Entrevistas

Las razones de la suba de combustibles

Las razones de la suba de combustibles

El presidente de Ancap, Daniel Martínez, afirmó que el ente ha hecho "un esfuerzo descomunal como empresa para lograr que el impacto fuera mucho menor". El aumento promedial fue de 6%. Martínez dijo que mientras el crudo subió un 60% en seis meses, los precios locales se incrementaron 20%. Agregó que el ahorro por las compras a Venezuela aún no se ha sentido, ya que el primer negocio con ese país se pagará en tres meses.

(Emitido a las 7.37)

EMILIANO COTELO:
Rige desde la pasada medianoche un nuevo aumento de los combustibles, que en promedio se ubica en el 6 por ciento. Se trata del ajuste al alza que realiza Ancap desde que asumió el nuevo gobierno, un incremento que abarca todas las variedades.

¿Cuáles son los nuevos precios? Para la nafta Premium 97 SP 33,80, con un aumento de 6,3 por ciento; para la Super 95 SP 32,60, con un incremento de 6,2 por ciento; para la Especial 87 SP el nuevo precio es de 31,10 y el aumento es de 6,5 por ciento; el gasoil aumenta a 21,30, con un aumento del 6 por ciento; el queroseno queda en 20, con un aumento de 6,4 por ciento; y el supergás queda en 26,40, con aumento de 6,2 por ciento.

¿Por qué este nuevo aumento? ¿Cuáles son sus consecuencias? El diálogo es con el ingeniero Daniel Martínez, presidente del directorio de Ancap.

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Ingeniero Martínez, sé que la pregunta puede sonar un poco obvia, pero ahí está: ¿cuál es la razón de este nuevo incremento?

DANIEL MARTÍNEZ:
Como ustedes saben, el 1 o 2 de agosto ya estaba a 63 dólares el barril de crudo, nuestra referencia en el último ajuste tarifario había sido con un crudo a 60; como siempre explicamos, como tomamos promedios mensuales pagamos promedios y por lo tanto lo que vale es buscar la estabilización de los precios, ver en qué entorno se estabilizan, porque en definitiva va a ser la forma como vamos a estar pagando.

De todos modos en este caso estuvimos esperando unos días más porque vino una baja de precios, a principios de setiembre el crudo estaba en el entorno de los 70 dólares, estuvo dos o tres días a 70,2, a 70,5 inclusive; se anunciaba esto que se vino dando, la apertura de las reservas petroleras de Estados Unidos, Japón y Europa para mitigar el impacto del huracán Katrina y la puesta fuera de servicio del 10 por ciento de la capacidad de producción de Estados Unidos y el Golfo de México y se dio un descenso de precios.

EC – ¿Usted está diciendo que este aumento de combustibles pudo haber sido mayor?

DM – Sí; no se traslada exactamente porque no sólo el crudo incide directamente en los precios, hay otros factores. Pero 70 dólares sobre 60, que era la referencia, era un 17 por ciento más en el precio de la materia prima, que impacta a su vez en un 60 por ciento en el costo final de los combustibles. Un 10 por ciento hubiera sido lo burdamente trasladable. Pero entre un poco apostar a que la situación se estabilizara o buscar un punto de equilibrio a nivel del mercado –que esperemos que se dé y descienda, y en ese caso descenderemos las tarifas–, y un poco seguir aplicando todas las oportunidades de negocios que hemos tenido, las reducciones de gastos internos de la empresa que venimos trasladando a la reducción de tarifas en la medida de lo posible por lo menos para atenuar los aumentos, decidimos esperar y logramos que el impacto, dentro de lo dramático que es tener que aumentar una tarifa porque el crudo se dispara, se redujera –aunque tampoco nos alegra para nada– a un 6 por ciento.

EC – Usted estaba comentando la evolución de los precios de referencia, y se manejaba todo el tiempo con los valores del West Texas. Hace pocos días un oyente nos preguntaba por qué en nuestro boletín de mercados internacionales hablábamos del West Texas para dar los precios del crudo. Ancap toma ese tipo de crudo en consideración para definir sus ajustes. ¿Por qué, teniendo en cuenta el peso que están teniendo las compras de petróleo venezolano?

DM – Es una referencia, porque todos los crudos se cotizan en referencia. Cuando compramos crudo venezolano nos cotizan con referencia al West Texas, cuando compramos crudo ruso o crudo africano se referencian con respecto al crudo Brent. Es una referencia nada más, no es que nosotros pongamos el precio del West Texas, en la fórmula ponemos el promedio de lo que estamos comprando en los últimos meses, el crudo que realmente compramos. Venezuela nos cotiza WTI menos 3, menos 4 en determinado tipo de crudo, más 1 en otro tipo de crudo, menos 6, menos 7 los crudos asfaltíferos, pero siempre toma como referencia el otro, es una forma de cotizar. También podemos poner el crudo de Uruguay, porque están todos interconectados. Cuando tú miras la información online que tenemos nosotros, ves que están todos interconectados y lo que se toma son promedios de relacionamiento entre ellos.

EC – La pregunta siguiente, que está en la cabeza de mucha gente, es: ¿entonces los negocios con Venezuela no han permitido moderar los incrementos de los combustibles en Uruguay?

DM – Claro que sí. Yo invito a hacer la siguiente cuenta. Cuando nosotros asumimos el valor de referencia del crudo era de 42 dólares y la referencia de crudo que tomamos ahora fue de 67, esperamos unos días más para poder determinar claramente cuál va a ser el escenario futuro del crudo. Bajó unos días a 63, ayer estaba en el orden de los 65,40, y de acuerdo a las estimaciones –que pueden cambiar porque es difícil prever el precio del crudo en este momento– de acá a un par de meses va a estar en el entorno de los 67, 68 dólares, ese es el valor. Entonces, si tú tomas los 42 con que nosotros empezamos, respecto de los 67, estamos hablando de 25 dólares de incremento sobre 42 iniciales, es más del 60 por ciento de incremento del crudo. 60 por ciento, que incide más o menos un 60 por ciento –un poco menos– en el costo de la tarifa; estaríamos hablando de que teóricamente el precio base de las tarifas de combustibles tendría que haberse incrementado más de un 30 por ciento.

EC - ¿De cuánto fue el aumento en lo que va de este gobierno, en estos tres ajustes? Fue del orden del 20 por ciento, según los números que tengo yo.

DM – Exactamente. Tampoco vamos a hacernos trampa –no estamos para engañar a nadie–, hay una parte de la tarifa, que en este momento es cerca del 20 por ciento, que no aumenta linealmente porque el Imesi varía cada seis meses basado en el aumento del IPC. Pero si tú haces las cuentas y separas ese porcentaje que quedó fijo y por tanto hace que sea siempre menor el aumento de las tarifas que el aumento del crudo, te da que hemos ahorrado un aumento de tarifa del orden de por lo menos 4 o 5 por ciento. Esto se hizo con los ahorros internos de la empresa, porque cambiamos créditos caros por créditos más blandos, porque eliminamos una serie de gastos que entendíamos superfluos, porque hemos hecho ajustes y estamos haciendo todo un plan buscando optimizar el funcionamiento de la empresa a todos los niveles para lograr ahorros de costos, porque hipotecamos márgenes de ganancia y porque en definitiva ya hemos empezado a hacer pesar los ahorros que genera la compra de petróleo a Venezuela. Enseguida voy a explicar cómo opera esa compra, porque a veces se simplifica demasiado el sistema de ahorro que genera.

Yo entiendo, la gente dice ¡maldición!, el precio de los combustibles se dispara, afecta mi bolsillo, y ni que hablar el sector productivo y el transporte, para los cuales es dramática la situación. Mucho más cuando tenemos países vecinos, sobre todo Argentina, pero también Brasil, que se autoabastecen de petróleo, subsidian sus combustibles. Argentina tiene un crudo de referencia de 33, 34 dólares internamente; cuando exporta lo hace a valor internacional, por eso si le compráramos combustible nos saldría más caro que procesarlo en Uruguay. Yo sé que la situación es dramática, pero la población tiene que tener claro que en el medio de esto, aunque no parezca, hemos hecho un esfuerzo descomunal como empresa para lograr que el impacto fuera mucho menor.

Ahora lo de Venezuela. Siempre dijimos, Venezuela nos vende a precio internacional porque tiene la obligación, no puede vendernos a precios subsidiados porque la OPEP no le permite vender a otro precio que no sea el internacional. ¿Cuál es la gran ventaja? Primero que el 75 por ciento que pagamos a 90 días –o sea que todavía no hicimos ningún ahorro, estamos pagando el embarque de hace tres meses, porque pagamos siempre a 90 días, estaremos pagando el primer embarque de Venezuela recién en noviembre– se puede pagar con productos, lo cual es beneficioso para el país; y el otro 25 por ciento se paga con dos años de gracia y luego en 15 cuotas anuales iguales, o sea que tenemos 17 años para pagarlo con una tasa de sólo 2 por ciento de interés, contra el 7, el 8 y hasta el 9 que pagamos en otros créditos.

EC – O sea que las ventajas son financieras.

DM – Justamente. ¿Qué es lo que vamos a hacer? Recién en noviembre tenemos el primer pago diferido –y después va a pasar en enero porque volvimos a comprar, etcétera–, vamos a cambiar créditos caros que estamos pagando, con intereses mucho más altos, porque si cambiamos un crédito del 9 por ciento por uno del 2 por ciento habrá un 7 por ciento de ahorro anual que podemos usar para otro tipo de inversiones. Año a año vamos a ir ahorrando capital por la vía del pago de intereses, no es un dinero que tengamos inmediatamente, es un ahorro sistemático que vamos a ir generando año a año por cambio de intereses caros por intereses mucho más baratos, que es lo que permite el préstamo.

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EC – Para finalizar dos preguntas concretas. En esta ocasión aumentan todos los combustibles, todos, no se salva el supergás, no se salva el queroseno, no se salva nada.

DM – Nuestra voluntad es seguir teniendo una política de reducción relativa de los precios del supergás, pero en las últimas tres veces no había tenido variación de precio. No creemos que lo que hicimos sea la mejor solución, pero en el directorio de Ancap pesó mucho el problema del precio del gasoil, sobre todo para el sector productivo. Hace ya cuatro o cinco meses viene trabajando una comisión multiministerial, uno de cuyos convocantes fue Ancap, buscando la solución al problema del gasoil.

EC – Sí, Ernesto Toledo, que es directivo de la Intergremial de Transporte de Cargas, consideró que es vergonzoso que se haya aumentado nuevamente las tarifas y en particular el precio del gasoil, teniendo en cuenta que después del primer aumento que hubo en este período de gobierno, el aumento de abril, el ministro de Transporte, Víctor Rossi, y las autoridades de Ancap se habían comprometido a crear un gasoil productivo. Eso nunca llegó y ya hubo dos aumentos más.

DM – Los transportistas saben bien que se está trabajando. Yo entiendo su posición, pero saben que es absolutamente complejo lograr una solución justa que abarque el mayor número posible de sectores, porque si uno toma una solución de emergencia –como estaba planteado en este caso, ya que la solución de fondo queda claro que va a ser a través de la reforma tributaria y de algún otro mecanismo que se ha estado manejando, como el tema de las patentes– tendría que no ser pagada por unos a costa de los otros dentro del mismo sector productivo y del transporte. No se encontró una solución ahora en el corto plazo y de emergencia, por eso en el directorio de Ancap tomó una resolución que no es la ideal pero es la única. Primero, el gasoil hay que aumentarlo porque es más del 40 por ciento del consumo de Uruguay, es el 42 por ciento de todo lo que vendemos, obviamente que tiene un peso descomunal en la tarifa, si uno no aumenta el gasoil los aumentos en todo el resto de la cadena son importantísimos. De ahí que la resolución fue: por la carga tributaria que tienen los combustibles, por más que siempre aumentemos lo mismo como Ancap, precio Ancap a la salida de la refinería, aumentemos lo mismo gasoil, naftas y todo, el mismo porcentaje –incluso en el primer aumento aumentamos menos el gasoil que las naftas, para que impactara menos–, como las naftas tienen Imesi, que es un impuesto fijo que varía solamente basado en el IPC cada seis meses, y el gasoil tiene IVA, que como es un impuesto porcentual aumenta cuando aumenta la base, siempre termina aumentando más el gasoil que las naftas. ¿Queda claro?

Entonces esta vez, para impactar un poco menos en el sector productivo y aunque en definitiva la resolución que tomamos en buena medida va contra el espíritu de lo que queremos hacer de fondo, que es tener un gasoil que se aproxime al precio de la nafta y encontrar soluciones para que el sector productivo y el transporte reciban un gasoil más barato, por lo menos no impactamos con un aumento aun superior.

EC – El aumento del gasoil fue el menor de todos, fue de 6 por ciento.

DM – Aparte, si tú hacés las cuentas para atrás, vas a ver que el aumento del gasoil fue sustancialmente menor como precio Ancap, pero se vuelve a multiplicar por 1,14 porque tiene IVA tasa básica, mientras que las naftas tienen un impuesto fijo que no es afectado.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe