¿Cómo se comportó el empleo según los datos de cierre de 2005 y cuáles son las perspectivas para este año?
Análisis del economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche.
(Emitido a las 8.25)
EMILIANO COTELO:
Como ustedes saben, el país está transitando un camino de recuperación económica bastante fuerte... Sin embargo, en el mercado de trabajo los datos han sido un tanto decepcionantes. En concreto, los datos que divulgó el INE la semana pasada marcaron una desocupación de 12,2% para el total del país en la medición promedio de 2005. Para explicar la persistencia de una desocupación tan alta en un contexto de expansión económica, algunos apuntan a los cambios que el nuevo gobierno trajo en materia de relaciones laborales.
Está claro que se trata de un tema importante. Por esa razón, les proponemos para nuestro espacio económico de hoy detenernos en el análisis del comportamiento del mercado laboral en 2005 y en las perspectivas para este año... En seguida, el diálogo es con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche.
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Pablo, ¿coinciden ustedes en que el desempeño de las principales variables del mercado de trabajo ha sido decepcionante?
PABLO ROSSELLI:
Tú adelantabas que en la medición promedio anual la tasa de desocupación para el total del país se situó en 12,2%. Eso supone un descenso en relación al promedio de 2004, cuando tuvimos un desempleo de 13,1%. Sin embargo, esa reducción del desempleo fue menor al que en general esperábamos los analistas. De hecho, la economía creció más que lo proyectado a inicios de 2005 y el desempleo bajó menos... Nosotros, por ejemplo, esperábamos a inicios del año pasado que la desocupación bajara un punto más en la medición promedio anual. Además, ese descenso de la desocupación medida en promedios anuales obedece, en realidad, al efecto arrastre que dejó el 2004. El 2004 empezó con una desocupación de casi 14% y terminó con una de 12%, mientras que en el transcurso de 2005 la tasa de desempleo fluctuó sin una tendencia en torno de 12% de la población económicamente activa.
Desde esa perspectiva, el comportamiento del mercado de trabajo ha sido decepcionante. Sin embargo, hay algunos aspectos positivos a tener en cuenta, Emiliano.
EC - ¿Cuáles son esos aspectos positivos, Pablo?
PR - Un primer aspecto positivo es que se ha observado una reducción de la duración promedio de la desocupación... En el último trimestre de 2005, la desocupación de una persona duraba en promedio unas 12 semanas mientras que a fines de 2004 duraba 14 semanas y durante la crisis, en 2002, duraba más de 30 semanas.
Quizás algunos oyentes estén pensando que en términos absolutos las cifras que comentamos son relativamente bajas. Pero tenemos que aclarar, Emiliano, que la duración de la desocupación mide el tiempo en que una persona permanece sin trabajo siempre que esté buscando trabajo. Si la persona deja de buscar trabajo entonces no es, para la estadística, un desocupado. Más allá de esa aclaración acerca de cómo se debe interpretar la cifra absoluta, la tendencia es a una menor duración de la desocupación.
EC - ¿Qué otros aspectos positivos hay que marcar, Pablo?
PR - Otro aspecto positivo tiene que ver con la composición de la ocupación. En 2005 la ocupación mostró una suba leve medida en promedios anuales, que en definitiva fue lo que explicó que el descenso de la tasa de desempleo haya sido menor al previsto.
Sin embargo, hubo un cambio importante en la composición de la ocupación, a favor de los empleos que son de mejor calidad relativa.
EC - ¿Cómo es eso, Pablo?
PR - En términos de ocupación, el INE distingue entre empleos que tienen como problema la falta de cobertura de seguridad social, los que suponen una situación de subempleo porque el trabajador querría trabajar más horas de las que trabaja y los empleos que no tienen ninguno de esos dos problemas... Lo que sucedió en 2005 es que aumentó la participación de los empleos que no muestran ninguna de esas dos problemáticas y bajó el número de empleos informales, sin cobertura de seguridad social.
EC - ¿Y a qué obedecería esa reducción de los empleos informales? ¿Está eso asociada a las mayores inspecciones del BPS y de la DGI?
PR - Probablemente esa es parte de la explicación... Por otro lado, la instalación de los Consejos de Salarios también puede haber contribuido en alguna medida a esa baja de la informalidad, porque implícitamente traía aparejada la posibilidad de más inspecciones o de denuncias en el ámbito de los Consejos.
Pero además de esos factores, también es posible que la propia reactivación de la economía esté generando nuevos empleos de carácter formal, dando trabajo a personas que durante la crisis no tenían otra alternativa que trabajar por cuenta propia sin cobertura de seguridad social, haciendo lo que denominamos "changas" (y que figuraban como trabajadores con empleo en las estadísticas). Es una hipótesis plausible pero todavía no tenemos información suficiente para corroborarla.
EC - Quiere decir, entonces, que ha habido un cambio favorable en la calidad del empleo, a pesar de que la ocupación total subió poco. Ahora, ¿por qué la ocupación subió poco? ¿En qué medida incidió el cambio en las relaciones laborales que deparó el cambio de gobierno?
PR - A nuestro juicio es probable que los cambios en materia de relaciones laborales, considerados en su conjunto, estén desalentando la contratación de trabajadores. Por ejemplo, la reinstalación de negociaciones colectivas plantea algún grado de incertidumbre sobre la capacidad que tendrán las empresas para gestionar sus recursos humanos. Por ejemplo, el establecimiento de salarios mínimos por categorías puede derivar en incrementos de costos importantes para las empresas más pequeñas, en las cuales los niveles de productividad suelen ser más bajos que en las empresas grandes que predominan en las negociaciones. También tenemos la ley de fuero sindical, que probablemente afectará en alguna medida la capacidad de reducir la plantilla laboral o dicho de otro modo aumentará los costos de despedir trabajadores a través de mayores compensaciones por despidos. Si eso es así, o si los empresarios temen eso, entonces las empresas se ven menos inclinadas a contratar más mano de obra. Y por otro lado, tenemos el aumento notorio de las ocupaciones de lugares de trabajo que se produjo el año pasado y que, de hecho, preocupan también al gobierno.
Con estos comentarios no estamos haciendo un juicio de valor sobre la pertinencia de esas políticas porque en ese análisis entrarían múltiples elementos, pero a nuestro juicio es probable que en conjunto esos cambios estén desalentando la contratación de mano de obra.
EC - En ese marco, Pablo, ¿cómo son las perspectivas para este año? ¿El desempleo seguirá estancado en 12%?
PR - A nuestro juicio, la actividad económica mostrará un crecimiento importante este año. Si bien el cambio en las relaciones laborales estaría en alguna medida desalentando la contratación de mano de obra o postergándola, en la medida que la economía sigua en expansión deberíamos observar algún aumento de la ocupación.
De hecho, las cifras de las últimas dos mediciones están insinuando que el empleo ha retomado una tendencia creciente. La tasa de empleo alcanzó a 51,7% de la población en edad de trabajar en el trimestre móvil setiembre-noviembre y a 51,9% en el trimestre octubre-diciembre, frente a tasas apenas superiores a 51% en los trimestres previos.
Con esos elementos, en principio prevemos que el desempleo baje moderadamente este año, para situarse sobre el cierre de 2006 en torno de 11%, lo cual seguiría siendo de todos modos un porcentaje alto.