Tras el bajo registro inflacionario de junio y las modificaciones de política monetaria anunciadas recientemente, ¿cómo son las perspectivas en materia de inflación para 2005?
Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Tea, Deloitte & Touche.
(Emitido a las 8.26)
EMILIANO COTELO:
La semana pasada el Banco Central anunció que flexibilizaría la política monetaria. Los analistas marcaron que eso resultaba necesario para asegurar el cumplimiento del objetivo de inflación para el cierre de 2005, que es de entre 5,5% y 7,5%.
Ayer, sin embargo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó el dato de inflación de junio, que volvió a marcar un aumento muy bajo de los precios. En concreto, los precios subieron apenas 0,27% y en los últimos doce meses, la inflación fue de solamente 4,14%. Se trata de un registro menor al límite inferior del objetivo de inflación. Con esos datos surgen varias preguntas. ¿Por qué razón la inflación es tan baja? ¿Qué marca el análisis detallado rubro a rubro? ¿Qué factores la pueden hacer subir de aquí a fin de año? En definitiva, ¿cómo se presentan las perspectivas para los próximos meses? Enseguida, conversamos con Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche.
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Pablo, si te parece bien, comencemos con las principales cifras.
PABLO ROSSELLI:
Me parece bien. Tú adelantabas dos cifras. En junio los precios al consumo subieron 0,27% y en la medida usual de 12 meses móviles la inflación fue de 4,14%.
Como la inflación de junio de este año resultó levemente menor a la de junio del año pasado, la medida en años móviles volvió a bajar.
De esta manera y en línea con lo que tú marcabas, la inflación se encuentra por debajo del rango objetivo manejado por el Banco Central. Para el cierre de este año, la inflación objetivo es de entre 5,5% y 7,5%. Y en rigor, la meta de inflación que hace un año se había fijado el Banco Central para los 12 meses terminados en junio era de 6% a 8%. En realidad, la comparación más relevante es esta última, si bien la diferencia entre ambos objetivos es muy reducida.
EC - Antes de ir a las causas de este desempeño de la inflación quería preguntarte sobre la relevancia del cumplimiento del este objetivo. Algunos oyentes nos han llamado temprano preguntando qué pasa. "Tener una inflación baja es bueno, ¿por qué estamos preocupados pensando en que tenemos una inflación baja?
PR: - Algunas veces hemos tocado este tema en el programa y es claro que la intuición le puede marcar a algunos oyentes que es peor incumplir el objetivo de inflación por arriba que por abajo.
Sin embargo, hay al menos dos factores a tener en cuenta. El primero tiene que ver con la previsibilidad que deben mostrar las variables económicas para tener un entorno apropiado para la inversión. En este sentido es claro que una inflación más alta que la esperada es indeseable si el país apuesta a tener un marco de inflación baja, cosa que está demostrado contribuye en el largo plazo a una mejor asignación de recursos y a un mayor ritmo de crecimiento económico. Pero una inflación baja, menor a la esperada, también genera dificultades porque eso supone que el costo medido en términos reales de los contratos celebrados en pesos es mayor a lo esperado. Las empresas que contrataron trabajadores pensando en una inflación de 7% para los doce meses terminados en junio de este año (la inflación promedio entre el piso y el techo del objetivo) se encontraron con que la inflación fue tres puntos menos. Lo mismo aplica para quien contrató algún financiamiento en moneda nacional.
EC - En cualquier caso, Pablo, el desvío no parece demasiado importante.
PR - Eso es cierto. Si pensamos en la larga tradición inflacionaria del país, podremos recordar que antes las variaciones anuales de la inflación eran mucho mayores. Afortunadamente, la previsibilidad de la inflación ha mejorado sustancialmente a partir del descenso de la inflación que tuvimos en los últimos 10 años.
De todas maneras, si pensamos hacia delante y pensamos en que Uruguay seguirá siendo un país de baja inflación, el desvío de los últimos 12 meses no es tan reducido.
Pero además, como decía antes, hay un segundo factor a tener en cuenta.
EC - ¿Cuál es el segundo factor, Pablo?
PR - El hecho de que la inflación esté resultando menor al objetivo está indicando que la política monetaria pudo ser un poco más expansiva en el pasado. Con esto no estamos criticando la gestión de la política en el sentido de que reconocemos las obvias dificultades para controlar la inflación a partir de los instrumentos monetarios. Pero en cualquier caso, si la política hubiese sido un poco más flexible, quizás habría contribuido un poco más a la reactivación de la economía. Hay que tener en cuanta que políticas monetarias más rígidas a la larga afectan el crecimiento de la economía.
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EC - ¿Por qué la inflación está siendo tan baja, Pablo? ¿Qué está ocurriendo a nivel de rubros?
PR - Cuando consideramos la evolución de los últimos seis meses, surgen con claridad cuatro tendencias asociadas a distintos componentes del IPC.
En primer lugar, los precios de los llamados bienes y servicios no transables internacionalmente están aumentando casi 10% en términos anuales. Es decir que están subiendo en términos reales (en relación al IPC). Eso obedece al cambio de precios relativos que se está observando en la economía. Durante la crisis, esos precios no subieron porque la demanda interna estaba en contracción. Bueno, ahora, ocurre el fenómeno inverso y por eso los precios no transables suben en términos del IPC.
En segundo lugar, los precios de los llamados transables internacionalmente, que dependen del tipo de cambio, están bajando levemente, menos de 1% en términos anuales. Y aquí lo que se observa es el resultado de la tendencia declinante que ha mostrado el tipo de cambio. De estas dos tendencias surge entonces que están cambiando los precios relativos en la economía. Las presiones inflacionarias actuales obedecen al cambio de precios relativos, que es la contracara de la inflación en dólares que hemos comentado otras veces en el programa. La inflación en dólares se corresponde con una suba de los no transables, del mismo modo que la caída de los precios en dólares obedecía a una caída de los no transables en términos reales.
EC - Decías, Pablo, que había cuatro tendencias. Mencionaste el comportamiento de los precios transables y de los no transables. ¿Cuáles son las otras tendencias?
PR - La tercera tendencia tiene que ver con el desempeño de los precios administrados (como las tarifas públicas, los servicios de salud, boletos, tarifa de taxímetros). En promedio, aunque hay excepciones, en los últimos seis meses han subido apenas 3% en términos anualizados, quitándole presión a la inflación en relación a lo que observamos en 2004, cuando tuvimos unos cuantos aumentos de tarifas.
Y la cuarta tendencia tiene que ver con la evolución del componente más volátil de la inflación que son las frutas y verduras que subieron en los últimos 6 meses más de 25% en términos anualizados.
EC - ¿Cómo se presentan las perspectivas para los próximos meses? A pesar de los bajos aumentos de precios de los últimos meses, ¿tendremos una inflación dentro del rango objetivo fijado por el Banco Central?
PR - Bueno, la semana pasada el Banco Central anunció una flexibilización de la política monetaria, con un aumento de las metas monetarias del tercer trimestre del año. Y a su vez, el presidente del Banco Central, Walter Cancela, marcó que si fuese necesario, esas metas se podrían revisar inclusive durante el transcurso del tercer trimestre.
En función de esos anuncios, deberíamos observar una mayor expansión monetaria, con cierto incremento del tipo de cambio. Si así fuera, los precios de los transables deberían subir un poco, contribuyendo a generar más inflación.
EC - ¿Y qué sucederá en materia de los demás precios? Desde el gobierno se ha marcado que en el segundo semestre se observará algo más de inflación por efectos de los ajustes de salarios y por otros factores como la reactivación de la economía.
PR - Sin dudas que la reactivación de la economía de a poco contribuye a generar algunas presiones inflacionarias porque en algunos sectores se va reduciendo la capacidad ociosa. Cuando eso ocurre, las empresas comienzan a subir sus precios. Si siguen teniendo demanda y tienen poca capacidad para expandir su producción, incrementan sus precios al alza.
Por otro lado, tendremos en el segundo semestre los resultados de las negociaciones colectivas de salarios. Si bien, algunos ajustes de salarios podrían contribuir a generar un poco más de inflación, en principio, si se mantienen las pautas dadas por el Poder Ejecutivo, a nuestro juicio no deberíamos observar por este lado presiones significativas sobre los precios.
Y finalmente, queda sí el tema de tarifas. La suba del petróleo observada hasta ahora, en particular, podría propiciar algún ajuste en los combustibles que tendrían algún impacto en el IPC. De hecho, recién comentábamos que los precios administrados habían subido poco y agrego ahora que en ese desempeño incidió la baja de combustibles de fines de diciembre, que por efecto de los promedios mensuales supuso un descenso importante de precios en enero.
EC - Y en función de esos comentarios, Pablo, ¿qué proyecciones están manejando para el cierre del año?
PR - Por ahora, nos mantenemos en la proyección que comentábamos la semana pasada, de una inflación de entre 5,5% y 6% para el cierre de 2005, aunque seguimos advirtiendo en definitiva cierto riesgo de incumplimiento del objetivo de inflación.
Tendremos que aguardar a la cifra de julio, porque tendríamos que observar en julio un registro significativo como consecuencia de algunos ajustes en la cuota mutual, en el servicio doméstico (que recogerá la suba decretada por el PE en el salario mínimo del servicio doméstico) y por mayores precios de la carne.