Entrevistas

Buscan "con uñas y dientes" una salida para Pluna

Buscan "con uñas y dientes" una salida para Pluna

El Estado está "facilitando" el funcionamiento de Pluna. En algunos casos, renunciando a la recaudación. En otros, facilitando la materia prima, dijo el ministro de Transporte, Víctor Rossi. Tras 10 años de asociación con Varig, la situación de la aerolínea nacional sigue siendo desesperante. Pero el gobierno cree que hay que mantenerla y confía en conseguirle un buen "matrimonio".

Emitido a las 9.12.


EMILIANO COTELO: "Buscar un socio para Pluna es una de nuestras prioridades para el año 2006", dijo en estos días el ministro de Transporte, Víctor Rossi.

Una tarea nada fácil, si se tiene en cuenta que Varig, propietaria del 49% de las acciones de Pluna S.A., se encuentra al borde de la quiebra. Y como si esto fuera poco, la firma brasileña no parece muy dispuesta a facilitar las cosas: los 40 millones de dólares en que tasó sus acciones de Pluna son una muestra clara de esa actitud.

Lo cierto es que pasan los meses y la situación continúa bloqueada, alterando de manera seria la gestión de la empresa, su liquidez y, por lo tanto, la calidad de sus servicios.

¿Cómo se sale de este entuerto? ¿Cuánto más demorará una salida? Y, mientras se consigue esa salida, ¿cómo operará Pluna? Vamos a conversarlo con el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi.

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EC - Usted dijo hace algunos días que la situación actual de Pluna es "muy comprometida". Y en la misma línea aparecen los dichos del vicepresidente de Pluna Ente Autónomo, que señaló: "Tenemos que salir del CTI, de esta situación de estancamiento". Entonces mi primera pregunta es: en términos prácticos, ¿en qué se nota esa debilidad actual de la empresa?

VÍCTOR ROSSI: Más allá de que se pueden poner varios ejemplos, los servicios no están teniendo la calidad que los usuarios merecen, que los pasajeros merecen. El deterioro en cuanto al cumplimiento de horarios, la necesaria suspensión de algunos turnos son perjuicios que en algunos casos resultan muy caros para los pasajeros y colocan a Pluna no en la mejor situación para poder competir en un mercado en el que el servicio al usuario tiene que ser el objetivo principal.

EC – Sí, se acumulan ejemplos a propósito de inconvenientes en el puente aéreo, por ejemplo, o en otro tipo de vuelos. Un oyente nos relataba la experiencia que tuvo hace muy pocos días volviendo de Brasil, cuando tuvo que esperar 12 horas en Porto Alegre por un vuelo que no figuraba en planilla, del cual nadie se hacía cargo.

VR – La expresión peor de esto fue un vuelo Madrid-Montevideo: el avión tuvo un problema en sus equipos de computación, por lo tanto no pudo volar y hubo un atraso muy importante en perjuicio de los pasajeros que venían a esta región.

EC – Las alternativas son: o el Estado sigue poniendo plata o el servicio que da la empresa sigue deteriorándose. ¿En qué punto de ese equilibrio estamos situados hoy?

VR – Justamente, el Estado no tiene el dinero necesario para el fortalecimiento de la empresa al punto de poder superar estos inconvenientes.

EC – No los tiene, dice usted.

VR – No, no tiene. Uruguay tiene una situación presupuestal limitada. Lo hemos dicho muchas veces. Y tiene que administrar ese presupuesto atendiendo el conjunto de las obligaciones que un país tiene y, por cierto, atendiendo las situaciones con un criterio de prioridad, atendiendo primero la emergencia. Entonces, no es lógico que desviemos el presupuesto para Pluna o –como lo explicábamos un tiempo atrás– para AFE, porque ello exigiría prácticamente todos los recursos que el país debe manejar para distintas cosas.

EC - ¿Cuánto dinero está poniendo el Estado para garantizar la eficiencia relativa que tiene Pluna hoy?

VR – El Estado está facilitando, en algunos casos renunciando a la recaudación, en otros facilitando la transferencia en materia prima. Está permitiendo que Pluna siga cumpliendo los servicios, está poniendo lo necesario en cada caso para que los servicios se cumplan tal como hoy se cumplen.

EC – Usted mencionó un par de ejemplos: está dejando de recaudar impuestos, está suministrando combustible en condiciones beneficiosas.

VR – Claro. Cosa que por otra parte no es nueva, porque la recaudación de impuestos y demás es parte de los ajustes a los que a lo largo de estos 10 años de asociación de tanto en tanto se recurría.

EC - ¿Pero además está poniendo plata?

VR – No. Poniendo plata directamente no. Pero sí a través de estos mecanismos que usted menciona. Y en este último tiempo se ha decidido, por parte del Directorio de Pluna, la incorporación de una nueva unidad para poder cumplir con los servicios del puente aéreo. Eso significa un contrato de leasing que exige amortizaciones mensuales o semestrales –no sé exactamente el detalle– para contar con una unidad que refuerce el puente aéreo y la conexión Buenos Aires-Punta del Este.

EC - ¿Pero en qué medida está en riesgo la supervivencia de Pluna en caso de que no se logre avanzar en la búsqueda y en la concreción del nuevo socio? Se lo pregunto porque el viernes pasado, en una conferencia de prensa, usted mismo dijo que existían "alternativas radicales para el futuro de Pluna en caso de no conseguir un socio en el corto plazo. ¿A qué se refería?

VR – Cuando hablé de alternativas radicales, algún periodista (como usted ahora) me preguntó si eso significaba la posibilidad del cierre de Pluna. Y yo dije concretamente que no, que las alternativas radicales que estamos manejando –en las que estamos trabajando–, para que puedan resultar radicales en su momento, justamente exigen que no sean adelantadas antes del momento de su aplicación.

EC - ¿Pero usted descarta que una alternativa sea el cierre?

VR – El 1º de marzo de 2005 debíamos haber cerrado, porque la situación de la empresa era muy comprometida. Incluso hubo declaraciones del Directorio de Pluna, cuando llega a Pluna, que se comentaron críticamente, porque dijo a la prensa con qué se había encontrado. Y se había encontrado con una empresa muy pero muy comprometida. El 27 de junio venció el contrato de gestión de Varig. La asociación le había entregado durante 10 años toda la responsabilidad de gestión a la empresa Varig, sin participación de la parte uruguaya. Y al recibir esa gestión (que Varig no estaba en condiciones de sostener porque está viviendo momentos más complicados aún que los que vive Pluna) para nosotros hubiera sido muy fácil decir "esto no vuela más y el Estado se saca de arriba este problema". Pero a nuestro entender los servicios que ofrece Pluna son muy importantes para fortalecer la actividad económica del país. Tienen un rol que cumplir, son un factor de apoyo- en algunos casos insustituible - para el desarrollo del turismo en Uruguay, y particularmente en el Este durante la temporada. La empresa tiene un prestigio internacional bien ganado por ser una de las pocas en el mundo que pueden exhibir el récord sin accidentes con pérdida de vidas, y además tiene una nutrida cartera de permisos, que tiene un valor "llave" muy importante. Y sobre la base de esta necesidad del país y de estos valores que la empresa tiene, asumimos el 27 de junio la responsabilidad de la gestión. Pero desde un primer momento dijimos: "Vamos a trabajar por la conformación de una nueva asociación con nuevas reglas de juego". En eso estamos trabajando. Desde luego, el tiempo sigue afectando una empresa que funciona con insuficiencias.

EC – Parece que estamos frente a un problema realmente complejo. La cancha no está despejada ni nada que se le parezca en cuanto a la búsqueda del socio.

VR – Porque no jugamos solos.

EC – Al principio, los inconvenientes vinieron por el proceso concordatario en el que está inmersa Varig, que le impedía vender sus acciones y por lo tanto complicaba la llegada de cualquier nuevo socio. Pero ese obstáculo ya se superó, ¿no?

VR – Aparentemente estarían habilitados los caminos en las actuales circunstancias...No sabemos si dentro de una o dos semanas esto no vuelve a complicarse. Varig ha manifestado su voluntad de transferir las acciones y estaría en condiciones de poder hacerlo.

EC – Pero ahora apareció algún otro escollo. ¿Cómo es eso de los 40 millones de dólares que pide Varig por sus acciones?

VR – Eso es una realidad. Ya es más bien una anécdota, pero da idea de que para Varig el tema Pluna S.A. no es fundamental. Es un pequeño problema en el marco del gran asunto que es su crisis. Si Pluna S.A. deja de volar, para Varig no significa un agravamiento de la situación, mientras que para nosotros significa la pérdida de todo.

EC – Un dato para los oyentes: la deuda total de Varig es de 3.250 millones de dólares.

VR – No sé de dónde sale esa cifra, no sé qué dice.

EC – De la magnitud del problema que tiene Varig por sí misma, independientemente del problema con Pluna.

VR – Ah, claro, usted está hablando de la deuda general.

EC – Sí, de la deuda de Varig.

VR – Pero además, políticamente, para Varig, si Pluna vuela o no vuela no es un problema que repercuta en ninguna esfera de Brasil, mientras que, para nosotros, si Pluna deja de volar, deja de volar todo. Frente a eso, la empresa Varig, que nunca había tenido la intención de que Pluna se desarrollara –también lo explicamos–, había procurado apoyarse en los beneficios que le otorgaba el control de Pluna para poder desarrollar su estrategia en la región. Pero tuvimos la mala suerte de que a mitad de esta asociación Varig entrara en una situación de deterioro económico cada vez mayor, que le impidió incluso cumplir ese rol. Cuando llega el momento de decir: "Miren que deja de volar Pluna", Varig dice: "Para mí esto es una cosa menor". Pero cuando llega el momento de buscar una nueva asociación dice: "Entonces me tienen que pagar la parte de mis acciones, porque yo sigo siendo la propietaria del 49%". Y en una de esas idas y venidas fue que surgió lo que para mí es fundamentalmente una anécdota, el descabellado planteo del valor de 40 millones por las acciones en propiedad de Varig.

EC - ¿Esa cifra espantó a alguno de los interesados?

VR – Esa cifra fue una dificultad en medio de una de las negociaciones que hace algunos meses se llevaron adelante.

EC – Con el grupo Conviasa, de Venezuela.

VR – Con más de un grupo. Desde el principio he visto que hay algunos interesados que hacen público su interés y lo publicitan, y otros que, por el contrario, desde hace tiempo están atentos a la posibilidad de concretar un negocio pero aspiran a que su nombre no se maneje. No obstante, el asunto no es cuántos novios tiene Pluna, sino quién está dispuesto a ir al matrimonio, que es lo que necesitamos para una nueva etapa en la que se pueda contar con los equipos que Pluna necesita para cumplir con los servicios, atendiendo a los usuarios sin las demoras y los incumplimientos que hoy están afectando su prestigio.

EC – Lo cierto es que el Estado uruguayo, propietario de la mitad de Pluna, es hoy una especie de rehén de esta situación. No puede moverse de acuerdo con sus necesidades en el manejo de Pluna por los problemas financieros que enfrenta su socio, que está en extinción. Mi pregunta es: en el contrato que se hizo en su momento con Varig, ¿no estaba prevista una solución para una coyuntura de este tipo?

VR – Nos llevamos sorpresas con las formas que tienen algunos contratos. La asociación Pluna-Varig es un ejemplo. Yo decía cuando el puente que era un ejemplo de lo que no se debe hacer. Las concesiones en esa materia todas tienen algún problema y todas tienen una redacción que no defiende adecuadamente los intereses del país. Y esta asociación pertenece a ese tipo de asociaciones. Desde el punto de vista estratégico, Pluna nunca debió asociarse con Varig, pero desde el punto de vista de la formulación del contrato de sociedad, prácticamente se la sacaba de arriba. Parece que había apuro. El contrato refleja un apuro del Estado uruguayo por no tener más que ver con el tema, y por lo tanto puso prácticamente todo en manos de Varig.

EC – Por ejemplo, ¿en el contrato no se estableció alguna forma de valuación objetiva de las acciones para una instancia como esta que se está viviendo ahora?

VR – No, para eso no. Existen determinadas relaciones establecidas, pero no para esta hipótesis, porque no estaba prevista expresamente.

EC – El Estado sí debe aprobar al comprador de las acciones de Varig. Varig no tiene margen para venderle a cualquiera sin previa consulta al gobierno uruguayo.

VR – No, con su delegación en el Directorio de la sociedad anónima el Ente Autónomo tiene que aprobar la asociación. No es absolutamente libre en ese sentido. Lo que no tenía era participación suficiente, incidencia suficiente para poder realmente defender el otro 48 %, más algunos otros porcentajes de acciones que no eran las de Varig pero que también importan, y así fue que el proceso de estos 10 años estuvo lleno de situaciones que tal vez haya que investigar paso por paso a pesar del tiempo transcurrido.

EC – Si las cosas están planteadas como están planteadas, si Varig ahora se puede vender e insiste en poner un precio excesivamente alto a sus papeles, ¿esto va a continuar trancado?, ¿el Estado no tiene, a la luz del contrato, ninguna posibilidad de accionar?

VR – Todas las cosas son hasta que dejan de ser. Esta asociación crea condiciones desiguales, desparejas, en perjuicio del Estado uruguayo a nuestro entender, en perjuicio de Pluna Ente Autónomo en mi convencimiento. Pero Pluna S.A., como tantas otras empresas, puede dejar de ser, y en ese caso también se irían las aspiraciones o las arbitrariedades.

EC – ¿Esa es la amenaza, la advertencia que desde el Estado se le está formulando a Varig?

VR – No, no es una advertencia ni una amenaza, es la realidad. Y como esta es la realidad, lo inteligente es encontrar un mecanismo que permita que cada uno saque el mejor beneficio de sus respectivos intereses.

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EC – Uno tendería a pensar que una vez superada esta situación que estamos comentando, si se logra, si todo sale bien, si aparece un comprador para las acciones que hasta ahora tiene Varig en Pluna SA, hay mucho para cambiar, para aprender, para hacer de manera diferente. Entonces, concretamente, ¿hay chances de que, junto con el cambio de titularidad de las acciones, se modifique el contrato de asociación que se tiene hoy con Varig para que no se produzcan situaciones similares en el futuro?

VR – Sin duda; no sólo chance. Es también parte de las condiciones o de los intereses que procuramos que se defiendan cuando se está conversando sobre algunas otras formas de asociación. De hecho, el 27 de junio, al vencer el contrato de gestión con Varig y al Varig abandonar la gestión de Pluna y asumirla Pluna Ente Autónomo, había una gran interrogante sobre si seríamos capaces de mantener a Pluna volando, y sin embargo se ha logrado mantener. Somos plenamente conscientes de que sería necesaria toda una serie de reformas, de ajustes para que, además de lo que tiene que ver con los servicios –para lo que se necesita el equipamiento adecuado y ajustar una serie de instancias que tienen que ver con el apoyo a las unidades en vuelo que lamentablemente Pluna antes tenía y que ahora tiene que recomponer, porque prácticamente se había generado una situación de dependencia con los servicios que prestaban las empresas vinculadas con Varig–, desde el punto de vista de la organización de la empresa, de su administración, de la utilización de otro tipo de recursos, de la promoción de los servicios que la empresa presta, hay que hacer cambios. Pero –supongo– cuando alguien ingresa al CTI primero hay que atender lo imprescindible, lo que pone en riesgo la vida; después iremos tomando otras iniciativas para ir corrigiendo otros aspectos con los que no estamos conformes. Para nosotros incluso los locales comerciales que Pluna actualmente tiene la han sacado del centro del mercado en el propio Uruguay.

EC – Esta experiencia dramática por la que está pasando Pluna SA, ¿no termina dándoles la razón a los sectores más radicales del propio Frente Amplio, que se oponen a las formas de asociación entre el Estado y privados? Lo digo porque ustedes mismos han anunciado que tienen previstos varios proyectos en ese sentido, por ejemplo con relación a AFE. ¿Cómo se evita que pasen cosas como esta en el futuro, que el socio privado enfrente una crisis individual tan fuerte que bloquee todo el proyecto y coloque a todo el Estado en un aprieto?

VR – Nadie puede leer el futuro. Por lo tanto, puede haber situaciones no previstas, pero hay todo un amplio terreno de situaciones previstas o previsibles. En ese sentido, los contratos de asociación no tienen que ser contratos de entrega, de renunciamiento. Hay mucho para hacer, del mismo modo que en el mundo existen estos mecanismos de las concesiones y las asociaciones y en muchos lugares funcionan bien y en muchos otros tenemos ejemplos de cosas que fracasan, en Uruguay hay formas y formas de realizar este tipo de asociaciones, y formas y formas de realizar concesiones públicas, de las cuales habitualmente hablamos.

EC - ¿Este ejemplo no cambia los planes del gobierno en esta materia?

VR – No, porque el gobierno tiene la necesidad de interesar a quienes estén dispuestos a participar con inversiones que pueden ser de distinto tipo, en asociaciones que pueden ser de distinto tipo. Lo que cambia es la actitud de este gobierno, que se está poniendo de manifiesto aún en este momento que usted definía como dramático. Sería muy fácil largar todo y decir: "Ah, esto lo recibimos fundido, entonces la responsabilidad de esto es de otro, se terminó el partido" y nos sacamos un problema de arriba. No, acá nos ve, peleando con uñas y dientes, procurando encontrar un camino que garantice el florecimiento en el futuro. Nosotros no nos lavamos las manos, no vamos a ser prescindentes y no estamos apurados por sacarnos de arriba ninguna actividad del Estado para lograr una asociación en beneficio de un tercero. Vamos a procurar que las asociaciones den lugar a emprendimientos empresariales que tengan futuro, que tengan equilibrio, que garanticen al socio privado o estatal una razonable utilidad, pero que permitan al Estado uruguayo cumplir su función.

EC – Queda pendiente todo el tema del desenlace de la crisis de Pluna, sobre el cual usted no ha podido aportar ahora mayores detalles.

VR – Soy consciente de que hemos conversado con responsabilidad, pero no hemos aportado ningún dato concreto, porque la situación hace aconsejable que esto se maneje en los ámbitos en los que se tiene que manejar en procura de una solución. Añoramos el momento de poder hablar con más precisión de esta historia que tanto le ha costado al país, no sólo en incertidumbre, en pérdida de confianza, sino en plata. Porque la asociación con Pluna fue para que el Estado no tuviera más pérdidas, pero el Estado debió sostener esta asociación durante estos 10 años con 74 millones de dólares.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: María Eugenia Martínez
Foto: Presidencia de la República