Análisis sobre emisiones de Fideicomisos Financieros de Oferta Pública
En los últimos tiempos se ha visto un incremento muy interesante de lo que son las emisiones de Fideicomisos Financieros de Oferta Pública, las cuales han llamado la atención de inversores quienes han respondido muy positivamente. El Dr. Alejandro Rey Jiménez de Aréchaga del departamento de operaciones especiales del Estudio Posadas, Posadas & Vecino se refirió a este tema en La Mañana de El Espectador.
Según explicó, el Fideicomiso es un contrato mediante el cual un Fideicomitente aporta determinados activos al mismo, el que es administrado por un fiduciario -de acuerdo al mandato que se le dio- en beneficio de los beneficiarios, es decir, los inversores. El contrato luego se inscribe en el registro público, dándole "oponibiliad" a terceros (es decir, que se pueda hacer valer ciertos derechos frente a ellos).
El Fideicomiso es "Financiero" cuando se emiten certificados de participación, de deuda o mixtos. Los certificados de participación son similares a las acciones para el caso de las Sociedades Anónimas, mientras que los certificados de deuda son aquellos que representan la obligación del emisor de repagar el capital y los intereses en determinado plazo.
Es por ello que generalmente se entiende que los certificados de participación son más riesgosos que los de deuda, aunque pueden suponer una ganancia mayor para los inversores.
Al ser de "Oferta Pública", es requisito de la normativa de que el fideicomiso sea aprobado por el Banco Central del Uruguay, el que tiene un plazo de 30 días para su aprobación luego de que hubiera sido presentado, el que se suspende por observaciones y/o pedidos de información o documentación adicional. Una vez aprobado por el Banco Central, el emisor -en este caso, el fideicomiso a través del fiduciario- podrá hacer la publicidad que requiera para su comercialización en el mercado.
Desde el punto de vista legal, el fideicomiso (a diferencia, de cuando la emisión la hace una empresa) tiene las siguientes ventajas: existe un mandato fiduciario, el patrimonio está encapsulado, y será administrado por un fiduciario que está regulado y controlado por el Banco Central del Uruguay.
Desde el punto de vista operativo, y a diferencia de lo que son las emisiones de obligaciones negociables, quien paga y se encarga de todo es el Fiduciario, y no la empresa, lo que ayuda a que ésta se dedique a hacer su negocio, y que esta tarea administrativa la haga un tercero especializado.
También hay que tener en cuenta que para que una empresa emita públicamente debe cumplir con muchos requisitos y realizar determinados reportes. Algunos de estos requisitos son tener un código de conducta, un comité de vigilancia, un síndico, etcétera. Esto supone que pueden existir dificultades para cumplir la regulación, mientras que, en el caso de un fideicomiso financiero, se delega todo ello en un tercero (el fiduciario) que ya cumple con todos los requisitos, y hace mucho más ágil y rápido la estructuración de la emisión.
¿Qué tipo de financiamientos pueden darse a través de un Fideicomiso Financiero?
Básicamente dos. Por un lado, un proyecto de inversión "autónomo", por ejemplo, un parque eólico (como lo es Pampa o Arias), y por otro, determinados proyectos que se "escinden" de una empresa para que ésta se financie.
Esto ha ocurrido con algunas empresas que transfieren ciertos activos a un fideicomiso para hacerse de liquidez, y cobran un precio por ello, y luego el fideicomiso administra estos activos aportados y hace su ganancia. Allí el Fideicomiso deja de tener el "riesgo empresa" como se denomina habitualmente.
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