Análisis Económico

El Banco Central Europeo subió la tasa de referencia por primera vez en más de dos años. ¿Cuáles son las perspectivas?

Análisis de Pablo Rosselli, economista de Tea Deloitte & Touche.

(Emitido a las 8:25)


EMILIANO COTELO:
La semana pasada el Banco Central Europeo resolvió subir la tasa de referencia, que por más de dos años había estado fija en 2%.

El movimiento era ampliamente esperado por los mercados pero no parece haber consenso en la evaluación de cómo seguirá la historia. Como los movimientos de las tasas de interés son un tema obligado en la coyuntura internacional actual, nos pareció oportuno dedicar nuestro espacio económico de hoy a analizar las causas de la decisión del Banco Central Europeo y a examinar las perspectivas para los próximos meses. El diálogo será con Pablo Rosselli, economista de Tea Deloitte & Touche.

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Pablo, comencemos repasando los principales datos.

PABLO ROSSELLI:
El miércoles pasado, en su última reunión prevista para este año, el Banco Central Europeo resolvió subir la tasa de referencia desde 2% a 2,25% anual. La decisión fue noticia porque se trata del primer movimiento en más de dos años: la tasa estaba fija en 2% desde junio de 2003. Como los oyentes recordarán, la Reserva Federal de Estados Unidos y otros bancos centrales del mundo comenzaron a endurecer la política monetaria a mediados del año pasado pero hasta ahora el Banco Central Europeo se había mantenido al margen de esa tendencia. 

EC - ¿Y qué fue lo que motivó la decisión de la semana pasada? ¿Por qué ahora se dio este vuelco en la política monetaria?

PR - Las explicaciones que dio el presidente del Banco Central Europeo se centraron básicamente en la necesidad de controlar las presiones inflacionarias, porque desde hace varios meses la inflación viene siendo mayor a 2%, que es la meta máxima que tiene el Banco Central. Por ejemplo, en los doce meses finalizados en octubre la inflación promedio de los países que conforman la zona del euro fue de 2,5%.

EC - A simple vista no parece un registro de inflación tan preocupante.

PR - Si hacemos la comparación con los últimos datos de inflación de Estados Unidos, por ejemplo, es verdad que la inflación en la zona del euro es relativamente reducida. El tema pasa porque el Banco Central Europeo pretende mantenerse en la tradición del viejo Banco Central alemán. En otras palabras, pretende demostrar que tiene una fuerte vocación anti-inflacionaria y que va a priorizar este objetivo frente a cualquier otro. Y como es un banco relativamente joven (recordemos que el euro nació recién en 1999), la dirección  entiende que tiene que ganarse esta reputación actuando ante cualquier desvío que haya respecto a la meta fijada, en este caso 2% anual.

Esto no quita que la meta de inflación fijada por el Banco Central Europeo no sea discutible. De hecho hay analistas que critican que el objetivo de inflación sea tan bajo, pero eso es tema para otra oportunidad.

EC - Si te parece bien, pasemos ahora a la reacción de los mercados ante este cambio en la tasa de referencia europea. 

PR - La realidad es que la reacción no fue demasiado importante porque era un movimiento ampliamente esperado por los mercados: el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, había sido muy claro en sus últimas intervenciones públicas. De hecho, el mayor impacto en los mercados se observó justamente cuando Trichet comenzó a adelantar las intenciones del Banco Central Europeo a mediados de noviembre. El euro, que venía perdiendo terreno frente al dólar y había llegado a cotizar por debajo de 1,17, frenó su caída a partir de ese momento.

Otro motivo que podría estar incidiendo en la falta de una reacción más notoria en los mercados es que tras la decisión de la semana pasada, Trichet declaró que la suba del miércoles no necesariamente era el comienzo de un período de endurecimiento de la política monetaria en la zona del euro, dejando claro que era poco probable que el Banco Central Europeo se embarcara en un proceso similar al que vimos en Estados Unidos en el último año.

EC - ¿Cómo se explica eso?

PR - La situación de la economía de la zona del euro no es la misma que la de Estados Unidos. Justamente la semana pasada se dieron a conocer los datos de PBI del tercer trimestre, y nuevamente fueron datos poco alentadores. Concretamente, en términos desestacionalizados la economía de la zona del euro creció a una tasa anualizada de 2,4% frente al segundo trimestre. Si bien se observa cierta mejora respecto a los trimestres anteriores, estamos hablando de una expansión bastante inferior al crecimiento de 4,3% que registró la economía norteamericana en el mismo período.

En un contexto de actividad económica relativamente frágil, una política de suba sostenida de la tasa de interés de referencia por parte del Banco Central Europeo podría echar por tierra la incipiente recuperación e hipotecar las perspectivas para los próximos años. Es un tema delicado y definitivamente tiene impactos diferentes en las economías que componen la zona del euro.

EC - ¿Cómo es eso? ¿A qué estás haciendo referencia?

PR - Desde el punto de vista teórico, una unión monetaria tiene muchas ventajas derivadas de una mayor coordinación macroeconómica, pero la contrapartida de esto es que todos los países que la componen pierden la posibilidad de ejercer una política monetaria de acuerdo con su realidad nacional. Actualmente, se observan diferencias muy significativas entre los países de la zona del euro en materia de actividad económica e inflación, por lo que la política del Banco Central de endurecer las condiciones monetarias puede ser adecuada para algunos pero bastante perjudicial para otros.

EC - ¿Podemos dar algunos ejemplos?

PR - El ejemplo de Alemania es bien claro. La economía alemana, que es la más grande de la zona del euro, estuvo en recesión el año pasado y si bien se recuperó en los últimos trimestres, el crecimiento todavía no está consolidado. Para esta economía, en esta etapa del ciclo, una suba de tasas no es la mejor opción. Por el contrario, si miramos las economías de España y de Grecia, que han crecido sistemáticamente por encima del promedio del grupo y tienen una inflación de más de 3,5% anual, la conclusión a la que llegamos es diametralmente opuesta.

Por último, me gustaría agregar que en relación a este tema también debemos recordar que los países están relativamente atados de manos para responder adecuando sus políticas fiscales. Aunque el cumplimiento no ha sido muy estricto en los últimos años, está el Tratado de Maastrich que impone límites al déficit fiscal en que puede incurrir cada gobierno y topes para la acumulación de deuda. Volviendo al ejemplo de Alemania: el gobierno no puede hacer frente a la contracción de las condiciones monetarias que impone el Banco Central Europeo ablandando la política fiscal porque las cuentas públicas ya están en una situación muy comprometida respecto a las pautas de Maastrich. 

EC - Para terminar, ¿qué debemos esperar en los próximos meses en materia de tasas de interés?

PR - Como dijo el propio presidente del Banco Central Europeo, las acciones en los próximos meses dependerán en buena medida de la marcha de la inflación y esto a su vez está fuertemente vinculado a lo que suceda con el precio internacional del petróleo. Como dijimos antes, el Banco Central Europeo quiere mantener una reputación de fuerte compromiso anti-inflacionario. Mientras la actividad económica no se resienta demasiado, cabe esperar que la autoridad monetaria aplique algunas subas más en las próximas reuniones para lograr llevar a la inflación a un nivel consistente con su objetivo de inflación inferior, aunque próxima, a 2% anual.

EC - ¿De cuántas subas estaríamos hablando?

PR - Como dijimos antes, eso va a depender de cómo evolucione la inflación y también de cómo marche la economía.  Actualmente no parece haber consenso respecto a este tema entre los analistas internacionales: hay quienes sostienen que se aplicará sólo una suba más y hay quienes proyectan una tasa de 3,5% para el final del año que viene. En definitiva, Emiliano, estamos frente a un tema clave en la coyuntura internacional actual por sus posibles efectos en las paridades cambiarias y en el crecimiento de la economía mundial, así que deberemos monitorearlo de cerca en los próximos meses.