Faroppa: en todo el mundo hay plantas como la de Botnia
La planta de Botnia ya tiene un 50% de avance en la obra civil. En pocos meses llegará la maquinaria industrial. En setiembre u octubre de 2007 se prevé que opere. Pese al conflicto, la obra sigue. "El proyecto continúa en los ritmos adecuados, la empresa tiene confianza en lo que está haciendo. Este tipo de proyectos funciona en todo el mundo", afirmó Carlos Faroppa, asesor estratégico.
(Emitido a las 9.12)
EMILIANO COTELO:
Producirá un millón de toneladas de celulosa por año. Implica una inversiónn de 1.000 millones de dólares, la mayor en la historia de nuestro país.
La empresa finlandesa Botnia desembarcó en Uruguay a fines de 2003 y comenzó la construcción de su planta de celulosa, acá en Fray Bentos, en la primavera de 2005. Una obra que ha dado muchísimo que hablar.
Y desde que se desató el conflicto por la construcción de esta planta, el ingeniero agrónomo Carlos Faroppa, asesor estratégico de Botnia, ha sido quizás el principal interlocutor de esta empresa, la cara visible de la compañía.
En los próximos minutos vamos a conversar con él, esta vez en un escenario diferente del de entrevistas anteriores. Diferente para nosotros pero también entre los dos países, porque el diálogo entre el gobierno argentino y el uruguayo se ha cortado y mientras tanto las obras acá avanzan de forma muy firme.
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Ingeniero Faroppa, en los últimos meses usted mantuvo un perfil bastante bajo, por decirlo de alguna forma, solamente apareció en conferencias de prensa, cuando antes era un vocero frecuente en los medios, concedía entrevistas habitualmente. ¿Por qué se produjo este cambio de estrategia en la comunicación de Botnia?
CARLOS FAROPPA:
En ese tipo de eventos como el de hoy estamos en el mejor escenario, la obra, pero continuamos con la política que veníamos teniendo. Por ejemplo el sábado pasado estuvimos en el Paraninfo de la Universidad presentando el caso de relaciones laborales de Botnia en la Universidad de la República, depende de los eventos. En la medida que hay ese nivel de falta de diálogo entre gobiernos es obvio que las empresas tienen que tener prudencia y hablar lo menos posible, dejar los espacios para que los agentes políticos, los agentes de Estado hagan la comunicación y puedan trabajar tranquilamente.
EC - Un episodio que marcó de manera fuerte la relación entre Botnia y el gobierno uruguayo fue el pedido de que se suspendieran las obras por 90 días. Llamó la atención la dureza con la que se plantó Botnia frente a esa posibilidad. ¿Puede, por lo menos brevemente, señalar las razones?
CF - Son múltiples. Un proyecto de esa envergadura tiene muchos factores a considerar, factores sociales, en cuanto a que tenemos 2.000 empleados aquí dentro de la obra, otros 2.500 dependientes. El complejo total, incluyendo la parte forestal, llega a los 7.000. Entonces hay factores sociales, laborales, los contratos que tenemos en obra en este momento y razones financieras. No es fácil detener una cosa de este tipo, una vez que se pone en marcha es muy difícil. Vea la envergadura que tiene la obra. Ayer lo decían bien en la conferencia de prensa, en la reunión de Presidencia: hay que ver estas obras para ver lo que es, no es tan fácil manejar una detención en ese tipo de situaciones. Y por otro lado tampoco es necesario detener la obra para hacer más estudios, estudios aclaratorios, como se solicitaban. Esa fue la posición de la empresa.
EC - El oyente puede decir: está bien, entiendo, pero ese era "el" gesto que se necesitaba para que todo esto se encauzara definitivamente, para que se terminaran los problemas.
CF - Habría que ver, era un gesto más y habría que ver las soluciones. Era un camino a unas negociaciones, las negociaciones no han dado todavía ningún saldo fructífero, entonces ahora está en el camino de La Haya, en el camino de lo legal y Botnia colaborará con el gobierno uruguayo en lo que sea necesario respecto de eso. Parece mucho más razonable llegar a instancias definitivas.
EC - Si entiendo bien, el razonamiento de ustedes era: el costo y la complicación práctica de la suspensión de las obras eran enormes y no guardaban relación con el "beneficio" que se podía esperar en cuanto al diferendo en lo político, para ustedes no era claro que eso trajera la solución a la crisis.
CF - Sí, básicamente teníamos un nivel de incertidumbre alto, por más que uno detuviera las obras, en cuánto tiempo y si realmente se llegaba a una solución.
EC - Como ya hemos mencionado, las obras avanzan a un ritmo muy fuerte aquí, en lo que será la planta de celulosa. ¿Podemos ubicar a los oyentes en qué etapa del cronograma estamos?
CF - Estamos en el 50% de lo que es obra civil, sabemos que sobre setiembre, octubre del año próximo vamos a llegar a la puesta en marcha, si tenemos todos los permisos en ese momento, y dentro de los próximos dos meses comenzaremos con la instalación metalmecánica. Toda esa gente que estamos capacitando en soldadura, los soldadores, todas las estructuras metálicas, algunas de las cuales ya estamos viendo, y vienen los equipos para instalar. Todo el equipamiento industrial, las máquinas en sí mismas, comienzan a venir en los próximos meses, y ahí sí vamos a llegar al pico máximo de unas 4.000 personas estimadas en el obrador. Sobre fines de este año vamos a estar en los 4.000 empleados.
EC - Entonces, ¿en cuanto a fecha de inauguración?
CF - Se mantiene la misma, el último trimestre del año 2007, dependiendo un poquito del tema permisos y el tema finalización de obras. Setiembre, octubre, noviembre, por ahí.
EC - Usted dijo al pasar: "Ahora el conflicto está donde quizás sea más adecuado que esté, en el Tribunal Internacional de Justicia en La Haya". Justamente, esa corte comienza en estos días a tramitar la denuncia de Argentina contra nuestro país por una supuesta violación del Tratado del Río Uruguay al autorizar estas inversiones, la de Botnia y la de ENCE. Lo primero que tiene que resolver el tribunal es si hace lugar a una medida cautelar que ha solicitado Argentina: la suspensión de las obras, paralizar temporalmente las obras de construcción. Mi consulta es: ¿qué puede ocurrir si esa aspiración argentina prospera?
CF - Primero veamos las instancias dentro del tribunal en sí mismo; esa medida cautelar es muy difícil de tomar a nivel internacional, porque sería sobre la base de hechos que no se pueden probar hoy, la contaminación del río, la contaminación del aire. Es una planta en construcción, usted bien ve que es hormigón lo que estamos haciendo, por lo tanto parece difícil. Independientemente de eso, habrá que ver qué sucede en la Corte, la actitud del gobierno uruguayo y nosotros después detrás del gobierno uruguayo.
EC - ¿Ustedes manejan la hipótesis de tener que suspender las obras?
CF - No, simplemente veamos el proceso judicial, en lo que no soy experto, simplemente hemos estado leyendo, informándonos y buscando los antecedentes. Estas son medidas de gobierno a gobierno.
EC - ¿Por qué hace esa precisión?
CF - Porque la demanda está hecha hacia el gobierno uruguayo, por lo tanto es el gobierno el que va a hacer la defensa en la Suprema Corte de Justicia de La Haya. Igualmente somos optimistas, ese escenario nos parece lejano. Somos optimistas en que no va a haber una instancia de detención en este momento, confiemos en que las medidas cautelares no sean así. El juicio sí llevará después años.
EC - Justamente, yendo a la otra parte de este juicio, a la cuestión de fondo que Argentina plantea. Estamos hablando de un proceso que va a llevar mucho tiempo, años. ¿Cómo juega ese otro factor de incertidumbre, de mediano y largo plazo, en el proyecto de construcción y puesta en marcha de la planta?
CF - El proyecto continúa como usted lo ve, en los ritmos adecuados, la empresa tiene confianza en lo que está haciendo. Este tipo de proyectos funciona en todo el mundo.
EC - Pero esa incertidumbre podría afectar el rubro financiamiento, que en una obra de 1.000 millones de dólares, más allá de que una parte del capital provenga de la propia Botnia, juega un papel importante.
CF - De acuerdo, pero es parte de lo mismo, como hay consenso en la empresa en que la experiencia a nivel mundial es que este tipo de plantas no impactan negativamente en el ambiente, existen miles de este tipo de plantas, cientos en Europa, la duda vendría sobre la probatoria sobre algún tipo de daño ambiental. Obviamente la empresa tiene una conducta excelente a nivel mundial y esa confianza se trasmite a los sistemas financieros. La empresa tiene además un registro económico-financiero muy fuerte, no sólo en lo ambiental, el récord en lo financiero también es muy bueno y en el mundo no abunda dónde colocar el dinero, entonces los sistemas financieros apoyan este tipo de proyectos.
EC - Pero desde Argentina, hace pocas semanas, se informó como un éxito de la campaña de protesta que algunas de las instituciones que en principio iban a participar en el financiamiento del proyecto de Botnia habían manifestado que se bajaban. ¿Cómo es eso?
CF - Eso es inexacto. Lo que tenemos es un cambio en el banco que guía el grupo de bancos inversores, pero el grupo se mantiene consistente y es el mismo, lo que cambió fue el administrador y por razones del banco, no por presiones ni por razones ambientales. Es otro tipo de gestión.
EC - ¿Quién va a ser el administrador ahora?
CF - El grupo de Crédit Agricole.
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EC - Más preguntas a propósito de lo que estamos viendo y lo que será este predio cuando, sobre fines del año que viene, la planta de celulosa esté funcionando. Además de la fábrica en sí de producción de pasta de celulosa, ¿qué otras empresas estarán operando?
CF - Vamos a tener una planta de productos químicos, que es Kemida, una empresa finlandesa que es uno de las líderes mundiales.
EC - ¿Es una empresa en la que el Estado finlandés tiene una participación?
CF - Tiene una participación, menor pero tiene una participación y acá invierte unos 120 millones de dólares en la producción de productos químicos para la planta y eventualmente para otras plantas de la región. Va a producir los cloratos, el oxígeno y el agua oxigenada que se requieren para estos procesos.
Otra empresa que se instala es Andrix, que es la rama finlandesa de una empresa austríaca, que va a hacer la instalación y todo el servicio de mantenimiento de la planta. O sea que dentro de esta zona franca va a haber varias empresas. Y algunas más se van a seguir instalando como efecto propio del funcionamiento de la planta. El otro día, por ejemplo, salió el anuncio de la construcción de las barcazas y el sistema fluvial que vamos a tener desde nuestro puerto al puerto de Nueva Palmira, donde la empresa Botnia es socia en un nuevo emprendimiento, Ontur SA.
EC - Usted mencionó que estas empresas, tanto Botnia como las otras que estarán conectadas con el proceso de producción y que eventualmente pueden vender productos y servicios a otras firmas, van a estar operando bajo el régimen de zona franca. Este ha sido otro de los puntos polémicos de este proyecto y de la planta de celulosa de ENCE, quizás con menos destaque que todo el debate sobre lo ambiental. ¿Por qué era necesario que esas empresas se instalaran en un régimen de zona franca? ¿Por qué no podían operar en el régimen común y corriente del derecho uruguayo?
CF - El régimen de zona franca está dentro del derecho uruguayo, simplemente es un sistema un poco diferente. Son las ventajas competitivas que da un país para los inversores. Eso porque o los países tienen capacidad de financiamiento, como es el caso de Brasil, que financia plantas de este tipo, de este porte, o algunos que vienen en camino ahora, 100% con créditos blandos, por vía del Banco de Desarrollo Brasileño...
EC - ¿Cómo es esto? No sé si se entiende.
CF - Este tipo de proyectos son grandes remolcadores de la economía, traen atrás muchos emprendimientos. Como usted verá, hay muchos emprendimientos que se van a instalar acá, pequeñas empresas o micro empresas que se van a instalar en Fray Bentos y desarrollar una economía que llevarán al desarrollo de esos miles de empleos o capacidades de trabajo que se van a generar. Algunos países, por ejemplo Brasil, tienen capacidad para financiar las inversiones 100% con fondos propios, con créditos a largo plazo y condiciones blandas.
EC - Si entiendo bien, en Brasil, por lo menos algunas de las plantas de celulosa que se están instalando utilizan financiamiento del Estado brasileño en condiciones blandas.
CF - Así es. Eso es parte de una política de promoción industrial, como contraparte. Por ejemplo la última planta que se inauguró en Europa, en Stendal, Alemania, recibió un subsidio de 300 millones de euros por desarrollo que fue dinero puesto de antemano para instalar un proyecto de estas características a unos 60, 70 kilómetros de Berlín. Obviamente Uruguay no tiene los mecanismos ni de subsidio ni de créditos de este tipo, pero puede dar ventajas en el tema impositivo, que es exonerar de alguna forma, aunque acá se pagan los cánones específicos para estas zonas francas. Esta zona franca tiene limitantes en cuanto a sus características: sólo puede producir productos de la madera, derivados de la madera y otros insumos que se requieran, no es una zona comercial. Y el puerto que tenemos tampoco es un puerto libre, o sea que tiene limitantes en cuanto a que es un proyecto industrial de desarrollo.
EC - Traducido en términos prácticos, eso quiere decir que el régimen de zona franca en el que se instala la planta de celulosa de Botnia y el que rige para ENCE son una forma de subsidio.
CF - Los países tienen mecanismos de competencia, y en la competencia por las inversiones Uruguay utilizó este mecanismo, que está dentro de la ley de promoción de inversiones.
EC - ¿Hay que entender que si no se hubiese otorgado el régimen de zona franca habría faltado esta forma de subsidio y quizás el proyecto no se habría construido acá y habría ido a otro país que sí le suministrase a Botnia en este caso algún tipo de facilidades?
CF - Ayudó al asentamiento de la inversión en Uruguay. Buscar un marco, un marco estable, un marco de aportaciones y con algunas exoneraciones, algunos beneficios, porque la valoración que hizo el gobierno en su momento fue que los efectos eran mucho más positivos en el entorno que generaban que simplemente la zona franca. ¿De qué vale no dar una zona franca si no captamos los impuestos de algo que no existe? Ese es el hecho principal, lo que estamos teniendo es un polo tecnológico de desarrollo industrial que se está facilitando por un marco legal que prevé la ley uruguaya. En definitiva se hizo uso de la ley de promoción de inversiones. Otros países hacen otros mecanismos, Brasil tiene sus zonas francas en Manaos, sus vías de desarrollo por la vía de inversiones.
Lo que hay que entender acá es que Uruguay se puso competitivo no sólo porque tiene condiciones estables económicas, no sólo porque tiene condiciones democráticas y porque la gente es capaz, sino porque además dio un marco de este tipo de inversiones. Atrás vendrá otro tipo de inversiones, dentro de este marco o no, pero dentro de este parque industrial es probable que haya más inversiones.
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Edición: Mauricio Erramuspe