¿Cómo se encuentra el país en materia de pobreza e indigencia?
Análisis del economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche.
(Emitido a las 8.24)
EMILIANO COTELO:
Por primera vez en varios años, la pobreza se redujo en nuestro país en 2005, según los datos que divulgó el Instituto Nacional de Estadística.
Se trata, por cierto, de una buena noticia, a pesar de que los analistas marcaron que todavía tenemos niveles muy altos de pobreza. A partir de esas consideraciones, valía la pena dedicar nuestro análisis económico de hoy a este tema. ¿En cuánto se ubica la pobreza en Uruguay? ¿Cómo está el país en la comparación regional? ¿Cuáles son las causas de la mejora observada el año pasado y cómo son las perspectivas para los próximos años? Enseguida, el diálogo es con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche.
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Pablo, ¿a cuánto ascendía la pobreza el año pasado? Sé que la respuesta a esa pregunta no es muy sencilla porque el INE presentó varias estimaciones.
PABLO ROSSELLI:
Es cierto, Emiliano. En los últimos años se había suscitado bastante controversia entre los especialistas acerca de cómo se debía medir la pobreza. En particular, había especialistas que sostenían que la línea de pobreza debía situarse en niveles más altos que los informados por el INE. Había diferencias acerca de qué índice de precios utilizar a los efectos de actualizar el costo de la Canasta Básica Alimenticia que se utiliza como referencia para definir la línea de indigencia y la línea de pobreza y había diferencias acerca de qué servicios se debían incluir en la canasta.
En esta oportunidad, el INE presentó cálculos basados en su propia metodología, cálculos basados en la metodología de CEPAL y cálculos basados en una metodología sugerida por un panel de especialistas unos cuantos años atrás. Lógicamente, las cifras son diferentes porque surgen de aplicar líneas de pobreza distintas.
EC - ¿Y qué muestran las cifras, Pablo?
PR - La pobreza en Uruguay alcanzó a 29,8% de la población en 2005, considerando poblaciones de más de 5.000 habitantes y aplicando la metodología del INE. Eso significa que en 2005 había unas 857.000 personas viviendo en condiciones de pobreza.
Si en lugar de tomar la metodología del INE se considera la metodología de CEPAL, que tiene una línea de pobreza bastante más baja, 20,9% de la población (equivalentes a unas 603.000 personas) vivían en situación de pobreza. Y si consideramos la tercera metodología empleada, sugerida por algunos especialistas, la pobreza alcanzaba a 36,8% de la población (casi 1.100.000 personas).
EC - Pablo, ¡las diferencias son muy importantes!
PR - Es cierto. Además de aspectos técnicos, las diferencias metodológicas probablemente también reflejan distintas visiones normativas acerca de lo que cada analista considera una situación de pobreza, sobre la cual al menos implícitamente se entiende que es necesario una acción de las políticas públicas.
Pero más allá de las diferencias en torno al nivel de pobreza que tenemos en el país, todas las mediciones informan un descenso importante de la pobreza el año pasado. Considerando la metodología propia del INE, la pobreza bajó desde 32,6% hasta el 29,8%, lo cual representa una reducción de 79.000 personas. Y es la primera vez desde 1999 que observamos una caída de la pobreza, porque desde 2000 hasta 2004 la tendencia había sido creciente, con un salto muy importante en la crisis de 2002.
EC - Dadas esas diferencias de magnitud entre las distintas metodologías, sería bueno para situar a los oyentes que aclaráramos el nivel en pesos de las líneas de pobreza que se emplean en cada caso.
PR - Tenemos que hacer dos advertencias. En primer lugar, este año el informe del INE no presenta ese dato, aunque podemos hacer una actualización de las cifras del año pasado, utilizando el incremento de los precios de alimentos y bebidas que usa el INE para hacer sus cálculos.
Una segunda advertencia es que, en algunas de las metodologías la línea de pobreza puede diferir según condiciones particulares de cada hogar porque, típicamente, tres personas que viven juntas necesitan menos del triple de dinero de una persona que vive sola.
De todos modos, para situar a los oyentes, digamos que la línea de pobreza en la metodología del INE se acerca a los 4.000 pesos mensuales por persona en Montevideo y a 2.500 pesos por persona en el interior. La línea de CEPAL es de 2.700 y 1.900 pesos mensuales para Montevideo e Interior y la línea de la tercera metodología es de 4.300 para Montevideo y de 2.700 para el interior. Reitero que son cifras aproximadas.
EC - ¿Y cuál es la situación actual en una perspectiva de mediano plazo? ¿Cuán lejos de los niveles pre-crisis estamos hoy?
PR - Para contestar esa pregunta, Emiliano, tenemos que manejarnos con las cifras que surgen de la metodología propia del INE porque esa es la serie más larga con la que contamos. En 1998 la pobreza alcanzaba a un 16,7% de la población; aunque en 1999 la economía ingresó en recesión, la pobreza bajó hasta 15,3% de la población. Quiere decir que el 29,8% de 2005 es muchísimo más alto que el nivel pre-crisis. De hecho, tenemos que retroceder hasta 1990 para observar un porcentaje de pobreza tan alto como los actuales (descartando obviamente los años 2003 y 2004).
EC - ¿Y cómo es el corte de la pobreza según la edad de las personas? Creo que para todos es notoria la incidencia que tiene la pobreza infantil en el país.
PR - Definitivamente, Emiliano. No importa qué metodología utilicemos, la conclusión es bien clara. La pobreza afecta fundamentalmente a la población infantil y a la población joven.
Con la metodología propia del INE, la pobreza entre los menores de seis años alcanza a casi 56%; entre los niños de seis a doce años, la pobreza supera el 50% y entre los adolescentes, de 12 a 17 años, llega a casi 40%. En el otro extremo, la pobreza entre los mayores de 65 años es de 8%. Los porcentajes varían según la metodología pero la conclusión se mantiene. La pobreza afecta fundamentalmente a los niños y adolescentes.
EC - Pablo, ¿cómo se explica la reducción de la pobreza observada el año pasado? ¿Cuánto incidieron las políticas públicas como el Plan de Emergencia y cuánto obedeció a la marcha de la economía?
PR - En realidad no contamos con una estimación oficial del impacto del Plan de Emergencia. Seguramente en algunos casos el Ingreso Ciudadano hace la diferencia entre estar arriba o debajo de la línea de pobreza. Pero probablemente son relativamente pocos los hogares que cruzaron la línea gracias al Ingreso Ciudadano percibido en el marco del programa porque el programa está muy enfocado en hogares de ingresos muy reducidos que, por tanto, están lejos de alcanzar la línea de pobreza. Lógicamente, eso no quita que esa asistencia contribuya al menos a mitigar la insuficiencia de ingresos de esos hogares.
A nuestro juicio, el principal factor que está detrás de la reducción de la pobreza es la marcha de la economía. Luego de tres años de expansión de la producción, los salarios reales aumentaron un 4,6% el año pasado.
EC - ¿Y qué papel jugaron los Consejos de Salarios, Pablo?
PR - A nuestro juicio, las variables fundamentales que inciden en la determinación de los salarios (que son la actividad económica y el tipo de cambio real) estaban mostrando desde al menos 2004 una evolución favorable que nos hacía prever una recuperación salarial importante para 2005. De todos modos, es posible que los consejos de salarios y la suba de los salarios mínimos hayan contribuido por lo menos a apurar la recuperación salarial, que se había hecho esperar en 2004.
EC - Antes de pasar a las perspectivas, Pablo, ¿cómo está la pobreza en Uruguay en relación al resto de la región?
PR - Para comparar cifras de pobreza en la región lo más apropiado es utilizar las cifras de la metodología Cepal, para asegurarnos una mayor comparabilidad de los datos. En general y a pesar de la suba observada con la crisis, la pobreza en Uruguay es más baja que en América Latina, donde se observa una pobreza promedio del orden de 40%, mientras que la medición de Cepal para Uruguay en 2005 es de 20,6%.
En Brasil, según datos de 2003, la pobreza era de 35,7% y en Argentina para 2004 teníamos una pobreza de 29,4% (mayor a la de Uruguay tanto en los datos de 2005 como en los de 2004, que informaban una pobreza de 23% para Uruguay). En América Latina, Uruguay sólo está peor que Chile y que Costa Rica. En Costa Rica los datos de Cepal que teníamos corresponden a 2002 y marcan una pobreza de 17,5% mientras que en Chile, en 2004 la pobreza era de 18,5% y para 2005 habría bajado a 15%. Chile es el país del continente donde se han logrado los mayores avances, gracias al fuerte crecimiento económico que se observa en ese país. En 1990, los datos de Cepal informaban una pobreza de 38,5% frente al 18,5% de 2004 y un 15% preliminar para 2005.
EC - Para terminar, Pablo, ¿cuáles son las perspectivas en materia de pobreza para los próximos años?
PR - A nuestro juicio, es probable que la economía uruguaya continúe creciendo en los próximos años. Eso debería propiciar una progresiva recuperación de los salarios y el empleo y una reducción paulatina de la pobreza.
Sin embargo, al ritmo de crecimiento actual hará falta mucho tiempo para volver a los niveles pre-crisis. Por eso, en esta materia se presenta un doble desafío. En primer lugar, es necesario mejorar el clima de inversión para que el país pueda sostener tasas de crecimiento más importantes por tiempos prolongados. La experiencia chilena muestra con claridad que el crecimiento económico sostenido conduce progresivamente a una reducción de la pobreza porque permite una mayor creación de empleos y mejores remuneraciones. El segundo desafío está relacionado con las políticas públicas y con el gasto social. Es fundamental incrementar la cantidad y calidad del gasto social dirigido a la población infantil y la población joven. Mejorar el acceso a la salud y a la educación resulta clave, porque la educación es el principal vehículo que tienen las personas para mejorar sus ingresos. Y en esta materia es vital obtener mejores resultados porque las comparaciones internacionales muestran con claridad que Uruguay está teniendo muy bajos niveles de asistencia a la educación secundaria y muy pobres resultados en materia de aprendizaje, con una fuerte inequidad. Quienes tienen mayores ingresos obtienen muy buenos resultados académicos y los sectores más pobres obtienen muy malos resultados. Entonces, es imprescindible incrementar la inversión en educación y mejorar sustancialmente la calidad o eficacia de esos gastos.