Lepra: el mundo es dinámico y no va a esperar por Uruguay
Para el ministro de Industria, Energía y Minería, Jorge Lepra, hay que olvidar las siglas, sentarse y negociar. "Tenemos que sentarnos alrededor de una mesa y ver hasta dónde podemos llegar", dijo en relación a la ampliación de mercados. El ministro habló de las posibilidades del sector textil, los biocombustibles, la energía, la minería y la industria automotriz.
(Emitido a las 8.54)
EMILIANO COTELO:
Esta semana llega a nuestro país el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Una visita frente a la cual resulta difícil permanecer indiferente. Pero para algunos de nosotros la importancia de esa presencia seguramente resulta mayor que para otros.
Por ejemplo, para alguien que esté preocupado por algunas industrias uruguayas y entienda que una buena forma de reactivarlas es mejorar el acceso de su producción a la principal economía del mundo. También la llegada de Bush es importante para alguien que se desvele pensando en la sustentabilidad energética de nuestro país o en la producción de biocombustibles.
Resulta que hay alguien a quien todos estos "tiros" le pican cerca. Hablo de nuestro entrevistado de hoy, el ministro de Industria, Energía y Minería, Jorge Lepra.
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Ministro Lepra, al margen de las consideraciones políticas, siempre polémicas y ya bastante transitadas durante los últimos meses, ¿comparte esto que yo decía en la introducción? Da la impresión de que su cartera es una de las más interesadas en lo que pueda resultar de las negociaciones con Estados Unidos.
JORGE LEPRA:
Sin duda, es uno de los ministerios más directamente relacionados, en la medida que, como lo hemos dicho desde un principio y lo ha enfatizado el presidente de la República, tenemos que tratar de negociar con todos los países que podamos, aumentar, profundizar nuestras relaciones comerciales. Esto es algo que he repetido en los últimos dos años, desde el primer viaje que hicimos hace cerca de dos años a Estados Unidos, a Washington más concretamente. Esta es una oportunidad, se han incrementado mucho las relaciones entre los dos países, los contactos. A Uruguay por todo lo que ha logrado este gobierno en materia macroeconómica, en materia de cumplir sus compromisos, en materia de ordenar la política fiscal se le abre un camino para poder sentarnos y ver en qué podemos profundizar, en textil, arroz, etanol, biocombustibles.
EC - La gente lo ve a usted como uno de los principales impulsores de la profundización de las relaciones con Estados Unidos. ¿Reconoce esa especie de protagonismo?
JL - No, estoy en esta posición porque el presidente me designó y dentro de lo que tengo para aportar al gobierno están las relaciones con distintos países, por ejemplo Argentina, Brasil y sin duda Estados Unidos por mi trayectoria previa.
EC - Usted fue gerente general de Texaco en Uruguay y funcionario de esa empresa durante 39 años, fue presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-Estados Unidos, así que con ese país tiene un vínculo fuerte.
JL - Sin duda, he estado en una empresa multinacional y sé cómo se mueve este tipo de cosas en cuanto a las relaciones comerciales.
EC - De todos modos, pese a esa convicción en cuanto a la importancia de fortalecer la relación comercial con Estados Unidos, ¿adhiere a la consigna que renovó el presidente el viernes de "más y mejor Mercosur"?
JL - Sin duda, prueba de ello es lo que hicimos el lunes pasado en la reunión con el presidente Lula y sus ministros más directamente involucrados con mi cartera, que son el ministro Furlán y el ministro Silas. Tenemos una inmejorable relación con el ministro Silas, de Energía, en todo el tema energía y seguimos avanzando en los temas de interconexión eléctrica. He dicho reiteradamente que en el tema etanol está Brasil con su experiencia de 30 años, adonde debemos ir a aprender, en lugar de empezar a reinventar la rueda aquí. Además Brasil, el gobierno de Brasil, el ministro de Energía, se ha puesto a las órdenes para que no transitemos por errores por los que ellos han transitado. Y el ministro Furlán también.
EC - ¿Qué quiere decir "más y mejor Mercosur"? ¿Cómo se puede traducir en términos concretos?
JL - Que se acaben las trabas. Me consta que el presidente Lula quiere ayudar a Uruguay, al igual que su gabinete. Muchas veces son trabas que hay en niveles medios y bajos, pero el actual embajador de Brasil, Felicio, está haciendo una tarea muy importante de ir a los lugares de frontera donde a veces se producen trabas que no tienen nada que ver con el deseo de los gobiernos a atacarlas directamente.
EC - En cuanto a las negociaciones con Estados Unidos y la eventual profundización de la relación comercial y de inversiones, ¿cuáles son los frentes que le generan más expectativas?
JL - Desde siempre nos ha creado expectativa el sector textil, en junio del año pasado cuando visitamos la fábrica Paylana y estuvimos con su dueño y gran propulsor de la industria en Uruguay, Isaac Soloducho, con sus 82 años, nos explicó (y estuvimos de acuerdo) que él produce hilados con calidad, con diseño, pero los envía a otros países para que se conviertan en prendas y lleguen como prendas a Estados Unidos. Tenemos que tratar de evitar o contrarrestar eso, lo cual se busca haciendo acuerdos con Estados Unidos.
Esto no es estático, es dinámico, nuestro país puede tomar las decisiones que quiera pero los demás, como decía el Vasco Zea, también juegan. Hay países como Colombia, Perú, Honduras, Indonesia, Singapur que están avanzando, compran hilados, los manufacturan y los reenvían a Estados Unidos.
Tuvimos reuniones con el Congreso Obrero Textil, un sindicato muy maduro, que tiene muy claros sus objetivos, y ellos también están preocupados por lograr una salida para la industria textil que no sea la que ha existido en los últimos años, beneficiarse de la situación con China. Ni como industria, ni como país, ni siquiera como continente podemos depender solamente de China, porque el destino de Uruguay, sea en textiles, lácteos, agroindustrias, está en calidad y diseño, que van a ser mejor pagos en otros mercados, pero tenemos que olvidarnos de competir por precios.
EC - En el caso concreto del acceso al mercado de Estados Unidos lo que incide de manera muy fuerte en contra son los aranceles de 18% a 25% que hay que pagar.
JL - Y de 26% en la carne.
EC - Mientras que países que tienen TLC con Estados Unidos ingresan en otras condiciones. Incluso dirigentes sindicales de Uruguay han dicho que un TLC con Estados Unidos sería muy bueno específicamente para la industria textil de nuestro país. Pero todo indica que no se va a ir a un TLC, entonces, ¿qué tipo de acceso al mercado estadounidense se puede lograr?
JL - Olvidemos las siglas, TLC, CLT o LCT, tenemos que sentarnos alrededor de una mesa y negociar. Un equipo uruguayo fuerte, responsable, profesional tiene que ir con lo que tenemos que defender. Nos estamos enredando en sí o no, produciendo una situación de negro o blanco que no corresponde, hay que sentarse alrededor de una mesa y negociar lo que queremos proteger: "en este sector en Uruguay no se entra hasta el año 2030", tenemos que sentarnos a negociar.
EC - ¿Coincide en ese diagnóstico tan dramático que han hecho algunos especialistas y algunos protagonistas de la industria textil en cuanto a que lisa y llanamente está en juego el conjunto de 12.000 puestos de trabajo?
JL - Se pueden perder por lo que decía hace unos minutos: el mundo es dinámico y no va a esperar las decisiones de Uruguay. Tenemos que sentarnos alrededor de una mesa a negociar y ver hasta dónde podemos llegar. En la industria textil hay situaciones y situaciones, tenemos que estudiar cómo esa industria es sustentable en el mediano y el largo plazo. Más allá de asistir rápidamente a Fibratex, en lo que estamos trabajando el Ministerio de Industria, el Ministerio de Economía, el Ministerio de Trabajo, los obreros, el Congreso Obrero Textil, estamos tratando de llegar a una solución para esa empresa.
EC - Es la empresa del sector que se cerró hace menos tiempo, a fines del año pasado, dejando a 300 personas sin trabajo.
JL - Estamos todos trabajando para lograr una ayuda en el corto plazo. Pero más allá del caso puntual de Fibratex tenemos que ver a la industria en su conjunto, qué vamos a producir, cómo lo vamos a producir y qué mercados vamos a atacar.
EC - Obviamente no se está trabajando sólo en la mejora del acceso al mercado de Estados Unidos, se están buscando otras fórmulas.
JL - Sin duda, se están buscando otras fórmulas para darle sustentabilidad en el tiempo a la industria textil, de modo que la industria textil o parte de ella no tenga beneficios coyunturales por tipo de cambio.
EC - Hoy el diario El País dice que uno de los caminos es buscar asociaciones de empresas textiles uruguayas en Brasil y en Chile.
JL - Eso se comentó en la reunión que tuvimos con el presidente Lula y sus ministros el lunes pasado. Está arriba de la mesa, va a haber una reunión bilateral en San Pablo el 15 de este mes y el ministro Furlán va a venir el 26 con empresarios del área textil y del área automotriz. El 15 va a haber una reunión de todas las cámaras de autopartistas que integran el Mercosur.
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EC - ¿Manejan alguna fecha aproximada para tener pronto un plan de salvataje de la industria textil uruguaya?
JL - Estamos trabajando, no es fácil pero hay muchísima gente trabajando muy comprometida.
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EC - Siguiendo con la industria, y no necesariamente vinculado con la llegada de Bush, en las últimas semanas se ha escuchado todo tipo de anuncios, todos ellos muy alentadores, sobre el futuro próximo de la industria automotriz de nuestro país. ¿Podemos pasar en limpio qué es lo concreto en este campo? ¿Por qué la industria automotriz, de buenas a primeras y después de varios años de vacío, vuelve a tener posibilidades en Uruguay?
JL - Empecemos por el último dato, también de la semana pasada de la reunión con las autoridades brasileñas. El ministro Furlán manifestó que la empresa Marcopolo, muy importante en Brasil, fabricante fundamentalmente de ómnibus, estaría pensando en instalarse en Uruguay. Sería muy interesante porque ese tipo de empresa además genera alrededor industrias de autopartes.
También está el caso de la empresa china Chery, que hizo un acuerdo con Socma, de Argentina, y que estaría empezando a armar autos de determinado modelo para el mercado del Mercosur.
Y la semana pasada estuve en un desayuno con gente de Ford Argentina y Ford Brasil que también están estudiando hacer una sociedad con Nordex en Uruguay (estaba presente Ernesto Soler por Nordex) para explorar la fabricación de un modelo de Ford aquí. Estamos hablando de una empresa de prestigio mundial que volvería a Uruguay después de casi 30 años de haberse ido.
EC - Usted mencionó varios proyectos, algunos de los cuales abarcan a dos plantas que hoy están casi sin funcionamiento, como la de Oferol y la de Nordex.
JL - También quiero hacer mención a la empresa que se instaló en Colonia, Jazaki, una conversión mexicano-japonesa muy importante que ya está dando trabajo a 300 personas. Esa fábrica de cableado de automóviles también piensa crecer.
EC - El ministro Danilo Astori el viernes cuando anunciaba la nueva emisión de papeles de deuda en yenes habló de "firmas japonesas de primer nivel interesadas en invertir en Uruguay en la industria automotriz", pero no dio detalles.
JL - Todavía no tenemos detalles, en los próximos días vamos a hacer algunos contactos con esas firmas de primer nivel.
EC - ¿Por qué se está dando esta movida en la industria automotriz? Ayer una nota del diario El País decía que la posible resurrección de la industria automotriz uruguaya se explica "por la existencia de capacidad instalada ociosa que permitiría producir unos 50.000 vehículos anuales sin la necesidad de grandes inversiones" y por la capacidad de producción argentina, que está colmada, sus industrias no dan abasto para atender la demanda y buscan abastecerse en otras plantas. Y por último se menciona como factor interesante la negociación en curso para mejorar el acceso de los vehículos uruguayos al mercado brasileño. ¿Son esas las razones?
JL - Sí, y quiero agregar la macroeconomía, que en dos años ha fijado reglas claras de juego, algo que el inversor mira cuando viene a Uruguay, donde ve también una estabilidad social importante, estabilidad política e instituciones muy confiables. Todo eso es parte de lo que decimos cuando salimos, que Uruguay es un país pequeño pero que precisamente por eso le da condiciones al inversor de moverse rápidamente, de invertir y de tener una fuerza de trabajo con un nivel educativo y cultural muy importante.
EC - ¿Cuántos puestos de trabajo pueden generarse a corto y mediano plazo en la industria automotriz?
JL - No soy amigo de dar cifras, pero cuando se creen, como recién dije los de Jazaki, los voy a dar.
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EC - Cambiamos de frente, siempre dentro de su cartera, que es bastante amplia. Pasamos a la energía. Y volvemos a Bush, porque está sobre la mesa todo el proyecto etanol. De hecho trascendió que esta visita de Bush a nuestra región va a implicar bases concretas en esta materia.
¿Qué se puede esperar en este sentido? ¿Está prevista la participación de Uruguay en ese programa hemisférico sobre etanol que van a firmar Brasil y Estados Unidos?
JL - Está previsto que hablemos, como lo hicimos la semana pasada con el presidente Lula y sus ministros, y como también lo hicimos cuando estuvimos en Estados Unidos. El gobierno del presidente Bush está muy involucrado en generar etanol tanto dentro como fuera de su país para reducir la dependencia de los hidrocarburos.
Uruguay puede aportar con el proyecto de Bella Unión de agregar una destilería al ingenio (que va a estar pronto para el año que viene) producimos 10.000 hectáreas de caña de azúcar podemos llegar a tener 120.000 metros cúbicos de etanol. Recordemos que el etanol también se puede producir a partir de sorgo azucarero y de maíz (como se hace en Estados Unidos) y aquí hay muchas hectáreas que se pueden dedicar a ese producto. Hay muchos interesados dentro y fuera del país en la producción de biocombustibles, la ley ya tiene media sanción en el Parlamento y pensamos que a fines de marzo va a estar aprobada.
EC - ¿Se está pensando en que Ancap juegue un papel en la fase industrial del proceso de los biocombustibles, o más bien en que Uruguay sea socio proveedor de insumos que otros procesen y para generar energía?
JL - Los proyectos que tenemos, tanto de Ancap como de privados, apuntan a producir en Uruguay y exportar.
EC - ¿Puede mencionar algún ejemplo concreto?
JL - La empresa Cousa está muy interesada en establecer una fábrica de biodiesel; también la Asociación Rural está interesada en instalar una fábrica de biodiesel; y hay inversionistas extranjeros (italianos, brasileños y argentinos) dispuestos a invertir en fábricas de biodiesel en Uruguay.
EC - ¿De qué depende todo eso? ¿De que se termine de aprobar la ley?
JL - La ley está por terminar de ser aprobada y después habrá que instrumentarla. En el correr de este año vamos a tener noticias.
EC - Hablando de energía, en estos días ha estado sobre la mesa la negociación entre Ancap y Texaco para comprar las estaciones de servicio de Texaco en Uruguay, que se sumarían a las 210 que ya tiene Ancap. ¿Es un negocio imprescindible para Ancap? ¿Cómo lo observa el ministerio?
JL - La semana pasada manifesté en la Comisión de Industrias de la Cámara de Diputados que desde el punto de vista estratégico el país tiene una cantidad determinada de estaciones ubicadas en determinados lugares. Cuando la red Shell se vendió a Petrobrás Ancap compitió y perdió, entonces el directorio me planteó la compra de las estaciones Texaco, a lo que contesté que estratégicamente había que hacerlo porque es lo que se llama barreras de mercado, tenemos que construir barreras para que cualquier otro inversor tenga que pensarlo dos veces antes de entrar en el mercado.
EC - O sea que fue una iniciativa de Ancap, Ancap salió a ofrecerle a Texaco la compra de sus estaciones de servicio.
JL - Sí, como lo había hecho con Shell.
EC - Texaco en principio no estaba vendiendo.
JL - Sinceramente, como dije el otro día y cuando el directorio de Ancap me planteó la posibilidad hace más de un año, quiero mantenerme al margen. Por ética personal, entiendo que perfectamente podía intervenir porque normalmente se supone que cuando uno pasa de una empresa uno a una empresa dos, la dos se beneficia con el conocimiento y la experiencia que uno obtuvo en la anterior.
EC - Hubo dirigentes de la oposición que pusieron en duda esta operación recordando su pasado como gerente general de Texaco hasta el 31 de diciembre de 2003. ¿Qué respondió usted?
JL - Quedó aclarado el otro día, le manifesté personalmente al diputado Abdala lo que ya había manifestado a través de los medios, que le agradecía y le agradezco haber levantado esa duda porque mucha gente que no me conoce puede haber tenido legítimamente esa duda que creo haber contestado en la comisión y aquí públicamente: nunca tuve ni tengo acciones de Texaco.
EC - Está claro que para Ancap es importante agregar las estaciones de servicio que hoy tiene Texaco, llegaría a las 300. Pero desde la perspectiva del Estado y del organismo regulador, la Ursea (Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua), ¿no sería un problema que Ancap pasara a dominar cerca del 70% del mercado?
JL - Puede serlo en el futuro, llegado ese momento habrá que ver cómo se acciona. En Argentina (también en Estados Unidos) en determinado momento el organismo regulador le impuso a alguna empresa desprenderse de parte de sus activos para no tener una posición dominante.
EC - El esquema cambiaría, quedaríamos con tres sellos de distribución de combustibles, Ancap, Petrobrás y Esso.
JL - Sí.
EC - Y Ancap estaría jugando un papel extremadamente fuerte.
JL - Sin duda. Primero marcamos la cancha y después vemos cómo jugamos.
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EC - ¿Algo más sobre las estaciones de servicio?
JL - Sobre las ubicaciones, que ya están dadas en Uruguay, en Montevideo y en el resto del país y son muy importantes. No es sencillo lograr ubicaciones de esa importancia en materia de estaciones de servicio.
EC - Pasamos a otro tema de su cartera, la minería, a partir de una consulta que llega desde la audiencia. Daniel, de Carrasco, quiere saber qué ocurre con la producción de amatistas del norte. ¿Por qué le preguntan esto?
JL - Hay una gran producción de amatistas y ágatas en el norte, dos piedras muy codiciadas en los mercados orientales, especialmente en China. Lamentablemente toda esta industria está en un lugar fronterizo y muchas veces algunas de estas piedras se nos escapan por otros canales. El director de Minería del ministerio, el ingeniero Luis Ferrari, está siguiendo de cerca el tema, además estamos comprometidos a hacer un cluster (un conglomerado) con más de 30 empresas de esa zona para tratar de darle mayor cohesión a la producción. De todas formas, aumentó muchísimo la producción de ágatas y amatistas, el año pasado aumentó mucho la recaudación porque aumentó la producción.
EC - ¿Cuál es la razón de ese aumento?
JL - Mayores controles.
EC - Hemos hablado de industria, de energía, brevemente de minería, pero el ministerio que usted encabeza también se ha involucrado en asuntos que en principio se podría pensar que no tienen nada que ver con esos rubros. Ustedes están jugando un papel importante en el proyecto Ceibal, "Una computadora un niño", inspirado en el "One laptop per child" de Negroponte y el MIT. ¿Por qué y qué es lo más nuevo? El ingeniero Juan Grompone nos informaba hace unos días que ya están en Uruguay las primeras 200 máquinas que se van a empezar a testear.
JL - Es verdad, llegaron las primeras 200 computadoras, que incluso han sido una donación. Se va a hacer una prueba piloto en El Cardal, en Florida (un pueblo que tiene una sola escuela con 250 niños). El ingeniero Miguel Mariatti va a dirigir el proyecto desde el LATU (Miguel Mariatti fue director de Industrias en el primer período, junto a nosotros).
En una reunión con el ministro Brovetto, el ingeniero Brechner y yo John Negroponte estaba reticente a instalar este programa en nuestro país porque se pensaba primero en los grandes mercados (Brasil, Argentina) y lo convencimos de que en Uruguay, por su tamaño (otra vez las ventajas del tamaño), en tres años podemos darles a todos los niños en edad escolar y a sus maestros un computador, algo que es imposible en otros países. El programa se está instalando en Ruanda, Brasil, Nigeria, Libia, Tailandia y Uruguay.
EC - Tuvieron que convencer a Negroponte de que valía la pena llevar adelante la iniciativa en Uruguay.
JL - Sí (aquí viene mi experiencia anterior con empresas estadounidenses), le hicimos jugar el estudio del caso instalado por Harvard hace muchos años. En Uruguay se puede medir rápidamente, en un país de 600 kilómetros de largo por 400 de ancho se puede ir midiendo el resultado del experimento, mientras que en países como Brasil, Argentina o Nigeria va a ser muy difícil instalarlo en corto plazo y medirlo.
EC - Uruguay no estaba en la agenda inicial del proyecto.
JL - No estaba. Otra cosa muy importante: cuando terminemos de instalar esto Uruguay va a ser un país sin cables, va a ser el primer país wireless, vamos a estar en red prácticamente en todo el país.
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EC - Hay más preguntas de los oyentes, por ejemplo, esta en el rubro minería: "¿Quién hace el contralor de la mina de oro?", por aquello de que se exporta más de lo que se declara.
JL - La mina de oro se manejaba con un canon de oro de 4,80 dólares y bajo esta administración se llevó a 15 dólares, con lo cual aumentó muchísimo la recaudación.
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Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Guzman Gordillo