Abreu: la energía atómica asegura la autonomía del país
"La energía nuclear, que tiene sus costos, ventajas y desventajas, asegura la autonomía del país", dijo el senador blanco Sergio Abreu. En tal sentido, defiende que se derogue la prohibición de esta energía y se instale un debate. "Puede ser una de las soluciones más prácticas y modernas por nuestra situación difícil, por nuestra gran vulnerabilidad", argumentó.
(Emitido a las 9.10)
EMILIANO COTELO:
Si hay sequía, de inmediato hablamos de crisis energética. Pero aun si llueve mucho, el fantasma igual sobrevuela. En Uruguay, en Argentina, en la región: y volvemos todos a mirar el menú de las posibles soluciones...
Además, cuando un fenómeno natural extremo nos sorprende, o cuando -por ejemplo ayer- se celebra el Día del Medio Ambiente, volvemos a hablar de calentamiento global y cambio climático.
Pero, entre tanto, en nuestro país, una discusión sigue congelada: la energía nuclear, ¿es o no es un camino a estudiar?
Hay quienes creen que sí y están proponiendo medidas para habilitar que el debate avance; por ejemplo, el senador de Alianza Nacional, Partido Nacional (PN), Sergio Abreu, con quien vamos a conversar en los próximos minutos.
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Senador Abreu, hace ya un año que desde el PN se propuso este debate. Entonces, ¿qué balance hacen de la respuesta del Poder Ejecutivo? ¿Cuál es la posición del Poder Ejecutivo?
SERGIO ABREU:
Planteamos la derogación de la prohibición, la norma dice "prohíbese el uso de energía de origen nuclear en el territorio nacional". Y agrega: "ningún agente del mercado mayorista de energía eléctrica podrá realizar contratos de abastecimiento de energía eléctrica con generadores nucleares ni con generadores extranjeros cuyas plantas contaminen el territorio nacional".
Esta norma ya va más allá del tema nuclear. Entonces proponemos la derogación de esta norma que prohíbe el uso de energía de origen nuclear para estudiar las posibilidades de incorporar a la matriz energética la generación de energía nuclear. Es decir, un análisis de la matriz energética, un análisis de las posibilidades del país, su situación actual, que es distinta de la de los otros países en el ámbito nacional y regional, y las posibilidades de modernizar y de incorporar, en el caso de la energía nuclear, otros insumos u otras fuentes de energía para poder diversificar la matriz energética.
EC - ¿Qué respuesta han tenido hasta ahora?
SA - La respuesta ha sido evasiva, por no decir negativa. El Poder Ejecutivo compareció en la Comisión de Industria el otro día y trasmitió el mensaje de que no estaba en condiciones de derogar la ley o que no estaba proclive a la derogación.
EC - Quien concurrió a comisión fue el subsecretario de Industria, Energía y Minería, Martín Ponce de León. Dijo: "No tiene sentido entrar en esa discusión", y agregó que un debate de ese tipo es "innecesario en el Uruguay de hoy".
SA - Con todo el respeto que tengo por el ingeniero Ponce de León, es un tema al que no nos podemos sustraer, sobre todo para un Poder Ejecutivo y un gobierno que están pensando permanentemente en el tema integración, en particular en el ámbito energético. La discusión se puede dar, es más, la energía nuclear puede ser para el país una de las soluciones más prácticas y modernas por nuestra situación difícil, por nuestra gran vulnerabilidad, en primer lugar, y en segundo lugar por la insuficiencia estructural de generación de energía. No generamos energía en territorio nacional, entonces estamos dependiendo de las fuentes energéticas que existen en la región y somos vulnerables.
EC - El senador Fernández Huidobro lo planteó hace pocos días en la revista Caras y Caretas en términos hasta jocosos, dijo: "En este momento y desde hace unos cuantos años somos hidrodependientes graves, argentinodependientes semisuicidas e hidrocarburodependientes dilapidantes".
SA - Exactamente.
EC - ¿Usted comparte esa descripción?
SA - Totalmente, además es lo que dice la Asociación de Energía Internacional, que hay que detener el crecimiento de demanda de energía fósil, de uso indiscriminado del petróleo, más cuando existen dos grandes actores en el ámbito internacional, que son China y la India. China en pocos años va a ser el país que va a emitir más dióxido de carbono y va a provocar el efecto invernadero con mayor aceleración.
En segundo lugar, la diversificación de las fuentes de abastecimiento. Lo que dice el senador es claro, nuestra dependencia de Argentina en materia energética es realmente difícil y grave. Es más, para contradicción de los que están en contra de esto, importamos casi 30% de la energía que consumimos de Argentina, de generadores privados argentinos, e importamos además energía nuclear que se genera en la planta de Atucha.
EC - De hecho la ley se está violando.
SA - De hecho la ley se está violando, además la ley agrega una prohibición respecto del tema ambiental. Entonces, ¿por qué a nivel político no nos sentamos a conversar a partir de las coincidencias y vemos, primero, cuál es el plan estratégico nacional en materia energética? Argentina tiene un plan que se llama Plan de Modernización Nuclear, Brasil tiene un Plan Nacional de Energía con proyección a 2030, y la presidenta Bachelet, aun contra su propaganda política electoral, ha anunciado que está dispuesta a analizar el Plan de Modernización Nuclear antes de la finalización de su período de gobierno.
¿Qué tenemos que hacer nosotros? No decir si estamos o no en contra de la energía nuclear, sino derogar algo que nos impide discutir el tema. Alguien podrá decir que el hecho de tener la ley no quiere decir que no podamos discutir...
EC - Ese es uno de los puntos en los que se ha trabado el debate en los últimos meses: si para armar el debate, si para reflexionar sobre el camino de la energía nuclear es necesario dar el paso de derogar la prohibición.
SA - Es una señal de apertura mental, de apertura política.
EC - El subsecretario de Industria cuando fue a comisión de todos modos anunció que el ministerio está trabajando con técnicos de la Universidad de la República, estudiando la cuestión de la energía nuclear.
SA - Está muy bien que lo haga, es la obligación del ministerio.
EC - No hay un muro puesto al tema.
SA - Pero si uno está discutiendo un tema y hay una ley que prohíbe la generación de energía nuclear, no parece la mejor señal para una apertura mental, porque la derogación no impone la generación de energía nuclear. Es un tema incluso de acercamiento político.
EC - ¿Cómo lo entiende usted?
SA - Cuando yo le digo que Argentina está planeando para el año 2020, Brasil para 2030, que la Unión Europea se acaba de reunir y establece por lo menos 20% de energía renovable para evitar la contaminación y el efecto invernadero, todos están hablando de 2020 y 2030, están hablando de una proyección importante. Uruguay tiene una dependencia energética realmente angustiante, ¿entonces cómo no somos capaces de ponernos a discutir este tema? El gas, que fue ampliamente discutido y que era parte de una estrategia de incorporación a la matriz energética, también tenía personas y grupos en contra, sin embargo se dieron circunstancias (la dependencia de Argentina, la pesificación argentina y una serie de elementos más) que atentaron directamente contra la diversificación de la matriz. Pero la materia nuclear hoy es la tendencia universal, porque los fósiles están concentrándose, hay una dilapidación de los fósiles y por tanto aumenta el efecto invernadero, hay que ir buscando fuentes renovables. Tengo las palabras de Felipe González de hace pocos días, que dijo: "Yo fui el que impulsó la moratoria en España hace 20 años y hoy digo que es imparable el analizar la energía nuclear".
EC - ¿Usted mismo qué análisis hace de su propio manejo del tema? Usted tuvo responsabilidades en esta materia, fue canciller pero además fue ministro de Industria, Energía y Minería. ¿Cómo se ve a sí mismo en la demora que Uruguay tiene en discutir esto que ahora usted impulsa con tanto énfasis?
SA - Hace muy poco tiempo teníamos una situación distinta.
EC - Hay oyentes que preguntan por qué no derogó usted esta ley cuando fue gobierno.
SA - Es una derogación del Parlamento, obviamente.
EC - Entonces por qué el Poder Ejecutivo no impulsó la derogación de esta ley cuando usted fue ministro.
SA - En esa época impulsamos la diversificación de la matriz con el gas, que era un proyecto muy importante y muy difícil. Nuestra prioridad estaba en el gasoducto Cruz del Sur y en tratar de que el gas representara 20% de la matriz. Y en la lucha que hemos tenido y que tiene Uruguay entre la definición de una política energética y las visiones de las empresas públicas, porque la política energética del país está condicionada por UTE y Ancap, en general. Y si no se tiene un gran respaldo político en un gobierno de coalición, o no gobierno de coalición, para poder impulsar determinadas medidas, la lucha se hace inmanejable.
EC - ¿Usted dice que no tuvo respaldo político para impulsar alguno de estos cambios?
SA - No tuve respaldo político en el sentido de que con UTE es imposible seguir adelante en muchos aspectos. UTE es la que define la política energética. Le voy a dar un ejemplo, la ley de marco eléctrico que establece esta prohibición, dice, por ejemplo, que la Administración del Mercado Eléctrico (ADME), tiene que ser independiente, e implanta los peajes para poder establecer los costos que el generador privado puede analizar para incorporarse. No se ha reglamentado, no se ha puesto en marcha, y lo hemos pedido en varias circunstancias, en varias situaciones. Porque lo que necesitamos, hoy un gobierno que tiene mayoría absoluta, que tiene la posibilidad de imponer determinados criterios, que nos los impone en determinadas áreas, como la política tributaria o la política de la salud, donde es más importante el voto que analizar el tema. Tendría que haber manejado este asunto con mucha más visión y más posibilidades que nosotros.
EC - Pero cuando usted fue ministro, ¿pensó, pretendió derogar esta prohibición? ¿O es que el escenario de hoy es distinto de aquel?
SA - El escenario es totalmente distinto. El tema gas determinó una crisis terrible en Uruguay, y además acentuó nuestra dependencia energética, acompañado por una sequía.
EC - ¿Usted entiende que el debate sobre energía atómica se vuelve mucho más urgente ahora?
SA - Es el debate entre todos, porque hay que saber qué porcentaje tiene la energía eólica en Uruguay, ¿es posible que esa energía solucione los problemas estructurales que tenemos? No. ¿Es posible que lo haga la energía solar? No, son porcentajes muy pequeños. ¿Es posible que la energía nuclear ayude a diversificar la matriz? Sí. Es más, frente a la situación del gas, a partir de la cual Uruguay quedó realmente muy mal parado y todavía está en condiciones difíciles, estamos evaluando la posibilidad de importar gas licuado para procesar, como ha hecho Chile después de que Argentina le incumplió con todos los contratos. Todo eso, que es un cambio de realidad muy fuerte en dos o tres años, implica la necesidad de analizar la matriz energética y la incorporación de la energía nuclear. La energía nuclear, que tiene sus costos, que tiene ventajas y desventajas que hay que analizar, asegura la autonomía del país.
EC - Es paradójico que usted sostenga eso. Desde la audiencia hay oyentes que señalan, como también señalan algunos dirigentes políticos de partidos diferentes del suyo, que al revés, la energía atómica puede atarnos más, porque no producimos uranio, no tenemos uranio propio. ¿Entonces?
SA - 60% de nuestra matriz es petróleo, a 65,60 dólares. Nuestra matriz energética tiene una potencia instalada de 2.097 megavatios, Salto Grande más la generación hidroeléctrica generan cerca de 1.000 megavatios cuando tenemos hidraulicidad, cuando llueve; cuando hay sequía tenemos dificultades. El uranio y el plutonio tienen cierta dificultad en el ámbito internacional, no por la disponibilidad, porque son accesibles, sino por temas vinculados con la proliferación nuclear y los aspectos más allá de su utilización con fines pacíficos. Podemos comprar o asociarnos con Brasil, que tiene uranio en Bahía, o utilizar, como lo hace Argentina, agua pesada que tiene en determinados lugares del territorio. Si hacemos un emprendimiento nuclear, solos o asociados, vamos a tener una planta que pueda generar 400, 500 o 1.000 megavatios que nos va a asegurar independencia.
EC - Los cuestionamientos van a que la energía atómica genera dependencia material y tecnológica. ¿Qué dice sobre este segundo aspecto?
SA - Es a la inversa, la dependencia tecnológica supone una interacción tecnológica, un país moderno. No podemos decir que por el hecho de que hay otros países que avancen en modernización vamos a ser dependientes. A la inversa, el problema de la energía nuclear es el riesgo de accidentes, que siempre está.
EC - El fantasma de Chernobyl.
SA - Y de las tres islas de Estados Unidos en 1979. Son temas que, como dice Felipe González, ya han sido superados hasta por la seguridad. El otro tema es la proliferación nuclear, del plutonio y el uranio, la utilización. Y el tercero, que es muy importante y sobre el que hay grandes dudas, es el tratamiento de los desechos radiactivos, de qué manera tratarlos y en qué condiciones. Ahora hay nuevas tecnologías, nuevos sistemas, algunos que suponen enterrar a determinada profundidad, otros que implican determinados depósitos, pero se va avanzando. No podemos quedar aferrados a decir que la tecnología es tan importante que no vamos a poder desarrollarnos, porque esto tiene el desarrollo tecnológico no solo de la fuente de generación, sino de todos los aspectos nucleares y de la capacitación.
Uruguay es uno de los países que la Comisión de Energía Atómica tomó como referencia para la capacitación a nivel regional, para una serie de pasos que se dan, porque ha trabajado siempre con mucha seriedad en este tema. No podemos restarnos la posibilidad de trabajar y de proyectar un plan energético nacional que incluya a la energía nuclear. Hay que analizar lo que sucedió con el gas, cómo lo podemos revertir, cómo afrontar las otras fuentes de energía renovable y en particular qué hacemos con las empresas públicas vinculadas con el petróleo, la generación térmica a través del gasoil o el fueloil, y los negocios de Ancap con Pdvsa y su inserción en el ámbito de la política energética.
EC - A propósito de la dependencia tecnológica, cabría agregar a la discusión todo el proyecto del "reactor del pueblo", una tecnología novedosa impulsada por un grupo de científicos en una institución multinacional y que implica la posibilidad de que países como el nuestro intervengan, participen directamente en el desarrollo de esa tecnología. Una tecnología que, por otra parte, permitiría manejar unidades de producción de energía eléctrica de tamaño más reducido, quizás más adaptado a la escala de Uruguay. ¿Usted ha avanzado en gestiones, en conocimiento de esa línea de trabajo en particular?
SA - No solo hemos avanzado, hemos conversado estos temas con los que están involucrados. En los próximos días va a venir un profesor iraní que trabaja en Brasil y que es una persona de un conocimiento muy profundo, pero que además ha adaptado el tema de los generadores nucleares del pueblo, de generadores más reducidos, de 40, 50, 100, 200 megavatios, que no sean del nivel de inversión que necesitaban las viejas plantas nucleares o las plantas tradicionales, de 800, más de 1.000 millones. El plan argentino es de 5.000 millones de dólares, que tiene Atucha I, Atucha II, Embalse y ahora va a hacer una tercera planta nuclear. Lo de Brasil también, ya no le digo el resto de los países del mundo. Tenemos que analizar la posibilidad de tener generadores nucleares con este criterio de adaptarlos al país, defender la autosuficiencia o la independencia y además buscar una relación costo-beneficio adecuada. El profesor incluso va a dar conferencias en universidades del país, es bueno que estemos al día con esto por la importancia que tiene el aporte que pueda realizar.
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EC - Desde que planteamos el tema hoy temprano estamos recibiendo una enorme cantidad de opiniones y de preguntas. Por lo visto el asunto no es indiferente para la población.
SA - Por suerte.
EC - Yo mencionaba hace un rato uno de estos mensajes, el que mandó Milton, que dice: "No minimicemos la pregunta, no la reduzcamos a la energía nuclear. Eso es hablar solamente de la derogación de un artículo de la ley de marco regulatorio, el artículo 27. Discutamos el conjunto de la ley, que lleva diez años, ocho en gobiernos blancos y colorados y solo dos en este. ¿Por qué hablar solo de energía nuclear? ¿Hay empresas que el doctor Abreu conoce que estarían interesadas? ¿Se trata de un lobby? ¿Ante qué estamos?".
SA - Lo del lobby es muy relativo, no conozco ningún interesado puntual que diga que va a hacer la inversión en materia nuclear. Sí conozco interesados privados, generadores privados que quieren trabajar en diversificación y generación privada de energía. Eso fue lo que la ley del marco eléctrico consagró, la competencia en la generación eléctrica, que después no fue derogado por un plebiscito popular. Y tenía otros elementos, como el despacho de carga o la Unidad Reguladora de la Energía Eléctrica, que después se transformó en URSEA, a la que nosotros hicimos un impulso muy grande, incluso habíamos condicionado la permanencia en el cargo a que saliera esta unidad, porque para nosotros es muy importante la política energética. Todo esto es un avance en la definición de una matriz energética, que antes dependía de UTE y de Ancap, de las empresas públicas monopólicas.
Es muy buena la pregunta que hace Milton, no reduzcamos el tema a la energía nuclear, deroguemos la norma no para consagrar o para obligar sino para poder discutir o poder trabajar con los distintos actores políticos en un plan energético para 2030. ¿Cómo no nos vamos a poner de acuerdo, si el tema es muy claro? Salvo que tengamos una dependencia tan grande entre Ancap y Pdvsa que tengamos que discutir simplemente si vamos a procesar o a refinar (con una ampliación de la refinería) los petróleos pesados venezolanos, si vamos a tener una definición de carácter estratégico por esa línea. Es todo, como dice el oyente, es toda la política energética para los próximos 10 o 15 años.
Es un tema que estamos dispuestos a trabajar con el Poder Ejecutivo, con cualquier poder ejecutivo. Lo está diciendo la Unión Europea, que 20% de la generación de energía en los próximos diez años tiene que cambiar, lo está diciendo el propio Brasil, hoy la energía nuclear en Brasil representa solo 4%, porque tiene Angra I, Angra II y van a llegar a nueve Angras en energía nuclear cuando 75% de su generación eléctrica es hidroeléctrica. No es lo mismo en Argentina, que tiene 56% petróleo, 34% hidroeléctrica y 9% nuclear y ahora retoman Atucha II, que estaba detenida desde hace 25 años. Todo esto Uruguay no lo ve y no lo analiza no solo en el tema energía nuclear sino en la estructura de su matriz energética, va a estar perdido en su proyección de mediano plazo por la dependencia que tiene. En el gas tiene que buscar otro tipo de salida, no podemos seguir atados exclusivamente al cuadrilátero argentino. Tenemos que buscar una interconexión con Brasil, lo vamos a hacer con Candiota, que tiene serios cuestionamientos por la lluvia ácida, porque produce energía a partir del carbón. Acá tenemos la otra norma, ¿vamos a interconectar a Uruguay con Candiota para violar la ley que dice que no podemos contaminar el país? Tenemos que ver si lo hacemos por Garaví, propusimos el análisis Garaví y Palmar, dejando de lado el cuadrilátero eléctrico. Pero todo esto es una política de carácter nacional que tenemos que ir ajustando.
EC - ¿Cómo está la relación con el gobierno a propósito de toda esta argumentación? Usted interpeló al ministro de Industria y Energía, Jorge Lepra, hace muy poco tiempo, el mes pasado, entre otras cosas para discutir esto (no solo esto, fue el conjunto de la política energética), y hace pocos días estuvo el ministro interino en comisión, pero tengo declaraciones recientes del ministro Lepra que dice que pretende ir hacia una política de Estado en el tema energía nuclear, convocando a los partidos políticos para analizar una estrategia a 30 o 50 años. ¿Usted vio esos comentarios?
SA - Sí, recibimos una invitación a nivel del Directorio del PN para designar un técnico que trabaje en el tema. Los técnicos son los que conocen en profundidad, necesitamos una instancia de carácter político donde cada uno aporte su visión estratégica. Entre otras cosas, que el propio gobierno defina adónde quiere ir, porque en materia de energía nuclear hay una clara división, hay actores importantes del gobierno, incluso del Poder Ejecutivo, que son partidarios de derogar esta norma y empezar a discutir el tema, sobre todo en el ámbito del sector ambiental. Y hay otros que no. Lo importante es que se defina si se quiere discutir, después políticamente podemos acompañar para reunirnos.
Hace muy poco se hizo una reunión con todos los partidos políticos (estaba el senador Long en este tema) tratando de hacer un diálogo. Se llegó a hablar con el presidente del Frente Amplio, que dijo que en 15 días iba a contestar y la respuesta todavía no llegó. Es importante que el ministro no lo reduzca al aspecto técnico, porque esa es una manera de hacer una terapia de grupo sobre temas laterales, que lo haga a nivel político, allí vamos a trabajar, pero que dé el paso de derogar ley, lo que no significa consagrar la energía nuclear sino abrir la mente para poder ver cuáles son las realidades de los ámbitos internacional y regional que tenemos que atender para definir nuestra política.
Estamos convocando a otros actores en el ámbito de la Comisión de Energía de Industria para seguir recogiendo opiniones. Y tenemos todo lo que sea una mano tendida para trabajar sobre estos temas. Los problemas de los gobiernos se administran con el desencanto de la gente con los gobiernos, porque cuando Uruguay vota, vota qué tipo de desencanto ha llegado a tener respecto del gobierno y sus expectativas. Y acá lo que tenemos que trabajar no para la próxima elección sino para la próxima generación.
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Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Guzmán Gordillo