Entrevistas

Stora Enso confirmó que se instalará en Uruguay

Stora Enso confirmó que se instalará en Uruguay

El conflicto entre Uruguay y Argentina por las plantas de celulosa no cambió los planes de Stora Enso. "Lo importante es que las reglas queden firmes", dijo el presidente regional, Nils Grafström. Afirmó que para el estudio de impacto de la nueva planta se puede recurrir al PNUD. Y aclaró que "se puede cumplir con lo que el Banco Mundial pide" tras el estudio de los técnicos canadienses.

(Emitido a las 9.12)

EMILIANO COTELO:
Es la mayor productora de papel y cartón del mundo, se encuentra instalada en 40 países y cuenta con más de 45.000 empleados. El año pasado facturó 13.200 millones de euros.

Hablo de Stora Enso, la firma de capitales sueco-finlandeses que hace menos de un año anunció su voluntad de instalarse en Uruguay, construyendo una planta de celulosa.

Pero, claro, desde aquella noticia ya pasaron seis meses y en el ínterin se complicó hasta el hartazgo el conflicto entre Argentina y Uruguay por las inversiones de Botnia y ENCE en Fray Bentos.

Entonces, ¿ese ambiente alteró en algo los planes de Stora Enso? Es una pregunta pertinente porque en estas últimas semanas circularon rumores preocupantes en torno a este proyecto.

¿Cómo observan los ejecutivos de Stora Enso la actitud del gobierno uruguayo en esta controversia? En caso de seguir adelante, ¿cómo continúa el cronograma del proyecto? ¿Dónde se localizará la fabrica? ¿En Durazno o Tacuarembó? ¿Está programado llegar también a la producción de papel?

Sobre esos temas vamos a dialogar con el presidente regional de Stora Enso, Nils Grafström, que por estas horas se encuentra en Montevideo.

***

Señor Grafström, empiezo preguntándole por el rumor que circuló en cuanto a que el conflicto Argentina-Uruguay en torno a las plantas de celulosa de Botnia y ENCE podía llevar a Stora Enso a abandonar su proyecto de planta de celulosa en nuestro país y trasladarlo a Brasil, donde ya tiene una primera presencia. ¿Qué responde usted?

NILS GRAFSTRÖM:
No. Puedo confirmar que no hemos cambiado de idea, de decisión, continuamos en Uruguay como antes. Continuamos comprando tierras, vamos a empezar con las plantaciones este año y también estamos estudiando exactamente dónde colocar la planta nueva.

EC - Desde la audiencia llegaban hoy algunas preguntas en ese sentido. Uno de nuestros oyentes, Andrés, decía: "La presidenta de Finlandia visitó Brasil, ahora Lula visita Finlandia... ¿No será que Brasil se ha mantenido al margen del conflicto Uruguay-Argentina para terminar siendo el receptor de todas estas plantas?". Esa era una de las inquietudes.

NG - Eso no tiene ningún impacto en nosotros. Hemos construido una planta nueva en Brasil, estamos comprando tierras también en otros lugares, en Rio Grande do Sul, en Brasil, y aquí en Uruguay, pero nuestra intención es construir una planta aquí.

EC - En resumen, el proyecto continúa en pie, no se ha alterado en lo más mínimo.

NG - Nada se ha alterado.

EC - ¿Y cómo han observado el manejo que el gobierno uruguayo ha hecho de la crisis con Argentina por las plantas de celulosa en Fray Bentos? Acá se discute si no debió haberse actuado más enérgicamente antes para que esta controversia no se extendiera tanto en el tiempo. ¿Ustedes qué piensan?

NG - No nos afecta directamente esa discusión entre Argentina y Uruguay, son otras empresas. Pero naturalmente es importante para nosotros caminar y saber lo que está pasando porque afecta a la industria como tal.

EC - ¿La industria de la forestación se ha visto golpeada por esta crisis?

NG - No es bueno que exista este tipo de discusión entre dos países, principalmente porque creo que la base de todo este conflicto, especialmente en Argentina, es información que no es correcta sobre lo que es una fábrica moderna. Pero lo más importante para nosotros, estando aquí en Uruguay y escuchando y leyendo lo que pasa aquí, es ver que las autoridades o el gobierno uruguayo no han cambiado de opinión solamente porque hay esta discusión. Se muestra que el gobierno, las autoridades siguen las reglas y no cambian de opinión. Esto para nosotros, que estamos pensando hacer una inversión tan grande, es muy importante.

EC - ¿Cómo han visto el hecho de que el gobierno les pidiera a las empresas Botnia y Ence el gesto de suspender la construcción de sus plantas de celulosa como una contribución al ambiente de negociación con Argentina?

NG - Es una cosa entre el gobierno y esas dos empresas, no me parece extraño que el gobierno busque algún tipo de solución, yo entiendo que no era ninguna demanda a las empresas y para nosotros es importante que se sigan las reglas democráticas.

EC - No fue una obligación.

NG - No.

EC - Eso para ustedes es un matiz importante.

NG - Lo importante es que las reglas queden firmes.

EC - ¿Qué lecciones les deja toda esta controversia por las plantas de celulosa de Fray Bentos? ¿Qué pueden aprovechar ustedes para el desarrollo del proyecto que están preparando?

NG - Lo más importante es informar a toda la gente interesada en escuchar qué es una fábrica moderna de celulosa.

EC - El punto clave es la información.

NG - Yo creo que sí.

EC - Ustedes no van a instalar la planta de celulosa en un río fronterizo, están pensando en el río Negro, así que difícilmente esa fábrica dé lugar a un conflicto con Argentina. De todos modos, el caso de Fray Bentos da la pauta de lo fuertes que pueden llegar a ser las protestas de origen ambientalista, tanto de ONG locales como de ONG internacionales, por ejemplo Greenpeace. ¿Es a eso que usted está aludiendo?

NG - Sí, y por eso lo más importante es informar qué es una fábrica.

EC - ¿Cómo van a manejar la relación con la sociedad a efectos de disipar temores sobre la contaminación? ¿Han tomado alguna decisión a partir de lo que han venido viendo estos meses?

NG - Lo que hemos hecho en Brasil, donde tenemos la fábrica más nueva –que es muy parecida a la que queremos hacer aquí en Uruguay–, ha sido informar a toda la gente en cada pueblo, en cada ciudad lo que es una fábrica para que no cause miedo. Porque este tipo de fábricas, si se va 20, 25 años atrás, era completamente diferente de lo que es la tecnología moderna, y por eso existe esa duda ¿Qué es una fábrica? ¿Va a dar olor? ¿Va a ensuciar los ríos?. Por eso es muy importante informar y hablar sobre todos esos asuntos con gente que tiene miedo, que está preocupada, etcétera.

EC - ¿A qué instituciones u organizaciones tomarán como referencia para que estudien el impacto ambiental de la planta de celulosa de Stora Enso?

NG - Lo que queremos hacer aquí, y vamos a empezar ya este año, cuando sepamos dónde vamos a colocar la fábrica, y eso hace parte de la localización, es hacer esos estudios ambientales y sociales. Para eso vamos a usar gente de nuestro grupo pero además gente de fuera del grupo que tiene credibilidad, que llegue donde una empresa no puede llegar.

EC - La clave es la credibilidad de las instituciones a las que ustedes recurran para los estudios de impacto ambiental. ¿Qué tipo de institución puede ser?

NG - En Brasil hemos usado el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que es una posibilidad también aquí en Uruguay.

EC - Recurrir al PNUD, esa es una de las alternativas.

NG - Sí.

EC - Porque ustedes van a instalar la planta sobre el Río Negro y allí hay aspectos delicados a cuidar. Pienso, por ejemplo, en el turismo, si tenemos como referencia el balneario San Gregorio de Polanco, pienso en la pesca, incluso en un criadero de esturiones que produce caviar para la exportación. ¿Ya han tenido algún tipo de contactos con quienes están moviéndose en estos sectores?

NG - He tenido algunos contactos, no muchos. Es muy importante controlar el impacto ambiental, porque una fábrica tiene un impacto ambiental, cualquier tipo de fábrica, de instalación industrial tiene un impacto ambiental. Lo importante es no contaminar y controlar el proceso.

EC - A propósito: ¿qué tecnología de blanqueo utilizará la planta de Stora Enso?

NG - ECF.

EC - O sea, la tecnología libre de cloro elemental, no la totalmente libre de cloro, que es la que reclama Greenpeace, por ejemplo.

NG - Nosotros tenemos no sé cuántas fábricas de celulosa en el mundo y hoy todas producen ECF; tenemos dos que pueden producir TCF todavía, pero el impacto ambiental es igual, ya existen varios estudios sobre eso. Eso no cambia el impacto ambiental.

EC - Usted seguramente ha podido leer el documento que hace muy pocos días divulgó la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial (BM) con las conclusiones de dos expertos canadienses a propósito del borrador de impacto acumulado de las plantas de Botnia y ENCE. Habrá visto que una de las recomendaciones que surgen de ese trabajo técnico es que esas plantas que prevén utilizar tecnología ECF pasen a ECF-light. ¿Ustedes tienen eso en sus planes?

NG - No hemos decidido exactamente cómo hacer eso. ECF usamos en Brasil y es lo que el mercado pide, porque para nosotros no sólo es importante hacer lo que nosotros queremos, que queremos hacer una fábrica que tenga el mínimo impacto ambiental, sino que también tenemos clientes que compran estos productos y ellos tienen las mismas demandas, por eso es muy importante.

Sobre el estudio que está pidiendo el BM, no conozco los detalles de ENCE y Botnia, lo que ellos han hecho, así que no quiero comentar eso porque no puedo, porque no sé, pero he estudiado un poco lo que se les pide y diría que no es nada extremo, son condiciones normales para una inversión de esta magnitud en esta industria. Son condiciones que nosotros no tenemos dificultad de cumplir, así que se puede cumplir con lo que el BM pide.

EC - Leía en informes de prensa que se publicaron este fin de semana aquí en Uruguay, de periodistas que acaban de viajar a Finlandia y que recorrieron instalaciones de Stora Enso, que una de sus ejecutivos, Eija Pitkanen, vicepresidenta de Sustentabilidad de la empresa, dijo, cuando abrió una de las conferencias: "Señores, la sustentabilidad es un negocio, ya no se trata de buenos y malos, contaminadores o ambientalistas: para las empresas papeleras finlandesas el respeto del medio ambiente es ‘LA’ exigencia que les permite hacer negocios". O sea que ya hay una cuestión comercial de por medio a la hora de resolver este tipo de tecnologías que reducen el impacto ambiental.

NG - Es completamente verdad. No es que no queramos cumplir con todas las posibilidades que existen para hacer una planta de celulosa que no tenga impacto o que tenga un impacto controlado, sino que para poder hacer negocios lo necesitamos.

EC - ¿Cómo es esto? ¿A qué aludía su colega? ¿Qué es lo que está de fondo en esto de que la sustentabilidad es un negocio?

NG - Es un negocio, porque si nosotros producimos productos que nuestros clientes no quieren comprar no se pueden hacer, por eso es un negocio. Para poder vender a nuestros clientes, tenemos demandas de nuestros clientes.

EC - Demandas en cuanto a las condiciones en las que se produjo ese papel que ustedes están vendiendo.

NG - Sí. Por ejemplo, si producimos celulosa con cloro elemental, no la podemos vender porque las fábricas de papel que son nuestras clientas no la van a comprar, porque los clientes de ellas no quieren comprar ese papel.

EC - En las condiciones de compra que ustedes reciben de los clientes están muy presentes no sólo los aspectos del impacto ambiental, sino también los que tienen que ver con la responsabilidad con la que se mueve más en general una empresa de este estilo.

NG - Sin duda.

EC - Por ejemplo, las condiciones de trabajo, ¿también están tenidas en cuenta por los clientes que le compran papel a Stora Enso?

NG - Sí, claro.

EC - Es una tendencia que se ha ido consolidando y que hoy forma parte directamente del comercio en este rubro.

NG - Forma parte y dentro de nuestro grupo Stora Enso esas demandas son muy bienvenidas.

***

EC - Usted decía que el plan de Stora Enso para Uruguay continúa vigente. ¿Cuánto ha avanzado en estos últimos meses? Yo recuerdo que la última entrevista con usted fue el 30 de setiembre. ¿Qué decisiones han tomado desde entonces?

NG - Continuamos comprando tierras, vamos a comenzar las plantaciones este año y estamos haciendo un estudio para determinar dónde colocar la planta. Yo todavía no sé dónde la vamos a colocar, sólo sé que va a ser en el centro, Tacuarembó o Durazno, en esa región.

EC - Todavía no se ha decidido por uno u otro departamento.

NG - No, estamos haciendo estudios de agua, de impacto ambiental, de logística.

EC - ¿El monto de la inversión sigue siendo del orden de los 1.000 millones de dólares?

NG - Sí.

EC - El monto en la planta en sí. ¿Y cuánto tienen previsto en cuanto a la compra de tierras?

NG - Para establecer todas las plantaciones, entre 200 y 300 millones de dólares.

EC - La idea era adquirir 50.000 hectáreas el año pasado, con el propósito de totalizar 100.000 hectáreas en tres o cuatro años.

NG - Sí, y continúa. Este año queremos llegar a 65.000 hectáreas.

EC - ¿Están comprando tierra ya forestada o tierra que ustedes van a forestar?

NG - De las dos, nos interesa comprar tierra que ya está forestada para avanzar en una fábrica.

EC - Y finalmente, además de la planta de celulosa en sí, ¿qué otros emprendimientos industriales tiene previstos Stora Enso en Uruguay?

NG - Por ahora nada, una inversión de 1.000 millones ya es mucho.

EC - La pregunta apuntaba a saber si además de producir celulosa se va a ir al escalón siguiente, a fabricar también papel aquí en Uruguay.

NG - Entiendo, pero tenemos que empezar con la fábrica de celulosa. En el futuro esa posibilidad existe porque las condiciones aquí para este tipo de inversión son muy positivas, es un país positivo.

EC - ¿Cuándo se prevé comenzar la construcción de la planta?

NG - Depende del acceso a la madera que ya existe, si da para comprar mucho se podría empezar la construcción en unos cuatro años, algo así, y antes de eso tenemos que hacer todos los estudios ambientales y sociales, que tardarán también unos dos años.

EC - Y para terminar le pregunto algo sobre lo que ya conversamos en la entrevista anterior pero que vale la pena retomar en este momento, porque hay oyentes formulando la consulta. ¿Por qué razón una firma como Stora Enso decide desplazar una parte de su producción a América Latina, por ejemplo a la planta de Bahía en Brasil o a esta que se proyecta ahora en Uruguay? Dice Luis, de Manga: "Habiendo tantos problemas de desocupación en Europa, ¿por qué estas empresas vienen a instalar fábricas generadoras de puestos de trabajo acá, en este lado del mundo?".

NG - Entiendo la pregunta y es muy fácil de responder. Es solamente el costo de la madera, porque crece muy rápido aquí, un árbol de eucalipto crece en siete u ocho años, en Suecia no hay eucalipto pero lo que tenemos allí tarda 70 u 80 años. Es solamente por el costo de la madera, por causa del clima. El resto va a ser todo igual, si construimos una fábrica moderna en Europa, en Asia o aquí, va a ser igual, con la misma tecnología, lo diferente es el costo de la madera.

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Edición: Mauricio Erramuspe