La economía uruguaya: el balance de 2005 y las perspectivas para 2006
Análisis de Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche.
(Emitido a las 8:20 hs)
JOSE IRAZABAL (JI): Estamos comenzando un nuevo año. Es, naturalmente, un momento propicio para hacer un balance del año que pasó y para examinar las perspectivas del que está comenzando.
En materia económica, en particular, surgen varias preguntas. ¿Cómo fue el desempeño de la producción? ¿En cuánto incide el contexto externo favorable y en cuánto influyen las políticas del nuevo gobierno? ¿Por qué el desempleo ha presentado una evolución desalentadora? ¿Cuáles son las perspectivas para 2006? El diálogo es con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche.
JI: - Para comenzar, ¿cuál es el balance general que se puede hacer en relación al 2005?
PR: - El año que pasó era un año especial, porque el país tenía por delante un cambio de gobierno, que siempre plantea incertidumbres adicionales a las que son de por sí habituales.
En términos generales, a nuestro juicio, en 2005 tuvimos un desempeño favorable de los principales indicadores macroeconómicos, con la excepción del desempleo. En particular, la actividad económica mantuvo un dinamismo importante, con un fuerte crecimiento de las exportaciones, y en los mercados financieros tuvimos un panorama de estabilidad, con una mejora de la confianza de los agentes en la marcha de la economía que se reflejó, entre otros indicadores en un descenso del riesgo país.
EC: - ¿Cuánto habría subido el Producto Bruto Interno en 2005?
PR: - Las últimas cifras oficiales llegan al tercer trimestre y marcan un incremento del PIB de 6,6% en enero-setiembre de 2005, frente al mismo lapso de 2004.
Según nuestras estimaciones, en el conjunto de 2005 la producción de bienes y servicios habría crecido 6,3% frente a 2004. Se trataría de una expansión mejor a la que preveían la mayoría de los analistas privados y el propio equipo económico. En ese contexto de recuperación de la actividad, los salarios comenzaron a recuperarse, con una suba en términos reales de aproximadamente 4% en el promedio del año para el caso de los privados y de 5,6% para los públicos.
JI: - ¿Cuánto de ese desempeño se explica por el contexto internacional, que todos coinciden en señalar que fue muy favorable?
PR: - Sin dudas. El contexto internacional fue muy favorable en 2005. Estuvimos analizando ese tema la semana pasada, pero me permito recordar tres hechos: la producción mundial creció en 2005 por tercer año consecutivo, a un ritmo muy superior al promedio de los últimos 35 años. Los precios de las materias primas agrícolas que exporta nuestro país están en niveles históricamente elevados y la suba de tasas de interés de corto plazo en Estados Unidos no afectó a los mercados emergentes sino que el riesgo de los mercados emergentes descendió en 2005.
Es claro, entonces, que el contexto internacional fue muy favorable. De hecho, difícilmente una economía pequeña como la nuestra pueda sostener un buen desempeño si el contexto internacional es negativo. De todos modos, en el frente interno hay algunos aspectos importantes para subrayar.
JI: - ¿Cuáles son esos aspectos?
PR: - El nuevo gobierno tuvo como primera prioridad cerrar rápidamente un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, para despejar la incertidumbre que planteaban los altos vencimientos de deuda con el propio FMI previstos para los próximos años. Además, el equipo económico marcó una clara prioridad en el sentido de mantener un superávit primario elevado, que es necesario para asegurar una tendencia declinante de la deuda pública en relación al PIB. Y finalmente, el Poder Ejecutivo logró que el Parlamento aprobara el proyecto de Presupuesto sin aumentos importantes de gastos que pudieran comprometer el logro de los objetivos fiscales de los próximos años. Esos factores, a nuestro juicio, probablemente incidieron de forma importante en el mantenimiento de un clima de expectativas relativamente favorables.
JI: - Un tema que al principio marcaba como desalentador es el que tiene que ver con el mercado de trabajo. Tú mismo lo planteabas también como una excepción en el buen desempeño macroeconómico...
PR: - Sin dudas, la evolución del desempleo ha sido peor de lo esperado, a pesar de que la producción subió algo más de lo previsto por los analistas.
A nivel de total del país, en el transcurso de 2005 la desocupación osciló sin una tendencia, es decir manteniéndose relativamente estable, en algo más de 12% de la población económicamente activa. La última medición, para el trimestre agosto-octubre marcó una tasa de desempleo de 12,5%. Se trata de un desempleo muy alto en términos absolutos, pero también en relación a la marcha de la economía. Actualmente, el PIB es similar al que teníamos en 1998 pero entonces la desocupación era de 10% de la población activa.
JI: - ¿Y en qué medida la evolución del desempleo puede estar siendo explicada por los cambios que ha promovido el gobierno en materia de relaciones laborales?
PR: - Cuando se miran en detalle las cifras del mercado laboral se advierte un estancamiento de la tasa de empleo. Sin embargo, si se presta atención a la composición del empleo, un dato positivo que se observa es que ha habido un aumento de los empleos formales, en desmedro de los empleos no registrados ante el BPS. Eso quiere decir que ha mejorado promedialmente la calidad de los empleos y no se puede descartar que hayamos tenido casos en los cuales las personas dejaron un empleo informal para obtener un empleo formal.
De todos modos, a nuestro juicio es probable que los cambios en materia de relaciones laborales estén desalentando la contratación de trabajadores. Más allá de la recuperación del salario real, que a nuestro juicio por ahora no plantea problemas porque la recuperación de la actividad económica ha sido muy fuerte y los salarios estaban extremadamente sumergidos, la reinstalación de negociaciones colectivas plantea algún grado de incertidumbre sobre la capacidad que tendrán las empresas para gestionar sus recursos humanos. Por ejemplo, el establecimiento de salarios mínimos por categorías puede derivar en incrementos de costos importantes para las empresas más pequeñas.
JI: - ¿Cómo incide la ley de fuero sindical?
PR: - A partir de la aprobación parlamentaria de la ley de fuero sindical, se plantea la incertidumbre acerca de cómo se aplicará la ley en el ámbito de la justicia laboral. Si los empresarios temieran que la aplicación de la ley terminará afectando su capacidad de reducir la plantilla laboral o que terminará incrementando sensiblemente los costos de despedir trabajadores a través de mayores compensaciones por despidos, entonces se verán menos inclinados a contratar más mano de obra.
Con estos comentarios no estamos haciendo un juicio de valor sobre la pertinencia de estas políticas porque en ese análisis entrarían múltiples elementos, pero como decíamos recién es probable que hayan desalentado la contratación de mano de obra.
JI: - Para terminar, ¿cómo se presentan las perspectivas para este nuevo año?
PR: - En materia de actividad económica, prevemos que la economía continuará creciendo a buen ritmo, a instancias de una suba de la demanda interna y también de las exportaciones. En concreto, estamos previendo un aumento del PIB de 5% en el promedio del año.
JI: - ¿Qué sucederá con el desempleo?
PR: - En la medida que la economía continuará creciendo deberíamos observar algún aumento de la ocupación. En consecuencia, prevemos que el desempleo presente una tendencia leve a la baja, para situarse a fin de año en torno de 11%.
Se observaría entonces un descenso de la desocupación pero seguiríamos teniendo un desempleo alto.