Análisis Económico

¿Estamos ante un riesgo de espiral inflacionaria?

Análisis del economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte.

(Emitido a las 8.25)

EMILIANO COTELO:
La inflación es un tema que está dando mucho que hablar estos días. Después de la suba de precios de abril, comenzaron advertencias sobre una posible espiral inflacionaria. Otras opiniones han apuntan sus advertencias hacia posibles comportamientos especulativos.

Se trata, está claro, de un tema de preocupación general estos días y por eso les proponemos detenernos en él en nuestro espacio económico de hoy. ¿Estamos ante un riesgo cierto de una espiral inflacionaria? ¿Hay causas especulativas detrás de la inflación alta de los últimos meses? ¿Qué debe hacer la política económica para revertir esa tendencia? Enseguida, este es el tema con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte.

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Pablo, para situar a los oyentes, recordemos las últimas cifras de inflación.

PABLO ROSSELLI:
En abril la inflación fue de 1,2%. Se trató de una cifra francamente muy alta. La encuesta de expectativas de inflación daba una suba de precios de 0,6%. Nosotros teníamos una proyección más alta, de 0,9%, pero el dato de abril en definitiva superó todas las expectativas.

Con esa cifra de abril y luego de registros también altos en los meses anteriores (1,8% en enero, 0,6% en febrero y 0,9% en marzo), la inflación de los últimos doce meses fue de 8,1%, un registro bastante mayor que el máximo de la meta 4,5% a 6,5%.

EC - ¿Cuáles son las causas de esa inflación tan alta? El viernes, al otro día de que se conocieran las cifras, ustedes marcaban que había factores transitorios, como la suba de frutas y verduras, y otros más permanentes.

PR - Es así, Emiliano. En los últimos doce meses el subrubro de frutas y verduras subió un 47%. Esa suba de frutas y verduras que a nuestro juicio obedece a factores climáticos adversos, que deberían ser transitorios, explica 1,6 puntos de la suba de 8,1% del IPC en los últimos doce meses.

Pero por otro lado, el IPC excluyendo frutas y verduras subió en los últimos doce meses un 6,8%. Entonces tenemos dos primeras conclusiones, Emiliano. Una parte importante de la inflación de los últimos doce meses se explica por frutas y verduras, que a nuestro juicio es un factor transitorio, pero de todas maneras estamos observando presiones inflacionarias más persistentes.

EC - Pablo, recién decías que la suba de frutas y verduras obedece a factores climáticos y que sería transitoria. ¿En qué medida se trata sólo de una suba por factores climáticos? Te pregunto porque en los últimos días han surgido comentarios de que podría haber factores especulativos detrás de esas subas asociados a mayores márgenes de comercialización. ¿Cómo analizan ustedes ese tema?

PR - A nuestro juicio, Emiliano, no hay elementos objetivos que permitan avalar una hipótesis de que la mayor inflación obedece a movimientos especulativos en la fase comercial de los productos... Y nos referimos al caso particular de las frutas y verduras pero también en términos más generales.

EC - ¿Cómo es eso, Pablo?

PR - Lógicamente, puede haber algunos márgenes que eventualmente se estén incrementando por diversas razones. Pero si miramos los precios de las frutas y verduras a nivel mayorista (según lo publicado en el mercado modelo), en los últimos doce meses (comparando promedios mensuales de abril 2007 y de abril 2006) vemos subas muy importantes. Por ejemplo, la lechuga subió 104%, la papa un 50%, el tomate un 126%; la manzana un 31% y las naranjas un 80%; para nombrar unos cuantos productos con subas importantes (aunque hubo algún descenso como es el caso de la mandarina, que bajó 13%).

Con lo cual como conclusión general debemos decir que la suba de frutas y verduras también sucede a nivel del mercado mayorista. Y si pensamos en el resto de los precios de la economía, en general estamos observando incrementos también significativos a nivel mayorista. Por ejemplo, el índice de precios al por mayor de productos nacionales subió 9,8% en los últimos doce meses y esa suba se explica por un incremento de 18,6% en los precios agropecuarios y por una suba de 6,5% en los precios de los productos manufacturados. El caso de los precios agropecuarios están recogiendo la suba de los precios internacionales mientras que el índice de precios manufacturados, que recoge un número grande de productos, sube promedialmente igual que el IPC (que los precios al consumo) si excluimos frutas y verduras.

EC - En estos días también se han escuchado voces de que habría subas de precios previas a la reforma tributaria, de forma de poder bajar luego los precios pero incrementando los márgenes comerciales. ¿Es posible que en los próximos meses pase algo de eso?

PR - Siempre puede haber alguien que intente una estrategia de ese tipo. De todas maneras, a nuestro juicio no deberíamos esperar que eso fuese algo significativo para el conjunto de la economía y para el conjunto de los precios.

Esos razonamientos de alguna manera implícitamente suponen que las empresas que fabrican sus productos o las que los comercializan pueden fijar los precios sin mayores restricciones. Pero si estamos pensando que esas empresas van a aprovechar la reforma tributaria para incrementar sus ganancias deberíamos preguntarnos por qué no lo han hecho antes o por qué era necesaria una reforma tributaria para que ensayaran esa estrategia... Esos razonamientos omiten que las empresas enfrentan dos tipos de restricciones para subir sus precios.

EC - ¿Cuáles son esas restricciones, Pablo?

PR - Una restricción de demanda, si las empresas suben sus precios tienden a vender menos y una restricción que viene por la competencia. Y esto es un punto clave para entender conceptualmente el efecto que tendrá la rebaja del IVA y la eliminación del COFIS. Esa reducción de impuestos debería permitir alguna rebaja de precios. Por supuesto algunas empresas podrían decidir no bajar sus precios e incrementar el margen de comercialización o el margen de fabricación, pero podría haber otras empresas en su sector dispuestas a bajar el precio.

Por eso la teoría económica nos dice que ante una reducción de impuestos al consumo como la que prevé la reforma, al menos en algunos rubros debería haber algún abaratamiento en términos reales, y subrayo que sea en términos reales, de los productos. Más precisamente, en sectores en los que las ventas sean muy sensibles al precio y en sectores de intensa competencia, deberíamos ver un abaratamiento en términos reales de los precios.

EC - ¿Por qué esa precisión de abaratamiento en términos reales, Pablo?

PR - Por lo siguiente, Emiliano. Es posible que en algunos casos tengamos descensos de precios en términos nominales como consecuencia de la reducción de impuestos. Pero en una economía con inflación, los precios tienden a subir mes a mes; entonces la menor carga tributaria podría determinar en otros casos que los precios en lugar de subir queden constantes y en otros podría significar que en lugar de subir mucho suban menos.

Todas esas cosas pueden ocurrir y seguramente ocurrirán cuando entre en vigor la reforma tributaria. Pero en términos generales deberíamos esperar que la reducción de impuestos al consumo contribuya a tener una menor suba de precios cuando entre en vigencia. contribución que entre comillas sería "por única vez". Desde esa perspectiva, la reforma podrá ayudar a que el IPC no suba tanto en julio o en agosto, pero no va a cambiar las presiones inflacionarias más persistentes, que al principio decíamos están detrás de la suba de la inflación de los últimos meses.

EC - ¿Y qué hay que hacer para contener esas presiones inflacionarias, Pablo?

PR - Otras veces en el programa comentamos que la política monetaria debe jugar un papel clave. El Banco Central anunció un menor ritmo de crecimiento de la oferta de dinero. Eso debería derivar en un descenso del tipo de cambio y en una moderación de algunas presiones inflacionarias, sobre todo en lo relativo a la suba de los precios de los bienes que se comercializan internacionalmente.

A su vez, es necesario contener la suba del gasto público y moderar las pautas de ajuste salariales en términos reales, para contener la demanda interna. Y finalmente hay cierto espacio para la política de tarifas públicas sin que eso suponga un deterioro de las cuentas públicas. El gobierno ya anunció (a nuestro juicio acertadamente) que adelantaría una rebaja de tarifas que se hace viable por la reducción de los aportes patronales a la seguridad social que se prevé en la reforma... Si el gasto público no sube mucho, el aumento de la recaudación tributaria permitiría generar algún espacio para algún descenso adicional de las tarifas.

EC - Para terminar, Pablo, ¿cómo están viendo el tema de expectativas? ¿No hay riesgo de que se vaya generando una espiral inflacionaria?

PR - Esa es una preocupación relevante, Emiliano. A nuestro juicio, la combinación de una política monetaria más restrictiva, con algunas rebajas de tarifas y cierta moderación de las pautas salariales debería quitarle algo de presión a la inflación en los próximos meses. Y a su vez, esperamos que en unos meses, de dos a cuatro meses, tengamos una razonable normalización de la oferta de frutas y verduras, que debería generar un descenso importante de esos precios.

De todas maneras, reconocemos que es necesario obtener números de inflación más bajos en el corto plazo, sobre todo para frenar un eventual deterioro de las expectativas de inflación, que aliente a las empresas a remarcar más los precios y que complique las negociaciones salariales. En ese sentido, vemos que la evolución de la liquidez en la plaza es bastante fluctuante... En particular en estos días hemos observado una mayor liquidez y cierta suba del tipo de cambio. A nuestro juicio, el principal mecanismo de trasmisión de la política monetaria está por el tipo de cambio, que a su vez es sensible a la evolución diaria de la liquidez. Desde esa perspectiva, podría ayudar que en las próximas semanas se vean una mayor restricción monetaria.