiar el tema detenidamente y no darle la premura que UTE pretendía.

Tomando un costo promedio de unos 30 dólares por megavatio, UTE asume que las compras le demandarán hasta fines de febrero unos 25.000.000 de dólares.

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Ministro de Industria, Energía y Minería, José Villar, ¿efectivamente empezó a llegar la electricidad brasileña?

JOSÉ VILLAR:
Sí, la información es correcta, a medianoche exactamente a las 11.58 empezó a recibirse gradualmente, usted sabe que esto no es de golpe. A las 12 y poco de la noche estuve hablando, ya iban 200 megavatios ingresados y se comenzaba a dejar de operar en la represa del río Negro.

AD - Efectivamente no llegan los 500 megavatios, sino una capacidad más limitada.

JV - Yo creo que van a llegar. Ayer estuve en Buenos Aires con el secretario de Energía y el contador Pombo, el gerente de UTE. La idea inicial era traer lo que se llama en forma flan, plana, o sea permanente, los 500 megas, porque si partimos de la base de que la decisión de traerla... Es decir, a nosotros se nos ocurrió traerla para preservar el volumen de agua, cuanto más se trajera más se preservaba. Existe en los momentos de pico de consumo una limitación por la trasmisión de energía desde Yaciretá hacia el territorio argentino. Pero ayer estuvimos conversando con el secretario de Energía y le pedimos, si ya tiene la instrucción, el despacho de carga de Argentina, que en los momentos que no se sobrecargue al máximo la trasmisión desde Yaciretá habilite aumentar los 300 megavatios para Uruguay. Así que veremos con el correr de los días si se puede levantar un poco ese promedio de recibo de energía. Pensamos que sí, que se va a levantar.

AD - Entonces se reservan los lagos de las represas del río Negro y de Salto Grande. A propósito, ¿cómo están hoy por hoy?

JV - Están bajos. Salto Grande aumentó un poquito el aporte en los días anteriores, hemos hecho un manejo muy prudente. El Río Negro también está un poco más bajo de lo que debiera estar, pero le diría que no es caótico. En Salto Grande el invierno pasado llegamos a operar a 30 metros, y a algún centímetro menos también. Hoy está en 33 metros largos. Lo que sucede es que no tiene un gran embalse y en consecuencia la capacidad de reserva no es muy grande. Si usted agarra la represa a pleno, agarra un período seco de 15, 20 días y trabaja a pleno de generación, turbinando todo lo que puede, en 10 días le da una bajada importante. En consecuencia no es que esté mal-mal, en el peor de los momentos, pero hay que tener mucha prudencia de acuerdo a la etapa del año en que estamos.

AD - ¿Cuál es el costo total que tiene traer la energía brasileña?

JV - Yo le puedo decir cuál es el costo unitario al día de hoy. Voy a hacer una aclaración, la energía según el origen que tenga, sea hidráulica o térmica, y dentro de la térmica puede ser de carbón o a gas, tiene distinto valor. Hoy la oferta que tenemos del mercado brasileño es a gas y va a andar en el entorno de los 25 dólares el megavatio. No le puedo dar el total por la primera razón que le explicaba, no sabemos con exactitud cuánto se va a traer en este período, en los momentos de pico podremos estar ingresando menos, un mínimo de 350 megas, como bien informaba usted, pero se puede ingresar algo más.

Lo esencial a destacar son dos cosas. Primero que nada el punto de partida es que por responsabilidad entendemos que hay que preservar el agua, y en la medida en que podemos lo hacemos trayendo energía del exterior. El punto dos es el ahorro que nos implica, habida cuenta de que la generación térmica nuestra en La Tablada ni que hablar y en la propia Central Batlle, es más cara que la generación a gas que estamos adquiriendo en Brasil.

AD - La Tablada ya se desconectó; ¿en la Central Batlle algunas unidades todavía están en funcionamiento?

JV - Sí, anoche tarde estuve cambiando impresiones con Pombo y tengo entendido que van a evaluar un poco los consumos pero que probablemente se requiera mantener funcionando por lo menos una unidad de la Central Batlle. En los momentos de pico de consumo –porque durante el día hay variaciones importantes– puede usarse un poco de Salto Grande, en fin; son manejos técnicos que hace el despacho de carga, que es habitual, no se puede generalizar qué uso se va a hacer en forma permanente. Le diría que las herramientas están y estamos con un cuadro mejor al recibir esta energía.

AD - El acuerdo con Brasil es hasta el 28 de febrero; ¿eso es correcto?

JV - Sí, teóricamente es así; yo creo que se va a poder extender. A mí se me ocurrió plantear esto en la Secretaría de Energía en el mes de diciembre, alrededor del 20 de diciembre; estuve con el ingeniero Cámeron –obviamente hablé con UTE primero y coincidimos con Scaglia en la conveniencia de hacer esto para ir reservando el agua–, quien me dijo: "Hasta marzo no tengo pensado utilizar energía de Brasil", que es un recurso que tienen. Y como ellos tienen la prioridad, por dos razones, primero que la conversora que tienen en la frontera con Brasil está contratada por Argentina, y en segundo término la trasmisión obviamente es interna en Argentina, en caso de necesitarla ellos está priorizada. Por eso es muy importante lo que estamos trabajando para hacer una interconexión directa Uruguay-Brasil. En consecuencia lo que se licitó es hasta marzo, hasta el 1 de marzo, pero con la opción de Uruguay –que previamente tendrá que confirmarse con Argentina que ellos no tengan el uso– de prorrogarlo dos meses más.

AD - Dos meses más.

JV - Sí, exactamente. Así que yo creo que Argentina, que toma como último recurso la importación de Brasil, es más que probable, Dios quiera –esto también está en función de la disponibilidad de agua que hubiere–, que no lo precise. Quizás tenemos suerte, llueve bien y tampoco lo precisamos nosotros.

AD - ¿De alguna manera esto echa un poco más de luz, por lo menos un poco más de aire para respirar?

JV - Sin ninguna duda.

AD - Se lo pregunto porque el futuro subsecretario de Industria, el ingeniero Martín Ponce, decía hace no mucho tiempo que efectivamente existían serios riesgos de tener que recortar el suministro en brevísimo plazo.

JV - No creo eso. Tengo mucho respeto y amistad con Martín, pero no lo creo porque el invierno pasado –podría hacerle un libro junto con la gente de UTE sobre las cosas que hicimos– hubo una crisis muy prolongada y sin embargo no hubo recortes. Hay herramientas que hemos estado manejando que dieron sus frutos. ¿Por qué voy a pensar que no se pueda aplicar lo mismo? Así que no soy tan pesimista. Obviamente, estamos en función del caudal de agua, pero así como hoy está un poco ajustada la disponibilidad de agua, dentro de 20 días puede no estarlo. Y esto no es improvisación, porque tal vez alguno pueda pensar –lógicamente, por falta de conocimiento– que Uruguay está muy jugado a la lluvia, y sí, está jugado, pero tiene una matriz energética basada en el agua que es la envidia de muchos países porque es muy económica.

Uruguay para no jugarse al agua tendría que tomar la decisión de hacer fortísimas inversiones en materia de generación térmica con incalculables cifras que no está en condiciones de tener. Y por otro lado, aunque tuviera la cantidad de dinero necesaria, hay un cálculo que se hace en materia energética que marca un punto de equilibrio, de razonabilidad, cuando usted tiene disponibilidad de represas como tiene Uruguay, de lo que justifica invertir en respaldo térmico. Si no, como las inversiones quedarían inmovilizadas mucho tiempo –porque si usted tiene agua tiene las represas inmovilizadas muchas horas al año–, el costo de la energía se le iría a las nubes. En una palabra, si hoy tuviéramos un mayor respaldo en energía térmica eso encarecería el costo final de la energía, aunque no se usara, porque habría que amortizar las inversiones. En consecuencia hay un cálculo técnico que marca un punto de quiebre para justificar o no tener más respaldo.

Creo que con las herramientas que hemos manejado, el contrato de 70 megavatios desde Brasil por Rivera-Livramento, este recurso que estamos aplicando desde hoy, el contrato que tenemos con Argentina y si tuviéramos éxito en el planteo que hicimos ayer en Argentina de poder usar el contrato de gas que UTE tiene firmado –que no está siendo utilizando porque todavía no se construyó la central– en alguna central ociosa en Argentina, si solucionamos eso, le diría que en el mediano plazo está arreglado el problema eléctrico en Uruguay y a un costo razonable.

AD - A propósito de esta iniciativa que usted ha estado manejando con Argentina, ¿cómo es exactamente? ¿Uruguay ya está pagando por ese gas que no está utilizando?

JV - No por el gas, está pagando por una pequeña porción de transporte. Usted sabe que en el costo del gas puesto en destino influye el costo en sí de la materia prima del gas y, dependiendo de los lugares, incide bastante el costo del transporte. Ese contrato tiene una cláusula que se llama "take or pay", "lo toma o lo paga", que se gatillaba en setiembre de 2004 pero que prorrogamos en principio por un año y medio –después se podrá prorrogar por más tiempo–; quiere decir que ese gas no se está pagando. Pero a mí me interesa usarlo, y si yo puedo contratar ahora una central eléctrica en Argentina sería una muy buena cosa usar ese contrato, aplicarlo a esa central y traer la energía eléctrica correspondiente.

AD - Ahora se está pagando el transporte.

JV - Se está pagando el transporte, pero eso estaba dentro de lo previsto.

AD - ¿Cuál es el costo?

JV - Es variable, no me quiero equivocar, cuando hablo de números hablo sobre seguro. No es una cifra muy importante.

AD - Usted decía que se está pagando desde setiembre de 2004.

JV - No, el transporte se está pagando desde antes. Le explico: el transporte usted lo puede comprar interrumpible o firme; cuando lo compra firme lo paga todo el tiempo y tiene la ventaja de que lo tiene asegurado, porque cuando vienen los picos de alto consumo puede no tener transporte y por más que quiera pagar lo que pueda no va a tener posibilidad de acceder al mismo. Entonces lo que se hizo por parte de Ancap y UTE fue asegurarse un determinado volumen de transporte de gas en todo el gasoducto que se construyó. Fue una decisión empresarial razonable, que a su vez sirvió para que cerraran los números de manera tal que se hiciera la inversión en el gasoducto. Ese transporte se va a utilizar indudablemente una vez que el gas empiece a venir. Parte de eso ya se está usando para el suministro domiciliario y a los grandes consumidores; la otra parte se va a usar para alimentar la central eléctrica que se tiene que construir. Ése es el panorama.

AD - A ver si entiendo bien: la idea es canjear electricidad por ese gas que en principio Uruguay no está utilizando.

JV - Sí, de hecho sí. Directamente y en forma muy sencilla: es aplicar un contrato de compra de gas –que en principio está destinado para usar en Uruguay– a una central argentina que esté disponible; estamos analizando algunas alternativas. Se lo planteamos a la Secretaría de Energía, que no lo vio mal, en principio no tendría inconveniente, y hablamos también con la empresa proveedora –porque todo el cuadro argentino es un poco complicado– que mostró buena voluntad para analizar en qué zona puede no tener acotamiento de transporte de gas, porque en Argentina hay graves problemas, no tanto de disponibilidad de gas sino de transporte, o sea de caños que transportan el gas, entonces hay que buscar un punto de equilibrio, o sea encontrar una central disponible en una zona donde no esté congestionado el transporte de gas. Solucionado eso en el mediano plazo Uruguay no tendría ningún problema en el suministro de electricidad, lo que además se lograría a un costo muy razonable.

AD - A propósito de centrales, el ingeniero Ponce de León criticó la decisión de la Administradora del Mercado Eléctrico (ADME) de recomendar al Poder Ejecutivo que no autorice a UTE la compra de dos centrales de generación eléctrica que iban a ser instaladas en Paysandú y Montevideo. Esto de alguna manera bloqueó la operación. Ponce de León dijo que ADME es un organismo de meses de actuación, de una "muy triste actuación".

JV - Con referencia a la actuación de ADME en este aspecto no voy a adelantar opinión porque no tengo un informe directo todavía. Esto ha sido manejado en forma mediática, por la prensa, y me reservo la opinión, lo voy a analizar.

Pero sí le digo que si este gobierno autorizara encarar la compra de dos centrales nuevas, me opondría. Me opondría por dos razones: primero por un sentido de oportunidad, porque estamos a un mes y poco de irnos; y segundo, o también en primer término, porque quiero que UTE termine la licitación por la central grande de 400 megavatios. Esto parece de locos, estamos pensando en otra central cuando no se fue capaz de terminar un llamado a licitación de hace dos años. Estamos todos locos, es todo pura teoría y planificación pero no se ejecuta lo esencial. Yo no sería tan irresponsable como ministro de autorizar nuevos proyectos, vivimos de proyectos y proyectos. ¡Que ejecuten de una vez por todas, mi Dios!

Ésa es la razón principal. Pero le agrego algo más: una de las razones por las cuales se hablaba de hacer esas centrales relativamente chicas, de 120 megas –para darle una idea, la que se está licitando es de 400 megas–, era que La Tablada, que actualmente está funcionando a gasoil pero que es una central diseñada para trabajar a gas, con un pequeño agregado o una reforma que según dicen los entendidos puede llevar cuatro meses, se puede transformar a gas, lo que implicaría un enorme ahorro en su costo de funcionamiento. ¿Por qué no se hizo? Porque en plena crisis no podíamos darnos el lujo de paralizar La Tablada, que aunque fuera cara nos servía como respaldo en generación.

Entonces hoy estoy pensando –es otro punto central– que si soluciono esto de Argentina que me da un respaldo térmico podemos llegar a considerar seriamente hacer en forma rápida la reforma de La Tablada y terminar generando más de 200 megavatios a gas en lugar de a gasoil. Es un trabajo que se hace rápidamente. Esto está en alguna medida relacionado con la planificación de nuevas centrales. No sé si quedó claro el razonamiento.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe