La Audiencia Opina

Las reacciones tras las notas sobre la sequía, "un ejemplo de incomunicación entre los uruguayos".

Con tristeza escuché hoy otra de las infinitas muestras de incomunicación entre el campo y la ciudad, ese drama que considero uno de los principales limitantes a nuestro desarrollo para llegar a ser un país económicamente más próspero y socialmente más justo. Otra muestra del divorcio entre  nuestra base productiva agropecuaria y la mayoría de nuestra población de origen e intereses urbanos.

De los muchos puntos que podrían discutirse, me centraré solo en uno, que  ocupó mucho espacio en las notas realizadas: el tema de la imprevisión, ante un fenómeno, como la sequía, que está  castigando muy duramente a una importante zona del país. ¿porqué no preverlo, si hay una sequía cada 4 o 5 años, y cada 10 o 15 una devastadora? Lo primero que hay que saber es que el clima uruguayo es particularmente aleatorio, estamos en una zona de gran variabilidad climática. Entonces, ¿en base a qué pronósticos meteorológicos se pueden hacer previsiones? Uno de los más notorios "predictores" se pasó toda la primavera anunciando un verano lluvioso. Y si un predictor anuncia lluvia, el otro anuncia sequía, porque compiten a ver quién acierta y se prestigia. Ninguno dice que más allá de una semana hacia adelante nadie puede asegurar nada, más que leves variaciones en los porcentajes esperados de ocurrencia de precipitaciones por encima o por debajo de lo normal, lo
que llevado al plano de las decisiones productivas concretas, muy poco puede aportar.

Porque por ejemplo, comprar raciones y forraje, que son perecederos, previendo una sequía que no ocurre, es una inversión equivocada, que tiene consecuencias económicas negativas. Preguntan también porqué no se sembraron pasturas que paliaran los daños. Quien lo hizo -por ejemplo un
verdeo temprano- apostó a que llovía, y si no llovió y el cultivo ni siquiera nació, perdió más que el que no sembró nada. Finalmente el tema del agua, de los pozos, cuya perforación se discutió calculando los costos.

Si lo animales no tienen agua, se mueren de sed en una semana, pero aunque tengan toda el agua del mundo, si no tienen comida, se mueren de hambre en un mes. O sea que el agua para beber es imprescindible, pero solo con ella no se produce nada. Cada oyente puede hacerse la composición de lugar pensando en si mismo, como demandante de agua y comida.

En producciones a cielo abierto y con gran incetidumbre climática es imprescindible tomar previsiones, y es lo que se hace habitualmente. Pero todo tiene su límite, y la previsión errónea de un fenómeno tan extremo y por consiguiente infrecuente como el que estamos viviendo, puede ser
económicamente tan grave como el propio fenómeno, en caso que este no se produzca.

Paso por alto los comentarios -mas bien la repetición de lugares comunes de tono peyorativo de algunos oyentes, que más que su falta de respeto, muestran su absoluta ignorancia sobre cuestiones elementales del país en que nacieron.

Los saluda atentamente

Ing. Agr. Rodolfo M. Irigoyen