Entrevistas

Ence está "a disposición" pero planea seguir con las obras

Ence está "a disposición" pero planea seguir con las obras

El director de Comunicaciones de Ence, Claudio Vallejo, dijo que en Fray Bentos se han tomado todas las precauciones para "la normal convivencia entre fábrica y población". Además afirmó que las tres plantas en España no afectan el medio ambiente. En cuanto a un cese temporal en las obras dijo que están "abiertos" a que el gobierno les "informe" pero que van a seguir con el calendario.

(Emitido a las 8.35)

EMILIANO COTELO:
La polémica por la construcción de las plantas de celulosa en Fray Bentos se convirtió en el tema excluyente del verano.

En la última semana el intercambio a distancia entre las autoridades uruguayas y las argentinas subió de temperatura primero y luego pareció ir encauzándose. Y la fórmula de salida de la crisis parece girar en torno a un punto crucial, que es la posibilidad de suspender por 90 días la construcción de las fábricas.

Sobre ese y otros temas ya hemos escuchado, ayer mismo, a la finlandesa Botnia, que ya ha avanzado en un 40 por ciento de la obra.

Pero nos estaba faltando el punto de vista de Ence. Hasta ahora el grupo español había optado por el perfil bajo, pero en estos días resolvió romper el silencio. Sus voceros aparecieron en numerosos medios argentinos y publicaron comunicados en la prensa del otro lado del río.

Entonces, teniendo en cuenta ese cambio de actitud y las novedades políticas de estas últimas horas, este parece un buen momento para trasladarnos, teléfono mediante, a Madrid, donde se encuentra el licenciado Claudio Vallejo, director de Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Ence.

***

Licenciado Vallejo, ¿en qué etapa se encuentra actualmente la construcción de la planta de celulosa de la empresa Ence?

CLAUDIO VALLEJO:
Para la construcción de este tipo de emprendimientos se necesita una serie de elementos previos, de infraestructuras de apoyo imprescindibles para el desarrollo del resto de las estructuras. Ya tenemos armado y montado el puerto, que está en pleno funcionamiento, también la zona franca y toda la estructura que la rodea y estamos en pleno proceso de adecuación del terreno previo a la instalación de los equipos.

EC - Estamos hablando de una inversión de 600 millones de dólares.

CV - Me aventuraría a decir que de un poquito más, en torno a los 660 millones de dólares es lo que tenemos calculado por parte del grupo Ence.

EC - ¿Y cuándo se prevé comenzar la construcción de la planta en sí misma?

CV - Como le digo, estamos en pleno proceso, depende de la parte de la construcción de la que estemos hablando. Efectivamente esta parte de terminación, asentamiento y ordenación de terrenos requerirá unas cuantas semanas y luego se iniciará el establecimiento de determinadas infraestructuras, obra civil, etcétera. La idea es que continuemos con este proceso de construcción hasta el primer semestre de 2008.

EC - Hasta el primer semestre de 2008, esa es la fecha de culminación.

CV - Esperamos que en torno a ese semestre de 2008, mitad de año de 2008, la fábrica pueda iniciar la fase de pruebas.

EC - Vamos a situar de una manera lo más general posible la presencia del grupo Ence aquí en Uruguay. En Río Negro, en la zona donde se instalará la planta de celulosa, ENCE cuenta, desde el año 2003, con un puerto. ¿Cuándo fue la inauguración exactamente?

CV - En diciembre de 2003 se inauguró el puerto, que en la actualidad se encuentra en pleno funcionamiento. El propio presidente de la República tuvo la amabilidad de compartir ese día con nosotros e inaugurarnos el puerto.

EC - Allí mismo, desde esa fecha aproximada, está operando una planta de astillado de madera.

CV - Efectivamente. Pero si me permites, deberíamos retrotraernos un poco más en el tiempo en cuanto a la presencia del grupo Ence en Uruguay.

EC - A eso iba, porque por otro lado Ence tiene otra astilladora en Montevideo, en el Barrio Peñarol y posee un patrimonio forestal que viene creciendo y que a esta altura alcanza unas 62.000 hectáreas plantadas en todo el país.

CV - Debo confesarte que son algunas hectáreas más, en torno a las 100.000 hectáreas.

EC - A esta altura son 100.000. Entonces, ¿qué lugar ocupa la construcción de la planta de celulosa en el proyecto general de ENCE en Uruguay?

CV - Es el último eslabón, quizás –nunca se debe decir el último– el penúltimo eslabón. Cuando el grupo Ence decide expandirse y ampliar su actividad forestal por el mundo, encontró en Uruguay una de las referencias más importantes para el desarrollo de la especie favorita del grupo, que es el Eucaliptus globulus; de manera que fue en los años 90, estamos a punto de celebrar los 15, 16 años de presencia en Uruguay. Se inició con el desarrollo forestal, aprovechando las leyes de desarrollo forestal del año 87, ha continuado como bien has indicado con los procesos de astillado y diversas plantas, actividades logísticas con el puerto, incluso actividades de tratamiento de madera sólida como nuestra fábrica Maserlit en Young, de manera que ahora viene el proceso natural y el último eslabón, que es la valorización de toda esa masa forestal en forma de celulosa. No es una decisión aventurada de un día decir "vamos a construir una fábrica de celulosa", sino algo que viene desde hace ya 15 años.

EC - Una de las preguntas que se han escuchado en medio de este debate es, por ejemplo: ¿por qué, si Ence tenía plantas de celulosa en España, tiene que construir una acá? ¿Por qué no sigue llevando la materia prima y elabora la celulosa en su propio país? Esto a propósito de los riesgos contaminantes de una planta de celulosa, hay quienes han dicho: ¿por qué nos ponen la contaminación acá? ¿Se la quieren sacar de España?

CV - Es una gran oportunidad la que me brindas porque esto tiene sencillísimas respuestas y con toda la humildad del mundo voy a intentar trasmitírselas. Las fábricas de celulosa tienen que estar al lado de la materia prima, pegadas al árbol, es la única manera de que una fábrica de celulosa pueda ser rentable. Nuestros desarrollos forestales en España, que es donde estamos con nuestra principal presencia, están junto a nuestras fábricas de celulosa, en el caso de Andalucía, Huelva junto a las masas forestales andaluzas, y en el caso del arco atlántico del noroeste español tenemos en Pontevedra una fábrica junto a las masas forestales y una fábrica en Navia, en Asturias, junto a las masas forestales. No se puede poner una fábrica en otro sitio. Si nosotros hace 15 años decidimos nuestro desarrollo forestal en Uruguay el único sitio natural para ubicar una fábrica de celulosa debía ser ahí. Luego, es esta simple cuestión técnica –que no es una cuestión de interpretación, ni de ideas, ni de que porque no nos dejan poner unas fábricas en un sitio las llevamos a otro, nada que ver–, es simplemente porque las fábricas de celulosa deben estar junto a las masas forestales.

EC - ¿Por qué tienen que estar junto a las masas forestales? ¿Por razones de costos, por ejemplo, en materia de transporte?

CV - Exactamente, el transporte de la madera es una de las piezas clave de los costos en el movimiento de una fábrica y cuanto más cerca esté la fábrica de la materia prima mayor será su optimización.

EC - ¿Ence nunca pensó en invertir en la provincia de Entre Ríos o en Argentina en general? Porque también se ha especulado mucho sobre esto.

CV - Eso tiene otra sencilla respuesta. En este proceso de búsqueda de una ubicación ideal para el desarrollo de masas forestales el aprovechamiento de la ley del 87, las magníficas condiciones que ofrece Uruguay en el sentido de una estabilidad política, un desarrollo económico importante, la calidad de la mano de obra y del personal técnico que puede trabajar en estos emprendimientos y, sobre todo, una estupenda identificación del grupo Ence con Uruguay, con su gente, con su paisaje y demás, nos dio que era el sitio ideal. Si además tenemos el desarrollo forestal en Uruguay, el sitio natural era lógicamente la margen izquierda del río Uruguay.

EC - ¿Pero hubo alguna gestión para instalarse, por ejemplo, en Entre Ríos?

CV - En nuestro proceso de búsqueda se investigaron sitios en Australia, Nueva Zelanda, en la zona de Pacto Andino y, cómo no, en la mesopotamia argentina.

EC - Porque hablando de los dichos de todas estas semanas, uno que circuló es que estas plantas –o algunas de estas plantas– pudieron haberse instalado en Entre Ríos y las autoridades –o determinadas autoridades– pidieron una coima tan alta que determinó que no se concretara allí la inversión. ¿Qué dice usted de eso?

CV - No, en absoluto, nosotros no entramos en ninguna valoración al respecto ni contemplamos esa posibilidad.

EC - ¿Qué quiere decir? ¿Qué posibilidad no contemplaron?

CV - Que no tenemos nada que ver con el asunto. Y no sólo eso, sino que no nos consta y en nuestro caso no hubo necesidad porque nuestra posibilidad y objetivo era nuestra implantación en Uruguay.

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EC - Le propongo aterrizar ahora en los cuestionamientos, porque detrás de esta tensión diplomática entre Uruguay y Argentina están los reclamos de grupos ecologistas que aseguran que las plantas de celulosa van a generar una contaminación alta en esa zona fronteriza.

Y ocurre que uno de los principales argumentos de preocupación de estos grupos es que Ence ya estuvo involucrada en un juicio por contaminación a raíz de la actividad de su planta de celulosa de Pontevedra, en Galicia, España. Concretamente en el año 2002, después de 12 años de idas y venidas, se logró un acuerdo mediante el cual la Sala 4 de la Audiencia de Pontevedra confirmó que hubo delito ecológico, cuando condenó a seis de los nueve directivos de Ence a cinco meses de arresto por los vertidos de residuos a la ría. Si no estoy mal informado, los directivos aceptaron la acusación de contaminación.

CV - Permítame, creo que es sencillo de explicar y quería hacer primero un breve comentario al inicio de tu exposición. La actividad de la industria de fabricación de celulosa es una industria que se puede definir como madura, en el sentido de que los efectos y los impactos ambientales que tiene este tipo de actividad están ya muy probados, demostrados y se realizan todos los días. En el caso del grupo Ence ahora mismo tenemos tres fábricas trabajando a máximo rendimiento y produciendo, en el mismo día de hoy porque estas fábricas no cierran por las noches sino que están las 24 horas trabajando, están produciendo pasta de celulosa sin mayores problemas o con el compromiso ambiental correspondiente español y de la Unión Europea y con la satisfacción de nuestros clientes.

Es decir que lo que se está fabricando y se está montando en estos momentos en Fray Bentos no es un experimento o algo con lo que no sabemos qué es lo que va a suceder y entonces está siendo cuestionado por los grupos ambientalitas. Sabemos perfectamente el impacto que tiene y de hecho lo podemos comprobar hoy día en las fábricas que tenemos en funcionamiento.

EC - Justamente, ¿cómo incide en cuanto a que la experiencia existe, el antecedente de Pontevedra?

CV - Dicho ese matiz de decir que no es algo que estemos improvisando, inventando, vayamos al caso Pontevedra. En primer lugar decirles que si hay algo de lo que nos sentimos orgullosos en el grupo Ence es de nuestra fábrica de Pontevedra, que es un ejemplo de transición y evolución de tecnología de una fábrica que fue construida en el año 63, es decir hace ya muchos años, donde la sensibilidad con respecto a los temas ambientales era muy distinta de la que tenemos hoy; sin embargo esa fábrica, con toda la problemática del año 63, hemos conseguido convertirla a la vanguardia tecnológica, de manera que la celulosa que sale de esa fábrica es de las más preciadas por nuestros clientes.

EC - Esa planta empezó operando con la tecnología de cloro elemental.

CV - Absolutamente, como todas las fábricas, en el año 63 no se conocían otras tecnologías.

EC - O sea, con la tecnología que hoy es considerada directamente inaceptable.

CV - Inaceptable; por lo menos para el grupo Ence, ya que existen todavía algunas fábricas de celulosa que utilizan el cloro elemental, por ejemplo en Argentina.

EC - Y ahora, después de todo ese proceso que se dio en Galicia, esa planta funciona con tecnología TCF.

CV - Efectivamente, atravesó una serie de procesos tecnológicos, se dio el avance abandonando el cloro elemental  y se planteó varias posibilidades, inicialmente se trabajó con la tecnología ECF, la tecnología para blanquear la celulosa, y posteriormente, debido a determinadas exigencias del mercado, se avanzó más y se implantó la tecnología TCF.

EC - ¿Qué ocurrió? ¿Cómo fue toda la historia de contaminación de la ría y los litigios judiciales que llegó a tener que enfrentar Ence?

CV - Se lo voy a comentar inmediatamente, sólo un pequeño detalle sobre ese tema TCF/ECF, a lo mejor a los oyentes les será interesante conocer. Se plantea tecnología ECF/TCF y algunos piensan que esta tecnología TCF es inventada, que alguien nos la ha trasmitido, a lo mejor laboratorios americanos y demás. Pero permítame indicarle que la tecnología TCF fue un desarrollo de investigación realizado por dos empresas, una empresa sueca que se llama Sodras, y el grupo Ence. Es decir, es un desarrollo propio que han hecho en nuestro centro de investigación y tecnología, de manera que cuando nuestros detractores nos dicen que tenemos que implantar tecnología TCF y demás en el fondo nos sentimos orgullosos porque nos están recordando las propias cosas que hemos inventado.

EC - Es interesante ese dato, pero le pediría que sobre la diferencia entre TCF y ECF volviéramos más adelante, que ahora termináramos de ubicar lo que pasó en Pontevedra.

CV - El caso es muy sencillo. La propia ubicación de la fábrica en el año 63 se podría definir como polémica, ya que su proximidad a la ciudad de Pontevedra era evidente, si bien en el año 63 había cierta distancia, con el avance demográfico de la propia ciudad, al final la ciudad se metió en la fábrica, es decir la distancia entre la fábrica y la ciudad es nada, está rodeada de casas la fábrica. Y cualquier actividad industrial de esta magnitud conviviendo con una actividad doméstica, domiciliaria y privada siempre trae complicaciones. Si a eso se le añade una serie de complicaciones debidas a la propia capacidad productiva de la fábrica, ahí tiene una situación polémica.

La evolución tecnológica ha sido muy clara, se pasó de una situación de esos años 60-70 a la actualidad, a la más amplia vanguardia, de manera que la fábrica está funcionando a pleno rendimiento con todos los permisos y todas las autorizaciones, es un ejemplo claro.

EC - Los cambios se produjeron debido a los juicios y las protestas que la actividad de la planta generó en la población.

CV - No exactamente, ese es un dato del juicio que no se está mencionando. El juicio viene por unas protestas de concretamente cuatro vecinos que se veían perjudicados en sus huertos por las emisiones de una de las chimeneas. Ese es el contexto. Se iniciaron los trámites, el procedimiento, un fiscal tomó el asunto y no encontró pruebas inicialmente, siguió buscando pruebas, continuó buscándolas; estuvo buscando pruebas durante 12 años, hasta que finalmente fue admitido a trámite, frente a lo que planteaba la compañía, que no había tal lesión y demás, pero al final se consiguió aceptar a trámite. Cuando se aceptó a trámite uno de los elementos que se proponía en el juicio era que los principales directivos de la compañía tenían que estar tres días a la semana sentados en un banquillo escuchando a todos y cada uno de los peritos que ofrecían las partes durante un proceso de más de seis meses. Ante esa situación, y dadas las características de la posible molestia de que se quejaban los vecinos, lo que se hizo fue: miren ustedes, no se puede mantener esta situación de nuestros directivos, sentémonos y si usted se ve lesionado lleguemos a un acuerdo que acepten el fiscal y el juez y por tanto cerremos este asunto. Y así se produjo. Es decir, no hubo juicio como tal, lo que hubo fue un acuerdo judicial, de manera que el juez escuchando a las partes dictó la sentencia acordada previamente en una mesa. No hubo un juicio al cual acudieran la parte defensora y la parte acusadora, hubo un acuerdo para evitar la pena de banquillo de nuestros directivos, que no tenía ningún sentido, dada la magnitud del asunto y sobre todo porque había pruebas suficientes de que la fábrica de Pontevedra no estaba produciendo esas lesiones. En cualquier caso se aceptó esos posibles daños, se indemnizó a las personas, eran 1.000 dólares a repartir entre cuatro vecinos más luego 432.000 euros para la Xunta de Galicia, que es el organismo regulador del tema.

Y una clave muy importante: las molestias se establecieron desde el año 94 hacia atrás, de tal manera que desde el año 94 hacia atrás, que la regulación era borrosa, no estaba bien definida, si se podía considerar lesiones a los vecinos; a partir del año 94 la fábrica –confirmado por la sentencia del señor juez– ya se encontraba en plena situación ambiental, no producía ningún impacto.

EC - Sin embargo los críticos de Ence dicen que los perjuicios continúan, más allá del cambio de tecnología que se produjo. Por lo pronto aseguran que el olor sigue siendo molesto. Hay una nota del diario El País de Madrid, que salió publicada el 6 de mayo del año pasado, que se titula: "Pontevedra quiere recuperar el buen olor". Y agrega en el subtítulo: "la ciudad se moviliza para pedir el traslado de la Empresa Nacional de Celulosas". Dice en el primer párrafo: "En Pontevedra a menudo huele como a podrido, según la dirección en que sople el viento. Es el síntoma más evidente de la contaminación que desde hace décadas genera la factoría de la Ence".

CV - Hay varias cosas. En primer lugar, no nos podemos engañar por determinadas declaraciones porque la respuesta es sencilla. En el contexto de la Unión Europea cualquier actividad industrial, comercial, incluso deportiva si le parece, cualquier función que se realice que tenga un impacto negativo en el ambiente en ese momento es clausurada o cerrada. Si la fábrica de celulosa de Pontevedra estuviera causando un impacto ambiental negativo al día siguiente un inspector llegaría y nos cerraría la fábrica. No hay discusión al respecto, nadie puede tener una fábrica que esté contaminando. Eso lo tenemos todos muy claro y la fábrica no sólo está funcionando sino que está funcionando al máximo de su capacidad.

Dicho eso, ¿qué sucede en Pontevedra? Y en lo que todos estamos de acuerdo: la ubicación de la fábrica no es la ideal. Si usted me dice a mí qué hacemos con la fábrica de Pontevedra si la pudiéramos llevar a otro lugar, yo le diría que sería fantástico, porque en la ría de Pontevedra, que es una preciosidad de ría, y el contexto donde se encuentra, pues quizás en vez de una fábrica de estas características podríamos tener un parque infantil o un desarrollo inmobiliario como quieren algunos, u otra actividad en esa zona que se podría hacer sin ningún problema. La cuestión es que está ahí y la ciudad está pegando a la fábrica, de manera que esta experiencia que hemos tenido en Pontevedra la hemos aprendido muy bien y a la hora de desarrollar nuestro proyecto en Fray Bentos, que es lo que nos ocupa en estos momentos, hemos sido muy conscientes de todo eso y somos conscientes también de que la ciudad no puede estar pegada a la chimenea.

Dicho esto, nos encontramos en Pontevedra una ciudad con unas particularidades muy especiales, ya que la mitad de la población son funcionarios, personas que viven del sector público y una actividad fabril como esta no les provoca más que molestia, ya que una actividad de fábrica, camiones que entran y salen, movimiento, es un tema complicado y si no viven de ello, no les interesa o tienen otras actividades les gustaría tener otras cosas, por lo tanto en Pontevedra hay un movimiento en contra de esa fábrica, pero curiosamente no para que se cierre; si algo contaminara la gente querría que se cerrara, pero no señor, lo que quiere la gente es que se traslade.

EC - ¿Pero el olor sigue o no sigue? Se lo pregunto porque yo no he estado en Pontevedra, pero sí estuve en la otra planta de Ence, en Huelva, en Andalucía, donde francamente no encontré problemas de olor y tampoco encontré quejas o molestias en la población. Mi pregunta es a propósito de Pontevedra concretamente, sobre todo a partir de estas notas de prensa que estaba reseñando recién.

CV - Tú que has vivido la experiencia, es claramente extrapolable al contexto de Pontevedra, la cuestión es que en Huelva, como pretendemos también hacer en Fray Bentos, hay unas distancias razonables en el entorno de la fábrica, de manera que no se produce molestias. En Pontevedra es igual. Si hablamos de la historia de hace 15 o 20 años, sí olía, hoy no huele, y además en el entorno íntimo de la fábrica hay episodios de olores que pueden molestar, pero como la ciudad está tan pegada a la fábrica puede ser en algunos casos molesto. Sin embargo en Fray Bentos lo que hemos hecho ha sido todo lo contrario, primero establecer la fábrica a 12 kilómetros de la población más cercana, además rodear el entorno de la fábrica de 250 hectáreas, como un cordón ambiental, donde además tenemos un centro de interpretación, de tratamiento y de conservación de animales, donde nos hemos preocupado mucho por la ubicación para que toda esa experiencia que tenemos en Pontevedra, que no tenemos en Huelva ni en Asturias donde no hay ningún problema, no se repita en Fray Bentos y haya la normal convivencia entre la fábrica y la población.

***

EC - Decíamos recién: en Pontevedra ustedes operan la planta de celulosa con la tecnología más nueva, la TCF, la que Greenpeace prefiere, la que es totalmente libre de cloro; sin embargo acá en Fray Bentos van a utilizar la anterior en el desarrollo tecnológico, la ECF, la que es libre pero de cloro elemental. ¿Por qué han tomado esa decisión?

CV - Varios matices. En primer lugar, como bien has indicado, en Pontevedra tenemos TCF y en las otras dos fábricas importantes que tenemos en España empleamos la tecnología de blanqueo ECF, de manera que combinamos las dos.

EC - Pero mi pregunta es: si hay una planta en la que operan TCF, ¿por qué no la traen aquí?

CV - Permítame; no se puede afirmar, como has comentado, por lo menos desde el aspecto técnico, que una u otra esté mejor o más desarrollada tecnológicamente, y lo podemos decir nosotros que somos los inventores del asunto. Una vez que uno ha dado el paso tecnológico de la eliminación del cloro elemental, que entraste ya en una dinámica de tecnologías que ya no tienen un impacto ambiental negativo, a partir de ahí es el mercado el que te define la utilización de la tecnología de blanqueo, ya que el producto resultante va a ser distinto y va a tener unas características particulares cada uno. Por ejemplo, si tú tienes una fábrica de autos y yo te dijera: ¿y por qué no fabricas sólo autos deportivos? ¿O sólo autos familiares? ¿O sólo autos 4 x 4? Tú me dirías: no, yo fabrico autos y los fabrico dependiendo de lo que me pida un mercado hacia unos modelos u otros. En el mundo de la celulosa es exactamente igual, tenemos un pequeño pedazo de mercado que está satisfecho ya, por lo menos en nuestro caso, con una fábrica con tecnología TCF, y el resto del mercado, el 95 por ciento del mercado, nos está pidiendo celulosa que tenga las características resultantes del blanqueo ECF, nada más. Una vez que has pasado esa barrera tecnológica y ya no tienes impactos ambientales, es una decisión estrictamente de mercado. ¿Qué hicieron los alemanes el año pasado? Inauguraron una fábrica ECF, por supuesto con todos los beneplácitos del gobierno de los Verdes, y estuvo allí el canciller Schröder inaugurando la planta, de tecnología ECF. ¿Qué hicieron los brasileños recientemente? Ampliaron su capacidad productiva en ECF, porque el mercado requiere ese tipo de celulosa. No es una cuestión ambiental porque ya se ha superado ese proceso de impacto ambiental.

EC - Pero por ejemplo las organizaciones ecologistas uruguayas destacan como una de las ventajas de la tecnología TCF el hecho de que los efluentes funcionan en un circuito cerrado, o sea que no termina habiendo vuelco de residuos líquidos al río, si estamos pensando en el agua concretamente. ¿Qué responde usted sobre esa ventaja?

CV - No es correcto esa afirmación, no sé si los ambientalistas lo ven así. El circuito cerrado de efluentes es distinto del empleo de la tecnología, ya que por ejemplo en el caso de Pontevedra con TCF se tiene una serie de efluentes que se vierten, sometidos al control correspondiente, a la ría de Pontevedra. La cuestión es el tratamiento que se hace de esos efluentes, hay una serie de tratamientos biológicos secundarios que convierten los efluentes líquidos en totalmente inocuos y no suponen ninguna lesión ni elementos nocivos para el río, para la ría, para el mar, para el lago, para el lugar donde los viertas. Esa es la clave, que el análisis de esos efluentes no suponga un impacto ambiental negativo para el lugar donde los viertes.

EC - En definitiva, a los ambientalistas de Gualeguaychú, que son hoy por hoy los más preocupados por el impacto de las dos plantas, la de Ence más la de Botnia, por el impacto acumulado de las dos, ¿ustedes les han dado estas explicaciones, han tenido diálogo con ellos?

CV - Absolutamente. De hecho, ese proceso viene desde hace algunos años, cuando se presentaron las primeras certificaciones y solicitudes de permisos para la implantación de esta fábrica se hicieron clases abiertas en Fray Bentos donde tuvimos la visita de ambientalistas argentinos. Miembros de la Comisión Administradora del Río Uruguay, tanto uruguayos como argentinos, estuvieron, como estuviste tú, visitando y conociendo nuestras instalaciones, y de hecho se mostraron favorables y entendieron perfectamente los procesos, porque son procesos técnicos, no es una cuestión de valoraciones políticas, son estrictamente técnicos, y se dieron cuenta del control ambiental que hay y del beneficio económico y social que este tipo de emprendimientos genera. Y seguimos trabajando. La sorpresa ha venido cuando esos pensamos que bienintencionados grupos ambientalistas se han transformado en grupos que en primer lugar están realizando actividades ilícitas, ilegales, como el corte de rutas e impedir el libre tránsito de personas y mercancías.

EC - Justamente, tomando en cuenta el cariz que ha tomado el conflicto, que a esta altura casi pone en riesgo o ha llegado a poner en riesgo las relaciones diplomáticas entre Uruguay y Argentina, ¿cómo ven la salida? ¿Cuál es el camino para encauzar este diferendo? ¿Qué puede poner Ence en particular?

CV - Nosotros desde el primer minuto, y ahora con más énfasis, lo que podemos poner y dentro de nuestro ámbito estrictamente empresarial, es suministrar información, transformar las dudas en certidumbres, donde haya cualquier tipo de confusión intentar aportar de una manera humilde y respetuosa un poco de claridad. No podemos hacer más, ya que nosotros no entramos en las valoraciones políticas ni en los acuerdos y reuniones de carácter institucional, que no nos competen.

EC - Pero concretamente: disposición a suspender por 90 días las obras de construcción de las plantas, ¿eso existe en el caso de Ence?

CV - En nuestro caso nos hemos puesto desde el primer momento a disposición de las autoridades, que son las autoridades uruguayas a las que nos debemos, con las que hemos estado en permanente diálogo y con las que vamos a seguir estando totalmente a disposición, ya que pensamos que es nuestra autoridad competente. Dicho eso, estaremos abiertos a que nos informen y nos comenten, pero hoy por hoy, al día de hoy tenemos un importante cronograma de trabajo, tenemos que desarrollar este emprendimiento, que ya es una seria labor y a la que nos dedicamos en cuerpo y alma y vamos a seguir con nuestro calendario de trabajo y de obras.

EC - ¿Pero ha estado en las conversaciones con las autoridades esta posibilidad?

CV - Oficialmente no hemos recibido ninguna indicación y seguiremos con nuestra actividad, como venimos haciendo desde hace ya meses.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe