Ex jerarca del FMI: Vázquez podría concretar reformas que impulsa el organismo
Se reconoce como admirador de Uruguay y dijo que el país conserva credibilidad, entre otras cosas, por la "gran resposanbilidad" del sistema político durante 2002. El economista Claudio Loser, ex director del FMI para el Hemisferio Occidental, consideró que la fallida emisión de bonos fue "un error de juicio" pero es remediable.
(Emitido a las 9.09)
EMILIANO COTELO:
La semana pasada se cerró con noticias importantes para el país en el frente económico y todas ellas llegaron desde el exterior.
Por un lado, una buena: el gobierno concretó el viernes un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a tres años de plazo. Pero un día antes, el jueves, había tenido lugar una definitivamente mala: Uruguay tuvo un traspié en los mercados financieros cuando no pudo colocar una emisión de 300 millones de dólares en bonos globales a 12 años.
Hemos tenido enfoques desde nuestro país de estas novedades, pero siempre es interesante saber cómo se ven estos procesos desde afuera, en especial desde los organismos multilaterales de crédito.
De todos modos las autoridades del FMI no son muy proclives a conceder entrevistas. Por eso, hoy les proponemos aproximarnos a esa visión dialogando con alguien que fue alto funcionario del FMI hasta hace muy poco tiempo.
Vamos a dialogar con Claudio Loser, doctor en Economía por la Universidad de Chicago, argentino mendocino, más concretamente , quien por ocho años y hasta fines de 2002 se desempeño como director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
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Doctor Loser, por el cargo que ocupó en el FMI durante ocho años, usted ha seguido muy de cerca la marcha reciente de la economía uruguaya. ¿Qué importancia le asigna desde la óptica de los organismos multilaterales a este último cambio de gobierno, porque se trata de la primera vez que la izquierda llega al poder en Uruguay?
CLAUDIO LOSER:
Uruguay es un país muy respetado en términos de su institucionalidad en organismos internacionales como el Fondo, el Banco Mundial (BM). Evidentemente ha habido un cambio sustancial en la política interna, pero por otra parte ha habido esta continuidad, aun con cambios importantes. El Fondo está acostumbrado a esto, son 184 países en los que ocurren cambios muy importantes; tenemos las experiencias más recientes, como la de Brasil, donde hubo una continuidad muy importante, e incluso la de Argentina, aunque mucho más tumultuosa.
EC - Mi consulta es qué relevancia le asigna a la relación del Fondo con un determinado país el hecho de que asuma un gobierno de izquierda, y que sea la primera vez, como en este caso.
CL - El Fondo en eso toma una actitud de expectativa, con países llamémosles de izquierda nominal, como Vietnam, como China, cuando existían Yugoslavia y todos estos países. En esos casos realmente el Fondo está preparado para trabajar, por supuesto tiene que esperar una señal por parte del país.
Pero el ministro Astori, que ha tenido una trayectoria muy importante y de prudencia, ya en el pasado logró pasar ese mensaje. Yo recuerdo personalmente, no antes de esta elección sino de la anterior, cuando había una posibilidad importante de que el Frente ganara las elecciones, que estuvo visitándome yo era director del Departamento del Hemisferio Occidental en mi oficina y tuvimos una conversación muy agradable. También fue el caso cuando visité, ya a nivel personal, pos Fondo, en Uruguay el año pasado. Esto ya ha indicado esta seriedad.
La otra cosa no quiero sonar demasiado admirador de Uruguay, pero no me queda más remedio es que cuando la gran crisis de 2002 y 2003, por contagio de Argentina, la clase política uruguaya, no sólo el Partido Colorado y el Partido Blanco, sino también el Frente, actuó con gran responsabilidad. Y eso el Fondo lo recuerda muy claramente.
EC - Cuando se hicieron los primeros contactos entre los funcionarios del FMI asignados a nuestro país y el gabinete de lo que ahora es el nuevo gobierno, se pudo escuchar a varios de los futuros ministros decir que el Fondo había cambiado o que estaba cambiando, mientras se mostraban gratamente sorprendidos por la receptividad de esos representantes hacia ciertos planteos de corte social que figuraban en los planes de la izquierda. ¿Usted cree que el Fondo puede efectivamente estar cambiando en ese sentido?
CL - El Fondo ha estado cambiando y no es un proceso de los últimos seis meses o los últimos dos años, lo hizo ya con la dirección general de Michel Camdessus, que tenía una visión muy humanista y preocupada por las cosas sociales. Pero cuando hay problemas de incendio en la casa uno tiene que preocuparse por apagar el incendio, entonces olvida los otros aspectos. Evidentemente hay una mayor sensibilidad a los temas sociales.
EC - ¿Eso puede ser fruto del nuevo mapa ideológico que se ha ido conformando en el continente?
CL - Evidentemente el Fondo se va adaptando a las modalidades existentes.
EC - Se adapta al nuevo escenario.
CL - Al nuevo escenario. No cambia la canción fundamental, porque en última instancia el tema de la justicia social ha existido siempre. En el caso de Brasil, el vecino del norte, el cambio de Fernando Henrique Cardoso a Lula también ocurrió sin ningún tipo de problemas. Evidentemente hay una influencia por parte de los cambios en la orientación política que existe en este momento en América Latina, pero también hay un elemento de responsabilidad y continuidad que es importante.
EC - Pasemos a esas noticias que tuvieron lugar la semana pasada en el plano económico. Si le parece, empezamos por orden cronológico, veamos primero el intento fallido del gobierno uruguayo de colocar 300 millones de dólares en bonos globales a 12 años. ¿Por qué cree que se fracasó en ese intento de colocar deuda? ¿Puede tener que ver el hecho de que se tratara de la primera emisión de un nuevo gobierno de izquierda? ¿O pesó otro tipo de factores?
CL - Creo que el hecho de que fuera un gobierno de izquierda no ha sido tan importante. Este bono se estaba tratando de emitir desde hace algún tiempo; desde principios de abril ha habido un deterioro muy fuerte en las condiciones internacionales para bonos y papeles de países emergentes, y creo que Uruguay se presentó con la percepción de lo que había pasado en marzo, cuando las condiciones todavía eran muy buenas Argentina tuvo éxito con su canje en parte por eso. Probablemente hubo una equivocación que no creo que haya sido terrible y tuvieron que decir "no hay interés", "no hay apetito como dicen en los mercados por bonos de países emergentes". La interpretación que he leído es que no es un tropiezo permanente sino algo que puede ser solucionado rápidamente, no es que Uruguay tenga que esperar ahora seis meses para sacar una nueva emisión.
EC - Pero el hecho mismo de haber elegido mal el momento, ¿cómo marca a nuestro país?
CL - Probablemente mostrará que hay un poco de inexperiencia en el equipo económico en estas cosas, que quizás no haya leído suficientemente lo que estaba pasando. No sé cómo operaron en términos de los asesores financieros internacionales.
EC - Claro, porque había un asesor financiero de por medio, el gobierno no estaba solo en esto: había contratado al Citigroup.
CL - Exactamente. Yo creo que se equivocaron. Lo que no puedo decir es si hubo presión del gobierno uruguayo para emitirlo a pesar de que no estaban dadas las condiciones; si hicieron eso fue un error. Habrá que seguir mirándolo, pero como digo, ha sido un error de juicio sacarlo en este momento cuando las condiciones estaban deteriorándose, pero no es irremediable.
EC - Se suele discutir mucho a propósito del grado de memoria que tienen los mercados financieros y en qué medida pueden llegar a incorporar este tipo de eventos, este tipo de traspiés a la hora de valorar riesgos en el futuro. Para redondear su opinión sobre este punto, ¿qué es lo que dice?
CL - Mi opinión es que los mercados financieros tienen memoria pero en este caso no va a ser negativa. Creo que Uruguay, con las características que tiene como país respetuoso de la ley y de los acuerdos internacionales, va a poder colocar y no me preocuparía demasiado, pero el gobierno tiene que mirar con mucho cuidado las condiciones en las que va a sacar los bonos.
EC - El ministro Astori decía el viernes pasado que para él lo que dejaba esta experiencia era al revés: un reforzamiento de la imagen de Uruguay, en este caso del nuevo gobierno, en cuanto a su seriedad, en la medida que mostró que no se estaba desesperado por el dinero y no se estaba dispuesto a pagar cualquier tasa.
(Audio)
"DANILO ASTORI:
Precisamente, la decisión se tomó porque al no existir urgencia porque no tenemos urgencia para hacer la emisión, nos pareció absolutamente negativo para el interés nacional elevar tasas de interés que luego obviamente repercutirían en forma muy negativa sobre los costos del país en materia de administración de la deuda, y naturalmente resolvimos postergar esta emisión, incluso en protección de los propios inversores."
(Fin audio.)
EC - ¿Qué dice usted?
CL - Es una interpretación un poco optimista decir "no queremos que suba la tasa de interés". La tasa de interés ha estado subiendo. Uruguay no necesita la plata y ha sido poner buena cara al mal tiempo, pero creo que fue prudente retirarse, no va a ser tan grave.
EC - ¿Qué pasará en materia de tasas de ahora en adelante para los nuevos intentos?
CL - Las tasas de interés y lo que se llama el riesgo país han subido, y eso evidentemente tiene un impacto. El riesgo país no para Uruguay específicamente, sino para lo que se llama "la clase de instrumentos", que son los países emergentes. Uruguay va a tener que reconocer que la tasa de interés es más alta, hay un apretón monetario en Estados Unidos que quiere decir que las tasas de interés van a subir. Si Uruguay no quiere pedir prestado y va a hacer uso de sus reservas, lo puede hacer, pero creo que a la larga va a tener que reconocer que esto no es una cosa de pocos días sino una tendencia.
EC - ¿Qué orden de aumento de tasas va a haber que aceptar? Se pretendía 9 por ciento con esta emisión.
CL - Claro, Uruguay tiene un spread, una diferencial, relativamente importante; 9 por ciento suena bien pero probablemente haya que pensar en un punto más, 1 por ciento más, o algo así.
EC - Y en cuanto a tiempos, ¿cuánto habrá que esperar para poder salir nuevamente a los mercados?
CL - Yo me imagino que el mes que viene, algo así, pero le mentiría si le dijera que sé exactamente cuándo se puede salir. Es un tema altamente técnico, pero creo que no es un problema, hay que ver cómo digiere el mercado financiero, y esto lo vamos a saber en estos días, todo este tema de la situación financiera más dura que enfrenta el mundo. No es que podamos decir que Uruguay tendrá que esperar mucho tiempo.
EC - En estos días se especuló que el "apuro" que mostró el gobierno para salir al mercado pudo terminar jugándole una mala pasada, tenía que ver con el acuerdo que estaba a punto de firmarse con el Fondo. Se especuló con la intención del gobierno de demostrar que Uruguay tiene fuentes de financiamiento privado. Dada su experiencia, ¿ésa podía ser una variable que el Fondo pudiera tomar en cuenta, una variable decisiva o algo por el estilo?
CL - No. Evidentemente si hay acceso a los mercados financieros se está mejor, el Fondo lo toma como una variable pero no importante, es una variable de menor cuantía en el corto plazo. Claro, hay un tema importante, si el país a lo largo de un año no consigue financiamiento externo en los mercados privados, eso va a cambiar la situación. Pero el hecho de que el Fondo y Uruguay acordaran en forma bastante rápida en los principios generales un nuevo acuerdo muestra que esto no era tan importante.
EC - Una última pregunta sobre el tema de la emisión. Se la traslado a partir de la consulta de un oyente, Jorge, del Parque Batlle, que recuerda que el propio ex ministro de Economía Isaac Alfie ha dicho que los uruguayos tienen depositados más de 5.000 millones de dólares en el exterior, y también se ha hablado del "colchon-bank" de eso hablaba el presidente de la Bolsa de Valores la semana pasada, o sea dinero guardado acá mismo pero fuera de los bancos; entonces dice: "La tasa de 9 por ciento que se buscaba con esta emisión es mejor que cualquiera que pague un banco; ¿no convendría emitir bonos para que esos uruguayos compraran?".
CL - Evidentemente es una fuente importante, pero de la misma manera que los argentinos, los uruguayos son muy cuidadosos en términos de su activo en el exterior, entonces tienen que ver condiciones aceptables internacionalmente. Yo diría que se puede emitir un bono, pero sería preferible hacer esto junto con bonos más tradicionales colocados en los mercados financieros internacionales.
EC - No sería una buena señal prescindir de los mercados internacionales.
CL - Exactamente. Creo que es importante mantener a Uruguay dentro de los mercados internacionales; si en este momento sacaran bonos solamente para atraer a la gente del "colchon-bank", se mostraría un grado de preocupación por parte de las autoridades que todavía no tienen que demostrar. Sería una señal equivocada.
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EC - Yendo al acuerdo alcanzado primariamente con el FMI, todavía falta la aprobación definitiva en el directorio...
CL - Y los detalles, por supuesto.
EC - ¿Cuál es la precisión?
CL - Se llegó a un acuerdo en principio sobre los elementos principales; ahora tienen que sentarse a discutir los elementos adicionales que hacen a la carta, etcétera.
EC - Se trata de un acuerdo stand-by a tres años, algo a lo que no estábamos acostumbrados. ¿Qué importancia le asigna a este aspecto, al plazo?
CL - El plazo me parece muy bueno. En última instancia el Fondo le está dando la oportunidad al gobierno y el apoyo al país para establecer una estrategia por un período más prolongado que los acuerdos anuales o de dos años que se tenían normalmente. Eso le da tranquilidad al país y el gobierno está diciendo "podemos establecer una estrategia con resultados fiscales importantes, podemos planear sin tener que preocuparnos tanto por si el Fondo nos apoya". Por supuesto, hay que mantener esa estrategia. Lo que se está reconociendo es que el gobierno tiene la capacidad de mantener una política más o menos establecida por un período largo. Es muy positivo, es una señal muy positiva del Fondo hacia Uruguay.
EC - El programa incluye, además de las metas de programación financiera, el compromiso de concretar una serie de reformas estructurales que Uruguay le debe desde hace ya tiempo al Fondo. Reformas incluidas en la carta intención que firmaron más de un gobierno hasta ahora en el pasado y que no llegaron a cumplirse. ¿Qué expectativas tiene usted en ese plano? ¿Cree que el gobierno del Encuentro Progresista podrá hacer eso que gobiernos de los partidos tradicionales no pudieron?
CL - Sí, la experiencia me dice que muchas veces los gobiernos de izquierda terminan siendo bastante conservadores podemos mirar lo que pasa en Chile y tienen una capacidad política mayor para convencer al electorado y al Poder Legislativo de la necesidad de hacer ciertos cambios. Uruguay en realidad es un país muy conservador no digo ideológicamente, sino con mucho miedo a hacer cambios, comparado con otros países, pero creo que se da una oportunidad para que este gobierno empuje esos cambios. Depende del juego político interno.
Creo que se puede hacer, es la experiencia de otros países. Por supuesto para Uruguay es una experiencia nueva, pero después de haber crecido tan fuertemente como lo hizo el año pasado, con una situación internacional razonable en la parte de precios salvo el del petróleo, que juega en contra, puede manejar esto, la parte fiscal y monetaria y la parte estructural.
EC - En la parte estructural, justamente, ¿qué menciona usted como lo más urgente?
CL - Por supuesto, tiene que seguirse el proceso de reestructuración del sistema bancario, que sufrió mucho en los últimos años; tiene que analizarse todo el tema de pensiones, que también es un peso muy grande para Uruguay...
EC - En particular las cajas paraestatales.
CL - Exactamente, donde existe un peso muy grande para la economía uruguaya con un sistema que era muy generoso, un problema que enfrentan otros países con tasas de crecimiento poblacional muy baja, como los europeos y el mismo Estados Unidos.
El otro gran tema es qué hacer con las empresas del sector público. El electorado uruguayo tiene una preocupación muy grande en hacer una privatización a tabla rasa, pero de todas maneras tiene que pensarse en mecanismos para seguir mejorando la eficiencia de estas empresas; ni siquiera hablo de privatización, pero por lo menos de reestructuración en muchas de ellas.
EC - Usted ha dicho en estos días que a Argentina le convendría seguir el camino de Brasil y en el mediano plazo desligarse de la asistencia financiera del FMI. Justamente, las autoridades de nuestro país ya expresaron una intención de ese estilo. ¿Qué posibilidades tiene un país tan endeudado como Uruguay de llegar a esa situación? ¿En qué plazos cree que puede lograrse?
CL - Uruguay tiene una deuda importante con el Fondo y creo que no va a poder dejar de tener programas por un período de entre tres y cinco años, por lo menos. O sea que el horizonte es que puede haber un pequeño grado de desendeudamiento con el Fondo en el futuro cercano y después se tendrá que ir repagando, pero no veo una posibilidad real de decir "no tenemos más programa con el Fondo" durante gran parte del período de este gobierno.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe