¿Cómo son las perspectivas para 2005? ¿Cuáles son los principales desafíos de la nueva administración?
Análisis del economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche
(Emitido a las 8:25)
EMILIANO COTELO:
El lunes estuvimos analizando en este espacio el comportamiento de las principales variables macroeconómicas durante los cinco años de la administración Batlle. Tal como anunciamos entonces, la propuesta para el análisis económico de hoy es comentar las perspectivas para este año y los desafíos que enfrenta la nueva administración. El diálogo será con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche.
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Pablo, a modo de rápido resumen de lo que comentaste el lunes, ¿cuál es la situación de partida de la nueva administración?
PABLO ROSSELLI:
El lunes comentamos que la actividad económica se encuentra en una fase de recuperación rápida, desde fines de 2002, cuando tuvimos el piso de producción, el PIB ha acumulado una suba de 25% en términos reales, aunque todavía está un 5,7% por debajo de los máximos históricos alcanzados en 1998. A su vez, las exportaciones están creciendo a un ritmo extraordinario y cerraron 2004 en un récord histórico de más de 2.900 millones de dólares.
Quiere decir, entonces, que el nuevo gobierno recibe una economía que se recupera a buen ritmo de la crisis vivida entre 1999 y 2002... El empleo, por su parte, ha aumentado fuertemente y ha permitido que el desempleo bajara desde un máximo de casi 20% a un nivel, todavía elevado, de 12% (similar al registrado cuando asumió Batlle). De todas maneras, el lunes comentábamos que la recuperación económica todavía no había alcanzado de forma sustantiva a los salarios.
EC - ¿Qué descenso acumularon los salarios, Pablo?
PR - A fines de 2003, los salarios privados habían acumulado un descenso en términos reales de 25% frente a fines de 1999, mientras que los salarios públicos cayeron 21% en el mismo período. Recién en 2004 se comenzó a observar una recuperación salarial, de 1,7% en la medición diciembre 2004-diciembre 2003 para los privados, y de 5% en la misma medición para los públicos.
En ese contexto de caída de los salarios, la pobreza subió fuertemente durante la crisis. De acuerdo a los datos del INE correspondientes a 2003, un 30% de la población urbana vivía en situación de pobreza. Seguramente en 2004 se produjo un descenso de la pobreza, pero en principio entendemos que ese descenso no habría sido muy sustantivo.
EC - Para completar esta situación de partida del nuevo gobierno, ¿cuáles son las proyecciones en materia de crecimiento económico y salario real para este año?
PR - Las perspectivas a corto plazo, para 2005, lucen muy favorables. A nuestro juicio, la economía continuará creciendo a un buen ritmo, que pensamos será del orden de 6% en el promedio anual. Y en ese marco, deberíamos observar un aumento del empleo y una recuperación del salario real que en 2005 sería importante de al menos 4%.
EC - En ese marco de partida, Pablo, ¿cuáles son los principales desafíos del nuevo gobierno?
PR - Aclaremos, Emiliano, que es francamente difícil enumerar de forma rigurosa todos o los principales desafíos del nuevo gobierno. Por otra parte, esos desafíos deben ser priorizados con un criterio en gran medida político...
De todas maneras, para ordenar algunas ideas, podemos decir, Emiliano, que el gobierno enfrenta al menos tres grupos de desafíos en materia económica.
EC - ¿Cuáles son esos grupos de desafíos?
PR - Sin establecer un orden de prioridad, que en definitiva será tarea de próxima administración, hay un primer capítulo que tiene que ver con la preservación de los equilibrios macroeconómicos. En el frente fiscal eso supone mantener un fuerte superávit primario para permitir un descenso sistemático de la relación deuda pública-PBI.
En los años siguientes el superávit primario debería ir aumentando si la economía continúa creciendo y si el gobierno va a aplicar un criterio contracíclico en la política fiscal. Y a su vez, esa política fiscal contracíclica debería ir acompañada de una reasignación del gasto público hacia las áreas más prioritarias, lo que involucrará la necesidad de contener fuertemente el gasto en el resto de las áreas. También deberá perseverar en la reducción de la inflación, lo que a largo plazo influiría positivamente en el crecimiento de la economía.
EC - Hablabas de tres grupos de objetivos. ¿Cuál es el segundo, Pablo?
PR - Bueno, un segundo grupo de objetivos tiene que ver con el área de políticas sociales. Para empezar, el nuevo gobierno aplicará el llamado Plan de Emergencia, que procurará atender la situación de los hogares más pobres aquellos en situación de indigencia.
Pero más allá de los aspectos más urgentes, se presenta un enorme desafío en términos de articular eficazmente todas las políticas sociales. Ello involucra la educación, en donde observamos tasas muy altas de deserción y de repetición entre los estudiantes de menores ingresos y una considerable desigualdad en el grado de aprendizaje según mostraron los resultados de PISA. También involucra el acceso a los servicios de salud y el acceso a fuentes de trabajo... En relación al mercado de trabajo, se debe tener en cuenta que entre los hogares pobres el desempleo es sustancialmente más agudo que en el resto de la población y que los ingresos percibidos en los empleos son particularmente bajos.
EC - ¿Y cuál es el tercer grupo de desafíos?
PR - El tercer grupo de desafíos está compuesto por el conjunto de reformas microeconómicas que el gobierno deberá promover para alentar un aumento sostenido de la inversión y de la actividad económica.
Más allá de las grandes fluctuaciones cíclicas que caracterizan a la economía uruguaya, medida en períodos largos la producción en nuestro país crece a un ritmo extremadamente lento. En los últimos 50 años, el PIB medido en términos reales subió a un ritmo anual de solamente 1,6%, mientras que si consideramos los últimos 30 años el incremento fue apenas mejor, 2% anual. Y esto sin contar el aumento de la población.
EC - Quiere decir que nuestro PBI per cápita ha subido muy poco en todo el Siglo XX.
PR - Es así, Emiliano. Esta baja tasa de crecimiento a largo plazo ha determinado lo que en economía se denomina a veces atraso o empobrecimiento relativo del país. Mientras que en 1900 el PIB per cápita de Uruguay era solamente un 35% inferior al PIB per cápita de Estados Unidos (medido en dólares corregidos por su poder de compra en cada país), en el 2000 el PIB per cápita de nuestro país apenas alcanzaba a un cuarto del PIB per cápita en Estados Unidos. Esas cifras dejan en claro la necesidad de procesar reformas que alienten un aumento sustancial de la inversión, tanto inversión en maquinaria como en formación de capital humano y en innovación, de manera de aumentar de forma sostenida la tasa de expansión de nuestra economía.