Entrevista con el presidente del Banco Central de Chile, Vittorio Corbo.

Un protagonista del "milagro chileno"

El Banco Central de Chile es un actor fundamental en el modelo que para muchos debería ser la referencia de Uruguay. Su presidente, Vittorio Corbo, señaló que el éxito reposa en cuatro patas: estabilidad, apertura externa, mercados e instituciones. "Eso se complementa con un Estado que focaliza su gasto en los grupos más pobres de la población", afirmó.

(Emitido a las 9.08)

EMILIANO COTELO:
El caso de Chile. O, como suele decirse, "el milagro chileno". Para muchos, una referencia para nuestro país. Para otros, incluso "la" referencia.

Un pueblo que ya desde hace años tiene trazado su rumbo; que será compartible o no pero es un rumbo y eso no es poca cosa en esta región. Pero además hablamos de un caso de éxito. Lo marcan los números, lo marcan las estadísticas, lo marca la opinión, no sólo de la academia sino de los propios chilenos que han dado, y más de una vez, su aval a este camino que se está recorriendo.

El Producto Bruto Interno chileno creció el año pasado 6,3% y se está proyectando para este año, 2006, un crecimiento del orden del 6%, según cifras del FMI.

Para saber un poco más sobre el caso chileno, para conocer los puntos débiles que todavía mantiene y de paso ver qué hay para tomar como referencia para nuestro país, les proponemos una entrevista con el doctor en Economía Vittorio Corbo, quien desde mayo de 2003 se desempeña como presidente del Banco Central de Chile (BCCh).

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Doctor Corbo, usted no es una figura que aparezca con mucha frecuencia en los medios de comunicación, sus apariciones son más bien escasas. Esto podría tener que ver simplemente con su personalidad, pero ¿existen otras razones? Por ejemplo, ¿hay en su actitud un cuidado de la imagen del presidente del BCCh como alguien que debe operar sin mucha exposición?

VITTORIO CORBO:
Es más lo segundo. Lo que se tiene que hacer siempre es construir instituciones, y las instituciones, en este caso el BCCh, más que todo hablan a través de sus comunicados y de sus informes. El presidente tiene que ser muy cuidadoso para fortalecer la institución y esa es la forma de hacerlo.

EC - En ese sentido, ¿qué le dice a usted la experiencia del ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, cada una de cuyas apariciones públicas era parte de su tarea, era un hecho del cual todos estaban pendientes?

VC - También yo tengo los minutos dosificados. Le presentamos al país nuestros informes de política monetaria en forma muy cuidadosa y también salimos a presentar la marcha de la economía, especialmente hacia dónde va la estabilidad de precios, que es nuestro principal objetivo. Eso lo hacemos, no es que esté desaparecido pero trato de hacer lo que tengo que hacer en forma dosificada para de esa forma informar hacia dónde va la economía, especialmente lo que tiene que ver con el objetivo central del BCCh, que es la estabilidad de precios.

EC - Le agradezco entonces la posibilidad de esta entrevista, porque no es algo habitual.

VC - Exactamente.

EC - Pasemos al modelo chileno y sus resultados, que es uno de los puntos que quería charlar con usted. En 1980 el ingreso per cápita de Chile, es decir, la capacidad de consumo de los chilenos, era 25% inferior al de Uruguay; hoy es 25% superior al de Uruguay. ¿Cómo explica ese avance relativo de Chile, no sólo respecto de Uruguay sino de la mayoría de los países de la región?

VC - Chile es uno de los países que han tenido la oportunidad en los últimos 30 años de acortar bastante la diferencia con los países desarrollados. Eso ha sido básicamente gracias a dos o tres cosas.

Primero, redescubrimos la importancia de la estabilidad. Con desorden macroeconómico no hay país en este planeta que sea capaz de crecer. Y restablecer la estabilidad requirió poner orden en las finanzas públicas –hoy tenemos finanzas públicas muy ordenadas– y al mismo tiempo crear una institución que es un banco central autónomo con el mandato constitucional de velar por la estabilidad de precios.

El segundo gran elemento en el modelo chileno es que somos una economía muy pequeña y hay grandes oportunidades de abrirse al mundo, entonces Chile decidió tempranamente integrarse al resto del mundo. Hoy tenemos un arancel promedio bajo, de 3%; a comienzos de los setenta nuestro arancel promedio estaba sobre 100%. Entonces, segundo punto importante, apertura al mundo.

Tercer punto importante: redescubrir el rol del mercado desde el punto de vista de facilitar la asignación de los recursos en la economía. Nos movimos hacia ese modelo de mercado.

Y el cuarto punto importante: crear instituciones. Instituciones que promueven la libre competencia en el país, instituciones como el banco central autónomo, como el Servicio de Impuestos Interno que ha funcionado en forma eficiente en los últimos 80 años y especialmente los últimos 25.

Entonces el país tiene cuatro patas: estabilidad, apertura externa, mercados e instituciones. Eso se complementa con un Estado que focaliza su gasto en los grupos más pobres de la población.

EC - Iba a preguntarle cuánto tienen que ver estos resultados que ha ido obteniendo Chile con decisiones de política. Parece que la respuesta ya está dada, no sé si quiere agregar algo más.

VC - El modelo chileno ha ido siendo construido por todos los chilenos en los últimos 30 años y tiene la virtud de que ha sido validado por la sociedad como un todo, lo cual le ha dado bastante durabilidad y les ha dado confianza a los agentes económicos de esta hoja de ruta que el país ha elegido.

EC - De todos modos, Chile aún mantiene una distribución del ingreso muy desigual. Y este factor siempre es señalado como el talón de Aquiles de la experiencia chilena, en especial por sus críticos e incluso detractores, que los hay. ¿A qué atribuye esta debilidad del modelo chileno?

VC - Este modelo crea grandes oportunidades para reducir la pobreza y así Chile ha avanzado significativamente en ese sentido. A mediados de los ochenta el 45% de la población vivía bajo la línea de pobreza, hoy día lo hace el 18%. Ha habido un avance notable en reducir la pobreza, pero mejorar la distribución del ingreso es una tarea mucho más difícil que requiere avanzar en forma significativa en darles oportunidades a los más pobres para que no sólo tengan un ingreso que les permita reducir la pobreza sino un ingreso mayor que el que tienen hoy. Eso pasa especialmente por mejorar la calidad de la educación. Hemos mejorado mucho la cobertura, queda trabajo pendiente para seguir avanzando en mejorar significativamente la calidad de la educación que reciben los grupos más pobres de la población. Cuando lleguemos a esa etapa vamos a poder avanzar en forma más significativa en reducir la desigualdad de ingresos.

EC - Chile mantiene una distribución del ingreso muy desigual, pero en indicadores sociales está mejor que Uruguay. Por ejemplo, tiene hoy menores niveles de mortalidad infantil (según datos del Banco Mundial) y de pobreza; hace treinta años la situación era la inversa. Usted ya dijo algo, pero me gustaría pedirle un poco más de detalle. ¿Qué tipo de políticas han probado ser más eficientes para mejorar los indicadores sociales?

VC - Chile ha tenido un avance notable en indicadores sociales, no sólo en reducción de la pobreza, también en aumento de la esperanza de vida al nacer, así como una caída notable en la mortalidad infantil. Eso se debe en gran parte a dos cosas: primero al crecimiento que les dio oportunidad a los más pobres de tener acceso a un trabajo, un ingreso que les permitió también tener acceso a agua potable, a medicinas básicas; y segundo, no sólo mejoraron las posibilidades a través de su propio esfuerzo, sino que la focalización del gasto público en los más pobres permitió que esa gente pudiera llegar más allá de lo que podía comprar con los ingresos que pudo generar al tener un empleo. Son dos cosas: crecimiento y focalización del gasto en los más pobres.

EC - ¿Se aplicaron el Chile planes de asistencia económica directa a los sectores más pobres de la población como los que se están utilizando actualmente en Uruguay?

VC - No conozco el detalle de Uruguay, pero en Chile se han aplicado a través de los años programas de asistencia directa.

EC - Me refiero al Plan de Emergencia.

VC - Los programas que Chile ha implementado en los últimos treinta años han apuntado a individualizar dónde están los más pobres y darles asistencia directa. Por ejemplo hoy en Chile los precios de los combustibles se ajustan por los precios internacionales pero cada cierto tiempo el gobierno da bonos directos a los más pobres para de esa forma compensar el alza de los combustibles. Son bonos directos, los más pobres están individualizados y se llega a ellos con una transferencia directa. También hay transferencias directas para cubrir costos de agua potable y otras cosas, no es subsidiar los precios del servicio sino hacer una transferencia directa.

EC - ¿Pero se llega a pagar una retribución mensual? ¿Se utiliza también ese mecanismo?

VC - Sí, una retribución mensual a los más pobres para ayudarlos a paliar los efectos de aumento del precio de los combustibles, el agua potable y otros servicios.

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EC - Me interesan muchos otros aspectos, pero por supuesto hablar del BCCh. Algo mencionó en algunas de las respuestas anteriores, pero me gustaría que profundizáramos en el papel que juega el BCCh en la marcha de la economía del país. En Uruguay y en otros países suele haber reclamos porque los bancos centrales están demasiado preocupados por la inflación y descuidan el crecimiento y el empleo. ¿Qué responde usted?

VC - El principal servicio que puede hacer un banco central a un país es generar estabilidad de precios, que crea condiciones propicias para aumentar el empleo y para crecer. Se requieren más cosas, pero la condición necesaria la crea la estabilidad. No hay receta en el mundo para crecer y aumentar el empleo en forma sostenida sin estabilidad. Y el BCCh tiene un instrumento, que es la tasa de interés, que debe ser orientada hacia la estabilidad de precios, en lo que tiene un efecto mucho más directo. Eso facilita, es un facilitador, es como nivelar una cancha de fútbol, el BCCh nivela la cancha de fútbol, pero para jugar fútbol también se requieren buenos jugadores, buen entrenador. El BCCh hace su trabajo de nivelar la cancha a través de la estabilidad.

EC - En Uruguay muchas veces se le demanda al Banco Central una política monetaria más activa para mantener el tipo de cambio en niveles más convenientes para el exportador. Y los directores del BCU responden que ellos tienen objetivos de inflación y que su accionar está marcado por ese norte. ¿Qué pasa en Chile? Porque esos debates también se dan en su país.

VC - Esos debates se dan en todos los países. La política monetaria es lo que puede afectar más la inflación, cada país elige el sistema cambiario. Nosotros tenemos un tipo de cambio flexible. Lo que le interesa al exportador no es el tipo de cambio sino el tipo de cambio en relación con los costos internos, lo que en la jerga de los economistas se llama tipo de cambio real, o sea ajustado por la evolución de los precios externos y los precios internos. Eso no lo puede afectar en forma sostenida un banco central, porque tendría que afectar la inflación del resto del mundo y sólo puede afectar la propia.

EC - Decía que estos debates también se dan en Chile porque en enero pasado, cuando usted presentó el informe de política monetaria, hubo discusión con los propios parlamentarios oficialistas. Algunos de ellos vieron una posición dogmática respecto del esquema de libre flotación, incluso uno de ellos advirtió que si no se hacía nada el costo no lo pagaría el Central sino los miles de productores que buscan consolidarse en el negocio exportador y desaparecen.

VC - Lo que tiene que preocupar a un banco central en general es que haya desalineamientos que estén creando un gran desequilibrio. La forma de no crearlo es manejar prudentemente las políticas. En Chile tenemos una tasa de interés igual que la del resto del mundo, Estados Unidos tiene 5,25 de tasa de política monetaria y nosotros tenemos 5,25. El BCCh no crea razones para estar afectando el tipo de cambio en un momento dado, nos preocupamos por la estabilidad de precios; en este país las exportaciones crecen, especialmente las no tradicionales, porque la competitividad es una cosa mucho más profunda, no es sólo el tipo de cambio. La competitividad de un país la dan sus reglas de juego, la estabilidad, la calidad de su infraestructura, la calidad de su capital humano, la calidad de sus servicios de puertos, de sus aeropuertos. Chile está bastante alto en los niveles de competitividad mundial gracias a que ha avanzado en todas esas otras áreas y eso ha permitido sobrellevar un sector exportador.

EC - Usted enfatiza que la estabilidad de precios ha sido un factor determinante, importante en los buenos resultados que ha tenido la economía chilena hasta ahora. Le pregunto por alguna referencia, Uruguay tiene hoy y para los próximos 18 meses una meta de inflación de 4,5% a 6,5%. ¿Cómo ve ese nivel? ¿Lo ve como razonable?

VC - No hay duda de que Uruguay ha ido transitando hacia niveles de inflación más parecidos a los de los países industriales. Es un camino en el que uno no tiene que apresurarse, si uno acelera muy rápido se le puede dar vuelta el auto, cada país va determinando la velocidad a la cual va reduciendo la inflación, lo importante es llegar eventualmente a una inflación más parecida a la de los países industriales. Nosotros hemos definido un objetivo de largo plazo, en el cual ya estamos desde el año 2000, de una inflación en torno al 3% y ahí la hemos mantenido en los últimos seis años.

EC - Están en 3,8% a los últimos doce meses cerrados en julio.

VC - No podemos controlarla día a día, tratamos de mantenerla la mayor parte del tiempo entre 2% y 4%, de manera tal que su tendencia sea el punto medio de esa banda, que es 3%. Tenemos una tendencia al 3%. Momentáneamente estamos en 3,8%, momentáneamente Estados Unidos está sobre 4%, especialmente porque los precios internacionales de los combustible se pasan a precios internos. Entonces transitoriamente estamos por encima, como también lo están Canadá y Australia, básicamente por el shock del petróleo, pero como tendencia nuestra inflación es 3% y la mayor parte del tiempo tiene que estar entre 2% y 4%. Nos hemos movido gradualmente, cuando el BCCh logró su autonomía en el año 1989 la inflación era de 30%, y en ese momento decidió reducirla gradualmente. Nos tomamos toda la década del 90 para irla reduciendo gradualmente, hasta hoy día que hemos definido como objetivo de largo plazo 3%.

EC - Otro tema asociado con cuestiones monetarias es la dolarización, o la reducción de la dolarización. En Uruguay se ha discutido respecto de la posibilidad de reducir la dolarización que caracteriza su economía. ¿Hay políticas que permitan recorrer ese camino con éxito en países como Uruguay, con índices de dolarización tan altos?

VC - Es un proceso lento. La dolarización en nuestros países nació cuando hubo gran inestabilidad de precios y la gente buscó formas de protegerse arrancando hacia otra moneda, porque nuestra moneda perdía reputación en forma creciente por los altos índices inflacionarios. En Chile se inventó hace muchos años una unidad indexada a los precios internos para que compitiera con el dólar. El peso perdió peso contra una moneda alternativa que existía en forma virtual, que estaba indexada a la inflación.

EC - Usted se refiere a la Unidad de Fomento.

VC - Chile evitó la dolarización pero creó la Unidad de Fomento, una moneda virtual que es una unidad de cuentas para hacer contratos. Los países que no hicieron eso en ese momento siguieron con el dólar, pero eso se puede ir recuperando a medida que la moneda local empieza a ganar reputación a través de la estabilidad. Ahí juegan un rol muy importante los bancos centrales autónomos, porque un banco central autónomo que tiene como mandato la estabilidad permite que la moneda local comience a ganar reputación en forma creciente, lo que va a hacer que con el tiempo vaya ganando peso la moneda local versus las monedas externas. Es un proceso lento, hay que estar preparado, va a tomar varios años, eso ha sido la experiencia mundial.

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EC - El doctor Vittorio Corbo es ingeniero comercial graduado en la Universidad de Chile en 1967, doctor en Economía graduado en el MIT en 1971 y desde 1981 se desempeña como profesor titular del Instituto de Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Con él estamos hablando en su calidad de presidente del BCCh, cargo que ocupa desde mayo de 2003.

Está claro que la realidad –y vaya si esto vale para la realidad económica– siempre es compleja, cuesta aislar el efecto de un factor sobre otro, sobre todo cuando ese factor forma parte de un paquete. Pero, ¿qué incidencia le asigna usted en ese "milagro chileno", en esos buenos resultados que ha venido teniendo la economía de su país a la firma del tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos que está vigente desde 2004?

VC - Chile eligió un modelo de apertura hace muchos años, hizo avances notables en reducir sus aranceles en forma unilateral y en los últimos 10 años ha complementado eso con acuerdos de libre comercio con importantes socios comerciales, no sólo con el país que usted nombra, Estados Unidos, sino también con la Unión Europea, y recientemente firmó un acuerdo preferencial con China, que es un mercado muy importante para nosotros.

Todos estos han sido complementos de lo que Chile ha hecho con un norte muy claro, teniendo como elemento central la estabilidad, la apertura al resto del mundo, la creación de instituciones y el uso de políticas de mercado. Eso se complementó con estos acuerdos que nos dan el beneficio adicional de mejorar el acceso de nuestras exportaciones a mercados importantes como los de Estados Unidos y la Unión Europea. Son complementos que se agregan cuando uno se ha preparado bien para insertarse en la globalización. Esa preparación tuvo que ver con el hecho de que nuestro país hoy tiene un arancel máximo externo de 6%, o sea que es un país muy abierto, y tiene un promedio que ya está llegando al 2%, porque hay muchos países con los cuales tenemos acuerdos preferenciales, uno de ellos Estados Unidos. Es un complemento, lo central es la estabilidad, la apertura, la creación de instituciones, el mecanismo de mercado y la focalización del gasto público en los más pobres.

EC - Más allá de los efectos directos del TLC con Estados Unidos y otros países, más allá de los impactos en cuanto al aumento del comercio bilateral y las inversiones, ¿qué otras consecuencias ha tenido ese tipo de acuerdos?

VC - Es difícil separar su efecto neto, porque Chile ya había ido construyendo instituciones, el efecto en las instituciones ha sido más marginal que de otra forma. Aquí hay un tribunal del sistema judicial encargado de promover la competencia, Chile creó esas cosas antes de empezar a firmar acuerdos. El efecto más importante ha sido mejorar la seguridad de acceso a estos importantes mercados en condiciones arancelarias menores que de otra forma, un mejor acceso. Eso le ha permitido a la gente pensar en más largo plazo, no estar pensando en si le van a renovar o no el sistema general de preferencias en Estados Unidos. Ahora hay un acuerdo de largo plazo, la gente tiene un horizonte de más largo plazo, puede planificar negocios de esa forma, con lo cual aumenta la inversión. Ese ha sido el elemento central que han tenido estos acuerdos.

EC - Estos acuerdos también despiertan temores. En Uruguay estamos en un debate muy fuerte a propósito de la posibilidad de un acuerdo con Estados Unidos por el riesgo que implica para una serie de sectores. Un temor que aparece muy fuerte tiene que ver con el modelo de apertura del comercio con un socio tan grande. ¿Cómo le está yendo a Chile con eso, por ejemplo en el tema innovación, que es una de las preocupaciones aquí en Uruguay?

VC - De nuevo, como Chile ya lleva prácticamente 30 años con este modelo, si uno piensa por el lado que usted ha tocado, la innovación, la apertura ha tenido en Chile un efecto notable porque la gente ha aprendido a hacer cosas de forma distinta, mucho más eficiente.

EC - Se teme por lo que estos compromisos implican en materia de propiedad intelectual.

VC - Hay distintos aspectos. Nosotros hemos desarrollado una industria vitivinícola a nivel mundial, en el año 85 exportábamos 5 millones de dólares en vino y hoy estamos exportando del orden de los 1.000 millones de dólares y eso es básicamente innovación. Hay áreas que vienen en el paquete y cada país tiene que juzgar y evaluar esos componentes. Chile avanzó en esa dirección, pesó costos y beneficios, consideró que los beneficios eran mayores que los costos y decidió dar el paso.

EC - En ese capítulo de la propiedad intelectual, ¿qué balance hay a esta altura?

VC - En el paquete vienen varias cosas, reglas de juego con respecto a la protección de la propiedad intelectual. El país puso todo en una balanza, consideró que los beneficios eran mayores que los costos y decidió firmar un acuerdo con Estados Unidos.

EC - Volvamos al BCCh. En Uruguay está en discusión la autonomía del BCU. En Chile, después de 17 años de autonomía, el BCCh se ubica en el segundo lugar del ranking global de calidad en la administración de política monetaria elaborado por el Institute of Management Development de Suiza. ¿Cómo está definida esa autonomía en Chile, que produce ese tipo de resultados que se juzgan tan favorablemente desde fuera?

VC - Chile ha tenido la virtud de abrazar un modelo de autonomía que se ha ido fortaleciendo a través de los años al mostrar el BCCh su capacidad de avanzar en cumplir con los objetivos que le ha asignado la ley orgánica constitucional, que se centran en mantener la estabilidad. Está gobernado por un consejo de cinco miembros, cada uno de los cuales dura 10 años en su puesto y se renueva uno cada dos años. Los miembros son propuestos por el Ejecutivo y aprobados por el Senado de la República; el presidente del BCCh es designado por el presidente de la República de entre los cinco consejeros confirmados por el Senado. Tenemos como norte claro la estabilidad de precios y tenemos una capacidad técnica que nos ayuda y el juicio entre los consejeros para tomar decisiones que contribuyan a ese objetivo. La sociedad chilena ha aprendido a apreciar la estabilidad porque tuvimos 120 años de desorden macroeconómico. La aceptación de la estabilidad ha permitido que el BCCh se focalice en lograr ese objetivo, y el Ejecutivo y la sociedad entera se han dado cuenta de la importancia de tener instituciones. Puede que a veces no les gusten las decisiones, puede que a veces no les guste que el BCCh tenga que aumentar las tasas de interés para poder mantener la estabilidad, puede que no les guste en el momento pero al final saben las autoridades que siempre hay que proteger y fortalecer las instituciones porque es la única forma de tener mejores resultados, tanto desde el punto de vista económico como desde el punto de vista social.

EC - Con el sistema de autonomía que tiene el BCCh, ¿cuál es su relación con el Poder Ejecutivo?

VC - El BCCh informa tres veces al año con respecto hacia dónde va la inflación y qué está haciendo para cumplir con eso y su presidente tiene una relación muy fluida con el ministro de Hacienda para comparar información que sea de interés tanto del Ejecutivo como del BCCh. Pero tenemos plena autonomía para tomar las decisiones de política monetaria en lo que tiene que ver con cumplir nuestro objetivo de inflación. Plena autonomía pero coordinamos en forma muy efectiva con el ministro de Hacienda con reuniones periódicas entre el ministro de Hacienda y el presidente del BCCh.

EC – A propósito de cómo marcha la economía de Chile hoy, le consultan desde la audiencia en qué medida los buenos resultados de los últimos años están dependiendo de los buenos precios que el cobre tiene en el mercado internacional.

VC – Chile ha aprendido, como también aprenden los agricultores, que no hay que usar un muy buen precio para farrearse ese precio gastando. O sea, Chile está usando la oportunidad de los muy buenos precios, del muy buen escenario internacional, para construir colchones para el futuro y para evitar de que haya una apreciación muy pronunciada de nuestra moneda que termina afectando a los sectores exportadores.

EC – Es interesante ese punto. ¿Cómo están manejando esos mayores ingresos provenientes del precio del cobre?

VC – El presupuesto de la Nación de este año se hizo a un precio del cobre de 99 centavos. La diferencia entre 99 y el promedio efectivo de este año, que va a ser cerca de tres dólares, se ahorra todo. Este año habrá un superávit fiscal sobre el 6% del PBI.

EC – Un superávit de más del 6% del PBI.

VC – El año pasado fue de 4,8% del PBI. Este año va a ser más del seis. Con eso el gobierno ha estado pagando todas sus deudas, el gobierno central es un acreedor neto, tiene mucho más activos que pasivos, está creando colchones para el futuro. El resultado chileno hoy está neutralizado del buen escenario externo porque todo se está poniendo en una cajita ahorrándolo para el futuro porque esto no se va a extender en el tiempo. Entonces, Chile lo está manejando prudentemente.

Esa es la mejor forma de proteger a los exportadores. Si se gastara eso internamente tendríamos una moneda mucho más fuerte y tendríamos un sector exportador más débil y un sector que compite con las importaciones más débil.

EC – Hubo todo un debate en Chile sobre cómo utilizar esos recursos y en particular cuánto habría que destinar a las políticas sociales que pueden estar pendientes o a la educación por ejemplo.

VC – Sí. En el sistema político chileno hay un debate y la autoridad fiscal está preparando el presupuesto del próximo año el cual será más expansivo que el de este año porque hay más recursos. Pero los recursos solamente permanentes son los que se gastan, no los recursos temporales por un muy buen precio del cobre.

EC – Eso es lo que se llama una política anticíclica.

VC – Primero se llama responsable después se llama anticíclica.

Sitios relacionados:
Ministerio de Hacienda de Chile
Proyecciones 2006 para la economía y negocios de Chile

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Edición: Mauricio Erramuspe