Entrevista con Juan Somavía, director de la OIT.

OIT confía en que se superará polémica por normas laborales

De visita en Montevideo para conocer las reformas en las leyes laborales y las polémicas que las rodean, el director de la OIT, Juan Somavía, opinó que las disputas que vive Uruguay hoy "están en el corazón de la realidad". Agregó que el país tiene la posibilidad de superarlas "por la estructura y la capacidad de diálogo interno" para "encontrar soluciones que son estables".

(Emitido a las 8.54)

EMILIANO COTELO:
Uruguay está viviendo un año especialmente activo en materia de asuntos laborales.

Ahora, es la discusión de la ley de libertad sindical. Antes, en el primer semestre, fueron las negociaciones en el marco de los Consejos de Salarios.

En este contexto, el empleo no presentó el dinamismo esperado, aunque el PBI va a crecer este año 6,5%.

¿Cómo estamos respecto a otros países de la región en materia laboral? ¿Cómo se evalúa desde afuera los últimos desarrollos en Uruguay? ¿Qué pasos se pueden dar para crear más fuentes de trabajo?

Para hablar sobre todos estos temas, estamos en contacto con el director general de la Organización del Trabajo, el chileno Juan Somavía, quien se encuentra de visita en Uruguay.

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E.C – Doctor Somavía, hace pocos días tuvo lugar la Cumbre de las Américas en Mar del Plata y, en esa ocasión, el debate político público se concentró mucho en: "ALCA sí" o "ALCA no". Pero, en realidad, la reunión había sido convocada para tratar otros asuntos.

Usted participó de esa Cumbre y salió muy conforme. Tengo, por ejemplo, un cable fechado en Ginebra que dice: "El director general de la OIT, Juan Somavía, consideró que la Cumbre de las Américas obtuvo un resultado sin precedentes al colocar la generación de trabajo decente como un objetivo central de las políticas públicas en la región. ‘Las Américas han dado un gran paso al abordar el desafío de crear más y mejores empleos’, dijo Somavía", informa el cable.

Lo cierto es que los jefes de estado que participaron en esta Cumbre, los 34 jefes de estado, firmaron una declaración y un plan de acción en el que se comprometen a poner en práctica políticas activas que generen trabajo decente. ¿Por qué esto es para usted tan importante? ¿Cuál es la diferencia con compromisos anteriores?

JUAN SOMAVÍA:
La verdad es que si usted mira cualquiera de las Cumbres de las Américas, jamás se refirieron a este tema. Es muy curioso que efectivamente el tema del ALCA fue lo que dominó la parte mediática si se quiere, pero eso no es nuevo. Sabemos que hay una diferencia sobre el ALCA. Lo que es absolutamente nuevo son justamente los párrafos que usted ha citado. Presidentes que escuchan la demanda democrática, presidentes que dicen: "mire sí, efectivamente este es un problema no sólo de qué política económica tenemos sino de qué política". O sea, ¿cómo respondemos a una demanda generalizada?

La gente, en síntesis, dice: "mire, denme una oportunidad de trabajo decente y yo me las arreglo". De manera de que a mí me parece que es muy importante, esto es nuevo, esto no se ha hecho antes y se ratificó luego en la reunión de jefes de estado del Mercosur aquí en Montevideo hace unos días. De manera que en política la dirección en que uno va es importante. Las Américas nunca juntas habían dicho: "vamos en la dirección del trabajo decente". A mí me parece eso políticamente muy importante.

EC – Trabajo decente es el concepto.

JS – Así es. Quiere decir: respeto a los derechos de los trabajadores y un sistema de protección social. Esas dos cosas no funcionan si no hay empleo y creación de empresas -empleo y empresas- y diálogo social como un instrumento que facilita las tres cosas.

De manera que el trabajo decente desarrollado por la OIT, y hoy día también aceptado a nivel internacional porque 150 jefes de Naciones Unidas también señalaron que querían ir en esta dirección, es un concepto que comprende esos cuatro elementos: empleo, derechos en el trabajo, protección social y diálogo social.

EC – ¿Y qué pasos concretos se van a dar para que ese compromiso que asumieron los jefes de estado de las Américas se convierta en hechos tangibles?

JS – Yo creo que esto pasa a los niveles nacionales. Dentro de la OIT, nosotros hemos acordado que queremos promover este tema. La OIT como usted sabe es tripartita -tiene representantes de trabajadores, empleadores y de gobierno- y nos hemos puesto de acuerdo en promover, de acuerdo con el interés nacional de cada país, programas nacionales de trabajo decente.

Se trata de tomar los compromisos de las Cumbres y decir: "bueno, pero esto cómo se aplica específicamente en un determinado país". Unos van a estar más adelante, otros se van a demorar más, pero ahora pasamos a la puesta en práctica nacional de estas ideas y esa es la tarea de la OIT.

Pero que haya trabajo decente no depende de los instrumentos de la OIT. Depende de un conjunto de otros factores que tienen que ver con tener un sistema financiero internacional sano, tener un sistema comercial que no sea discriminatorio como lo es hoy día particularmente la agricultura. O sea, en el momento que uno dice "¿cómo lo hacemos?", hay que pensar en una conjunción de políticas internas económicas, sociales, medio ambientales, en métodos de diálogo nacional para que se transformen en temas que están en el fondo, por encima de la política. Son los grandes intereses nacionales que están en juego.

Después hay que tener la fuerza interna y regional para cambiar situaciones internacionales que hoy día son injustas para la mayoría de los países de América Latina.

EC – Doctor Somavía, usted resaltaba el hecho de que en cumbres anteriores no se había hablado de este tema y ahora no sólo se habló sino que se tomó una decisión y se asumió un compromiso. Pero usted sabe que está bastante extendido el escepticismo con respecto al vínculo entre un acuerdo y lo que después termina pasando en realidad. Entonces, yo tengo acá la síntesis de lo que salió de Mar del Plata: "La declaración hace un llamado concreto a la OIT para que durante la próxima reunión para la región de América Latina y el Caribe, que está prevista a comienzos del 2006, considere acciones gubernamentales y tripartitas para dar cumplimiento a los compromisos de la Cumbre y se le solicita que se trate el tema ‘Las personas y su trabajo en el centro de la globalización’".

Usted recién se acercaba un poco al tipo de decisiones, el tipo de políticas que se precisan pero, ¿podemos ser un poco más concretos?

JS – Precisamente el tema es nacional y una de las características de la OIT, a diferencia del Fondo Monetario por ejemplo, es que nosotros no llegamos a los países y les decimos: "mire, ¿sabe qué? Esto es lo que creemos nosotros que ustedes tienen que hacer". La esencia nuestra es decir: "mire, esto es lo que hemos acordado en forma tripartita en el marco general de la OIT, en las decisiones de Dirección de la OIT, pero veamos cómo se hace esto a nivel nacional". Por eso yo le señalaba aspectos internos y externos.

¿Qué es lo que veo yo en América Latina hoy en día? Se ha dado un gran énfasis en la necesidad de vincularse con la economía global. Eso es necesario, indispensable, no hay duda...

EC – La apertura, ¿verdad...?

JS – Es una realidad. Pero se le ha dado un énfasis muy pequeño al desarrollo local, al desarrollo a la comunidad, ahí donde vive la gente, donde nace, donde quiere quedarse. Estas grandes aglomeraciones urbanas son precisamente porque no hemos logrado equilibrar el desarrollo local con el desarrollo de las ciudades. Ahí usted tiene un enorme potencial de creación de pequeñas empresas, de micro iniciativas, que están dedicadas a lo local, que no pretenden estar vendiendo al mercado neoyorquino, pero que significan desarrollo para gente concreta con nombre y apellido que vive en nuestros países. Ahí tiene usted un espacio enorme.

Otro espacio fundamental: todo el mundo de la informalidad. Las políticas en general están orientadas al mundo formal, pero siete de cada diez nuevos empleos en América Latina son en el sector informal. Si no nos concentramos en ese sector, vamos a seguir teniendo un sector formal y otro que está fuera de la protección general que da la ley.

Así podemos seguir. Hay áreas específicas que son claramente intensivas en mano de obra, la infraestructura es una, hay muchas otras. Entonces una vez que uno dice "sí lo quiero hacer", uno analiza la situación concreta de cada país.

Hay un conjunto de áreas específicas como las que yo le estoy señalando que, sin duda, son espacios en donde si uno se concentra va a producir el cambio que se requiere. Y el cambio es: si tenemos crecimiento, tiene que haber empleo porque en el momento que usted corta la relación entre crecimiento y empleo, lo que hace es concentrar la riqueza. El crecimiento produce riquezas, la manera cómo ese crecimiento se distribuye es por la vía del empleo y el empleo de calidad, no el empleo informal. Ese empleo de calidad a su vez genera consumo, que genera demanda, que genera en consecuencia las posibilidades de nuevas inversiones. Usted corta eso y corta un vínculo clave del sistema de mercado.

EC – ¿Cuáles son los costos de estas reformas? Por ejemplo, una objeción que suele escucharse a un razonamiento como el suyo es: ¿cómo se compatibiliza esa mejora de la calidad del trabajo con la feroz competencia que se da en los mercados internacionales en materia de precios de los productos y de los servicios? Si mejoran las condiciones de trabajo, por ejemplo, en un país de América Latina eso tiene un costo y ese costo puede volver los productos de ese país no competitivos frente, por ejemplo, a los productos chinos, por citar un factor bien irritante. ¿Entonces?

JS – Todas las experiencias de empresas exitosas a nivel internacional tienen buenas condiciones de trabajo y pagan bien. O sea, las que están explotando a sus trabajadores pueden durar poco de tiempo. Las situaciones cambian, no duran, no son estables. La calidad del trabajo es hoy día parte de la capacidad de competencia internacional. Efectivamente, de repente aparece una China como apareció Japón en los años 50 y como apareció Tailandia y Corea y qué se yo en los años 70, en la época de los tigres asiáticos, como es la situación de España y Portugal respecto de Inglaterra y otros países en donde el costo del trabajo era menor hace 20 años atrás.

¿Qué le estoy diciendo? Siempre hay un país cuyos costos laborales son menores que los de otros países. ¿Por qué es tan serio hoy, por qué es tan crítico hoy? Porque tenemos una crisis global del empleo, porque el crecimiento no genera empleo en todas partes. Entonces, naturalmente, comienza una especie de guerra política por trabajo... Resulta que una empresa francesa se me va a Polonia... crisis. Pero que una empresa francesa se vaya a Polonia, es normal, no tiene problema. ¿Por qué es un problema? Porque resulta que hay un diez por ciento de desempleo en Francia. ¿Y por qué es problema en Alemania? Porque hay un once por ciento de desempleo.

Entonces, este es el problema. El problema es que no se trata de ver cuál es mi solución, qué hago yo hoy aquí en mi país para ver cómo resuelvo este problema. Hay también un problema global y resulta que el mundo no se ha concentrado políticamente en que este tema hay que resolverlo. Y por eso es que la Cumbre es importante porque es una decisión política de que hay que abordarlo.

Estoy de acuerdo con usted en que obviamente estamos todos cansados de declaraciones que nunca se cumplen. Eso es una realidad. Pero lo que está en juego hoy día es un cambio de giro, es una nueva mirada, necesitamos un paradigma distinto a estos 25 años que nos han dicho que todo se resuelve porque tenemos una macroeconomía que funciona. Eso es indispensable. ¿Cómo lo vamos a negar nosotros los latinoamericanos con los niveles de inflación que hemos tenido en el pasado? Pero nos dijeron que con eso bastaba y no basta. Eso es lo que estamos descubriendo y por eso es que está cambiando el eje. Por eso el trabajo decente.

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EC – Doctor Somavía, después de esta introducción que hacíamos en el reportaje recordando la Cumbre de las Américas y el compromiso que surgió de los jefes de estado reunidos en Mar del Plata de poner en práctica políticas activas que generen trabajo decente, después que usted desarrolló qué es lo que hay detrás de ese concepto, interesa saber cómo observa nuestro país en esta materia.

JS – Mire, yo creo que Uruguay tiene una gran fundamento que le permite pensar tranquilo su futuro: que ha sido capaz de desarrollar el diálogo social, de una manera sostenida y en unas circunstancias más complejas y más difíciles. Tienen un sistema de protección social que es un ejemplo en América Latina y un sistema democrático estable que permite los cambios de orientación que el pueblo quiere. Todo eso en el mundo de hoy es una base institucional que da una fuerza enorme. Ahora, están viviendo a través de los problemas propios de la globalización. Pero cosas como restablecer el Consejo de Salarios a mí me parecen una cosa muy importante porque permite el diálogo en torno a un tema clave: cuáles son los ingresos mínimos que va a tener el país.

Incluso he visto que hay una gran discusión hoy día sobre la ley que se está discutiendo en el Congreso sobre fuero sindical. Yo voy a tener hoy día la oportunidad de reunirme con representantes de empleadores y con representantes de trabajadores que me van a informar naturalmente cómo están viendo ellos esta evolución. Pero es una sociedad viva, son temas reales, esto es lo que está pasando en el mundo. Uruguay está, yo creo, con enormes condiciones para resolver estos problemas.

EC – Pero, por ejemplo, si miramos las cifras de este año tenemos que la economía va a crecer nuevamente de manera fuerte, 6,5%, el año pasado crecimos el doble, pero en los últimos 12 meses el desempleo ha tenido variaciones pero ha terminado igual. Estamos en el 12,5% de la población económicamente activa y el empleo en particular no presentó el dinamismo que el propio gobierno esperaba. ¿Cuáles son sus comentarios a propósito de una situación como esta?

JS – Bueno yo no voy a empezar a analizar el detalle de cómo se hicieron las cosas, si se hicieron bien, mal... Desde mi punto de vista es muy importante que hubo generación de empleo. Parte de que las tasas de desempleo se hayan mantenido igual es por una cosa muy curiosa. Usted sabe que se mide el desempleo por la gente que está buscando trabajo. Aumentó enormemente aquí en Uruguay la gente que está buscando trabajo, con lo cual eso equiparó la creación de empleo que se había hecho. Si yo entro en esos detalles, no creo que sea muy interesante. Mi opinión es que Uruguay -y acaba de tener la reunión de Mercosur- está en condiciones de hacer cosas muy interesantes.

Por ejemplo, ustedes están trabajando en un conjunto de iniciativas tendientes a promover la micro empresa, una iniciativa de cien micro empresas con cuatro personas que trabajan. Eso va en la dirección que yo le señalaba: la necesidad de lo local, la comunidad, del espacio propio.

Esto son los temas que ustedes mismos tienen que discutir. Para eso tienen un sistema de diálogo social que de repente se agita, naturalmente porque esos no son temas fáciles, pero tienen una capacidad estructurada, institucional de decir: "a ver, como uruguayos, cómo resolvemos estos problemas". Francamente eso lo tienen muy pocos países en América Latina y en el mundo desarrollado.

EC – Usted recién mencionaba la vuelta al funcionamiento de los consejos de salarios en Uruguay que no operaban desde hacía 15 años. ¿Ha estado de algún modo vinculado a esta nueva política? ¿Qué papel jugó la OIT en este paso que se dio en este gobierno?

JS – En OIT hay un conjunto de iniciativas y de relaciones con gobierno, empleadores y trabajadores porque somos tripartitos. Yo hoy día voy a firmar un acuerdo de cooperación técnica con el Banco de Previsión Social al final del día. Hemos estado trabajando con apoyo de la Cooperación Italiana en temas que tienen que ver con el desarrollo local, justamente. Por eso es que tengo alguna información de qué se está haciendo en lo local. Hemos estado siempre a disposición del gobierno en alguna de las discusiones del consejo de salarios. Efectivamente hubo algún intercambio de ideas sobre el tema. Estamos siempre a disposición y yo creo que por lo que yo le decía antes, desde la OIT, los temas que se están discutiendo en Uruguay, están en el corazón de la realidad de hoy. Además están también con la posibilidad de ser resueltos por la estructura y la capacidad que tienen ustedes de diálogo interno, compleja a veces, difícil, porque los temas son difíciles, pero ustedes saben avanzar y encontrar soluciones que son estables y que son posibles. Y a mí me da mucha confianza el Uruguay.

EC – Usted, para terminar, consideraba saludable que se estuviera discutiendo en Uruguay cuestiones como un proyecto de ley de fuero sindical o que se hayan puesto en marcha los Consejos de salarios. Sin embargo hay, usted sabe, un debate muy fuerte en torno a estas políticas laborales. La oposición política, las cámaras empresariales y también algunos analistas privados sostienen que si bien la política macroeconómica es muy sana, alguna de estas otras políticas micro, en particular las que tienen que ver con las relaciones laborales, estarían frenando la inversión.

Esta semana se conoció una encuesta empresarial realizada por la consultora KPMG y el 72% de los consultados estimó que en 2006 aumentará la inversión pero sólo 45% adelantó que contratará más empleados. ¿Por qué? ¿Por qué los contratos de personal están trancados? Debido a los costos salariales que han aumentado, debido al cambio de las reglas del juego por este tipo de instrumentos que hemos mencionado y en menor medida por la mayor sindicalización. Hay un manto de incertidumbre a partir de estas decisiones que se han ido adoptando este año. Usted, desde la Dirección de la OIT, ¿cómo observa este tipo de reacción?

JS – Justamente el objeto de estas visitas que yo hago a los países es informarme. De manera de que yo prefiero informarme primero y opinar después, que es lo que voy a hacer durante el día de hoy. Luego de esta entrevista inicio mis contactos acá en Montevideo, voy a ver a los empresarios, voy a ver a los trabajadores, voy a estar con el gobierno y justamente me quiero informar de todos estos temas. Pero estos son los temas de hoy, son los temas y voy a tener una idea mucho más precisa al final de todas estas conversaciones.

Pero déjeme decirle un aspecto, yo sé que hay un gran debate sobre el fuero sindical. Quiero escuchar las posiciones y entender por qué pueden haber problemas pero del punto de vista de la OIT evidentemente que la organización, el derecho a sindicalizarse, la libertad sindical, el derecho a organizarse, es un elemento central. Eso se puede hacer de una u otra manera, hay muchas fórmulas, pero es un principio clave. Si los trabajadores no se organizan, no tienen la protección, evidentemente que después el diálogo social se hace muy complejo. No me estoy refiriendo al contenido de esta ley, que no la conozco, pero estoy señalándole cuál es el principio con que operamos dentro de la OIT.

Respecto a los tema que usted me plantea yo voy a estar bastante mejor al final del día para poder darle una opinión, una impresión de lo que me han dicho. Es justamente el objeto de mi visita:  informarme de qué piensan empleadores, trabajadores y gobierno sobre los temas propios de la OIT en el país.

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Transcripción: Mariana Cencio
Edición: Mauricio Erramuspe