Entrevistas

Revaluación china, primer paso de un largo viaje

Revaluación china, primer paso de un largo viaje

La leve revaluación de la moneda china es "un primer paso", dijo el economista Arturo Porzecanski. "Pudiera ser un enganche, un primer paso muy importante por el cual a través de los años las exportaciones chinas no sean tan cuantiosas como hubieran podido ser y sus importaciones sean mayores", agregó. El analista afirmó que esta medida será positiva para Uruguay.

(Emitido a las  9.14)

EMILIANO COTELO:
Un 2,1 por ciento. Sin dudas fue el "dato del día" ayer, y puede incluso ser el dato del día hoy. Ese porcentaje corresponde a una noticia histórica que promete afectar los flujos comerciales y de capitales a escala mundial.

Un dólar costaba 8,28 yuanes en China desde 1997 como parte de un esquema de tipo de cambio fijo que se prolongó por 10 años y que al abaratar los productos de ese país fue, según opina la mayor parte de los analistas, la causa principal del crecimiento espectacular que ha venido mostrando esa economía.

La presión para que China revaluara su moneda fue muy fuerte en los últimos años y se hizo sentir desde varios lugares del mundo, pero muy especialmente desde Estados Unidos. Ayer, finalmente, el Banco Popular de la República China aflojó.

Ahora, 8,11 yuanes es el precio del dólar en China. Esto supone una revaluación del yuan de 2,1 por ciento, aparentemente poco pero toda una señal de un gran cambio.

Vamos a tratar de entender por qué esta noticia –tan lejana en principio– repercute de manera tan relevante en las economías de todo el mundo. Vamos a conversarlo con el doctor Arturo Porzecanski, ex analista financiero del ABN AMRO en Nueva York y actualmente profesor de finanzas internacionales en las universidades de Columbia y Nueva York.

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Doctor Porzecanski, antes de entrar en lo que pasó ayer, en esta decisión del gobierno chino de revaluar su moneda, vale la pena recordar los antecedentes, cuál era el esquema que se venía aplicando en China. ¿Podemos resumir la situación de los últimos 10 años?

ARTURO PORZECANSKI:
Mientras durante la crisis asiática de 1997-1998 la gran mayoría de las monedas asiáticas fueron devaluadas y después se revalorizaron –como estamos viendo en nuestra región en los últimos dos o tres años, muchas de las monedas que se devaluaron en 2002 han rebotado parcialmente en el último año y medio–, hubo ciertas excepciones, la moneda de Malasia nunca fue devaluada, impusieron ciertos controles de capital para defenderla, y la moneda de Hong Kong y la de China tampoco fueron devaluadas.

Ayer finalmente hubo una movida, la anunció China, y después la anunció Malasia; el dólar de Hong Kong es el único que queda incambiado, por lo menos por ahora. Pero es una revaluación, no una devaluación de dichas monedas. Se saltaron la devaluación de 1997-1998 y pasaron directamente a la revaluación, que es la tendencia que hemos visto en el último par de años.

EC – Una revaluación de sólo 2,11 por ciento. El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, dijo ayer que esta decisión era un "buen primer paso, una medida cautelosa hacia un mejor alineamiento de la economía de ese gigante asiático con el resto del mundo". Mi pregunta es: un movimiento gradual, con revaluaciones chicas como ésta, ¿era la única forma de salir de una década de tipo de cambio fijo?

AP – No; ciertamente podían haber hecho una revaluación más amplia de una vez. Pero, usted sabe, los gobiernos en general quieren controlar las cosas y hacer todo gradual. Lo que pasa es que a veces los mercados los pasan por arriba y lo que empieza con una pequeña medida se va agrandando. Es diferente revaluar que devaluar, podemos conversar un poco más sobre ese tema. Ciertamente, 2 y poco por ciento no es significativo pero pudiera ser el inicio de un movimiento sísmico si efectivamente China y los otros países de la región permiten una revalorización mucho más amplia de sus monedas.

EC – Justamente, a partir de la experiencia latinoamericana sabemos que en las devaluaciones se empieza por un movimiento pequeño pero después el proceso puede y suele descontrolarse y se entra en devaluaciones mayores. ¿En el caso de una revaluación también puede ocurrir algo de eso?

AP – También puede ocurrir. Imagínese, los que apostaron –y fueron muchos– a una revaluación de la moneda china en el día de ayer, ¿qué van a hacer en el día de hoy? Muchos de ellos van a redoblar la apuesta, de manera que podríamos ver más, no menos, entradas de capital a China, Malasia, Corea y otros países cuyas monedas pudieran revaluarse adicionalmente en los próximos meses, agravando la situación inicial que era de una súper acumulación de reservas.

Ahora bien, una cosa es quedarse sin reservas y otra es tener demasiadas. Claramente a la presión revaluatoria se la puede controlar un poco más que a la presión devaluatoria porque al fin y al cabo uno se queda sin reservas –como vimos en el Río de la Plata hace tres años–, hay que dejar que la tasa de cambio se vaya libremente y ahí es donde ocurre un movimiento mucho mayor.

EC – Antes de entrar en los impactos estrictamente económicos, en particular los impactos sobre los flujos comerciales y de capitales, me gustaría hacerle una pregunta sobre la forma como se llegó a esta decisión de China y las presiones e incluso amenazas que están detrás del movimiento de ayer. ¿Qué evaluación se puede hacer de esta medida desde una visión de economía política? La pregunta viene porque la presión que ejerció Washington en los últimos meses fue imponente, estuvo de por medio incluso la amenaza del Congreso de que se podía aprobar medidas proteccionistas muy severas en Estados Unidos en caso de que el gobierno chino no diera una señal como la que dio ayer.

AP – Efectivamente, así como con las devaluaciones el timing muchas veces es político y creo que en este caso lo fue. Quizás sus oyentes sepan que hace un par de meses uno de los senadores de Nueva York, Shummer, propuso imponer un arancel unilateral cuantioso sobre las importaciones de China si ésta no revaluaba la moneda, y sorpresivamente para todos el senador recibió la adhesión de más de 60 colegas, 60 de 100, para aprobar la medida. El Ejecutivo estadounidense enseguida se puso en campaña para ponerle paños fríos, pero la única manera fue obteniendo la promesa de China de que finalmente iba a revaluar y lo iba a hacer antes de setiembre, es decir antes de que el Congreso volviera de sus vacaciones. Y aquí estamos, a finales de julio, y ya empezó.

EC – Hablemos, ahora sí, de las consecuencias de distinto tipo. En primer lugar me interesa ver las consecuencias de esta revaluación del yuan sobre los flujos comerciales a nivel internacional. ¿Qué novedades se pueden esperar? ¿Qué espera usted?

AP – Los volúmenes de comercio que involucran a China son tan gigantescos que un 2 por ciento o un 3, un 4 o un 5 por ciento –lo que probablemente sea de aquí a fin de año– probablemente se pierda en el detalle. Pero pudiera ser un enganche, un primer paso muy importante por el cual a través de los años las exportaciones chinas no sean tan cuantiosas como hubieran podido ser y sus importaciones sean mayores.

EC – Los productos chinos empiezan a encarecerse ahora.

AP – Empiezan a encarecerse. Pero hay que recordar que China tiene una ventaja comparativa enorme, unos salarios bajísimos, una presión tributaria bajísima, unas tasas de interés bajísimas, todo es muy bajo en China, y eso les da un amplio margen a los productores chinos para comerse, absorber, compensar una revaloración de la moneda que no sea de tamaño gigantesco.

EC - ¿Entonces? Porque había una expectativa fuerte en esta dirección. En el caso de Estados Unidos concretamente, si mi memoria no está mal, la cuarta parte del déficit comercial corresponde al déficit con China, por eso había tanta presión política.

AP – Efectivamente, pero ahí mismo tenemos parte de la respuesta: hay tres cuartas partes que no están involucradas en el asunto. Aunque admito que ayer vimos varias monedas asiáticas –no sólo la de Malasia, sino varias otras, el dólar de Singapur, el won coreano– revaluándose, así que esto pudiera involucrar quizás, en un mejor caso, la mitad de las monedas que representan el déficit comercial estadounidense. Pero como mencioné, un 2, un 4, un 6 por ciento es algo marginal, de manera que los superávit asiáticos o los déficit de contrapartida que tiene Estados Unidos no van a desaparecer de un día para el otro.

EC – Había mucho interés en que esto empezara a moverse desde el punto de vista comercial. ¿Entonces?

AP – Había; es un primer paso. Los chinos tienen un refrán: incluso el viaje más largo comienza con un primer paso. Este tiene que ser un viaje largo, efectivamente, para que se note en los flujos comerciales.

EC – Otro de los impactos que se pueden esperar está por el lado del mercado de capitales. La política cambiaria que ha venido aplicando China hasta ahora, que sostenía al dólar, llevó al gobierno a acumular enormes montos de reservas –algo de eso usted ya dijo–, incluso China se constituyó en el principal demandante de bonos del tesoro de Estados Unidos en todo el mundo. ¿Qué puede esperarse a partir de esta flexibilización de la política cambiaria china?

AP – De forma paralela el gobierno chino y los otros gobiernos asiáticos, por ejemplo la India e incluso fuera de esa región Rusia, Brasil, Argentina, Uruguay y otros países que han venido comprando dólares con sus excesos en la balanza de pagos, no van a dejar de hacerlo de un día para el otro, pero el impacto sobre los mercados financieros va a ser –en efecto ya lo fue en el día de ayer– mucho más notable y repentino que el impacto sobre los flujos comerciales. Ayer vimos un aumento en la tasa de bonos del tesoro estadounidense, están todavía muy bajos pero están menos bajos que antes, y eso repercutió sobre muchos mercados, por ejemplo en nuestra región durante la tarde cuando la gente se dio cuenta de que el optimismo que había nacido en la mañana por el impacto de la revaluación china sobre los flujos comerciales pudiera ser neutralizado por la tarde y en los próximos días por el impacto adverso que viene al afectar la potencial demanda por bonos del gobierno estadounidense, bonos que ponen un piso a las tasas de interés en nuestra región.

EC - ¿Podría explicar esto un poco mejor? No sé si para el oyente es tan evidente la relación de una cosa con la otra.

AP – Cómo no. Lo que pasó ayer fue que los inversionistas institucionales en bonos del gobierno estadounidense se dieron cuenta de que este primer pasito hacia una revaluación en China significaba que el gobierno chino y otros bancos centrales de la región no van a ser demandantes tan importantes como lo han sido hasta el momento de bonos del tesoro estadounidense. Entonces, habiendo un poquito menos de demanda, el precio debiera ajustarse. Lo vimos durante el transcurso del día, el precio de los bonos estadounidenses cayó un poco, la tasa subió y eso representó la preocupación de que quizás iba a haber menos demanda que antes por los bonos estadounidenses. La verdad es que no va a haber menos demanda que antes, la demanda va a aumentar menos que antes pero va a seguir aumentando. Es decir, las reservas de China y otros países asiáticos van a seguir aumentando en los próximos meses porque esta revaluación no es, como mencionamos, lo suficientemente grande como para abolir sus superávit comerciales. Es sólo una disminución del aumento, pero aun así hizo eco en los mercados financieros.

EC – Y en nuestra región, ¿qué impactos corresponde esperar? Esto que acaba de pasar o este proceso que acaba de iniciarse de flexibilización de la política cambiaria china, ¿es favorable o es negativo para un país como Uruguay?

AP – En resumidas cuentas es favorable porque es un movimiento sísmico que tenía que ocurrir. Mejor que empiece, que empiece de esta forma controlada y ojalá que lo puedan seguir controlando más o menos a través del tiempo, porque obviamente, nadie quiere enterarse de que ha habido un cambio radical en la situación financiera internacional, eso hubiera causado secuelas en nuestra región. Ayer vimos movimientos relativamente leves en las variables, y eso es lo que probablemente veamos en los días y las semanas que vienen. Era un ajuste que tenía que suceder, y por ahora muy bien.

EC – Usted dice que en definitiva los efectos serán positivos para un país como el nuestro, pero en un proceso gradual.

AP – En un proceso gradual. Y también se aplica lo que mencionamos, en la parte comercial hoy por hoy algo importado de China no es tan competitivo como lo era anteayer, pero en la parte de los flujos financieros, como estamos en una región muy dolarizada, las tasas de interés de Estados Unidos importan y hoy por hoy están levemente más altas que antes. Son efectos contrarios, por ende no es una buena noticia en el sentido de que todo va con viento a favor, pero, como mencioné, todo el mundo sabía que esto se venía, entonces mejor que se venga, mejor enfrentarlo temprano, mejor tratar de hacer este proceso de revaluación lo más gradual posible y no tener que vivir pensando que en Asia va a explotar una bomba de tiempo y quién sabe lo que nos va a pasar.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe