Entrevistas

La tecnología, otro fuerte de Nueva Zelandia

El conocimiento es una apuesta de Nueva Zelanda y, en tal sentido, varias experiencias muestran que ha sido exitosa. Emiliano Cotelo visitó universidades, laboratorios y empresas cuyo objetiuvo y logro es alcanzar un posicionamiento global en el desarrollo teconológico.

(Emitido a las 8.31)

ANDRÉS GIL:
Llegó la hora de la despedida de estos contactos con Emiliano desde Nueva Zelandia. Hoy martes vamos a tener el último contacto antes de su vuelta, que va a ser a principios de la semana que viene.

***

Emiliano, es una buena oportunidad para hablar en términos un poco más generales de cómo se ven los neocelandeses, qué perspectivas tienen y cuál es la base de esa especie de "milagro neozelandés" del que tanto se habla y que tan poco conocemos, aunque ahora conocemos un poco más.

EMILIANO COTELO:
Los neocelandeses son perfectamente conscientes de sus limitaciones: tienen un país pequeño en superficie y población, no poseen recursos minerales importantes, no tienen petróleo y están muy lejos de todo, son un conjunto de islas en el sur, realmente a trasmano.

AG - De todos modos, se las ingenian para destacarse en el mundo. ¿Por dónde ves las claves de esto?

EC - Se las ingenian identificando aquellos recursos naturales en los que son fuertes y desarrollándolos al máximo, por ejemplo, la producción agropecuaria y sus industrias conexas, la pesca, el turismo, y por otro lado apuntando muy fuerte a la inteligencia y a la creatividad de su gente.

Del agro neocelandés ya les he hablado bastante en crónicas anteriores, no voy a insistir, salvo para agregar algo que me llamó mucho la atención, que es la confianza que los neocelandeses tienen en sí mismos. Más de una vez en este viaje los he escuchado decir que son "los mejores del mundo" en esto o en lo otro.

AG - Son los brasileños de Oceanía.

(Risas)

EC - Pero con el detalle de que en territorio y población no pueden ni compararse con Brasil. Por ejemplo, se presentan como los mejores en producción lechera de vacas criadas a pasto y están muy orgullosos de su sistema de trabajo, de la experiencia de su gente en este sector y de la tecnología que han ido desplegando en esta materia, a tal punto que hace ya tiempo que se proponen salir con ese "know how" directamente al exterior.

AG - ¿Por qué mencionás el orgullo y la confianza que tienen por lo que hacen en las actividades agrícolas?

EC - Primero, porque me parece una actitud muy interesante, quizás fundamental para hacerse un espacio en los mercados globalizados. Pero segundo, porque, si bien el que mencioné es un caso de orgullo por una producción con base agropecuaria, en definitiva el énfasis no está puesto sólo en los recursos naturales, que son fundamentales, sino especialmente en lo que ellos han creado en torno a esos recursos. Ahí está una de las claves de este desarrollo tan fuerte de Nueva Zelandia: el conocimiento. Es una apuesta muy valiosa de este país, sobre todo porque el conocimiento pesa poco y ocupa poco espacio, con lo cual puede venderse fuera de fronteras sin que la distancia y los fletes caros se interpongan como un obstáculo.

AG - Nueva Zelandia ha puesto un énfasis muy fuerte por ese lado, además de los recursos naturales, lo que ellos puedan agregar en materia de conocimiento.

EC - Hace muy pocos años, a comienzos de este Siglo XXI, a nivel oficial se decidió lanzar lo que llamaron "knowledge wave" (onda del conocimiento), y eligieron tres grandes áreas para impulsar como estratégicas: la biotecnología, las tecnologías de la información (software, telecomunicaciones) y la creatividad.

AG - ¿Algún ejemplo a partir de alguna visita de estos días?

EC - Tuve la oportunidad de conocer algunos ejemplos de este sector tan relevante en la economía de Nueva Zelandia. La educación en sí misma, visité un instituto tecnológico, el Waiariki en Rotorua, visité varias universidades, la Lincoln en Wellington, la de Auckland en la ciudad del mismo nombre y aquí en Christchurch la Lincoln y la Canterbury. Todos esos institutos de nivel terciario compiten en el mercado educativo mundial y captan estudiantes extranjeros para sus cursos de grado y de posgrado. Estas universidades, estos institutos tienen una penetración fuerte en la zona más cercana, en China, en Corea, en Japón, en Hong Kong, para muchos de cuyos jóvenes son una alternativa válida frente a otras opciones en Estados Unidos o en Europa. Y esos estudiantes pagan cifras muy interesantes por sus cursos. Pero no solo a nivel terciario Nueva Zelandia capta estudiantes extranjeros, también en secundaria está muy extendida la costumbre de recibir jóvenes de los países del Pacífico.

Otro ejemplo de este tipo es el HitLab (Human Interface Techonology Laboratory), que recorrimos esta mañana en la Universidad de Canterbury. Este laboratorio se dedica a desarrollar aparatos que le permiten a la gente interactuar con máquinas para realizar una determinada tarea o una serie de tareas. Uno de los inventos más difundidos surgidos aquí son unos lentes para que el usuario vea una cierta foto en formato tridimensional, por ejemplo con una simple cámara digital enfocada hacia una revista que tiene un aviso de un modelo de un auto en la pantalla del notebook se puede ver ese auto en tres dimensiones desde todos los ángulos posibles. Otro ejemplo, con estos lentes especiales el estudiante puede recorrer un libro en el que aparece un mapa que se vuelve tridimensional, con los detalles de una cordillera, de un volcán, que puede ver desde distintas orientaciones. Y el HitLab también trabaja en software que permite mejorar la vida de personas con discapacidades físicas o intelectuales, como los ciegos o gente con la vista disminuida.

Este laboratorio tiene como base una universidad estatal y trabaja asociado por un lado con la Universidad de Washington, en Seattle, Estados Unidos, y por otro con varias industrias neocelandesas y del exterior del sector de las tecnologías de la información.

AG - Y si salimos del ámbito académico y miramos al sector empresarial, al sector privado, ¿algún ejemplo para destacar?

EC - Esta tarde visité otro caso muy interesante, TAIT Radio Comunications, una compañía que no es para nada nueva, que tiene ya sus 50 años largos, y que desarrolla y fabrica equipos de radiocomunicaciones y soluciones de red para uso profesional en una variedad de sectores, entre ellos servicios de emergencia, transporte, minería, seguridad, etcétera. Es una compañía nacida en Christchurch, con su planta instalada aquí, con casi 1.000 empleados, pero que además ha instalado centros de distribución en Europa, en América del Norte, en Asia y en Australia. Por ejemplo, son proveedores del sistema de comunicaciones de la Policía Militar de San Pablo, en Brasil, de la policía china y de otro tipo de empresas como Air France. Además son proveedores en Uruguay, le han vendido a UTE, sus productos son conocidos en el mercado uruguayo.

AG - Para los radioaficionados TAIT es una marca bastante conocida.

EC - Una de sus fortalezas es que no ofrece soluciones estándar sino soluciones adaptadas a cada requerimiento específico. Por otro lado, según nos mostraron, sus terminales de comunicación, los "handies" que fabrican, son especialmente fuertes, toleran el agua y golpes de todo tipo. Sobre la base de esos y otros valores, TAIT se las ha ingeniado para competir muy exitosamente con marcas muy consolidadas como, por mencionar una, Motorola.

AG - Supongo que detrás de todos estos elementos tan básicos, tan profundos en cuanto a la idiosincrasia y la estrategia del país como tal, también está la búsqueda de una marca, que esa proyección internacional no es solo producto de lo que se ha logrado y de la idiosincrasia de las personas sino también de una buena inserción de marketing.

EC - Sí, TAIT, por ejemplo, ya no necesita un trampolín del gobierno para abrirse espacio fuera de fronteras, pero para las empresas más jóvenes del sector hay una agencia de desarrollo del gobierno de Nueva Zelandia, que se llama New Zealand Trade & Enterprise, que juega un fuerte papel. Entre otras cosas, ha creado una marca que es una especie de paraguas que busca promover en el mundo a Nueva Zelandia como un país innovador. El eslogan es "New Zealand, new thinking", que traducido al español pierde un poco la gracia pero sería algo como "Nueva Zelandia, nuevo pensamiento" o "nueva forma de pensar". Un eslogan en sí mismo muy creativo, como lo es en general el marketing que se ha armado en torno a este eslogan en cuanto a revistas, folletos y sitios web.

Ha quedado mucha experiencia por compartir con los oyentes, ya tendremos algunos especios para hacerlo. Hoy más temprano tuve más contactos vinculados con ese proyecto de inversión en tierra en Uruguay para desarrollar la lechería al estilo neocelandés. Por ejemplo, estuve con los directivos de la compañía PGG Wrightson que son los grandes impulsores de esto.

------------
Edición: Mauricio Erramuspe