Talvi: "me alegro que Lorenzo haya sido absuelto por la justicia"
El economista Ernesto Talvi analizó en La Mañana de El Espectador la situación económica uruguaya, sobre la que dijo que "estábamos preparados para una velocidad que después no se materializó, las empresas quedaron con exceso de personal, los consumidores con muchas cuotas y el gobierno con un déficit fiscal mucho más alto del que se preveía".
"Si uno va a 120 Km/h camino a un lugar, tiene una hora prevista de llegada, armó toda una agenda, y tiene que bajar a 20km/h, que es lo que pasó en 2014 y 2015, tiene que cambiar todo, es traumático. Eso le pasó a la economía uruguaya", enfatizó el director académico del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES).
"Entre 2004 y 2013 la economía creció a un ritmo anual del 6%, que no se veía desde los años sesenta. Eso fue un crecimiento espectacular, apuntalado por una China que crecía a tasas supersónicas, que se devoraba todo lo que encontraba por el camino, en particular los productos agropecuarios que producimos y vendemos, que se fueron a las nubes. Argentina y Brasil que crecían con mucho dinamismo, y hubo una corriente de inversiones muy fuertes para invertir en tierras, propiedades, en nuevos proyectos, amparadas en parte en la ley de inversiones que le daba beneficios para su llegada", añadió el entrevistado.
"De golpe, muchas de esas cosas se pararon. China perdió el apetito, los precios de los productos agropecuarios se cayeron entre 30 y 50%, Argentina se frenó, Brasil entró en la peor crisis que conocemos en su historia económica, y por ende, Uruguay no puede estar ajeno a eso. Como al Gobierno se le abrió un boquete fiscal porque la recaudación se le desaceleró, optó por subir impuestos y tarifas públicas y bajar inversión en un momento donde las familias están pasando estrecheces y las empresas están con dificultades de rentabilidad. Todo eso reprimió mucho el crecimiento, aunque no lo anuló", prosiguió Talvi.
El economista manifestó que el endeudamiento privado no es "estratosférico", pero sí es preocupante a nivel empresarial ya que "sigue creciendo", al igual que el endeudamiento público, que lo hace "muy rápido". "Tendría que haber habido un control mucho más estricto del gasto, que se había desbordado de manera dramática en la administración anterior, donde realmente hubo un festival de gastos", aseveró.
"Vázquez arranca su segundo mandato con una deuda pública muy alta, hereda un déficit fiscal muy importante, y su gobierno hace un diagnóstico que es que si seguimos con esta vía, corremos el riesgo de perder el buen crédito de la república, lo que es un problema serio para cualquiera. Frente a esto, optó por hacer tres ajustes fiscales, con un diagnóstico correcto pero una terapéutica equivocada, porque ponerle más impuestos y tarifas públicas por arriba de los costos y bajar inversión pública, justo en un momento donde la economía privada está bajando, no es bueno", apuntó.
El economista señaló que este problema se generó por la contratación excesiva de funcionarios públicos y el gasto desmedido durante el gobierno de José Mujica, lo que, según su opinión, se solucionaría con dos medidas: "si de las treinta mil personas que se desvinculan por año, ocho mil no se renuevan para volver, en seis años, a la plantilla de funcionarios que el Uruguay tenía al final del primero gobierno de Vázquez, que es una plantilla más razonable para las posibilidades financieras y para las necesidades del país. Eso le ahorraría al país 800 millones de dólares de gastos por año".
"También propusimos profesionalizar la gestión de las empresas del Estado, nombrando en los directorios profesionales idóneos en la gestión de instituciones complejas. No importa si son políticos, académicos, técnicos empresarios, sino profesionales, para que las empresas se manejen con criterio de gestión profesional y no haya injerencia política, si control político, porque las empresas del Estado son de los ciudadanos y por ende el Estado debe representar a los ciudadanos y a los verdaderos accionistas. Así funcionan Chile, Nueva Zelanda. Si eso se hiciera, se puede ahorrar entre 1.000 y 1.200 millones de dólares de sobrecostos de producción", garantizó el entrevistado.
Según Talvi si el gobierno hubiera implementado esas disposiciones "el déficit fiscal se hubiera eliminado, hubiéramos entrado en una trayectoria perfectamente sostenible, el buen crédito de la República estaría preservado y nos hubiéramos ahorrado tener que aumentar impuestos, tarifas y bajar inversión, en una economía que no lo resiste".
"Lo que se está perdiendo, y no podemos perder nunca, es el respeto por el dinero del contribuyente. Gastar más en Educación no es inversión social, lo es si del otro lado hay resultados que abalan ese gasto. Nada de eso ha ocurrido. (…) El turismo es el sector más dinámico que tenemos en este momento, y por eso es una buena perspectiva a futuro, pero eso algo circunstancial, no puede ser la base de una expansión sustentable", opinó Talvi.
El entrevistado se manifestó a favor de la inversión de la empresa de fabricación de pulpa de celulosa UPM, y consideró que las pautas negociadas con la finlandesa deberían extenderse a las empresas nacionales, para mejorar la rentabilidad.
Consultado sobre la posibilidad de integrar algún partido político de cara a las elecciones nacionales de 2019, el economista contó que recibió muchas propuestas, entre ellos una del expresidente de la República Jorge Batlle, aunque aseguró que aún no tomó ninguna decisión al respecto, por lo que habrá que esperar a julio del próximo año para conocer su decisión, ya que hasta ese momento tiene otros compromisos laborales.
"Lo estoy pensando con seriedad, pero voy a tomar una decisión en la medida que sienta que la política es un vehículo más efectivo para promover los cambios en los que nosotros estamos comprometidos, para llevar soluciones a la ciudadanía", añadió.
"Me alegra que haya sido absuelto por la Justicia, y que pueda recuperar el buen nombre frente a la sociedad", manifestó Talvi sobre la condena al exministro de Economía, Fernando Lorenzo.