Marvin Ray Risco, director ejecutivo regional, explicó los planes de la firma y dio su visión sobre las dudas en cuanto a la calidad del empleo en el sector.

Weyerhaeuser, otro ejemplo del desarrollo forestal

En 2012, la forestal Weyerhaeuser estará en plena producción en Uruguay, con 3.000 empleados directos y hasta 6.000 indirectos. Ya inviertieron 270 millones de dólares y ese año, completarán entre 500 y 800 más. Desde enero, instalará en Montevideo la central para América del Sur. Marvin Ray Risco, director ejecutivo regional, explicó los planes de la firma y dio su visión sobre las dudas en cuanto a la calidad del empleo en el sector.

(Emitido a las 8.51)

EMILIANO COTELO:
La forestación está siendo muy discutida en Uruguay. En parte a raíz de la polémica sobre las plantas de celulosa y sus eventuales efectos contaminantes. Pero lo cierto es que esta actividad ha acercado al país a varias de las principales empresas internacionales del sector.

Un ejemplo es el gigante Weyerhaeuser, un grupo estadounidense forestal, maderero y papelero fundado en 1900, que tiene casi 54.000 empleados alrededor del mundo y que en 2004 facturó 22.700 millones de dólares.

Una compañía que está presente en Uruguay desde 1997 con inversiones muy fuertes, que proyecta otras y que en estos días completó su apuesta a nuestro país, al ubicar en Montevideo su centro de dirección para América del Sur.

Sobre esta noticia y sobre Weyerhaeuser en general vamos a conversar en los próximos minutos con Marvin Ray Risco, quien a partir del 1 de enero de 2006 será director ejecutivo de Weyerhaeuser para América del Sur desde Uruguay.

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Señor Risco, usted es peruano, tiene 40 años de edad. ¿Desde cuándo se encuentra en Uruguay?

MARVIN RAY RISCO:
Desde enero con mi familia, pero viajando a Uruguay desde 1998, directamente involucrado con los proyectos Colonvade y Los Piques.

EC - Weyerhaeuser Company opera en 19 países y sus acciones cotizan en la bolsa de Nueva York. Como ya mencioné, tiene casi 54.000 empleados y en 2004 facturó 22.700 millones de dólares. Son números impresionantes vistos desde Uruguay, porque esa facturación anual que acabo de citar se acerca al doble del Producto Bruto Interno de todo nuestro país, que anda en los 13.200 millones de dólares.

¿Podemos definir cuál es el negocio de la compañía? Es un negocio bastante diversificado.

MRR – Sí, el negocio de Weyerhaeuser empezó en el año 1900 basado inicialmente en la forestación, la cosecha y la venta de troncos. En una trayectoria de más de cien años fue creciendo a otros negocios, inicialmente a madera aserrada, después a productos de bobinados, en los años cincuenta y sesenta empezó a hacer celulosa, papel, cartón o caja de cartón para reventa, y en los últimos 20 años también entró al área de transporte marítimo apuntando a sus propios productos y en la construcción de casas.

EC – ¿Es una empresa de capitales 100 por ciento estadounidenses?

MRR – Cotiza en la bolsa de Nueva York o sea que cualquiera en el mundo que puede comprar una acción en Nueva York puede ser dueño de Weyerhaeuser comprando sus acciones.

EC – Yo recordaba que la presencia del grupo en Uruguay se inició en 1997, momento a partir del cual ha ido creciendo. ¿Podemos poner al día qué es hoy Weyerhaeuser en Uruguay, en qué consiste esa presencia? Para empezar, ¿bajo qué nombres opera?

MRR – Weyerhaeuser gerencia tres empresas en Uruguay. La primera fue fundada en 1996 y empezó sus operaciones en 1997; es Colonvade SA. En 2001 hubo una compra de una empresa canadiense que operaba en Uruguay, que se llamaba Los Piques SA y esa es la segunda empresa que operamos con el nombre Los Piques. Y en 2004 iniciamos otra evaluación estratégica de crecimiento y establecimos una tercera empresa, Weyerhaeuser Uruguay, para seguir ese estudio y hacer nuevas inversiones.

EC - ¿Cuáles son los rubros en los cuales opera Weyerhaeuser aquí?

MRR – Básicamente la compra de tierras y el establecimiento de plantaciones forestales, la mayoría de pino y algunos de eucalipto.

EC - ¿Cuántas hectáreas tiene el grupo en nuestro país y cómo están divididas en cuanto a su aprovechamiento?

MRR – Hoy en día tenemos bajo nuestra gerencia 132.000 hectáreas.

EC - ¿Dónde están ubicadas?

MRR – La mayoría en Rivera. 60 por ciento en Rivera, 30 por ciento en Tacuarembó y el resto en Paysandú.

EC - ¿Cómo se reparten entre pino y eucalipto?

MRR – 80 por ciento pino y 20 por ciento eucalipto.

EC - ¿Por qué ese énfasis en el pino, cuando estamos –quizás malacostumbrados– asociando mucho la forestación con el eucalipto?

MRR – Hay varias razones. Una es que Weyerhaeuser, siendo una empresa conservadora, al venir a invertir en Uruguay tiene como negocio principal el pino. Tiene los mercados, los clientes, la tecnología de proceso maderero en el pino, que es algo de menos riesgo. En segundo lugar, nosotros no apuntamos al uso del eucalipto para celulosa sino para valor agregado, tableros de bobinados, y además el eucalipto en eso todavía no es recibido muy bien en el mundo de la madera, es una especie nueva en ese uso.

EC - ¿Podemos ir un poco más en detalle con esta diferencia pino-eucalipto? Usted ponía el énfasis en que Weyerhaeuser apunta a la incorporación de valor a la madera. ¿Qué pasa en ese sentido con el pino y el eucalipto?

MRR – Básicamente se trata del manejo de la plantación. Si yo estoy apuntando a un uso celulosa de pino o de eucalipto lo que voy a hacer es plantar el máximo número de árboles por hectárea, lo voy a dejar crecer sin mucha intervención silvicultural, podas, etcétera, y le voy a meter una tala rasa en nueve años para eucalipto y dieciséis para pino. Si uno apunta a madera sólida, sin nudos, eso implica un manejo muy diferente, una rotación de pino de veintidós años, de eucalipto de dieciséis años, con raleos en el medio, un manejo de poda anual muy agresivo, porque esa poda es lo que crea esa madera sin nudos unos años después. Eso lo pones en un aserradero y te produce una lámina de alto valor estético. A eso es que apuntamos en principio.

EC - ¿A qué tipo de usos se destina esa madera?

MRR – La mayor parte es para uso interno, visual, dentro de casas o para muebles; molduras, mesas, gabinetes.

EC - ¿Qué otras alternativas hay?

MRR – Se puede usar adentro de los cajones, por ejemplo se pone un roble afuera y se usa la madera sin nudo adentro para que cuando se abra el cajón se vea bonito también.

EC – A esos efectos el eucalipto no está aún suficientemente considerado.

MRR – Sí, la realidad es que el eucalipto, si vamos diez años atrás, para madera sólida de alto valor no tenía buen nombre.

EC – Pero se ha ido avanzando de todos modos.

MRR – Exactamente, y Weyerhaeuser ha trabajado en un proyecto en ese tema en Brasil, en colaboración con Aracruz Celulosa, creando una marca que ahora se vende en Estados Unidos, Europa y Asia. Es eucalipto, pero es valorado más alto que el roble aunque no tanto como la cereza. Estamos posicionando el eucalipto pero con una marca que lo hace diferente del eucalipto normal que se encuentra en el mercado. Esa marca implica una calidad, un control del tipo de madera que se va a usar y una expectativa de cómo se va a comportar, quiere decir que fue secada y recortada de cierta manera para que en un año no se deforme.

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EC - ¿Por qué Weyerhaeuser decide desarrollar estas inversiones en Uruguay?

MRR – Inicialmente la empresa, como tiene larga trayectoria en el sector en el mundo, estaba observando el crecimiento en la región, en Brasil, en Chile, en el norte de Argentina, siguió paso a paso la ley forestal de Uruguay y empezó a mandar funcionarios a mirar, gente que conoce de suelos, que conoce la actividad forestal, y básicamente se fue dando cuenta de que las tierras eran buenas, eran parecidas a las buenas tierras del sur de Brasil, que no había razón para que un sector forestal en Uruguay no fuera algo viable y de largo plazo. El largo plazo es importante acá por la manera como nuestra empresa evalúa inversiones, lo hace de una manera perpetua, o sea que una plantación forestal rinde para siempre, con rotaciones continuas, con replantación. Hay otros factores que indican cuándo una inversión es buena o no, que tienen que ver también, porque es largo plazo, con temas como ambiente social, nivel de educación, compromiso a la inversión del extranjero, protección y una trayectoria democrática comprobada. Uruguay cumplía con todos estos puntos.

EC – Los subsidios a la forestación que estableció aquella ley que usted mencionó, ahora ya no existen.

MRR – No.

EC - ¿De todos modos el negocio sigue interesando?

MRR – Sí, la empresa consideró todos los factores de la ley forestal, pero si uno apuesta sólo a beneficios fiscales o subsidios, realmente no está evaluando un negocio a largo plazo económicamente viable. Si está mirando cien años de operación, ¿quién te garantiza que va a haber un subsidio o no?

EC – Y el Tratado de Protección Recíproca de Inversiones con Estados Unidos, que está avanzando ahora, se logró desbloquear el obstáculo y ahora todo indica que va a tener aprobación parlamentaria, ¿qué incidencia, qué importancia tiene para ustedes, para una empresa de origen estadounidense?

MRR – Perspectiva histórica: vinimos antes de que hubiera un tratado. Al mismo tiempo es una señal del gobierno muy importante a Estados Unidos, al mundo, al inversor, de que sigue la misma trayectoria de protección al inversor extranjero.

EC - ¿Por qué ahora toman esta decisión de pasar a dirigir todos los negocios de la compañía de América del Sur desde Montevideo?

MRR – Hay varias razones. Una de las principales es dar una señal fuerte del compromiso que la empresa tiene con Uruguay. Al mismo tiempo, en la trayectoria del crecimiento de nuestras plantaciones, estamos llegando a la fase de una inversión fuerte en la industrialización de la empresa y el comienzo de las actividades comerciales. Estos próximos años van a tomar un esfuerzo por parte de la empresa, de su sistema de evaluación e inversión de capital muy fuerte y es el momento indicado para hacer ese esfuerzo para asegurar el éxito. Además Uruguay geográficamente está ubicado centralmente en la región, eso incide; también hay buena infraestructura, hay la posibilidad de contratar profesionales de buen calibre y al fin le diría que hemos estado operando, tenemos una base fuerte en Uruguay y estamos muy contentos hasta hoy con la experiencia que hemos tenido.

EC – Más temprano usted detallaba las propiedades de Weyerhaeuser en Uruguay, un total de 127.500 hectáreas, de las cuales al año 2004 84.500 se encontraban forestadas. ¿Qué ha implicado como inversión? Hasta ahora son 270 millones de dólares. ¿Y en materia de empleo cuál ha sido la consecuencia?

MRR – Hoy en día tenemos entre 900 y 1.000 empleados directos y estimamos que indirectamente se da un impacto de entre 1.000 y 2.000. En el futuro vemos eso incrementándose significativamente.

EC - ¿Por qué? ¿Cuáles son los planes, cuáles son las inversiones programadas para los próximos años?

MRR – Voy a usar el año 2012 como referente; la razón es que en ese momento llegamos al primer nivel de escala de cosecha, y entre 2006 y el 2012 se va incrementando poco a poco el volumen de cosecha, pero desde 2012, desde 2010, se incrementa el doble, entonces es el primer año de escala significativa. Si apuntamos a 2012, vamos a estar cosechando 2,5 millones de metros cúbicos, tenemos la intención de procesar eso a 900.000 metros cúbicos de productos de exportación, valor agregado.

EC - ¿Qué productos?

MRR – Tableros enchapados, madera aserrada, madera aglomerada, MDF, LBL, son productos no tan comunes en Uruguay, pero hay una serie de procesos industriales que estamos considerando y honestamente lo que produzcamos va a ser dictado por la demanda de los clientes en los mercados a los cuales apuntamos.

EC – En particular, desde el año pasado vienen desarrollando uno de estos proyectos industriales en Tacuarembó.

MRR – Sí, la primera planta de todo el proyecto está en construcción en Tacuarembó. Se apunta a estar produciendo en marzo de 2006. Es una planta de tablero enchapado, el proyecto hoy en día es de una línea y ya se prevé una segunda línea en 2007, y va a ser una inversión inicial de 45.000.000 de dólares, con 25 que llegarán cuando venga la segunda línea.

EC - ¿Cuánto más se va a invertir en esos distintos proyectos en la fase industrial?

MRR – Para procesar los 2,5 millones de metros cúbicos se requiere una inversión en entre cinco y ocho plantas, dependiendo del tipo de productos que decidamos hacer, esas inversiones pueden ser de entre 20 y 130 millones de dólares cada una. Entonces tenemos un rango amplio de posibilidades de monto de dinero, pero pensamos que puede ser una cifra de entre 500 y 800 millones de dólares.

EC – Entre 500 y 800 millones de dólares es lo que Weyerhaeuser va a invertir en Uruguay en un lapso de cinco o seis años. Ese número circuló, trascendió en ocasión de la visita del presidente Tabaré Vázquez a Estados Unidos, y allí se generó una discusión a propósito de si era una decisión nueva de Weyerhaeuser o si ya formaba parte de los planes de la empresa en Uruguay, por ejemplo planes gestados durante el gobierno anterior. ¿Qué responde sobre ese tema?

MRR – Ya hemos estado acá durante tres gobiernos y pensamos estar mucho más, entonces cada gobierno va a tener su oportunidad de gestionar algunas oportunidades. Un ejemplo puntual: la planta en Tacuarembó es una inversión de Los Piques. Esa planta fue identificada con un pin durante el gobierno anterior y ese proyecto fue identificado para 40.000.000 de dólares. La segunda línea no está considerada en ese proyecto. Colonvade tiene un pin que define proyectos de alrededor de 360 millones de dólares. El proceso de evaluación anual y quinquenal de la empresa va cambiando las expectativas sobre la base de lo que uno ve que está ocurriendo en las plantaciones, si hay más crecimiento o menos crecimiento te va cambiando el esquema de inversión. Básicamente una parte de este monto fue capturado anteriormente, pero otra parte no, es nueva.

EC – En definitiva, ¿cuál será el total de puestos de trabajo que se generará en esta segunda etapa del desarrollo de Weyerhaeuser en Uruguay?

MRR – Estimamos que en 2012 debería haber 3.000 empleos directos y entre 3.000 y 6.000 indirectos.

EC – O sea 3.000 empleos directos en total, en todas las actividades de Weyerhaeuser en Uruguay, y 6.000 indirectos.

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EC - Volviendo al tema del empleo, en nuestro país se discute mucho sobre las malas condiciones en las que se desarrollaría el trabajo, sobre todo de los peones forestales en Uruguay. Malas condiciones no sólo en materia de pago sino también desde el punto de vista sanitario e incluso de los servicios de seguridad social. ¿Cómo manejan ustedes este asunto, en especial las tercerizaciones?

MRR – Como empresa multinacional tenemos normas y políticas que manejan nuestras actividades desde el punto de vista trato del personal y seguridad, que se aplican en todo el mundo. En Uruguay no tenemos un estándar diferente del que tenemos en el sur de Estados Unidos, en Canadá, Australia o Nueva Zelanda. Para nosotros en el empleado y el tema de seguridad y trato digno no incide si es un empleado directo de la empresa o un contratista, aplicamos las mismas expectativas.

EC – Ustedes han tenido que enfrentar juicios a raíz del comportamiento de las empresas en las cuales tercerizaron la contratación de personal para alguna tarea.

MRR – Sí, y por ese lado, desde 1997, cuando empezó nuestra experiencia en Uruguay, hemos seguido modificando nuestros contratos, exigiéndoles a los contratistas cumplimientos con la ley, y además controlando, hacemos auditorías de su gestión para asegurarnos el cumplimiento. Eso ha incrementado nuestro costo, pero lo ha incrementado porque ahora estamos seguros –tan seguros como podemos estarlo sin manejar su negocio– de que están cumpliendo con las leyes, pagando los costos sociales que deben pagar y usando los equipos y las normas de seguridad que exigen nuestros estándares.

EC – Pero se discute a propósito de si hay que pagarle o no al empleado esos equipos, se discute a propósito de los horarios de trabajo. ¿Cómo manejan esas dos variables, por ejemplo?

MRR – Parte de la contratación es la provisión del equipo que usan, no vemos que el empleado tenga que comprar su propio equipo, eso es parte del contrato que hacemos con la empresa con la cual contratamos.

EC – Porque pululan las denuncias a propósito de que en el sector forestal las empresas en las que se tercerizan determinadas tareas a su vez le exigen al empleado, a ese peón, que sea él quien compre sus equipos. Ustedes han tomado una decisión en sentido contrario, por lo que decía recién, ponen como condición a la empresa tercerizada que el equipamiento les sea suministrado a los empleados.

MRR – Es parte del costo de la contratación.

EC - ¿Y en materia de horarios? Porque también se habla permanentemente de condiciones de semiesclavitud en el sector.

MRR – Desde nuestro punto de vista el trabajador forestal rural es tratado como todos los otros trabajadores rurales. Pensamos que la hora del trabajo empieza cuando llegan al trabajo y termina cuando salen del campo, la mayoría –creo que en nuestro caso son todos los empleados– van a su casa en la noche y vienen al trabajo en la mañana, y la mayoría de las quejas por horas extras en nuestro caso viene del viaje desde la puerta de su casa al campo, están exigiendo horas extra por el viaje.

EC - ¿Entonces? ¿Cuál es la respuesta de la empresa a ese tipo de planteos?

MRR – Nos parece que si aplicaran ese reglamento en Montevideo y en todas partes del país donde hay gente que viaja al trabajo, sería una norma, pero no vemos por qué sólo se tenga que aplicar en nuestro caso.

EC - ¿Qué pasa con la relación entre Weyerhaeuser y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS)?

MRR – Por mi parte creo que la relación es excelente, he tenido varias oportunidades de reunirme con el ministro y el subsecretario y hemos tenido charlas francas. Vemos que apuntamos a lo mismo, a establecer un ambiente en el sector forestal donde los estatutos laborales sean entendidos por todos y se apliquen, donde el tema de seguridad sea una expectativa cumplida. Nuestra filosofía es que el empleado vaya a su casa a la noche en la misma condición en que llegó al trabajo. El MTSS coincide. Creo que estamos dispuestos a trabajar juntos para identificar dónde están los casos de esclavitud en el campo, de mal pago e incumplimiento, a través de la Asociación Forestal empezar a identificar cuáles son las empresas que operan así para tomar las medidas adecuadas. Existen las leyes para tratar esos casos y hay que aplicarlas.

EC – Y en el otro frente polémico, el ambiental, el impacto que tiene el crecimiento de la forestación sobre el ecosistema, incluso sobre otras actividades agropecuarias, ¿cuál es la respuesta de ustedes? ¿Qué análisis han hecho? ¿Cómo manejan esta variable?

MRR – Como empresa tenemos un compromiso de producción forestal sustentable y del lado industrial aplicamos no sólo la reglamentación ambiental vigente en Uruguay sino más alta aun, la que aplicamos globalmente basada en la matriz central. Como sector nuevo en el país siempre va a despertar temores y preocupaciones, el sector tiene que trabajar con las comunidades donde está invirtiendo, donde está estableciendo estas plantaciones, para asegurarse de que hay comunicación fluida y que todos entienden qué cosas son problema y qué cosas no. Por ejemplo, en 1997 había un temor grande de que las plantaciones corrieran a las vacas, de que no entraran al campo; le puedo decir que hoy en día anualmente tenemos entre 50.000 y 70.000 cabezas de ganado en nuestros campos. Por el lado del ecosistema, del impacto en el agua, lo que hicimos inicialmente fue establecer un estudio en una microcuenca, en 200 hectáreas pusimos una serie de equipos que miden el flujo de agua todos los meses, tenemos un equipo de independientes que miden eso y están haciendo un análisis, eso involucra la Universidad de Uruguay, la Universidad de Carolina del Norte y varios otros expertos que independientemente evalúan la información. Establecimos una base de información en las 100 hectáreas que íbamos a plantar, de tres años, para tener una base normalizada, hemos puesto pinos ahí y ahora estamos midiendo a largo plazo. Este estudio debe indicar con toda la precisión que se puede cuál ha sido el impacto real.

EC – Ayer mismo, en el consejo de ministros que tuvo lugar en Villa Soriano, hubo productores que plantearon la queja. Decían que sus pozos se están secando como consecuencia de los predios forestales que están cerca. Usted dice que se está desarrollando un estudio que va a poder sacar conclusiones sobre por lo menos el impacto que tienen en materia de agua estas forestaciones que ustedes han desarrollado. ¿Cuándo van a estar prontos los resultados de esos trabajos?

MRR – El mes pasado tuve una reunión con los expertos que vinieron de Carolina del Norte, que se habían reunido ya localmente con los involucrados, y ellos me dicen que todavía faltan unos cinco o siete años para poder proyectar el impacto. Indicaciones iniciales es que si hay un impacto es menos, más sería en partes del mundo que se ha medido, una reducción del 70 por ciento, y un mínimo sería un 20 por ciento. Ellos están apuntando más a lo mínimo que a lo máximo.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe