El más que probable agravamiento de la crisis que vive hoy Argentina y las más que seguras repercusiones que esa situación tendrá a nivel local centran hoy por hoy los análisis y las discusiones en Uruguay, tanto a nivel económico como político.

Existen temores reales por el impacto en la actividad turística, que sigue dependiendo mayoritariamente de la llegada de visitantes de ese país. El gobierno puso en marcha una serie de medidas monetarias y evalúa implementar, según dijo, algunos beneficios para los sectores que, ya hoy, se muestran afectados por la crisis que llega desde el otro lado del río de la Plata.

"Por suerte Argentina tiene un tipo de cambio libre, de lo contrario, no lo habría podido sostener", dijo en entrevista con Rompkbzas el economista Hernán Bonilla.

El director del Centro de Estudios para el Desarrollo recordó que Mauricio Macri había recibido una herencia compleja desde el punto de vista macroeconómico que debía resolver. Optó, dijo, por una estrategia gradual. Pero la pregunta era si le daría el tiempo para llegar al equilibrio.

"La bomba estalló más rápido", lamentó Bonilla, agregando que el plan de Macri fue, además, extremadamente lento, aumentando el gasto público en vez de disminuirlo.

Bonilla remarcó que Argentina estaba expuesta a un golpe si las condiciones de la economía internacional se modificaban.

"Lamentablemente eso ocurrió y ahora deberá hacerse de apuro lo que no se hizo en dos años: un ajuste peor que el debía haber hecho antes", dijo.

Bonilla fue consultado sobre cómo queda Uruguay en este panorama. "Claramente no estamos un escenario de riesgo o de crisis, pero también es un erro decir que estamos blindados".

El economista afirmó que habrá efectos, por la situación económica internacional por el hecho de que es una mala noticia para Uruguay que Argentina esté recesión.

Se trata, explicó, de un mercado que capta apenas el 5% de las exportaciones nacionales, aunque concentradas en sectores muy importantes para los que le vecino país es su único mercado: autopartes, pinturas y textiles, entre otros.

También, en forma obvia, el turismo. Un sector en el que, por la diferencia cambiaria, Uruguay resultará carísimo.

Bonilla sostuvo que, en ese contexto, el país debería acompañar, a su propio ritmo, una devaluación.

En los últimos días el Banco Central lleva comprados 500 millones de dólares para contener el tipo de cambio. Es, según Bonilla, el mismo monto que lleva invertidos Argentina. "Es mucho" afirmó, aunque tomando en cuenta el nivel de reservas, no complica.

El economista dijo que es cuestionable si tiene sentido usar las reservas si el dólar, de todas formas, igual va a subir a raíz del incremento de las tasas de interés internacionales.

En el corto plazo, Bonilla estimó que la tendencia será a seguir viendo una economía casi estancada, que complicará el mercado de trabajo y la inversión.

En ese sentido se mostró preocupado por el déficit fiscal.

"Que Argentina nos sirva de lección. Estamos lejos de eso, pero para seguir lejos tenemos que tener cuentas públicas más prolijas", sostuvo. "Estamos a tiempo de hacerlo".