Entrevistas

Rosselli: cancelación con el FMI no debe servir para una flexibilización fiscal

La cancelación con el Fondo Monetario Internacional "permite reducir costos financieros o tasas de interés, pero el nivel total de deuda" no baja, explicó el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte & Touche. Advirtió que "Uruguay necesita conservar un superávit primario fuerte, tan fuerte como el acordado con el FMI porque la deuda pública es muy elevada y ese superávit primario es importante para que la deuda baje con relación al Producto Bruto Interno (PBI)".

(Emitido a las 7.38)

EMILIANO COTELO:
Uruguay cancelará la deuda aún pendiente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se ubica en los 1.080 millones de dólares.

El anuncio fue formulado ayer en conferencia de prensa por el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori.

(Audio)

"DANILO ASTORI:
Queremos compartir con ustedes la iniciación de una nueva etapa en las relaciones de Uruguay con el FMI, que tiene tres características que deseamos destacar especialmente: en primer lugar, la cancelación total de nuestra deuda con el organismo; en segundo lugar, la cancelación del programa vigente, que es el que habíamos acordado en abril del año pasado por un período de tres años –que se extendía hasta 2008–; y en tercer lugar, el mantenimiento de aquí en adelante de una relación de intercambio, de opiniones y reflexiones que seguramente serán de beneficio, no sólo para el país sino también para la institución".

(Fin.)

EC - Astori puso mucho cuidado en recalcar que esta decisión no determina que Uruguay rompa sus relaciones con el FMI.

(Audio)

"DA - Queremos mantener una relación cordial y amistosa con una institución de la que Uruguay es fundador y miembro, y seguirá siendo miembro de esta institución internacional. Con la cual se puede tener acuerdos, discrepancias. Nosotros tenemos, por supuesto, de ambas cosas con ellos, pero nos sentimos miembros y sobre todo reconocemos y tenemos muy fresco en nuestra memoria el esfuerzo que hizo el Fondo para ayudar al país a salir de la crisis de 2002. Aspecto que no se debe olvidar, sobre todo porque Uruguay vivió momentos muy difíciles que pudieron haber tenido consecuencias mucho peores si no se hubiera contado con ese apoyo. Por lo tanto, hoy queremos tener una salida amistosa, cordial, muy prolija, de este programa."

(Fin.)

EC - ¿Qué significa esta determinación? ¿Qué perspectivas abre? Vamos a tener el análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Tea Deloitte & Touche.

***

Pablo, para empezar, la pregunta obvia: ¿tiene sentido esta operación desde el punto de vista financiero?

PABLO ROSSELLI:
Vamos a dar una respuesta preliminar por la complejidad de algunos cálculos que en rigor tendríamos que hacer. En principio nuestra respuesta es que es favorable, Uruguay estaría por cancelar con el Fondo un nivel de endeudamiento de unos 1.080 millones de dólares. Ese nivel de endeudamiento con el Fondo determina que la tasa de interés que Uruguay le tiene que pagar al FMI, que justamente depende del nivel de endeudamiento, sea de aproximadamente 5,4% anual medida en Derechos Especiales de Giro, que es una canasta de monedas que se usa como referencia en todas las operaciones de crédito que da el FMI. Para comparar esa tasa de 5,4% en Derechos Especiales de Giro con los costos financieros que está observando Uruguay, tenemos que convertir esa tasa a dólares; nuestros cálculos preliminares dan que el costo del crédito que estamos tomando con el FMI resulta un poco más alto que el que Uruguay obtiene en los mercados colocando deuda a plazos similares.

EC - Sí, puntualicemos, este pago adelantado al FMI se realiza utilizando los fondos que Uruguay obtuvo con recientes emisiones de papeles en los mercados.

PR - Exactamente. No voy a entrar en detalles técnicos, lo relevante a los efectos de ver si tiene sentido financiero cancelar con el Fondo resulta de comparar el costo que en el mercado tiene la deuda a plazos similares a los que tenemos con el Fondo, que son relativamente cortos. Desde ese punto de vista en principio entendemos que la operación tiene sentido financiero.

EC - ¿Eso quiere decir...?

PR - Que el costo de la deuda con el Fondo es un poco mayor que el costo que tiene Uruguay al emitir deuda en los mismos plazos.

EC - El ministro Astori dijo ayer que si bien el pago por adelantado de la deuda con el Fondo era un plan que el equipo económico tenía desde hace mucho tiempo, la decisión se adelantó como consecuencia del resultado del canje y la recompra de bonos que se efectuó el mes pasado.

Habría que aportar algunos números. El 8 de setiembre Uruguay emitió un bono global en unidades indexadas (UI) con vencimiento en 2018 por 400 millones de dólares, mientras que en la operativa de recompra y permuta de bonos que el gobierno realizó hace poco se ampliaron algunos bonos, el 2036 en 500 millones de dólares y el bono en UI 2018 en 300 millones. De ese total de 800 millones sólo se utilizaron 295 millones en la operación, por lo que al gobierno le quedaron en caja 505 millones. 505 más los 400 del bono 2018 del 8 de setiembre son 905 millones de dólares, que son los que se utilizan para realizar casi toda esta cancelación de deuda con el Fondo. Para completar el monto, que es de 1.080, se emplean activos de reserva sin modificar el nivel de reservas netas, según enfatizó el ministro.

PR - Eso es cierto porque las reservas netas tienen en cuenta el pasivo con el FMI. En términos más generales, Uruguay ha logrado tener acceso a los mercados de capitales privados, a un mercado voluntario de crédito muy superior, mucho más ventajoso de lo que quizás podíamos pensar hace un año, un año y pico, con lo cual en los hechos ha accedido a un volumen muy importante de crédito a tasas bastante convenientes para su nivel de endeudamiento. La última operación de recompra o permuta de bonos fue realmente exitosa porque despejó los vencimientos de mediano plazo que teníamos con bonos globales en 2011 y 2015.

EC - En definitiva estamos hablando de una operación que básicamente reduce el costo del endeudamiento.

PR - Exactamente.

EC - La deuda en sí baja algo, ¿cuánto?

PR - El valor financiero de la deuda no puede bajar, la única forma de bajar el valor financiero del endeudamiento es si Uruguay tiene superávit fiscal total luego del pago de intereses, no superávit primario, y lo destina al pago de endeudamiento. Desde el punto de vista del cálculo nominal de la deuda podríamos entrar en detalles bastante complejos porque depende de los precios de mercado del endeudamiento. El mensaje que debe quedar bien claro es que esta operación permite reducir costos financieros o tasas de interés, pero el nivel total de deuda no puede bajar porque sólo puede bajar teniendo superávit fiscal y dedicándolo a pagar la deuda.

EC - Los sectores ubicados más a la izquierda discrepan con decisiones de este tipo, dicen que en vez de destinar ese dinero a adelantar el pago de la deuda con el FMI tendría que destinarse a fines sociales.

PR - Ese es otro punto. Hay que tener presente que lo que está haciendo Uruguay con esta operación es emitir deuda en el mercado internacional y pagarle al FMI. La deuda total queda igual, Uruguay no está ni endeudándose más ni bajando su nivel de endeudamiento. Pero si el gobierno destinara los fondos obtenidos en las últimas emisiones de bonos a realizar gastos estaría aumentando su nivel de endeudamiento, al realizar gastos ya sea en salarios o inversiones estaríamos ante un aumento del gasto. Y un aumento de estas proporciones, de 1.000 millones de dólares, sería totalmente insostenible para las finanzas públicas, afectaría la credibilidad de los mercados en el país y pondría en riesgo la estabilidad macroeconómica que hemos logrado en los últimos años.

EC - Con esta movida, ¿qué señal se envía al mercado? Porque por un lado los países que tienen acuerdo stand by con el FMI son países que pasaron mal y dar este paso es mostrar una señal de fortaleza. Pero por otro lado al dar este paso se deja atrás un monitoreo riguroso, que de algún modo es una carta de presentación ante el mundo, y se pasa a tener un monitoreo más débil, algo que quizás los acreedores no vean con buenos ojos. ¿Cuál es tu evaluación?

PR - La clave es mantener la disciplina fiscal. En teoría esta operación de cancelación ante el FMI puede ser vista como una señal de fortaleza pero también podría generar dudas en términos de qué ocurrirá con la política fiscal, con la política monetaria si al no tener la exigencia del FMI se flexibilizan, sobre todo la política fiscal. La clave, a nuestro juicio, es mantener la disciplina fiscal. Tenemos el ejemplo de Brasil –también el de Argentina pero en el de Brasil es bien claro–, que canceló su endeudamiento con el Fondo y el mercado lo ha visto con buenos ojos porque ha mantenido una disciplina fiscal importante. La cancelación con el FMI no debería ser vista como una oportunidad para flexibilizar la política fiscal al no tener por qué cumplir una meta de superávit primario, de resultado fiscal antes de intereses, establecida por el Fondo. Uruguay necesita conservar un superávit primario fuerte, tan fuerte como el acordado con el FMI, no por una ocurrencia arbitraria del FMI, no por una exigencia del Fondo en tanto acreedor, sino porque la deuda pública uruguaya es muy elevada y ese superávit primario es importante para que la deuda baje con relación al producto interno bruto (PBI).

Recién decíamos que estas medidas no bajan la deuda nominal, la deuda medida en dólares, pero en la medida que el PBI sigue creciendo, que la economía sigue creciendo, la relación deuda/producto va a ir bajando si se mantiene un superávit primario importante. Esa es la clave de aquí en adelante.

EC - Al caer el acuerdo con el FMI cae también el acceso a créditos que ese tipo de entendimiento implicaba. Cada tanto el acuerdo implicaba una revisión de cómo venía el cumplimiento de las metas, y en la medida que los resultados fueran satisfactorios se liberaban fondos. Eso ahora deja de existir, ¿qué implica como riesgo?

PR - Podemos hacer dos lecturas. Lo que tú planteás es cierto, de todos modos en el programa que tenía Uruguay con el Fondo ya quedaban muy pocos desembolsos por delante, de aquí en más el cumplimiento del programa no iba a ir generando nuevos desembolsos sino que en todo caso era una obligación de Uruguay cumplir con esas metas, lo que quedaba por delante era fundamentalmente ir pagando a medida que vencían las distintas cuotas de capital e intereses. No tengo a la vista cuántos eran los desembolsos remanentes pero eran muy poco significativos en la capacidad de acceso a crédito que tiene Uruguay.

La otra lectura es que el hecho de haber cancelado este programa deja a Uruguay en una muy buena posición para –ojalá que no sea necesario– si en el futuro vuelve a necesitar cierto apoyo financiero del FMI, por ejemplo por un deterioro muy fuerte del contexto internacional, algo que hoy no está previsto pero que nunca podemos descartar enteramente. Uruguay podrá mostrarle al FMI que en 2002 recibió un paquete de ayuda financiera enorme, el propio ministro Astori hacía referencia a eso, en 2002 Uruguay recibió un paquete financiero cuyo monto en relación con el tamaño de la economía o con la cuota de capital de Uruguay era el más grande en la historia del Fondo, con la única excepción del otorgado a Turquía. Pagarle ahora supone que en el futuro Uruguay le podrá decir: "En 2002 precisé un paquete muy grande de ayuda, cumplí con las exigencias que el Fondo planteó, pagué no sólo en fecha sino por adelantado, merezco una nueva ayuda". Desde ese punto de vista con esta cancelación anticipada Uruguay construye reputación ante un posible financiador clave como el FMI, que si bien es cierto que pone condicionalidades cuando presta dinero, también lo es que lo presta cuando nadie más lo hace. Desde ese punto de vista es un actor clave y Uruguay debe seguir cuidando esa relación.

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Edición: Mauricio Erramuspe