Su director ejecutivo, Julio de Brun, si bien apoya la derogación del Imaba, criticó que el Impuesto a la Renta grave los depósitos.

Asociación de Bancos, nuevo actor del sistema financiero

Los 10 bancos privados que operan en plaza se agremiaron en la Asociación de Bancos Privados del Uruguay. Su director ejecutivo, Julio de Brun, apoya la derogación del Imaba pero cuestiona que el Impuesto a la Renta grave los depósitos. "Si a uno le molesta el viento en contra de un ventilador lo que tiene que hacer es apagarlo, no prender uno en sentido contrario", ironizó.

(Emitido a las 9.10)

EMILIANO COTELO:
El sistema financiero uruguayo tiene desde ayer un nuevo protagonista. Se trata de la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU), una gremial que viene a llenar el vacío dejado por Asociación de Bancos del Uruguay (ABU), disuelta hace más de dos años.

¿Qué se busca con la creación de este interlocutor único? ¿Qué coletazos de la crisis de 2002 falta superar en el sistema financiero uruguayo? ¿Qué perspectivas hay en cuanto a la recuperación del crédito? ¿Cómo es la relación con este gobierno, el primero de izquierda en la historia del país? ¿Cómo es el diálogo de los bancos con el equipo económico y con el Banco Central (BCU)?

Vamos a conversar sobre todos estos temas con el economista Julio de Brun, flamante director ejecutivo de la ABPU, ex presidente del BCU.

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Economista de Brun, ¿cómo definimos a la ABPU?

JULIO DE BRUN:
Es una organización de empresas, una asociación de empresas financieras de capital privado, cuyo propósito fundamental es trabajar en el desarrollo del sector privado financiero en este país y básicamente aprovechar las sinergias de trabajar juntos en el desarrollo de nuevos productos, favorecer el establecimiento de estándares en materia de percepción del negocio, relacionamiento con el cliente, valores éticos que estas instituciones en general comparten, y trabajar junto con las autoridades en lo que sea necesario para impulsar el crecimiento del sector financiero en Uruguay.

EC – ¿Qué bancos integran la ABPU?

J de B – Son los 10 bancos de capital privado que en este momento funcionan en nuestra plaza –espero no olvidar a ninguno–: ABN Amro, BankBoston, BBVA, Citibank, Crédit Uruguay, Santander, Discount Bank, HSBC, Lloyds TSB y Surinvest. Esos son los 10 bancos hoy por hoy cuyos accionistas son de capital privado y que funcionan en este momento en Uruguay.

EC - ¿Cuáles quedan afuera?

J de B – Básicamente el Banco Nación, porque su propietario es el Banco de la Nación Argentina, que es un banco propiedad del Estado y por eso no entra dentro de la definición de la asociación, y el Nuevo Banco Comercial (NBC), que si bien es una sociedad de derecho privado en Uruguay, su propietario es el Estado uruguayo; pero la idea es invitarlo en cuanto culmine el proceso de privatización.

EC – O sea que dentro de unos meses el NBC también formaría parte de la ABPU.

J de B – Exacto, en la medida que las autoridades lo acepten.

EC - ¿Pese a que en una primera etapa igual conservaría una porción del capital accionario en manos del Estado? ¿O recién cuando se complete todo el pasaje al sector privado?

J de B – Por lo que tengo entendido con relación a la propuesta de venta, la parte que queda en manos del Estado son acciones subordinadas que no implican la dirección de la empresa, le dan un rendimiento al Estado por un cierto período de tiempo, son acciones preferidas en cuanto al cobro de dividendos y demás, pero no lo hacen integrar el directorio de la empresa, o sea que desde el punto de vista del funcionamiento será perfectamente una entidad manejada por capitales privados.

EC - ¿Qué diferencias tiene la ABPU con su antecesora, la ABU?

J de B – Más allá de algún matiz en la definición de las entidades comprendidas, los objetivos son básicamente los mismos, justamente trabajar en lo que pueda ser el bien común y buscar espacios de crecimiento de las entidades asociadas en el marco de la economía uruguaya.

EC – Pero ustedes han aclarado, por ejemplo, que las relaciones laborales quedarán libradas al criterio de cada institución. ¿Eso no es algo que marca un contraste con la etapa anterior?

J de B – Claro, porque en aquel caso, sobre todo cuando se hacían convenios de salarios que la ABU firmaba obligando a todos los bancos participantes, finalmente por la vía de los hechos las diferencias en cuanto a conducción en materia de políticas laborales de cada una de las instituciones fueron haciendo que una a una se fueran separando.

EC - ¿Ese fue el motivo por el cual entró en crisis la ABU?

J de B – Básicamente sí.

EC – En el medio se cruzó también la debacle del sistema financiero.

J de B – Además de todo esto la propia crisis financiera, que también hizo caer a varios de los principales integrantes de la asociación en aquel momento, con lo cual al final quedaban muy pocos afiliados y por eso se terminó disolviendo.

EC – Entonces el frente laboral queda fuera de la órbita de la ABPU.

J de B – Más allá de lineamientos generales que se puedan estar discutiendo en el seno de asociación en lo que pueda ser la estrategia del sector financiero, las decisiones no obligan a los miembros.

EC – ¿Qué va a pasar en los consejos de salarios?

J de B – Va a firmar cada banco individualmente.

EC – Usted mencionó al pasar, entre los objetivos, la fijación de criterios éticos. Ese parece un aspecto delicado e importante: la crisis bancaria del año 2002 y la estafa que protagonizaron dos bancos privados (el viejo Banco Comercial y el Montevideo-Caja Obrera) parecen requerir la instrumentación de alguna política en esta materia.

J de B – En general los valores que mostraron estas instituciones, las que ahora son socias de esta asociación, contrastan con el comportamiento de las entidades que usted menciona. Todas, por más que eran entidades de capital extranjero, mostraron en todo momento un alto grado de adhesión y apoyo por parte de sus casas matrices a la situación de la economía uruguaya y del sistema financiero en ese momento, respaldaron íntegramente sus depósitos, cumplieron íntegramente sus obligaciones y siguieron teniendo una vocación de participación en la economía uruguaya. En general desde su organización comparten principios en cuanto a organización interna, mecanismos de control y de relacionamiento con sus clientes que son los que uno desearía como estándares para toda la plaza financiera uruguaya, y de alguna manera lo que se trata de hacer con esto es, justamente, elevar el nivel de la plaza financiera haciendo que lo que es normal para esas entidades pase a ser el mínimo requerido para cualquier entidad que actúe en la plaza financiera uruguaya.

EC - ¿Y cómo se va a concretar en los hechos? ¿Qué es lo que ustedes piensan redactar, implementar?

J de B – La asociación dentro de sus estatutos establece ese tipo de requerimientos, y vamos a trabajar junto con el BCU para ver cómo este tipo de cosas se puede establecer como un parámetro general para el sistema.

EC – Supongo que usted sigue preocupado por lo que pasó hace tres años y por terminar de cicatrizar las heridas.

J de B – Sí.

EC – ¿Hay un problema de imagen que forma parte del paquete de medidas que todavía convendría adoptar en esta materia?

J de B – No sé si es imagen de estas entidades en particular, no lo creo, dado que fueron las que salieron exitosas de la crisis, prácticamente sin ningún tipo de restricción en su funcionamiento, pero no olvide que dentro de los parámetros de la supervisión financiera las cuestiones relativas a los riesgos operativos, o sea incluyendo la calidad de la gestión y de los controles internos de la empresa, son una preocupación de la supervisión financiera, es de por sí un estándar instalado en otros países donde estos mismos bancos funcionan. Eso abre una posibilidad de colaborar con el BCU en cuanto a que estos requerimientos que hoy por hoy se han ido profundizando en todos los mecanismos de supervisión en el mundo también puedan estar presentes en la plaza financiera uruguaya.

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EC - ¿Cómo define la situación actual del sistema bancario privado tres años después de la crisis?

J de B – Básicamente se logró en la crisis salvaguardar un aspecto importante del rol del sistema financiero, que es ser intermediario y un actor fundamental en la cadena de pagos, en el sistema de pagos de la economía, eso está básicamente preservado. El problema es seguir reconstituyendo el rol del sistema financiero en cuanto intermediario entre el ahorro y la inversión, que es lo que quedó un poco más golpeado después de la crisis, por distintos factores, en parte por el tipo de estrategia que se siguió en la salida, en parte por las propias características de lo que ha sido el desarrollo de la economía uruguaya en estos últimos años, y en parte también por lo que es una tendencia internacional a cierto proceso de desintermediación. Cada vez más se desarrollan instrumentos en los cuales el acercamiento entre el ahorro y la inversión se da ya no sólo a través del sistema financiero sino también fuera de él. En ese contexto hay de todas maneras un proceso de reconstitución que básicamente está reflejado en la baja de los niveles de crédito respecto de años anteriores y en el cambio en la composición de los pasivos de los bancos, con una mayor concentración de depósitos a la vista que hace tres o cuatro años.

EC – Usted dice que allí están las heridas todavía abiertas.

J de B – No es una herida, es un hecho, y como tal hay que manejarlo y ver cómo se vuelve a que el sistema bancario tenga un rol más importante en esa característica de intermediario entre el ahorro y la inversión. Pienso que el crecimiento de la demanda de crédito va a ir contribuyendo a eso, no se olvide que también las empresas uruguayas –y esto más que una herida es una cosa positiva mirada a mediano plazo– están pasando por un proceso bastante intenso de recapitalización, las pérdidas sufridas por muchas empresas durante la crisis han llevado a que buena parte de las inversiones observadas en estos últimos años en Uruguay provenga de fondos propios, y hay un alto grado de repatriación de fondos de capitales hacia Uruguay asociada a este proceso, que es lo que ha estado financiando la inversión en estos últimos años. Por eso es que aun con un bajo nivel de crédito respecto del que se había alcanzado a fines de la década pasada, de todas maneras se ha dado un crecimiento importante de la inversión en los últimos años.

Cabe esperar que de aquí en adelante, y una vez reconstituidos los niveles de solvencia patrimonial por parte de las empresas uruguayas comerciales, industriales y demás, haya una mayor demanda de financiamiento de terceros de los procesos de inversión en las empresas, y ahí van a estar jugando un rol tanto el crédito bancario como el propio mercado de capitales en Uruguay, que uno también espera que tenga algún despegue en los próximos años. Ahí es donde, a través de los instrumentos que se puedan generar en ese momento, uno espera que el sistema bancario uruguayo juegue un rol importante.

EC – Uno de los problemas, decía usted, es el corrimiento de los depósitos hacia posiciones a la vista. Desde el gobierno se enfatiza que una de las ventajas de la reforma tributaria que se ha presentado en carácter de borrador es que promueve los depósitos a más largo plazo y en moneda nacional, porque la tasa del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) sobre los intereses de los depósitos en el caso de los depósitos a más de un año en moneda nacional o unidades indexadas sería del 3 por ciento y no del 10 por ciento, que es la tasa general que se prevé. ¿Cómo observa este tipo de instrumentos?

J de B – Creo que el efecto es exactamente el contrario, si hoy no tiene gravámenes no cabría esperar que por agregar un impuesto, por más que presente distintas tasas según los plazos, esa situación sea mejor que la de ahora.

EC – Para usted pesa mucho más el solo hecho de introducir impuesto a la renta sobre los intereses de los depósitos.

J de B – Por más que sea un 3 por ciento; hoy no es nada, entonces no hay demasiada ventaja en cuanto a cobrar un impuesto más bajo o más alto, según los plazos, respecto de la situación actual, en la cual no hay impuesto.

Además detrás de eso hay un error de percepción en cuanto a que el largo plazo es bueno y el corto plazo es malo. La curva de rendimiento para distintos plazos de interés importa en todo el negocio financiero, hay cosas que se necesitan a seis meses, cosas que se necesitan a un año y cosas que se necesitan a dos años. Poner una tasa de impuesto más baja por un depósito a dos años o a un año lo único que hace es dentro de nueve meses darle una ventaja a ese depósito a un año que va a estar a tres meses de finalizarse, que a un depósito de tres meses que se esté formando en ese momento. En todo caso uno debería buscar los incentivos por plazos residuales, pero no por plazo contractual del depósito. Además para uno desarrollar productos financieros, y sobre todo si uno busca desarrollar el mercado de moneda nacional, lo que necesita es buscar incentivos sobre toda la curva de rendimiento, o sea sobre los seis meses, sobre el año, sobre los dos años, lo que necesita es crear instrumentos para todos los plazos posibles, de tal manera que agentes económicos que tienen diferencias, por lo que puedan ser sus ciclos de negocios, en cuanto a maduración de sus proyectos, encuentren productos financieros adecuados para toda una variedad de plazos.

EC - ¿Cuáles pueden ser las formas de llegar a esos incentivos?

J de B – En el caso de lo que tiene que ver con el desarrollo de un mercado financiero en moneda nacional tiene un rol mucho más importante la estrategia que siga el gobierno en cuanto al endeudamiento en moneda nacional que estos desincentivos mayores o menores, pero siempre desincentivos, desde el punto de vista tributario sobre los depósitos. Uno esperaría ver al gobierno trabajando más activamente en la construcción de una curva de rendimiento para distintos plazos, con un sesgo más fuerte hacia el endeudamiento en moneda nacional que lo que se observa actualmente, porque se había avanzado mucho hasta comienzos de este año en cuanto al crecimiento de la deuda del gobierno central en moneda nacional respecto de moneda extranjera, y desde mediados de este año hacia acá uno nota cierta paralización en la composición del portafolio de deuda del gobierno central específicamente, que es el que más importa y en todas partes del mundo es quien por lo general lidera la construcción de una curva de rendimiento para instrumentos en moneda nacional.

EC – Volviendo a la introducción del IRPF sobre los intereses de depósitos, el gobierno argumenta que es una realidad en buena parte del mundo.

J de B – Sí, y es una realidad de la que buena parte del mundo trata de salir. El impuesto a la renta uno lo observa retrocediendo y no creciendo en el mundo. En definitiva uno adopta un modelo tributario en función de los objetivos que procura. Si uno pensara que Uruguay es un país con un alto nivel de ingresos por habitante, con un exceso importante de ahorro sobre inversión y donde uno razonablemente tiene poca preocupación sobre lo que pueda ser el crecimiento de las exportaciones y el fomento del ahorro, sino que lo que tiene a través de gravar la capacidad contributiva es tratar de captar parte de ese ahorro excedente que tiene la economía, razonablemente en ese contexto puede ser que un impuesto a la renta tenga un rol más importante que un impuesto al consumo.

Pero si uno está en una economía con bajo grado de ahorro y de inversión y trata de promover una imposición que discrimine lo menos posible entre el consumo presente y el consumo futuro, o sea, justamente, discriminar lo menos posible entre consumo y ahorro, y trate de tener un sistema tributario en el que los factores nacionales no se vean gravados o estén en desventaja frente a factores productivos extranjeros, y por lo tanto tenga mejores condiciones de pararse en un clima externo competitivo, en ese contexto es mucho más preferible la imposición al consumo.

Tal parece que la situación de Uruguay se parece más al segundo caso que al primero, pero es el tipo de comentarios u objeciones que uno podría hacerle a esta reforma tributaria.

EC – Supongo que es uno de los temas que ustedes van a conversar con el gobierno a partir de la creación de la ABPU.

J de B – Sí, en este marco de consultas y de observaciones y comentarios es el tipo de cosas que uno puede conversar.

EC – Porque paralelamente la reforma incluye la derogación del Imaba, que es algo que los bancos reclamaban.

J de B – Eso sí, eso es positivo y está dentro de los aspectos que uno podría apoyar de esta reforma.

EC - ¿No compensa una cosa la introducción de la otra?

J de B – Si a uno le molesta el viento en contra de un ventilador lo que tiene que hacer es apagar el ventilador, no prender un ventilador en el sentido contrario. Si hay aspectos negativos en la tributación que uno puede ir disminuyendo o atenuando, bienvenido sea; lo que no tiene mucho sentido es generar cosas en sentido contrario y mantener otras que son negativas.

EC - ¿Cuál va a ser la consecuencia para ustedes de la introducción del impuesto a la renta de los intereses de los depósitos?

J de B – En primera instancia es claramente un factor que conspira contra la intermediación bancaria en sí, y además tiende a promover y consolidar este rol del sistema bancario como un actor dentro del sistema de pagos, pero limita el crecimiento en cuanto a la intermediación entre el ahorro y la inversión. Este tipo de cosas estimula que el ahorro y la inversión se terminen juntando fuera del sistema del bancario, donde uno puede encontrar vías para estar exento o eludir el peso del impuesto. Un impuesto que por la vía de los hechos y del propio funcionamiento del mercado, es tirado a la posibilidad que siempre tiene el depositante de arbitrar con tasas de interés internacionales. El efecto de este impuesto, más que sobre el depositante, va a terminar recayendo sobre quien paga un crédito, o sea que se va a estar trasladando al costo del crédito.

EC - ¿Qué otros temas tienen para el diálogo con el gobierno desde esta nueva ABPU?

J de B – La lista es extensa. Hay temas en general que hacen a la normativa general del BCU, donde hay nuevas normas que el BCU está promoviendo, cuyos impactos los bancos están analizando y están haciendo las sugerencias correspondientes al BCU. Hay normativa referente al manejo y al uso de la liquidez de las instituciones financieras, también como elemento de normativa prudencial y qué rol juegan las reservas internacionales y los encajes en ese contexto, sobre lo cual también vamos a estar conversando con el gobierno. Están el propio desarrollo y los cambios legislativos que se introduzcan el seguro de depósito, sobre los cuales seguramente también daremos nuestra opinión. Hay temas vinculados con el futuro de la Caja Bancaria, que también tiene aspectos importantes, no sólo sobre la rentabilidad de las instituciones financieras sino sobre lo que pueda ser el futuro de los trabajadores y los afiliados a la Caja Bancaria en el sector, con potenciales impactos fiscales importantes para el gobierno. Hay un problema allí a resolver, sobre lo cual también vamos a estar haciéndole propuestas al gobierno. Hay una lista grande de temas que vamos a ir encarando y manejando. Está todo lo referente al desarrollo del sistema de pagos, aunque ahí quizás sea más lo que tenemos para hacer entre los propios bancos, si bien en algún apoyo en términos de alguna medida regulatorio o red de comunicaciones haya que estar interactuando con el gobierno, pero ahí la iniciativa proviene sobre los propios bancos.

EC – Sobre estos temas volveremos a conversar a medida que vayan apareciendo y se vayan instalando en el diálogo.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe