"Hay buenas chances de firmar este memorándum antes de fin de año", afirmó el diplomático, quien añadió que de alcanzarse el acuerdo "será un paso muy importante para promover las relaciones entre la Unión Euroasiática y el Mercosur a nivel del libre comercio".

Sofinskiy hizo estas declaraciones durante una disertación en el marco del evento "Rusia, los países emergentes y el multilateralismo", que se realizó en la Antesala de la Cámara de Senadores en Montevideo.

El embajador ruso destacó la importancia que tiene para Moscú la UEE, que actualmente trabaja en acelerar la cooperación con China a través del proyecto de la nueva Ruta de la Seda.

Esta iniciativa, aseguró Sofinskiy, permitirá "crear la gran asociación euroasiática continental, que puede ser la zona de integración más grande del mundo".

Sobre América Latina, el diplomático indicó que el vínculo con la región siempre se ha destacado por la falta de conflictos.

"Nunca fuimos enemigos de ningún país de la región. Tenemos relaciones privilegiadas con algunos países, apoyamos los regímenes políticamente amistosos, no le damos la espalda a nadie y construimos las relaciones con todos los países en la medida de nuestras capacidades", remarcó.

América Latina y el Caribe es una región donde "se realiza nuestra línea de pragmatismo, es decir, las relaciones se construyen desde las necesidades y los intereses naturales de las partes. Nos impresiona el creciente papel de su región en los asuntos globales, la independencia y la autosuficiencia", añadió.

ATAQUES A RUSIA

En su presentación, el embajador también se refirió a la compleja situación internacional y los permanentes ataques a Rusia.

"El mundo actual está afrontando cambios profundos y junto con las tendencias positivas como el movimiento hacia la democratización de las relaciones internacionales hacia el multilateralismo y el policentrismo, existen los factores opuestos, que separan el mundo y acumulan el potencial de conflictos", dijo el embajador ruso.

El resultado es "la agudización de discrepancias que no tienen nada que hacer con las diferencias naturales entre Estados sino a menudo solamente con las ambiciones geopolíticas de los particulares países", añadió.

El embajador se refirió también a las tensiones con los países de la región euroatlántica y comentó los esfuerzos de Moscú por formar un sistema euroatlántico común de seguridad y cooperación, idea iniciada hace 30 años por el exjefe de Estado de la Unión Soviética (1988-1991), Mijaíl Gorbachov, pero que no se ha realizado.

"La razón es que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y la Unión Europea prefieren una expansión política para contener a Rusia e imponer una presión política", acusando a Moscú de injerencias en otros países y atribuyendo la "responsabilidad de todos los pecados contra Rusia, una lista que puede no tener fin", explicó Sofinskiy.

"Por eso en muchas ocasiones tenemos un potencial de intolerancia, conflictividad, voluntarismo político, imposición de dominancia, discriminación, sanciones y proteccionismo. Esto lleva a un aumento de la inestabilidad de las relaciones internacionales", agregó.

SISTEMA POLICÉNTRICO

En cuanto los ejes de la política exterior de su país, Sofinskiy destacó el fortalecimiento de la seguridad internacional, la estabilidad de la economía y las finanzas globales, y la promoción de los valores democráticos universales, así como la cooperación en los organismos multilaterales como las Naciones Unidas los BRICS, el G20 y la Organización Mundial de Comercio.

Para Rusia, la prioridad es "la creación de un nuevo orden mundial que tiene que ser justo y sostenible sobre la base de un sistema internacional policéntrico, balance de intereses, la primacía del derecho y el papel central coordinador de la ONU, los principios de la democracia", expresó el diplomático.

El evento, auspiciado por el Centro Artiguista por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la agencia Sputnik, se realizó el martes con la participación, además de Sofinskiy, del ministro de Interior, Eduardo Bonomi, y de la politóloga Daiana Ferraro.