Entrevistas

Industria de la vestimenta del Mercosur pide libre tránsito en la región

La Cámara de la Vestimenta del Mercosur denunció una situación crítica en la que se podría perder un millón de empleos, a raíz de la subfacturación y el contrabando. El dirigente de la gremial Elbio Fuscaldo explicó que reclaman que "las empresas que fabrican en la región tengan acceso a los mercados de la región en forma facilitada". "Hoy es más fácil la libre circulación del contrabando que la libre circulación de las mercaderías formales", agregó.

(Emitido a las 7.37)

EMILIANO COTELO:
La industria de la vestimenta de todo el Mercosur está en peligro por la competencia desigual de los países asiáticos. Las cámaras empresariales de este sector, reunidas ayer aquí en Montevideo, lanzaron un pedido de auxilio a los gobiernos de la región.

Los números que manejan las cámaras de la vestimenta de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay son inquietantes. Por ejemplo, el mercado de la región en este rubro mueve 35.000 millones de dólares al año y hay más de un millón de puestos de trabajo que se verían afectados en el conjunto de los cuatro países. Detrás de estos datos hay realidades sociales complejas porque la mayoría de las decenas de miles de empresas que se dedican a esta actividad son pequeñas y medianas, y la mayoría integrada por mujeres jefas de familia.

¿Qué tan grave es la situación que visualizan las cámaras empresariales? ¿Qué se puede hacer para evitar estas consecuencias tan serias?

Vamos a conversarlo con Elbio Fuscaldo, presidente de la Cámara de la Industria de la Vestimenta del Uruguay (CIVU) y de la Asociación de las Industrias de la Vestimenta del Mercosur (AIVEM).

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Señor Fuscaldo, hace muy pocos días hablamos con usted, después de la visita que el presidente Vázquez hizo a la sede de la Cámara de Industrias, durante la cual usted en particular planteó la situación de este sector, pero de Uruguay. Ahora lo que hay es un planteo regional, de todas las cámaras de la industria de la vestimenta del Mercosur. ¿Por qué?

ELBIO FUSCALDO:
Porque el desafío que tenemos no es nacional, le planteamos al presidente de la República, que lo levantó, un tema particular en Uruguay, cómo nos afecta en Uruguay. Pero esto no es más que la punta de un iceberg muchísimo más grande. Están cambiando en el mundo las reglas de juego del negocio de la vestimenta a partir del desmantelamiento de los sistemas de cuotificación que regían en la OMC hasta el 1 de enero de 2005.

EC - ¿Podemos explicar cuál es el problema, dónde están las causas de esta situación crítica y urgente que enfrenta la industria de la vestimenta aquí?

EF - Además del cambio en el mapa comercial en el mundo de la vestimenta, además de los temas de competitividad tradicional de acuerdo con las estructuras de costos de cada país, se agregan las prácticas ilegales de comercio. Ayer una de las cosas que quedaron claras es que los cuatro países tenemos idénticos problemas y proponemos idénticas soluciones.

Esto tiene dos pilares, el primero es el control efectivo de las prácticas ilegales de comercio, de las cuales la principal, la más grandes y tal vez la menos notoria es la subfacturación, que arranca de que es un comercio ilegal, no informal. El comercio ilegal destruye el entramado moral, es un problema de usar el delito como forma de ganarse la vida.

EC - Ese es un problema. ¿Cuál es el otro?

EF - El otro problema es que para esto se precisan dos que bailen, como en el tango, el que compra en esas condiciones y el que vende en esas condiciones, un país que facilita la subfacturación no cobrando los impuestos que tiene que cobrar a las ganancias que surgirían de esa subfacturación.

EC - ¿Qué es subfacturación, cómo se hace?

EF - Es fácil, opera facturando a valores menores de los que realmente se pagan, con lo cual el importador se ahorra no sólo el arancel sino el adelanto de IVA que funciona en la importación. En Paraguay eso es notorio; en la región quedó claro que hay una playa de desembarco que es la zona franca de Iquique, donde el gobierno chileno ya está tomando algunas medidas; hay un centro de distribución para toda la zona de la región del norte que es Ciudad del Este, por Paraguay pasan 100 millones de prendas por año que no se consumen allí. Todos sabemos dónde terminan.

EC - ¿Dónde terminan?

EF - Terminan en el sur de Brasil, básicamente. El problema lo tienen los paraguayos con lo que se derrama de esos 100 millones que pasan, queda el 4% y destruyen el mercado de Paraguay, destruyen el mercado de los fabricantes brasileños, pero además nos destruye a nosotros porque compite con nosotros en el mercado brasileño en forma ilegal.

EC - Si entiendo bien, tenemos por un lado subfacturación y además contrabando.

EF - Sin duda, es la suma de las dos cosas, por un lado. Por otro lado, los grandes retailers, que son los que encarecen la mercadería porque los sistemas de distribución y de promoción los obligan, hacen que el consumidor no se beneficie con estas cosas, se beneficia el intermediario. Es un tema dramático en Argentina, donde quieren hacer un control de precios fuertes para mantener con bajo perfil la inflación; el gobierno presiona a los fabricantes pero el verdadero problema está en el retailer, que marca por cuatro, por cinco y por seis.

Pero lo más importante de todo esto son las soluciones, lo distinto, lo novedoso es que entendemos que esto se combate con dos cosas, combatiendo la ilegalidad, por problemas incluso morales de largo plazo, y con más y mejor comercio legal, para lo cual pedimos la libre circulación de los productos de la cadena de la vestimenta entre los cuatro países. Vamos un paso más allá y tratamos que se cumpla lo que era el objetivo primigenio en el Mercosur, comerciar entre nosotros. Pretendemos que las empresas que fabrican en la región tengan acceso a los mercados de la región en forma facilitada.

EC - Vamos por partes. Por un lado ustedes reclaman que se controle el contrabando, es un viejo problema, ¿qué medidas nuevas se pueden tomar en ese sentido?

EF - Las aduanas pueden coordinar, porque hay asimetrías importantes pero para las aduanas es muy fácil coordinar los precios de ingreso de las mercaderías. Hay herramientas de la OMC para eso, como las prácticas antidumping, por las cuales el producto terminado no puede entrar facturado a un precio menor del precio internacional de la materia prima que lo compone. La OMC tiene herramientas para eso, que son complejas, difíciles, pero los países desarrollados las manejan y las implementan muy bien y muy rápido. La primera reacción de Europa y Estados Unidos fue reimplantar, al menos por dos años, un régimen de cuotificación para evitar el ingreso masivo en sus mercados y darle aire y tiempo a la industria para reacomodar su negocio.

EC - ¿Eso se puede adoptar aquí también? ¿Ustedes están pidiendo que se haga aquí en Uruguay?

EF - Sí, estamos pidiendo políticas públicas sectoriales de producción y fomento a la producción permitidas por la OMC.

EC - Usted hablaba también de garantizar la libre circulación de la producción de la industria de la vestimenta regional. ¿Por qué hay que garantizar eso? ¿Cuál es la situación actual?

EF - Hoy no tenemos libre circulación de mercaderías, lo que se fabrica en Uruguay tiene que ser importado por Brasil con un trámite de importación. Eso en primer lugar perjudica a las PYME, y le aclaro que en este negocio la mayoría son PYME, porque el costo fijo de una exportación y los fletes está estructurado para un comercio de bloque a bloque, de país a país, y en el mundo de hoy es de empresa a empresa. Una de las características de la globalización es la fluidez de la información, de la revolución tecnológica. Debemos acompañarla con la facilitación del movimiento de las mercaderías entre los países, si logramos que una venta a Brasil no requiera una exportación formal sino simplemente un registro aduanero del tránsito y del movimiento con cuatro números y no se requiere mucho más que eso, se les facilita muchísimo a las PYME y no les requiere una infraestructura pesada, compleja, especializada, que es lo que limita. Queremos combatir el comercio ilegal con mejor comercio.

EC - Ustedes dicen que están en juego más de un millón de puestos de trabajo en la región.

EF - Sólo en Brasil hay más de un millón de puestos de trabajo. En toda la región superan el millón y medio. Ya ha habido una reducción, en Uruguay se redujo a menos de la mitad en los últimos seis años.

EC - ¿Cómo son las cifras de Uruguay?

EF - Uruguay tenía registradas en el BPS 12.000 personas formales, sin contar las informales ni los negocios conexos que forman parte de la cadena.

EC - En la industria de la vestimenta propiamente dicha, formal, había 12.000.

EF - En el año 98.

EC - ¿Y ahora?

EF - Cinco mil. ¿Qué hacemos con los 5.000? ¿Seguimos achicándonos o apostamos al crecimiento del sector? Queremos apostar al crecimiento y para eso se precisan políticas públicas que faciliten el crecimiento y en la región libre circulación de la mercadería fabricada en la región, no de contrabando. Hoy es más fácil la libre circulación del contrabando que la libre circulación de las mercaderías formales.

EC - ¿Están pidiendo alguna forma de subsidio entre estas medidas?

EF - No, no estamos hablando de subsidios, estamos hablando de regímenes de promoción similares a los que Uruguay tuvo y tiene en varios sectores.

EC - ¿Por ejemplo, con qué instrumentos?

EF - Por ejemplo para la forestación.

EC - ¿Pero qué instrumentos?

EF - Los instrumentos son varios, pero nosotros somos los enfermos, no los doctores. El gobierno tiene que meterlo en su propio contexto de su paquete y su portafolio de medidas que puede y debe aplicar.

EC - ¿Ya han tenido alguna reacción por parte del Poder Ejecutivo?

EF - Sí, claro. Con el Poder Ejecutivo venimos trabajando desde hace mucho tiempo en medidas de refuerzo de la competitividad, mejorando la gestión de las empresas, hay un programa en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto de refuerzo de la competitividad, hay un programa de clusters. Ayer hablaba con mis colegas y entendemos que el programa de clusters debería ser regional porque somos complementarios, Uruguay tiene algunas fortalezas.

Brasil exporta 300 millones de dólares y Uruguay en la vestimenta, incluyendo cuero, piel, etcétera, exporta en el orden de los 50 o 60 millones de dólares, quiere decir que un país que es 50 veces mayor exporta sólo cinco veces más. Los colegas de la región nos miran con sana envidia porque Uruguay tiene un formato exportador, pero ese formato exportador y ese conocimiento acumulado en un mundo en que la clave para competir es el conocimiento, si no tomamos medidas rápidamente se van a perder. Ya se ha perdido una buena parte de eso, y ese conocimiento ha transformado a las empresas en traders que compran productos en China y los venden en otro lugar, ni siquiera en Uruguay, se transformaron en vendedores gratis de los chinos.

EC - Esto en cuanto a la cooperación entre el sector privado y el gobierno uruguayo, pero en lo que depende del Mercosur como tal, ¿han hecho algún planteo formal?

EF - Sí, hemos planteado que esto forme parte de la agenda de los gobiernos para la próxima reunión del Grupo Mercado Común. Para los gobiernos esto debe ser prioritario, más allá de las eventuales diferencias que tengan en el campo político, hay que destacar es que tenemos coincidencias en el campo económico, que tenemos enemigos comunes y que debemos trabajar los cuatro países juntos. El driver de eso, quien empuja eso, son los mismos empresarios desde abajo.

EC - Es un momento delicado del Mercosur como para estar tomando este tipo de acciones coordinadas.

EF - Son dos cosas distintas, una cosa son los problemas políticos y otra son los temas comerciales.

EC - Pero en el propio plano comercial hay muchos inconvenientes.

EF - En otros sectores, en el sector vestimenta los cuatro países coincidimos, usted no va a encontrar en la historia del Mercosur que la vestimenta haya tenido conflictos para ingresar mercadería, ni los brasileños tienen conflictos para entrar a Uruguay ni Uruguay tiene conflictos, se trancan el arroz, los lácteos, productos que son mucho más sensibles que la vestimenta. No tiene sentido que nos tranquemos entre nosotros porque nos perforan de otro lado.

Hago una aclaración: no soy presidente de la AIVEM. La presidencia es rotativa, hay una reunión en cada país y trabajamos en comunidad, no hay un presidente, esto funciona por consenso.

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Edición: Mauricio Erramuspe