Long promueve consorcios para la exportación
En Uruguay casi la totalidad de las empresas son pequeñas o medianas y no están capacitadas para exportar solas. El senador nacionalista Ruperto Long presentó un proyecto de ley para promover la asociación de empresas que compartan intereses en el exterior. El legislador dijo que en el país "no existe una forma jurídica hábil para que pueda darse la asociación y tampoco apoyos en esa dirección".
(Emitido a las 9.10)
EMILIANO COTELO:
¿Cómo hace una pequeña o mediana empresa para aumentar sus ventas enfocándose al mercado externo?
Desde hace años escuchamos a las PYME uruguayas solicitarles a los gobiernos que se habiliten mecanismos que faciliten la exportación de sus productos. Justamente, ése es el punto de partida de un proyecto de ley que acaba de presentar el senador nacionalista Ruperto Long, sobre el cual vamos a conversar con él.
El senador Ruperto Long es ingeniero civil y fue presidente del LATU casi catorce años, trece años y medio, de 1990 a 2003.
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Senador Long, ¿qué razones lo llevaron a presentar este proyecto de ley sobre "Consorcios de Exportación"?
RUPERTO LONG:
En primer lugar la convicción de que Uruguay solamente se va a poder desarrollar en la medida que logre exportar muchísimo más, no un poco más sino muchísimo más. Y luego, si uno mira el mapa empresarial de Uruguay ve que hay del orden de 100, 150, 200 empresas, siendo muy generoso, que podemos considerar grandes empresas que pueden competir por sí solas en el mercado internacional. El resto de las aproximadamente 100.000 empresas en actividad que Uruguay tiene son micro, pequeñas y medianas empresas. Y allí hay un tema de escala fundamental, esas empresas que básicamente están pensadas para el mercado interno uruguayo, que es pequeño, no tienen luego escala para salir a competir en el mundo, todo lo que implica poder hacer estudios de mercado en el exterior, hacer presentaciones de productos, giras tecnológicas o empresariales, incluso adquirir know-how, de conocimiento para mantenerse al día y todo lo que son controles y certificaciones de calidad. Todas esas cosas es muy difícil que las empresas las puedan hacer de a una para la escala del mundo, que además es un mundo cada vez más de gigantes.
EC - Enseguida vamos a entrar un poco más en detalles, pero para no postergar más una definición, ¿por qué no introduce una definición breve? ¿Qué es un consorcio de exportación?
RL - Es una asociación de empresas, pero a través de este proyecto de ley les estamos habilitando una forma jurídica que les permita hacer esa asociación. Es una asociación para ciertos fines, las empresas mantienen su individualidad, cada una hace lo que está haciendo con su propia empresa, pero se asocian por ejemplo para concretar una exportación o para adquirir tecnología o insumos en conjunto que luego serán reexportados. Es una asociación parcial, porque las empresas mantienen su individualidad.
EC - No es un invento suyo, los consorcios de exportación existen en el mundo y en Uruguay también hay algunas experiencias.
RL - En el mundo tienen de 20 a 30 años de existencia con un éxito fenomenal. Países que podemos tomar como paradigmas son Italia primero y España luego, cronológicamente, donde del orden del 10 por ciento de las exportaciones se canaliza a través de consorcios de exportación. Ahí existe una forma jurídica, existen incentivos y apoyos para construirlos porque se sabe que si no se logra ese agrupamiento no se avanza. En Uruguay ha habido intentos a pulmón que ha llevado, por ejemplo, la Cámara de Industrias del Uruguay, hay expertos, como el contador Antonio Maeso, que han armado consorcios, pero con las dificultades que señalábamos: no existe una forma jurídica hábil para que pueda darse la asociación y no existen tampoco apoyos o incentivos para que se avance en esta dirección.
EC - Enseguida vamos a ver qué es lo que permitiría una ley como ventaja, como avance para el desarrollo de estos consorcios. Pero antes, y a propósito de ley, en nuestro país ha habido proyectos presentados en el Parlamento.
RL - Es verdad, hubo un proyecto en la legislatura anterior, por allá por el año 2002, presentado por el diputado Sebastián da Silva; ese proyecto obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados y luego nunca fue tratado ni aprobado en Senadores. Ahora estamos arrancando al comienzo de una legislatura, hemos encontrado un clima muy favorable en todos los actores, de modo que confiamos en que esta vez sí. Es un poco el mal de Uruguay, aquello de la odisea del despacio, no hay que olvidar que Alvin Toffler decía que el comienzo del siglo XXI es la época de la supervivencia de los más rápido, y a nosotros nos demora años, legislaturas. Tendría incluso alguna anécdota para contarle en algún momento cosas que he vivido estos días en el Parlamento.
EC - A ver, una breve.
RL - Acabamos de darle media sanción, ahora sí, al proyecto de ley de archivos fílmicos. Como yo presido la Comisión de Educación y Cultura me tocó presentarla en el plenario y agradecer a todos los que habían participado en su redacción. ¿Sabe con quién tuve que comenzar? Con la doctora Adela Reta, pero en la época en que era no presidenta del Sodre sino ministra de Educación y Cultura.
EC - O sea, hace más o menos veinte años.
RL - Más o menos. Y vamos por media sanción, vamos a ver si terminamos esta legislatura con la sanción completa.
EC - Volviendo al proyecto de ley sobre consorcios de exportación, ¿cómo se elaboró éste que usted ha presentado? Toma como base el del diputado Sebastián da Silva.
RL - Sí, efectivamente; toma también los intereses o las preocupaciones de toda la gente que ha trabajado en estos temas por supuesto que como todo es mejorable y les agrega algunos otros condimentos. Yo diría que el primer punto es habilitar la forma jurídica adecuada, aquí se toma como base, para no crear o inventar otras formas, la de grupo de interés económico, que ya está definida en nuestra legislación, pero con una modificación sustancial: que los consorcios de exportación que se crearían, estas asociaciones de empresas, responderían con su propio capital, con su propio patrimonio, pero los miembros de los consorcios no responderían por las obligaciones contraídas por los consorcios.
EC - ¿Por qué esta precisión es importante?
RL - Es fundamental.
EC - ¿Por qué tiene esa trascendencia?
RL - Porque no estamos hablando de una asociación de empresas que se fusionan en una única, son empresas que mantienen su individualidad. Van a ser una operación, por ejemplo una exportación a un país; el conjunto es de diez empresas, pero a ese país en particular exportan seis, entonces las otras cuatro no pueden ser solidariamente responsables de cómo les vaya a esas seis. O deciden adquirir una máquina en común, pero no va a ser operada por todas ellas sino por algunas. En cada caso se podrán constituir garantías complementarias de aquellas empresas que estén más interesadas en esa operación, siempre y cuando sea necesario, si no lo es se responde por el patrimonio común, que es el que es propiedad del propio consorcio, y por las empresas. Para evitar que esta asociación lleve a que el fracaso de una arrastre a todas las demás, lo cual iría en una dirección muy distinta de la que aquí se procura dar. De modo que ese es un cambio muy importante.
EC - Usted está mencionando uno de los ejemplos de por qué se necesita una ley para que efectivamente estos consorcios funcionen. ¿Qué tipo de facilidad, qué tipo de marco propio deben tener? ¿Qué otras de las disposiciones de la ley destaca en ese sentido?
RL - Destacaría el establecimiento de un registro de consorcios de exportación donde todos los consorcios que se vayan creando se vayan registrando, porque eso tiene efectos en algunos beneficios que se otorgan, por ejemplo, la exoneración del aporte patronal de la seguridad social para un número de hasta cinco empleados por consorcio y hasta un máximo de 100 unidades reajustables por empleado, se establece una pequeña exoneración, una pequeña ayuda para estimular que el consorcio se constituya y tenga algún beneficio, y también alguna exoneración tributaria que pueda derivar de la propia operación del consorcio, se lo exonera de impuestos como el impuesto a las comisiones, si hace una determinada operación de compra-venta, que es parte de su naturaleza, se los exonera por un período de tres años a partir del momento de inscripción en ese registro. Pero a su vez se establece que el Poder Ejecutivo deberá promover la constitución y el desarrollo de los consorcios de exportación, y para ello deberá adoptar medidas que otorguen determinadas simplificaciones en los diversos ministerios; se le otorga 60 días al Poder Ejecutivo para que a través de la reglamentación otorgue otros beneficios adicionales. El tema está en que esto se vea como una herramienta importante. Lo que hacen España, Italia, que usted me preguntaba, es, por supuesto, crear una ley que dé cierta seguridad jurídica. Por supuesto que da algún pequeño beneficio tributario, pero sobre todo lo toma como una bandera y entonces, a través del propio Poder Ejecutivo, de los ministerios, se genera una cantidad de mecanismos de apoyo, mucho de los cuales son simplificaciones en trámites, tratamiento privilegiado en el exterior para facilitar la presentación de los productos y todo el accionar.
O sea, se dice: si yo no logro que las empresas uruguayas, que son pequeñitas, se asocien, no voy a poder exportar más, o voy a quedar en manos del éxito o el fracaso de 150 a 200 empresas. Entonces el contenido político de fondo del tema es impulsar la asociación de empresas, luchando muchas veces contra un individualismo demasiado exagerado que nos mantiene en esa pequeñez aldeana.
EC - Para volver a llevar esto a ejemplos concretos y para que nuestros oyentes se familiaricen con esta herramienta, ¿por qué no comentamos algunas alternativas, algunos casos de consorcios de exportación que podrían crearse? Por ejemplo, no necesariamente estamos hablando de que se consorcien empresas que producen lo mismo, aunque es un camino.
RL - Es un camino.
EC - Empresas que producen lo mismo o productos similares pero en pequeña escala que quieran sumar escala para las gestiones, para la promoción, para los trámites, para los negocios, etcétera. Ese es un ejemplo posible y quizás sea el más inmediato, el más obvio que se le ocurra al oyente. Pero hay otros casos.
RL - Absolutamente. Ejemplo de lo mismo podría ser un consorcio que se ha generado reitero, con toda la falta de apoyos legales e institucionales en materia de exportación de vinos, los vinos uruguayos son muchos y buenos pero la mayor parte son bodegas pequeñas, por lo tanto el asociarse les ha permitido generar folletería, estar presentes en los grandes eventos internacionales, etcétera, y de a poco ir generando un nombre.
Un ejemplo distinto que me tocó vivir desde el LATU con un consorcio de exportación pero a pulmón, fue el comienzo de las operaciones con El Salvador, país con el cual se concretó que una cadena de supermercados, los supermercados Europa, que es grande, de primer nivel, decidiera comenzar a comprarle a Uruguay; precisaba un surtido de cosas muy variadas y allí se logró una especie de asociación de unas 15 a 20 empresas uruguayas, algunas que vendían detergentes, otras productos alimenticios, otras vendían elementos de tipo artesanal. Se logró enviar todas las cosas en un mismo contenedor, con lo cual se bajan los costos de transportes, se baja todo el tema de los trámites. La presentación luego se hace conjunta, en ese caso se armó una especie de semana de Uruguay en El Salvador, lo cual fue un desembarco por lo alto que ninguna empresa en particular hubiera podido hacer porque de esas veinte empresas diecisiete o dieciocho eran pequeñas.
Allí se ven las ventajas de la asociación mientras cada empresa se mantiene haciendo lo propio. Podría ser regional, ¿por qué no un conjunto de empresas de Colonia, del litoral o de Rocha no se asocia para trabajar en conjunto? La asociación es geográfica pero empiezan a imponer la marca producto de una región de Uruguay que tiene determinadas características.
Otra cosa parecida que hicimos en LATU fue conseguir una determinada asistencia técnica y volcarla a un conjunto de empresas. Ahí pueden ser empresas del ramo si es una tecnología específica del ramo, y si se trataba de técnicas de calidad o de gestión esa asistencia técnica podía barrer horizontalmente empresas de distintos ramos. Pero en definitiva los beneficios de la asociatividad son siempre muy grandes y yo diría que para la escala de las empresas uruguayas es indispensable. Si usted mira ejemplos como los que yo ponía y otros, algunos de los éxitos que Uruguay ha tenido en el exterior o está empezando a tener en el exterior se basan en esa premisa. Démosle entonces un sustento sólido, dado que vemos que es un instrumento válido.
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EC - Una pregunta que viene desde la audiencia: ¿por qué usted presenta este proyecto ahora, por qué no se plasmó una ley como ésta cuando usted estuvo al frente del LATU, por ejemplo? ¿Por qué ahora?
RL - Porque tengo la oportunidad de hacerlo en forma directa y personal, y llevar adelante esa batalla, que es de las oportunidades que uno tiene estando en el Parlamento. Como ya ilustré anteriormente, en cuanto a luchar por este tipo de alternativas desde otros ámbitos sí, bien que lo hicimos, y también apoyamos trabajos sobre este tema, la publicación del libro "Consorcio y exportación", justamente de Maeso y otros autores, la apoyamos activamente desde el LATU. Ahora tenemos la chance de ir a pelear donde se definen las cosas en materia legal y por eso lo estamos haciendo.
EC - ¿Por qué hasta ahora no existe un marco legal para los consorcios de exportación? ¿Qué interpretación tiene usted?
RL - Pienso que por las razones que dije anteriormente, a veces no se toma debida conciencia de los temas que son realmente importantes para el país, entonces duermen el sueño de los justos, todo el mundo teóricamente está de acuerdo. La media sanción que tuvo el proyecto anterior en Diputados fue por unanimidad, sin embargo luego nadie lo recogió y lo llevó adelante en el resto de la legislatura. Siempre hay discusiones y opiniones a propósito de si se puede hacer más, agregarle más cosas para beneficiar a los consorcios o podarle algunas de éstas; aunque, reitero, hemos hecho el proyecto con las cosas sustanciales, justamente para reducir la discusión. Pero no encuentro ninguna razón de fondo, encuentro más que nada esa lentitud que tenemos en Uruguay para tratar y aprobar los temas, y terminarlos.
EC - En función de esos antecedentes, ¿cuál es la viabilidad política de este proyecto? Porque estamos ante un proyecto que se presenta desde la oposición, lo presenta un senador blanco, y el gobierno es hoy del Encuentro Progresista-Frente Amplio, que tiene, además, mayoría propia en las cámaras. ¿Usted ha hecho sondeos a propósito de cómo se ve un proyecto de este tipo en el gobierno, en el Poder Ejecutivo?
RL - Sí, efectivamente, he hecho sondeos y entiendo que la respuesta es favorable en cuanto a la necesidad y la conveniencia de impulsar un proyecto de este tipo. Y por otro lado mi convicción personal es que el encontrar puntos de coincidencia entre gobierno y oposición es algo muy importante para un país. Acá no se trata solamente de que la mayoría gobierne sobre la minoría, que además son siempre circunstanciales, sino de que Uruguay empiece a construir uno a uno un amplio abanico de puntos de encuentro. Y ésta me parece una excelente ocasión. Es más, si este proyecto, como yo supongo, sale efectivamente aprobado, habiendo nacido en la oposición, más mérito, mejor para Uruguay, mejor para todos los actores, mejor incluso para el propio gobierno, porque muestra una amplitud de miras que el país necesita en forma imprescindible.
EC - ¿Pero puede haber un trámite rápido?
RL - Puede haber. Yo veo un buen clima, veo un buen apoyo de los sectores involucrados y, por supuesto, ahora también va a depender de nosotros y en general de la opinión pública que entienda que es un tema relevante.
EC - Desde la audiencia Carlos, de La Teja, dice que uno de los principales elementos que incidieron en el desarrollo de las microempresas en Italia fue el financiamiento de los consorcios. ¿Está previsto esto? ¿Cómo?
RL - Cuando nosotros instamos aquí al Poder Ejecutivo a que en un plazo de 60 días establezca determinados mecanismos de apoyo, justamente apuntamos al crédito. Obviamente eso no lo puede establecer el Parlamento por ley, pero coincidimos con el oyente en que fue un elemento fundamental; también en España y en general en todos los países donde se ha impulsado la asociación de empresas se le ha dado algún tratamiento preferencial en materia de créditos, lo que no quiere decir regalar dinero sino dar ciertos apoyos en condiciones favorables.
EC - ¿Están dadas las condiciones para que exista ese tipo de financiamiento?
RL - No lo sé, vamos a insistir en esa dirección procurando lograr lo más posible. Cuando decimos ayudas, ayudas inteligentes como se las ha llamado, no estamos hablando de regalar dinero a manos llenas. Pero a veces pequeñas ayudas, a veces algún punto menos... Con el tema de la calidad, por ejemplo, habíamos logrado que el Banco de la República otorgara los créditos con algunos puntos menos en las tasas de interés a aquellas empresas que se certificaran ISO 9000 o similar. En este caso perfectamente podría haber un mecanismo que dijera: a aquellas empresas que se asocien, que por ende van a tener mayor chance de éxito y tienen una mejor posición ante el banco, van a tener algunos puntos menos de tasa de interés. Estamos pensando en ese tipo de mecanismos, pero no se trata de prometer espejitos de colores. Eso sin duda sería una gran mejora, coincido con el oyente en que hay que seguirle agregando condimento para que realmente el plato funcione.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe