PWC: Uruguay sorteó, por primera vez en su historia, las recesiones económicas de Argentina y Brasil
El Banco Central dio a conocer las cifras de la actividad económica del primer trimestre del año. Mercedes Comas, integrante del a consultora PWC, analizó la situación que se genera en un contexto externo deteriorado.
El PIB siguió creciendo, y mantuvo la tasa respecto al trimestre anterior. 2,2% fue el aumento si lo comparamos con el primer trimestre de 2017, y 1,1% la suba en comparación con octubre-diciembre aislando los efectos estacionales.
Cuando abrimos las cifras, el crecimiento se explicó prácticamente por los mismos factores que vimos el año pasado. La mayor incidencia vino por el lado del consumo privado; del 2,2% que aumentó el PIB, 2 puntos lo explicó el gasto de las familias, y en segundo lugar se ubicaron las exportaciones.
El factor de demanda que no se recupera se la inversión del sector privado, que bajó 3% en volumen respecto a un año atrás.
¿Qué está pasando con los sectores de actividad?
Todas las actividades crecieron, menos el sector agropecuario y el sector de "electricidad, gas y agua", por el impacto del clima.
La industria creció en su conjunto, pero si quitamos el efecto de ANCAP que estuvo parada en el primer trimestre de 2017, tenemos una baja de 1,5%.
De lado positivo, continúa destacándose como en los últimos años el impacto de las telecomunicaciones.
¿Qué tan importante es este impacto?
Del 2,2% de crecimiento del PIB en el primer trimestre, 1,3 puntos, más de la mitad, lo explican las telecomunicaciones.
El otro impacto más importante se dio por el crecimiento del "comercio, restaurantes y hoteles", que aumentó por un mayor consumo, en tanto el BCU estimó una caída en hoteles y restaurantes por un menor gasto de turistas.
Estos tres sectores comunicaciones, electricidad, gas y agua, y la industria por el efecto Ancap- explican prácticamente todo el aumento del PIB del primer trimestre. Un elemento positivo fue que volvió a crecer la construcción, después de prácticamente 3 años de registrar bajas.
Más allá del dato puntual del primer trimestre, es importante enmarcarlo en el contexto que se viene dando en los últimos años.
Uruguay sorteó por primera vez en su historia las recesiones económicas que vivieron Argentina y sobre todo Brasil, pero sufrió un notorio enlentecimiento de su economía desde 2014-2015.
En los últimos tres años (2015-2017) el PIB creció 1,6% promedio anual, y la mayor parte de este crecimiento lo explicó el dinamismo de las comunicaciones. Si sacamos este efecto, podemos hablar de una relativa estabilidad en la actividad, de un crecimiento muy leve. Además de las comunicaciones crecen la celulosa, algo el sistema financiero, las energías renovables.
En contraposición, hay sectores que han caído como la construcción y la industria, y esto, además del cambio técnico, contribuyen a explicar porque la economía crece y el empleo sigue cayendo.
Panorama para este año
Desde el año pasado el gran impulsor de la actividad económica viene siendo el consumo privado favorecido por la caída que tuvo el dólar y la baja de la inflación que impulsó una mayor suba del salario real.
Hoy el escenario es distinto: el consumo del sector privado tiene limitantes para crecer porque sube la inflación y esto afecta los salarios reales, y también sube el dólar, en un mercado de trabajo donde sigue bajando la ocupación. Los últimos datos de la DGI indican que la recaudación de IVA cayó casi 1% en enero-mayo.
El panorama no es muy distinto para las exportaciones. Las exportaciones de bienes en valor acumulan una suba de 5% en enero-mayo, pero por los impactos de la sequía se espera un peor desempeño para el año. Demanda externa existe, pero los precios internacionales no "vuelan", y la gran limitante para las exportaciones es la competitividad, con un índice de Tipo de Cambio Real medido por el Banco Central que se ubica en el nivel más bajos de los últimos treinta y cinco años.
El año pasado la economía creció más de lo que preveíamos, pero en el actual contexto el sesgo es a la baja en los pronósticos.
2,5% era la previsión que teníamos de aumento del PIB este año, aún considerando el efecto positivo de ANCAP.
Sin embargo, el contexto regional está bastante más complicado en el último trimestre. Tanto Argentina como Brasil están reduciendo sus proyecciones de crecimiento y esto configura un escenario más complejo, que seguramente incida en una revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento, y esto es un elemento importante en momentos donde se elabora y discute la Rendición de Cuentas, porque un menor crecimiento va a afectar la recaudación impositiva y por lo tanto el objetivo de reducir el déficit fiscal.
También es un elemento importante para la negociación colectiva que está en curso, porque un menor crecimiento también tiene implicancias para el mercado laboral.