"Si tan solo se dejara ser..." (The Economist)
Artículo publicado por The Economist. Traducción de la producción de En Perspectiva.
"Uruguay: el próximo Chile
Si tan solo se dejara ser
Cuando a inicios de los 90 Luis Alberto Lacalle era Presidente de la pequeña república sudamericana de Uruguay, al regresar de un viaje a Chile dijo: "Acabo de venir del futuro". Al igual que Chile, Uruguay es uno de los países latinoamericanos democráticamente más sólidos, y con instituciones públicas relativamente eficientes. Sin embargo, mientras Chile avanzó a cuestas de privatizaciones y apertura de sus mercados y su comercio, Uruguay se abrazó cautelosamente a su más igualitaria, aunque lenta, democracia social.
Uruguay, por supuesto, fue golpeada por el colapso económico argentino que derivó en una corrida bancaria y una profunda recesión en 2002 y 2003. Desde entonces, el país dio un salto. Y ahora ha dado un pequeño paso por el camino chileno. El 25 de enero pasado el gobierno de izquierda del Presidente Tabaré Vázquez firmó un acuerdo marco de comercio e inversión con los Estados Unidos, un potencial primer paso hacia un Tratado de Libre Comercio.
Muchos de los factores para un rápido crecimiento económico están en su lugar. A diferencia de Argentina, Uruguay no entró en cesación de pago de su deuda. Los pilares tradicionales de su economía el agro, el turismo y las finanzas están funcionando bien. Mientras los extranjeros compran campos, la industria turística, centrada en el balneario de Punta del Este, ha agregado un creciente número de europeos y americanos a su tradicional clientela argentina.
Muchos uruguayos esperan también que su país pueda atraer nuevas empresas de servicios, como call centres o centros de back office. Para ello, apuntan a una mano de obra calificada, a una protección legal fuerte para los inversores e incentivos fiscales para este tipo de emprendimientos. La firma India Tata Consultancy Services eligió la capital uruguaya, Montevideo, como su base mundial de operaciones de software y servicios empresariales en idioma español.
Dos cosas retienen hoy a Uruguay. En primer lugar, que forma parte del Mercosur, el bloque comercial cuya base está constituida por Brasil y Argentina y que incluye también a la Venezuela socialista de Hugo Chávez. Las relativamente altas tarifas del Mercosur encarecen los costos de la maquinaria importada. Además, para poder firmar un acuerdo con los Estados Unidos, Uruguay necesitará la autorización de sus socios del Mercosur.
Los empresarios se quejan de que no están recibiendo ningún beneficio del Mercosur. Argentina se ha comportado de manera poco amistosa ante la construcción de una gigantesca planta de pasta de celulosa de la empresa finlandesa Metsa-BOTNIA sobre la margen uruguaya de un río compartido. El gobierno argentino ha hecho poco para frenar a los manifestantes que han cortado el principal puente entre los dos países en el pico de la temporada turística durante los últimos dos años. Argumentan que la planta contaminará el río, aunque un estudio reciente del Banco Mundial aseguró que el impacto ambiental será mínimo.
El segundo escollo es político. El ministro de Economía, Danilo Astori, es un moderado, al estilo de la coalición de centro izquierda que gobierna en Chile. Pero el gobernante Frente Amplio también incluye a poderosos sindicatos y socialistas de la vieja guardia. A cambio del apoyo a políticas macroeconómicas responsables, el presidente Vázquez tuvo que desistir de la intención de iniciar conversaciones con los Estados Unidos hacia un tratado de Libre Comercio. También debió apoyar reglas laborales de negociación colectiva más duras y comprometerse a no intervenir si los trabajadores ocupan sus lugares de trabajo. La mayoría de los uruguayos parecen felices de dejar en manos del Estado grandes áreas de la economía, incluyendo las telecomunicaciones, buena parte de la electricidad, las importaciones de petróleo y varios bancos.
Los uruguayos "quieren un capitalismo dinámico como Chile, pero con mayor énfasis en la igualdad", aseguró Adolfo Garcé, analista político de la Universidad de la República, en Montevideo. Uruguay, sin embargo, deberá elegir entre dinamismo e igualitarismo".