Análisis Económico

Las razones del 1.8% de inflación en enero y qué se puede esperar para los próximos meses

Análisis del economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte

(Emitido a las 8.35)

EMILIANO COTELO:
La inflación de enero fue de 1,8%. Se trata de un registro por cierto bastante alto y bastante mayor al que preveían los analistas. Por eso, nos pareció oportuno dedicar nuestro análisis económico de hoy a examinar las causas de una inflación tan alta en enero.

Entonces, ¿estamos ante un síntoma de que la política monetaria necesita correcciones? ¿Cómo quedan, después de esa cifra, las perspectivas para los próximos meses? Enseguida, dialogamos con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte.

***

Pablo, ¿qué lectura hacen ustedes de la inflación de enero? ¿Esperaban un número tan alto?
 
PABLO ROSSELLI:
No, Emiliano. Nosotros estábamos proyectando un aumento de los precios al consumo del orden de 1,1% para enero.

Y esa proyección coincidía con el promedio de las respuestas obtenidas por el Banco Central en su última encuesta de expectativas. Quiere decir que nos vimos tan sorprendidos como el promedio de los analistas.

EC - ¿Cómo fue el desempeño por rubro? ¿Cuáles tuvieron la mayor incidencia sobre el IPC?

PR - Alimentos y Bebidas subió un 2% y tuvo una incidencia en la inflación de 0,6%. Dentro del rubro hubo incrementos significativos en varios productos pero se destaca una suba de 5,5% en las verduras y de 13,9% en las frutas.

El rubro Vivienda subió un 2,9% y tuvo una incidencia de 0,4% en el IPC debido en buena medida a los ajustes de tarifas (fundamentalmente energía eléctrica pero también agua corriente). El rubro Cuidados Médicos subió 2,7% y tuvo una incidencia de 0,4% en el IPC, básicamente por ajuste de las cuotas mutuales, de los tiques y de las órdenes.

EC - ¿Cómo se debe interpretar la inflación de enero? ¿Estamos ante un hecho puntual o debemos pensar que la inflación de enero está insinuando una tendencia de mayor inflación? De tus comentarios se intuye una incidencia importante de tarifas y de frutas y verduras. ¿Es así?

PR - Sí, Emiliano. La mayor parte de la inflación de enero se explica por Frutas y Verduras y por los precios administrados. De acuerdo a nuestros cálculos, las Frutas y Verduras tuvieron una incidencia de 0,3% en el IPC y los precios administrados (incluyendo tarifas públicas y otros precios que son regulados por el Estado) tuvieron una incidencia de casi 1% en el IPC... El resto de los precios considerados en conjunto, explican una suba del IPC de 0,5%.

Quiere decir, entonces, que una parte muy significativa de la inflación de enero se explica por aumentos de precios que no deberían repetirse en los meses siguientes. En el caso de los precios administrados porque en general se ajustan cada varios meses (y lógicamente cuando se ajustan lo hacen por un monto importante que incide bastante en el IPC). En el caso de las frutas y verduras porque los precios son muy volátiles y así como han subido mucho en los últimos meses, podrían bajar más adelante. De todas maneras, eso no quiere decir que no haya que prestarle atención a las cifras de enero, porque en realidad a nuestro juicio la inflación está siendo relativamente alta.

EC - ¿Por qué decís eso, Pablo?

PR - Por varias razones, Emiliano. En primer lugar, la inflación en los doce meses a enero se situó en 6,8%, esto es por encima de la meta de inflación de entre 4,5% y 6,5%. En segundo lugar, si bien en los meses previos la inflación estuvo dentro del rango objetivo (recordemos por ejemplo que cerró el 2006 en 6,4%), ese resultado dependió considerablemente de la baja del precio del boleto, que hizo que en octubre hubiera deflación (una caída de 0,2% en el IPC).

En tercer lugar, cuando miramos el comportamiento de los demás precios del IPC, excluyendo frutas, verduras y precios administrados, lo que a veces denominamos inflación subyacente, vemos que la inflación subyacente también ha sido relativamente alta.

EC - ¿Cuán alta, Pablo?

PR - Por ejemplo, en los últimos doce meses a enero la inflación subyacente fue de 6,6%; en los doce meses a diciembre había sido de 6,7% y en los meses previos estuvo fluctuando algo por debajo de esas cifras pero por encima del 6%.

Y si comparamos con los niveles de hace un año, es claro que la inflación subyacente ha venido creciendo de forma marcada.

EC - En síntesis, Pablo, ¿cuál es el diagnóstico?

PR - A nuestro juicio es razonable concluir que el Banco Central ha estado aceptando un nivel de inflación relativamente alto para la meta (digamos que claramente en la parte superior de su rango objetivo) y eso conlleva el riesgo de que a veces la inflación supere el límite máximo, como efectivamente ocurrió en enero y como quizás pueda volver a ocurrir en los próximos meses. Por lo tanto, si bien el registro de enero fue inusualmente alto y no volverá a repetirse, deberemos seguir observando con atención el comportamiento de los precios en los próximos meses.

EC - Y ante esa situación, ¿el Banco Central no debería introducir alguna corrección en su política monetaria?

PR - Si el Banco Central quisiera asegurarse el cumplimiento de la meta de inflación en los próximos meses y sobre todo si quisiera llevar la inflación más hacia el centro del rango objetivo (más hacia un 5,5% anual), entonces sería necesario que la política monetaria fuera un poco más restrictiva.

Pero eso tendría algún efecto negativo sobre el tipo de cambio. Y en ese sentido, más importante que cumplir la meta puntualmente en todos y cada uno de los meses, es que la inflación presente una trayectoria o una tendencia declinante y alineada con las metas. Si a partir de estos niveles la inflación tiende a bajar en los próximos meses, entonces no sería demasiado importante un incumplimiento leve en uno, dos o tres meses. En ese sentido, probablemente el Banco Central esté contemplando que la reforma tributaria que entrará en vigencia a mitad de año tendrá probablemente algún efecto negativo sobre el IPC. Y en la misma línea, hemos observado cierto descenso del precio del petróleo que justamente permitió que ANCAP bajara días atrás, aunque en forma moderada, los combustibles. En ese marco, la opción del Banco Central está siendo de relativa cautela, postergando cambios en su política monetaria y aceptando ciertos riesgos de incumplimientos puntuales para ver si son realmente necesarias medidas más restrictivas.