En marzo volvió a caer la ocupación, manteniendo la tendencia que se ha venido dando desde principios de 2015, salvo un par de meses en la segunda mitad del año pasado cuando se registraron aumentos del empleo.

Considerando el trimestre en su conjunto, que se cuenta con más cantidad de datos para evaluar el desempeño del mercado de trabajo, la tasa de desempleo para el total del país se ubicó en un promedio de 8,5%, siendo muy similar la desocupación en Montevideo (del 8,6%) respecto al interior del país (8,4%).

El mercado de trabajo sin mostrar una recuperación

La tasa de empleo comenzó a caer desde el primer trimestre del 2015, y desde entonces ha venido reduciéndose de forma prácticamente ininterrumpida. La baja más importante la vimos en el 2015. Según nuestras estimaciones, en ese año hubo una pérdida neta de puestos de trabajo en torno de las 28.000 personas.
En 2016 se moderó la baja del empleo; fueron casi 5.000 personas en todo el año de acuerdo a nuestros cálculos en base a las estadísticas del INE.

Pese al crecimiento de la actividad económica, el empleo no se recupera 

Este comportamiento viene ocurriendo en los últimos dos años, cuando las cifras del PIB mostraron crecimiento pero los datos del mercado laboral no acompañaban.
Ahí tenemos que buscar la explicación en las causas del crecimiento económico: en últimos años el PIB ha crecido en mayor medida por la celulosa, por las comunicaciones (celulares, internet), por la generación energía eólica.

Estas actividades no son intensivas en mano de obra. En cambio la actividad comercial, varias industrias, la construcción también, han bajado, y tienen mayor impacto en el empleo al ser intensivas en mano de obra.

No sólo importa qué tipo de actividades son las que crecen para explicar la dinámica del mercado laboral; también es relevante tener en cuenta el proceso de cambio tecnológico que se ha dado en estos años que ha implicado un ahorro en el factor mano de obra.

¿Qué tan importante es este fenómeno?

Si tomamos por ejemplo los últimos dos años en la industria, por los datos del INE la industria en su conjunto aumentó 3% el volumen de su producción en el bienio 2015-2016, y en el mismo período bajó 11% los ocupados en el sector.

Podemos ver que las ramas más dinámicas dentro de la industria, como la de los químicos o la propia rama de la celulosa y el papel, producen mayor volumen ocupando menos personal. La rama de los químicos, produjo en 2016 15% más respecto al 2014, pero ocupando 4% menos de personas.
Algo similar ocurre en la rama alimenticia, que tiene un peso relevante en la industria, que produjo 2% más en los últimos dos años con 7% menos de ocupados.

En resumen, los sectores que están empujando la actividad económica en nuestro país en los últimos años no son intensivos en mano de obra, y también el progreso técnico, con la incorporación de maquinaria que ahorra el factor mano de obra, están afectando el mercado de trabajo…
Son de los principales elementos, junto con el encarecimiento del costo de la mano de obra, que podemos destacar en los últimos dos años, donde vemos crecimiento del PIB pero suba también de la desocupación.

Para este año, consideramos que el contexto es algo más favorable, porque estamos previendo un mayor aumento de la actividad económica en 2017, y hay algunos sectores intensivos en mano de obra que están mostrando cierta recuperación. Por ejemplo el PIB de la construcción creció en términos desestacionalizados en el último trimestre del año pasado respecto al trimestre anterior.
Es esperable entonces que se de cierta recuperación en los niveles de empleo en los próximos trimestres, pero es una variable que seguimos teniendo bajo la lupa.

El último dato puntual de marzo no fue nada favorable: la desocupación en promedio del país se elevó a 9% y en Montevideo a 10,1% en marzo. Tenemos que ir a mediados del año 2007 para encontrar un registro de desocupación de 10% en la capital.