Economía

El impacto del acuerdo comercial entre UE y Mercosur, a debate en Madrid

Representantes de organizaciones sociales y políticos de España y Latinoamérica denunciaron el a su juicio impacto negativo del Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado entre la UE y el Mercosur sobre los derechos humanos, entre ellos los de las mujeres, el medio ambiente, la soberanía alimentaria o la salud.

La problemática de estos acuerdos comerciales fueron analizadas en la Casa de América en el seminario "Las venas de América Latina siguen abiertas", organizado en la capital española por el Grupo Parlamentario Europeo GUE/NGL.

En dos mesas redondas, los participantes demandaron una mayor transparencia en los acuerdos establecidos entre la Unión Europea (UE) y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) en la defensa de los intereses sociales de la ciudadanía, según expuso Xabier Benito, representante de la formación española de izquierdas Podemos en el Parlamento Europeo.

Benito se refirió también a la mínima efectividad de las cláusulas, en su opinión en algunos casos inexistentes, de los TLC vinculantes con los derechos humanos, el medio ambiente e "incluso con la lucha contra el fraude fiscal".

También planteó la situación de los acuerdos con un Mercosur, para él "en crisis" tras la detención del expresidente brasileño Luiz Ignacio "Lula" da Silva en Brasil, la presidencia de Mauricio Macri en Argentina o la insensibilización ante la situación de Venezuela.

"La UE está siendo un proyecto contra la propia europa, nosotros nos identificamos con una Europa más social y queremos identificarnos con todas las luchas sociales al otro lado del charco", dijo Benito.

En el acto estuvo presente también Lilia Galán, diputada del Frente Amplio, quien aseguró que su formación no se opone a los acuerdos comerciales entre grandes bloques como el Mercosur y la UE, "pero con condiciones".

Según Galán, América Latina "está viviendo problemas bastante importantes. Se están matando democracias, como en el caso de Brasil".

La representante se refirió también a la Argentina de Macri, de cuyo Gobierno dijo "es el gobierno de los empresarios, con reformas laborales aplaudidas por los empresarios y resistidas por los trabajadores. Y en Brasil pasa lo mismo".

"A Argentina y Brasil no les interesa el Mercosur y ya sacaron a Venezuela. No es el mejor momento para consolidar este acuerdo", opinó Galán, quien atribuyó a la UE la responsabilidad de apoyar a los gobiernos que no son democráticos en la región porque son "de los empresarios y para los empresarios".

Por su parte, Mar Sainz, representante de las Brigadas Internacionales de Paz-Sección México, subrayó las denuncias de organizaciones de derechos humanos sobre la "vulneración del derecho a la información y a la consulta" a los agricultores "y a las comunidades indígenas con cuyas tierras coincide la explotación".

También alertó sobre el uso, "cada vez más frecuente" de la "criminización para frenar las protestas de los defensores en lugares donde existen conflictos de interés, en comunidades donde se explotan los recursos naturales".

Por su parte, la diputada española Sonia Farré destacó el aspecto discriminatorio de los tratados de libre comercio e inversión que en su opinión "fomentan las desigualdades entre hombres y mujeres, la división sexual del trabajo y la precarización de la mano de obra femenina".

Cristina Pina, de la plataforma Cataluña sin Tratados de Comercio e Inversión, criticó por su parte "la nueva ola neocolonial, que expande el poder corporativo" y pidió "una mayor participación directa de la ciudadanía en los proyectos europeos".

También se refirió a la necesidad de "generar un marco jurídico internacional vinculante que de garantías y un instrumento que garantice el acceso a la Justicia de las personas y de los Estados, que termine con la desigualdad".

En el seminario participaron también representantes sindicales y de organizaciones agrarias, que expusieron su punto de vista sobre la repercusión de los acuerdos comerciales globales en otros aspectos de la vida diaria. EFE