Ideas para salir de la crisis energética
En tiempo de restricciones energéticas, hay que pensar en soluciones a un problema estructural. El ex director de Energía, Enrique Patiño, aportó algunas ideas. Para él, en el mediano plazo las energías renovables no son una alternativa. Sí, desarrollar centrales que puedan generar a partir del gas natural licuado y ampliar la interconexión con Brasil. Una tercera medida sería el gasoducto Bolivia- Paraguay-Uruguay.
(Emitido a las 9.11)
(Audio)
"JOSÉ LUIS PUIG:
Teníamos claro el panorama, como lo tiene el ministro Lepra, no de ahora sino desde el año pasado. Tomamos siempre las palabras de él: un país serio no puede depender de que llueva".
(Fin del audio)
EMILIANO COTELO:
Así hablaba ayer, aquí En Perspectiva, el ingeniero José Luis Pou, secretario ejecutivo de la Asociación de Grandes Consumidores de energía, que a su vez citaba al ministro de Industria Energía y Minería, Jorge Lepra.
La sentencia parece indiscutible: no es lógico que un país dependa del clima para la generación de algo tan vital como la energía eléctrica. Pero lo cierto es que a esta altura tampoco suena conveniente, por ejemplo, aumentar nuestra dependencia de la República Argentina, de donde traemos electricidad y gas natural.
¿Qué alternativas de corto y mediano plazo tiene Uruguay? Las energías renovables, por ejemplo, ¿son una solución para el déficit de nuestro país?
Vamos a conversarlo con Enrique Patiño, que es ingeniero industrial mecánico, con un posgrado en Economía de la Energía en Francia, fue director nacional de Energía y hoy es consultor de la empresa especializada en estos temas, Mercados Energéticos.
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Ingeniero Patiño, antes de entrar en los temas de mediano plazo, algunas preguntas sobre el breve plazo. ¿Cómo está viendo la estrategia que en está poniendo en juego el gobierno? Me refiero a esto de proponer ahorros voluntarios, antes de llegar a los obligatorios, mientras se buscan alternativas de abastecimiento. ¿Es suficiente este tipo de restricciones?
ENRIQUE PATIÑO:
La situación actual es lo suficientemente comprometida, más que comprometida, como para entrar en este tipo de medidas. En este momento es lo único que queda para echar mano.
Respecto de las medidas de ahorro voluntario de energía, son normalmente un primer paso que se toma cuando se empieza a agudizar la crisis. Luego, si eso no alcanza, vienen las medidas de corte compulsivo por parte de la empresa.
EC - ¿Usted entiende que se debió haber empezado con estas exhortaciones al ahorro voluntario antes, que quizás se demoró un poco con esta parte de la estrategia?
EP - La mayor parte de nuestro consumo eléctrico, nuestro gran gran consumidor, es el sector residencial.
EC - ¿Cómo son los números?
EP - Con un 40 y pico largo, más cerca del 50% en el consumo. Por lo tanto, si es el mayor consumidor, es donde hay que cargar baterías. El sector residencial tiene sus restricciones, es difícil pedirle un esfuerzo importante de un día para el otro, va a llevar tiempo, lleva un tiempo natural conseguir un ahorro efectivo. Para ponerlo gráficamente, uno no le puede pedir a una persona que salga rápidamente, de la noche a la mañana, a comprar una estufa a gas para sustituir la calefacción eléctrica que tiene desde hace tiempo. Además eso requiere una campaña de promoción, requiere educación para el público en general. Desde ese punto de vista, si se hubiera empezado antes tal vez habría aportado más beneficio o por lo menos no habría sido tan importante el shock que tendrán que sufrir los hogares, el consumo doméstico, en términos de tratar de adaptarse rápidamente a una situación de crisis como la que hay.
EC - Las medidas empezaron siendo directamente obligatorias en el sector público. ¿Cómo observa esa parte del paquete de decisiones?
EP - Las medidas de ahorro siempre son buenas, pero el sector público es una parte muy pequeña en el consumo global de energía eléctrica del país. Tiene un efecto demostrativo para empezar a conscientizar a la gente, a poner el tema arriba de la mesa.
EC - ¿Qué porcentaje del consumo total corresponde al sector público?
EP - Lo tomo de un dato de prensa que salió hace unos días, no porque yo tenga información privilegiada ni nada que se le parezca. En un artículo que salió ayer en la prensa se hablaba de alrededor de un 5% del total.
EC - Entonces, ¿le parecen suficientes las metas de ahorro que se han fijado para el sector público?
EP - Insisto, el consumo del sector público es marginal dentro del consumo total, fijen la meta que fijen va a incidir muy poco en la cantidad de energía que es necesario ahorrar hoy.
EC - La clave está en el sector residencial.
EP - Sí, desde el momento que su consumo representa casi la mitad del consumo del país. Eso no quiere decir que los otros sectores no importen, porque hay otra mitad compuesta por los sectores industrial y comercial.
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EC - Vayamos a las alternativas que se le abren a Uruguay para no tener que depender más de la lluvia, como dice el ministro Lepra. Siempre que reaparece este tema en los debates los oyentes escriben o llaman y enseguida surge como una inquietud que habría que promover el desarrollo de las llamadas "energías renovables". ¿Usted qué dice al respecto? ¿Hay efectivamente una solución por ese lado?
EP - A mi juicio, en el corto-mediano plazo las energías renovables no son una solución de fondo para el problema por el volumen que pueden aportar al sistema nacional.
EC - Estamos hablando de la energía eólica, la energía solar, etcétera.
EP - Sí, en la parte eléctrica. En el mundo son pocos los casos en los que las energías renovables contribuyen de una manera importante al abastecimiento de electricidad.
EC - ¿Cuál es la experiencia internacional? ¿Cuánto terminan contribuyendo estas energías a la matriz energética?
EP - Hablamos nada más que de generación eléctrica. En general son cifras porcentuales de un dígito; tal vez España sea la excepción, donde energías renovables, cogeneración y otros tipos de energías no convencionales andan cerca del 20%, pero no más. Nosotros estamos necesitados de algo más sustancial en este momento y para el mediano plazo.
EC - Además en estos ejemplos de países europeos que usted mencionó llegar a un 7% o un 8% del total de la generación eléctrica por la vía de energías renovables ha llevado años.
EP - Años y subvenciones muy importantes.
EC - Entonces parecería que la solución no pasa por allí. ¿Qué otras alternativas tenemos? Más allá de que obviamente igual conviene promover las energías renovables.
EP - Sin duda, eso no las descarta, pero no podemos verlas como la panacea, como la solución de mejora y largo plazo.
EC - ¿Por dónde puede pasar el camino para lograr una mejora más o menos drástica en la capacidad de generación de energía eléctrica?
EP - Hoy la vedette es el gas natural, ya sea transportado a través de gasoductos en ese caso tenemos un gasoducto con Argentina, con las consabidas dificultades de abastecimiento o licuado y transportado en barcos especiales, forma esta que se está desarrollando muy rápidamente en el mundo.
EC - ¿Podemos explicar un poco mejor esto?
EP - El gas natural es un recurso que se encuentra en la naturaleza, que se extrae bajo la forma de gas propiamente y luego puede transportarse ya sea a través de un gasoducto el ejemplo nuestro es el gasoducto Cruz del Sur, con Argentina o, una vez licuado, en barcos especiales. Para hacer una comparación vulgar, es como si uno lo licuara, lo llevara al estado líquido, lo pusiera en una gran garrafa y lo volviera a gasificar al llegar a destino.
EC - ¿Cómo son los costos? ¿Son costos manejables? ¿Cómo cambia la ecuación en la medida que empiezan a ingresar en el medio los procesos de transformación del gas en líquido y después de transporte?
EP - En general son más altos que los gastos de transporte por gasoducto, pero esta alternativa permite independizarse del gasoducto y tener distintos oferentes en el mundo. Esto es lo que vulgarmente se conoce como commoditización del bien.
EC - No dependeríamos tanto de Argentina.
EP - No se depende del proveedor con el cual uno está atado por el gasoducto.
EC - ¿Hay países en la región que utilicen esta forma de abastecerse de gas natural?
EP - En América del Sur Chile es el único que encaró y está desarrollando este proyecto, justamente para no depender tanto de los gasoductos que tiene con Argentina, que son varios. Usted recordará el gran proyecto que tuvo Bolivia, que le costó el cargo a un presidente, de salir por el Pacífico y exportar el gas de esta forma hacia la costa californiana de Estados Unidos. En el mundo Argelia fue uno de los pioneros, España tiene terminales de ese tipo, también Japón, el sudeste asiático. No es una cosa totalmente nueva, el transporte en barcos metaneros tiene muchos muchos años, 20, 30 años de experiencia.
EC - Yo le preguntaba por los costos de abastecimiento de gas natural por esa vía porque tiene varios componentes, hay que licuar el gas en origen, hay que transportarlo en un barco y finalmente hay que volverlo a convertir en gas en el país de destino.
EP - Exactamente, extraerlo, comprimirlo o licuarlo, transportarlo y regasificarlo.
EC - En Uruguay se necesitaría invertir en una central de regasificación. ¿Qué costo puede tener una central de este tipo?
EP - Depende del tamaño, pero los precios están bajando significativamente en el mundo a medida que el mercado se desarrolla, tanto los de las plantas de gasificación y de liquefacción como los de los barcos, las flotas metaneras, que son un punto importante en la cadena.
EC - En definitiva, ¿cuánto tendría que invertir Uruguay?
EP - Empieza a haber plantas del orden de los 80, 90 millones de dólares.
EC - ¿Y qué tiempos están en juego? Si se decidiera ir por este camino, ¿cuándo podríamos estar en condiciones de empezar a utilizar gas natural traído por barcos?
EP - En Uruguay es muy difícil dar una respuesta a eso, superdifícil.
EC - Los plazos siempre se complican.
EP - Imagínese, la idea no está arriba de la mesa, no está en consideración; habría que comenzar muy del principio. Esto no es una decisión para tomar simplemente como decisión estratégica, hay que hacer la evaluación económica; toda decisión estratégica tiene que estar sustentada por una evaluación económica, ya sea porque es rentable o porque conozco la falta de rentabilidad y estoy dispuesto a aceptarla en aras de la estrategia. O sea que hay muchísimas etapas por delante todavía, yo no lo veo muy cercano. Pero no estaría demás empezar a considerar la alternativa.
EC - En definitiva, su sugerencia es reforzar el parque generador de energía eléctrica con usinas a gas, que a su vez puedan abastecerse no sólo con el gas natural que viene por el gasoducto Cruz del Sur desde la República Argentina, sino también con el gas natural que venga líquido, envasado, en barcos, y aquí se vuelva a gasificar. ¿Esa es la idea?
EP - Pongámoslo como que la sugerencia es analizar la alternativa de abastecimiento de gas vía gas natural licuado. El otro tema grande respecto del abastecimiento es la posibilidad de interconexión con Brasil mediante una línea, no ya una pequeña interconexión como la que existe en Rivera sino una línea de potencia que permitiera utilizar excedentes hidráulicos, cuando existieran, de Brasil.
EC - Entonces, por un lado reforzar la generación por esa vía, utilizando gas natural eventualmente traído en barcos, y por otro mejorar la interconexión eléctrica con Brasil. En este último caso, ¿de qué estamos hablando? ¿Podemos manejar algunos números?
EP - Tengo entendido que el ministerio está embarcado en estudios de factibilidad o de posibilidad de interconexión mediante una línea Uruguay-Brasil.
EC - Porque la interconexión actual es muy pequeña, la de Rivera es de unos 60 megavatios.
EP - Si la compara con los 1.300 megavatios de demanda que está habiendo en estos días, es una contribución pequeña.
EC - De nuevo, ¿qué plazos requiere esto?
EP - Tal vez sean menores, una línea está mucho más dentro de lo que sabemos hacer que lo otro.
EC - Volviendo a su propuesta a propósito de importar gas natural licuado, envasado y traído en barcos de otros destinos para romper la dependencia del gas natural proveniente de Argentina, parecería que usted no le tiene mucha fe al proyecto que en estos meses ha aparecido en el escenario, el Gasoducto del Sur que Uruguay, Paraguay y Bolivia vienen impulsando y que traería a nuestro país gas proveniente de Bolivia.
EP - Es una obra faraónica que está todavía en titulares.
EC - ¿Incluso este gasoducto? Porque hay dos, se ha hablado de dos proyectos, un megagasoducto que arrancaría en Venezuela, y una iniciativa que de algún modo reflota el Urupabol, que implicaría un gasoducto más chico para abastecer a Paraguay y Uruguay con gas boliviano.
EP - Toda obra que empieza como una idea va avanzando a medida que se va demostrando que es económicamente factible. Esa parte todavía no la he visto, no le digo que no exista, yo personalmente no tengo información sobre ese tema. Toda obra, y sobre todo en estos casos de vinculación entre países, de obras regionales, es saludable y sustentable si tiene una ecuación económica detrás que la respalde. Nada más que con intenciones de los gobiernos, tarde o más temprano, lo más probable es que termine naufragando.
EC - Otra pregunta que siempre aparece entre las consultas de nuestros oyentes: ¿por qué no pensar en la energía atómica? ¿Debe incorporarse al debate esta alternativa?
EP - A esta altura ya es una cuestión personal: yo prefiero recorrer primero los caminos del gas natural, la interconexión con Brasil, eventualmente el gasoducto boliviano-paraguayo-uruguayo antes de comenzar a considerar esas alternativas. No las descarto, pero...
EC - ¿Por qué?
EP - Tecnológicamente es complicado, desde el punto de vista de los controles, de qué hacemos después con los residuos es discutido. Hay países en el mundo que han seguido adelante con sus proyectos nucleares, han seguido el desarrollo, caso Francia; hay países que no tienen más remedio que utilizar ese tipo de energía; hay grandes países, como Estados Unidos que no construyeron ninguna central nuclear más. Lo veo como un tema discutible todavía. Las otras alternativas las veo realmente al alcance de la mano.
EC - Uno de los argumentos en contra por lo menos en el actual contexto uruguayo que he escuchado a propósito de las centrales de energía atómica es que implican inversiones enormes y plazos relativamente largos antes de poder disponer de la energía. ¿Usted qué dice al respecto?
EP - Es una inversión grande, muy grande, estaría fuera de cuestión que la encarara el Estado, tendría que ser con soporte privado, lo cual trae sus complicaciones. Constituye luego un enclave tecnológico, para nosotros sería una cosa de altísima tecnología enquistada con difíciles derrames al resto de la sociedad; más problemas que otra cosa, el tipo de controles, habría que formar una generación de profesionales y de gente en el tema; no digo que no se pueda, pero tiene un costo importante. Por eso la pongo un escalón detrás de las otras alternativas. El gas natural es aceptado mundialmente como una fuente de lo más limpia de generación, la interconexión con Brasil implica utilizar recursos básicamente hídricos de Brasil y ambientalmente es lo más amigable. Todavía hay camino por recorrer antes de llegar a considerar seriamente esa alternativa.
EC - Última pregunta: ¿por qué hemos llegado a este límite tan dramático? ¿Por qué estas alternativas que usted ha venido considerando no se han manejado con el tiempo suficiente?
EP - ¿Me permite un atrevimiento?
EC - Sí...
EP - ¿Puede dejar eso para otra ocasión?
EC - ¿Tiene respuesta a esa pregunta?
EP - Sinceramente, el momento es lo suficientemente crítico como para no disipar energías valga la redundancia en ver por qué estamos aquí y repartir culpas. Me parece mucho más valioso tratar de mirar para adelante y salir lo mejor parados posible de esta agonía en la que estamos hoy. Cuando salgamos será el momento de evaluar por qué.
EC - Está bien, hoy nos llevaría mucho tiempo ese ángulo, pero vamos a dejarlo agendado, porque usted fue director nacional de Energía, así que seguramente tiene su propia evaluación de por qué estamos ahora tan apurados y angustiados.
EP - Sin duda.
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Edición: Mauricio Erramuspe