Los aportes del Nobel de economía: Edmund Phelps
Análisis del economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche.
(Emitido a las 8.32)
EMILIANO COTELO:
Esta semana, la Real Academia Sueca de las Ciencias, le concedió el Premio Nobel de Economía a Edmund Phelps, un economista norteamericano que realizó importantes aportes en la década del 60 y del 70 en temas macroeconómicos, fundamentalmente en temas de inflación y desempleo.
Nos pareció oportuno, entonces, dedicar nuestro espacio de análisis económico de hoy a examinar algunas de las principales contribuciones de este investigador. En concreto, ¿cómo influyeron sus trabajos en la forma que los economistas piensan la política económica? ¿Qué se puede hacer para bajar el desempleo? Enseguida, el tema es con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche.
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Pablo, para comenzar, ¿sorprendió la decisión de la Academia Sueca? ¿Cuán conocidos son los aportes de este investigador?
PR - En realidad no es muy fácil prever las decisiones que año a año toma la Academia Sueca. De todas maneras, Emiliano, los trabajos de Phelps y sus principales contribuciones son ampliamente conocidas, al punto que forman parte de los cursos que en cualquier lugar del mundo toman los estudiantes de economía en los primeros años de su carrera.
Como ocurre en general en estos casos, quienes reciben un premio Nobel suelen tener múltiples contribuciones, pero definitivamente los trabajos de Phelps en lo relativo a la relación entre inflación y desempleo son muy conocidos y cambiaron en forma radical la manera en que los economistas pensamos la política económica. Desde esta perspectiva, es muy fácil entender la decisión de la Academia.
EC - ¿En qué consistieron esos aportes, Pablo?
PR - Para entender eso hay que retrotraerse a los años 60. Por aquel entonces había una idea generalizada de que la política económica enfrentaba un dilema durísimo entre dos objetivos: inflación y desempleo. Básicamente, se entendía que la política económica podía reducir el desempleo si se aplicaban políticas monetarias y fiscales expansivas. Pero eso traía como consecuencia una suba inevitable de la inflación. Visto así, la política macreconómica se limitaba a tener que escoger (según las preferencias políticas del gobierno de turno) entre dos objetivos, buenos ambos, pero imposibles de conseguir simultáneamente: baja inflación y bajo desempleo. A su vez, como la elección entre esos objetivos dependía de las preferencias políticas de los gobiernos, poco era lo que podían decir los economistas desde la perspectiva de la ciencia.
EC - Pablo, ¿dé dónde surgía esa idea?
PR - Ese era el punto crítico. Esa idea se había formado a fines de los 50 e inicios de los 60, a partir de la observación empírica de que en algunos países cuando subía la inflación bajaba el desempleo. A esa observación empírica se la conoció como "la Curva de Phillips", en honor a quien había descubierto esa relación.
Sin embargo, esa relación entre inflación y desempleo presentaba sus problemas porque, en primer lugar, no se tenía una buena explicación de por qué eso tenía que ser así. En otras palabras, no se entendía bien por qué tener más inflación haría que las empresas quisieran contratar más trabajadores. Y, en segundo lugar, tampoco estaba claro hasta qué nivel podría bajarse el desempleo subiendo la inflación.
EC - ¿Y cuál fue el planteo central de Phelps?
PR - El planteo central de Phelps fue que para explicar esa relación negativa entre inflación y desempleo uno debía terminar suponiendo que al momento de negociar las condiciones de empleo, las empresas y los trabajadores tenían que ignorar las decisiones de política económica y en particular debían no tener en cuenta las tendencias futuras de inflación (algo que lógicamente no hacen).
Sin entrar en las explicaciones técnicas, Phelps fue el primero en advertir que si los gobiernos aplicaban sistemáticamente políticas inflacionarias para bajar el desempleo, más tarde o más temprano, los agentes anticiparían que la inflación subiría y la política terminaría siendo ineficaz para bajar el desempleo. En otras palabras, Phelps señaló que ese dilema entre inflación y desempleo sólo podría operar en el corto plazo, esto es mientras que los agentes no ajustaran sus expectativas y el gobierno pudiera "sorprenderlos" con una inflación mayor a la prevista. Pero más tarde o más temprano, los agentes terminarían anticipando la inflación y la política inflacionaria dejaría de ser eficaz para bajar el desempleo.
EC - ¿Y ese resultado hoy es aceptado sin mayor discusión?
PR - Sí, Emiliano. Los economistas tenemos muchas áreas de discusión pero a nivel de la academia hay un amplio consenso en que más inflación no permite bajar en forma sistemática, permanente, el desempleo.
A largo plazo, el desempleo dependía entonces del funcionamiento del mercado de trabajo. La Academia reconoce que este planteo es de las mayores contribuciones de los últimos 50 años en la ciencia económica. Luego del trabajo de Phelps, surgieron muchos otros trabajos que procuraron tener una mayor comprensión de cómo los agentes nos formamos nuestras expectativas y que terminaron por cambiar radicalmente las visiones que se tenían hasta entonces.
EC - ¿Qué puede hacer, entonces, la política macroeconómica, para bajar el desempleo? ¿No se puede hacer nada?
PR - Lo que Phelps dejó en claro es que con políticas macroeconómicas que generen más inflación, no se puede bajar el desempleo en forma sostenida. Para bajar el desempleo en forma permanente, se deben aplicar básicamente políticas microeconómicas. Ese es un resultado que a pesar de ser muy aceptado en la ciencia económica, no necesariamente es comprendido en la misma dimensión en las políticas públicas que tienden a poner mucha confianza en la capacidad de las políticas monetarias o de las políticas fiscales.
De todas maneras, Phelps también fue de los primeros en señalar que en el corto plazo sí podía haber un papel para políticas macroeconómicas que trataran de bajar la desocupación. En concreto, Phelps fue de los primeros en dar una fundamentación más sólida que la que proporcionaban las viejas ideas keynesianas a favor de que las políticas macroeconómicas deben ser anticíclicas.
De hecho, Phelps advirtió tiempo después, en base a otras razones, que si las políticas macroeconómicas fallaban en suavizar las fluctuaciones cíclicas, entonces podría haber algunos efectos permanentes sobre el desempleo.
EC - ¿Cómo es eso?
PR - Phelps advirtió que si el desempleo subía por períodos más o menos largos, por ejemplo debido a recesiones largas, parte de esa suba del desempleo (en principio cíclica y por lo tanto transitoria) podría volverse irreversible, si los trabajadores desempleados por largo tiempo perdían habilidades para el trabajo. Esa advertencia fue largamente ignorada hasta que a mediados de los 80, varios investigadores la retomaron para explicar los altos niveles de desempleo en Europa.
EC - ¿Qué otras contribuciones hizo Phelps?
PR - Hizo trabajos muy importantes para entender mejor el funcionamiento del mercado de trabajo y el crecimiento de las economías en el largo plazo.
Pero reitero, la idea de que a largo plazo no había un dilema entre inflación y desempleo resulta francamente crucial. Hoy ya no se discute a nivel de la academia que la inflación debe ser baja. A largo plazo, una inflación alta no permite tener menos desempleo. Más aún, las investigaciones posteriores, de los últimos 20 años han ido demostrando que bajos niveles de inflación se corresponden con mayores tasas de crecimiento económico.
Y de hecho, esa visión, a la que tanto contribuyó Phelps, está detrás de los intentos que muchísimos países han hecho en los últimos 20 años por tener una inflación baja. En esa línea está, por ejemplo, la tendencia internacional a tener bancos centrales relativamente independientes, un punto que precisamente está en la agenda de reformas de nuestro gobierno.