(Emitido a las 8.53)

JOSÉ IRAZÁBAL:
El frente energético sigue más que complicado en nuestro país. La falta de lluvias, la alta dependencia actual del suministro de los países vecinos y las dificultades de generación que los mismos están enfrentando parecen estar cerca de transformarse en un riesgo incluso para la actividad productiva del país.

ANDRÉS GIL:
Por lo menos eso alerta la propia gremial que agrupa a los grandes consumidores de energía, según informaba el diario El País el sábado. Se reconoce que la industria no está del todo preparada para enfrentar un eventual racionamiento por parte de UTE.

JI - ¿Qué tan crítico puede ser el panorama? Vamos a conversarlo con José Luis Pou, secretario ejecutivo de la Cámara de Grandes Consumidores.

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Señor Pou, pasemos en limpio a qué clientes se considera grandes consumidores.

JOSÉ LUIS POU:
Existen dos definiciones, una de UTE y otra del marco regulatorio. De acuerdo con la definición de UTE para ser gran consumidor se necesita un consumo mensual de 90.000 kilovatios/hora y una potencia contratada superior a 200 kilovatios. En el caso del marco regulatorio la definición es simplemente por potencia, más de 500 kilovatios de potencia contratada.

AG - Pasando en limpio, porque no todos dominamos perfectamente las cuestiones de potencia y de energía, básicamente estamos hablando de industrias.

JLP - No, hay 390 y pico, de acuerdo con la definición de UTE, de grandes consumidores, de los cuales 200 y algo son industrias, y hay otros que son del sector servicios. Por ejemplo, varios de los canales de televisión son grandes consumidores de energía, los shoppings son grandes consumidores de energía, las mutualistas importantes son grandes consumidoras de energía, o sea que de los 300 y pico, 200 y algo son industrias y el resto son del sector servicios.

JI - Comencemos a introducirnos en el tema que hoy nos convoca, la crisis que se está atravesando en materia de generación de energía eléctrica, los problemas que han surgido aquí en la región. ¿Estamos ante un riesgo efectivo? ¿A cuánto tiempo estamos de que la situación comience a ser un problema para la producción del país, por ejemplo?

JLP - Por un lado está ese tema, es imposible contestar su pregunta porque depende del nivel de lluvias, de que llueva o no llueva. Y con respecto a si afecta al sector productivo, el año pasado ya tuvimos sucesivas reuniones con respecto a ese tema, pero afortunadamente cuando estaban por empezar problemas gravísimos empezó a llover y se solucionó todo, gracias a Dios. Aunque coincido con y repito las palabras del ministro Lepra: en países serios no dependen de que llueva o no llueva; tenemos que ir hacia ser un país serio e instrumentar medidas para solucionar esto, porque es inadmisible estar dependiendo de la lluvia. En las reuniones que tuvimos se nos tranquilizó con que hay una visión de país productivo y dentro de la misma, en el caso de que tengamos que tener restricciones, se va a tratar de afectar lo menos posible al aparato productivo.

JI - ¿Reuniones con quién, concretamente?

JLP - El año pasado con el ingeniero Martín Ponce, que era el que estaba con esto, y me imagino que seguirá igual. En este mes hemos tenido reuniones con un montón de gente pero por problemas de agenda no hemos estado reunidos con Lepra ni con Martín Ponce, con quienes si no nos reunimos esta semana será la semana que viene.

AG - Usted hablaba de las medidas que se había empezado a tomar el año pasado ante una circunstancia similar a esta que finalmente se terminó solucionando cuando llego la lluvia. ¿Qué quedó en cuanto a capacidad instalada de eso? ¿Cómo está preparada hoy la industria uruguaya para hacer frente a una coyuntura de este tipo?

JLP - El año pasado algunas empresas tomaron medidas. Se necesitaban dos condiciones para tomar medidas, una, la seriedad de la empresa, y dos, tener dinero, y ninguna de las dos cosas es muy abundante. Por supuesto que hubo empresas que hicieron inversiones bastante importantes y que hay que hacer con tiempo, recuerdo claramente una empresa como Corporación Navíos, que lo tomó como prioridad, de hecho desvió una inversión muy importante que iba a hacer en otro lado y dijo "no me puedo quedar sin energía". Es un puerto de Nueva Palmira, lo recuerdo concretamente porque se hizo en tiempo récord. Pero lamentablemente el éxito con que se desarrolló el sector energía, concretamente el buen trabajo que hizo UTE en cuanto a eficacia, de dar el servicio en los últimos 15 años, llevó a que las empresas confiaran y lamentablemente todavía no somos un país con una mirada de muy largo plazo ni tenemos muchos recursos, entonces algunos empresas no pudieron establecer un respaldo. Estamos hablando de cifras muy altas.

AG - Usted decía "tiempo récord"; ¿de qué tiempo estamos hablando? ¿Hay margen por ejemplo ahora, en caso de que no llueva, para que las empresas se preparen para esta coyuntura? ¿O ya están las cartas jugadas?

JLP - Depende del nivel de potencia de la empresa, las empresas grandes no tienen margen. Estamos trabajando en algunos proyectos para colaborar con este tema y no sólo quejarnos, pero estarán funcionando en 12 meses y 18 meses algunos. No es un tema coyuntural, es un tema estructural, hasta que el país no encare una solución definitiva para el tema energía, hasta que no instale una generación de base, vamos a tener estos problemas, y agravados, porque salvo Brasil que está bien, pero Argentina está cada vez peor y va hacia una situación más complicada. Y el único contrato que tenemos firme hoy es con Argentina, si se puede hablar de contrato firme.

JI - ¿Qué tipo de tecnología está disponible hoy en Uruguay para las empresas que han buscado tener respaldo y a qué precios?

JLP - Eso es muy variable, depende del combustible, la gente comercia generadores –no voy a nombrar empresas–, pero para un sector industrial en vez de hablar de un motorcito es una cosa bastante más importante, con costos asociados importantes, con una logística en cuanto al combustible. Hay todo un tema, incluso si se generalizara mucho no sé si no habría problemas con el combustible. Esperemos que llueva y si no llueve confiamos en la palabra del gobierno de afectar lo menos posible el aparato productivo.

AG - Sobre eso, es evidente que los cortes obligatorios para toda la población, para el consumo social, es un extremo que siempre se pretende evitar. ¿Cree que sería una medida recomendable antes de llegar al punto de racionar el consumo para las industrias?

JLP - No, nosotros propusimos primero que se le dijera esto a la población antes, no esperar a que no lloviera durante tanto tiempo, avisarle por las dudas, apelando a la conciencia de la población, que trate de racionalizar, por ahora es lo que podemos hacer, tratar de gastar lo menos posible energía, darnos cuenta de que estamos todos en el mismo barco.

AG - ¿Cree que hay información en la población como para pararse de una forma eficiente ante este problema?

JLP - Por eso le digo, yo habría preferido que se hubiera empezado antes. Y hay un sector en el que hay que trabajar, que hoy no tiene desestímulo porque no está pagando la energía; aunque ha habido un trabajo bastante importante en tratar de medir y solucionar el problema de las personas que se cuelgan a la red, es una tarea en la que todavía hay que trabajar bastante. A ver si soy más claro: las personas comunes y corrientes de nuestra clase media, que están acostumbradas a pagar la luz, y la clase trabajadora, que paga la factura todos los meses, de por sí se cuidan porque es un costo importante, pero quien no paga la energía eléctrica a veces no tiene el estímulo para ahorrar; sobre eso hay que actuar.

JI - La cosa iría sobre el sector público.

JLP - Sí, entes públicos y los sectores que no pagan la energía porque están colgados. Es un tema social importante pero hay que apuntar a eso, por lo menos tratar de llegar. Hay gente con capacidad de llegar a esos sectores y confiamos en que lo haga.

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Edición: Mauricio Erramuspe