(Emitido a las 10.27)

EMILIANO COTELO:
Desde ayer los uruguayos estamos acostumbrándonos a un nuevo sistema de impuestos. Se eliminaron algunos impuestos, se bajaron y se subieron tasas, y se crearon nuevos tributos.

Desde este domingo 1 de julio comenzó a regir la Reforma Tributaria impulsada por el gobierno. Una reforma que se ha transformado en una de las iniciativas más importantes de la administración Vázquez.

En las últimas semanas hemos intentado entender cuáles son sus detalles, explicar sus principales características, conocer cómo nos va a afectar.

Pero, ahora que ya se ha puesto en marcha, nos interesa saber cómo se llegó a este 1 de julio.

Vamos a conversarlo con el director general de Rentas, contador Nelson Hernández.

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Contador Hernández, ¿cómo le está yendo en estas primeras horas de cimbronazo?

NELSON HERNÁNDEZ:
Muy bien, estábamos preparados para recibir el cimbronazo, hemos trabajado en estos últimos meses para esta instancia, por lo tanto no nos ha sorprendido. Estamos en condiciones de asimilar el golpe, como dicen los boxeadores.

EC - El viernes mismo, unas horas antes de la entrada en vigor de la reforma, la Dirección General Impositiva (DGI) aprobó nuevas normas instrumentales del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF). No voy a entrar en el detalle ahora, pero de todos modos parece una señal de que se llegó con los tiempos muy justos. ¿Creen que van a poder fiscalizar eficazmente el nuevo sistema tributario?

NH - Se llegó con los tiempos necesarios. En primer lugar, porque las medidas que están incluidas en la última resolución son de tipo instrumental, no condicionan para nada la aplicación del impuesto, definen algunos aspectos que tienen que ver con su funcionamiento.

Por otro lado, la administración tiene que crear las condiciones para el cumplimiento de las obligaciones tributarias y además tiene que estar en condiciones de controlar el cumplimiento del tributo. Los mecanismos que se han instrumentado tienden al control y están prontos para ser utilizados.

EC - ¿Qué evaluación hacen de las condiciones en las que llegaron quienes tenían que aclarar las dudas de la gente en los distintos puestos que se instalaron o en los sistemas de atención telefónica? Hubo momentos de vacilaciones, el ciudadano que concurría a una de estas mesas se encontraba con que no tenía una respuesta, con que tenía que volver o consultar a otro becario. ¿Cómo fue esto?

NH - Es razonable que eso ocurra. Ubiquémonos respecto de algunos impuestos que están vigentes en nuestro país desde hace más de 30 años, hoy todavía existen dudas sobre algunos aspectos de esos impuestos. Es impensable que haya que esperar 30 años para implantar un tributo, es razonable entonces que existan dudas y que quienes estaban en la primera línea de respuesta a las consultas de los contribuyentes y del público en general en muchos casos hayan tenido que recurrir a gente con más experiencia en la administración para hacer frente a las respuestas.

EC - Hasta ahora, ¿cuánta gente ha consultado a través de los distintos mecanismos?

NH - Hace poco rato estábamos haciendo una evaluación de la cantidad de consultas que se habían recibido a través de los diferentes medios. Me refiero a las respuestas que dio la administración a través de los callcenters, a través de las páginas web Uruguay Avanza y de la DGI y a las consultas personalizadas. En total estamos hablando de más de 500.000 accesos en todo el país, considerando únicamente los datos con los que cuenta la DGI. A esto hay que agregarle las respuestas que ha dado a las mismas preguntas el Banco de Previsión Social. O sea que ha habido por parte de la administración una puesta a disposición del público en general de información que ha sido correcta y que no ha sido superada por requerimientos más allá de sus posibilidades. Por otro lado, un nivel de 500.000 consultas en una población de tres millones de personas da la idea de un elevado interés en la población, que ha sido satisfecho por la respuesta de la administración.

EC - ¿Cómo sigue la posibilidad de consultar ahora que la reforma ya está vigente? Da la impresión de que a medida que avance la implementación del nuevo sistema, que la gente se lo vaya encontrando en los hechos, las dudas pueden llegar a multiplicarse.

NH - Van a surgir nuevas dudas, es razonable y lógico que así sea. Vamos a mantener este mismo nivel de asistencia, de información, por lo menos hasta agosto. En agosto evaluaremos si debemos continuar con el mismo nivel de asesoramiento o si debemos modificarlo. Si hubiera un crecimiento importante de las consultas en julio, estamos incluso en condiciones de incrementar la asistencia.

EC - ¿Prevén algún grado de flexibilidad para contemplar casos de personas o empresas que cometan errores en sus declaraciones?

NH - En estos primeros seis meses de aplicación del tributo lo que se va a determinar no van a ser impuestos sino anticipos de impuestos, de modo que ningún error va a ser decisivo, ningún error va a ser determinante en el monto de la tributación. Por otro lado, tenemos que ser conscientes de que la implantación del nuevo sistema requiere ajustes, requiere una práctica en su aplicación, que necesariamente va a originar un importante volumen de errores, diferente de un impuesto que hace mucho tiempo que está en aplicación. En ese sentido, en la medida que se trate de errores, que la administración no concluya que hay una intencionalidad de engaño, van a ser contemplados.

EC - Con respecto al formulario 3100, el que tenía que llenar todo contribuyente para el cálculo del IRPF, ¿qué evaluación se hace de la cantidad de gente que completó efectivamente ese trámite?

NH - El formulario 3100 tiene la particularidad de ser muy extenso, porque quienes pueden presentarlo son todos los dependientes, todos los jubilados, todos los pensionistas y algunos en más de un puesto de trabajo o en más de una institución de previsión social. Por lo tanto este formulario ha tenido una muy amplia difusión y ha preocupado al hombre común, al ciudadano común. El no haberlo presentado o haberlo presentado con errores no implica necesariamente una sanción en la medida en que no haya una adulteración importante de la realidad. Si alguien olvidó presentarlo o se atrasó en la presentación, seguramente su empleador o el instituto de previsión social que realiza la prestación en lugar de tomar esa información en julio la va a tomar en agosto, no va a haber una mayor incidencia en la recaudación del tributo. Sí podemos encontrar que alguien que tiene un hijo declaró diez para beneficiarse con deducciones adicionales, en ese caso va a ser distinto porque no se puede justificar como un error y de esa forma va a ser considerado.

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Edición: Mauricio Erramuspe