¿Cuán grave es la crisis energética Argentina y qué efectos pueden esperarse?
Análisis de la economista Sandra Pérez Ramos, de Tea Deloitte.
(Emitido a las 8:30)
EMILIANO COTELO:
En las últimas semanas nos hemos referido en varias oportunidades a la crisis de energía que padece Argentina desde hace varios meses.
A pesar de que en nuestro país la situación energética mejoró sustancialmente con respecto al año pasado, en buena medida como resultado de las importantes lluvias de marzo y abril, Uruguay sigue teniendo una dependencia importante en este aspecto con la región y especialmente con Argentina.
Por eso nos pareció relevante tratar de responder hoy algunos interrogantes en relación con este tema: ¿qué tan importante es la crisis energética de Argentina? ¿cuáles son las causas que llevaron a la situación actual? Y finalmente, ¿qué consecuencias económicas podría tener sobre nuestro país un empeoramiento de la situación energética en Argentina? Enseguida trataremos de buscar las respuestas dialogando con la economista Sandra Pérez Ramos, de Tea Deloitte.
***
Sandra, te propongo comenzar repasando lo que ha sucedido en las últimas semanas.
SANDRA PÉREZ RAMOS:
Muy bien. Como señalabas Emiliano, la situación del sector energético argentino empeoró bastante en las últimas semanas. Y aclaremos que cuando hablamos del sector energético, nos referimos no sólo a la generación de electricidad, sino que también debemos tomar en cuenta lo que sucede con los hidrocarburos, más precisamente con el petróleo y el gas.
EC - Si te parece bien, entonces, comencemos primero hablando de la electricidad.
SPR - Bueno, en el caso de la electricidad la situación actual es que hay un déficit de oferta, que se arrastra desde hace un tiempo, pero que se viene agravando progresivamente. Por eso hace varios meses que las autoridades impusieron restricciones fuertes a la demanda. Por ejemplo, en algunas provincias el consumo de electricidad de los usuarios no puede ser mayor que el que tenían en promedio en 2005... dos años atrás. Y el que no cumple con esas limitaciones puede llegar a sufrir multas importantes.
Pero además, en las últimas semanas comenzaron a registrarse cortes programados para los grandes consumidores, que en el horario pico (entre las 16 y las 24 horas) deben consumir, en promedio, la mitad de la energía que utilizaban habitualmente. Y si no cumplen con esa restricción se puede llegar a un corte total del suministro. Y también se han observado cortes no programados en algunos barrios residenciales.
EC - Restricciones al consumo, cortes no programados, ¿por qué se llegó a esta situación tan extrema?
SPR - Bueno, creo que son varios los factores que llevaron a esta situación tan crítica. El primero de esos factores tiene que ver con la demanda: la economía argentina viene creciendo desde 2003 cerca de 9% por año, lo que es una tasa excepcional, que lógicamente se traduce en un mayor consumo de electricidad, especialmente de las empresas. Para dar un dato, el consumo de electricidad creció casi 8% por año desde 2003. A esa tendencia se agregó, además, que este año se registraron temperaturas muy bajas, que aumentaron también la demanda.
EC - Si la demanda aumenta a una tasa tan importante, ¿qué pasó con la oferta de electricidad?
SPR - Justamente, Emiliano. El segundo factor decisivo en esta situación tiene que ver con la oferta... más específicamente, con el efecto que ha tenido la política de precios del gobierno de Kirchner sobre la oferta del mercado energético.
EC - A ver, ¿cómo es ese tema?
SPR - Lo que sucede, Emiliano, es que las tarifas de la mayoría de los servicios públicos que regula el gobierno, han subido muy poco en términos nominales desde la devaluación de 2002. Y esa situación genera efectos distorsivos en los mercados de estos servicios. Por un lado, las empresas no invierten en ampliar la capacidad de generación porque tienen una gran incertidumbre sobre sus ingresos futuros. Para dar un dato nada más, la capacidad de generación de Argentina hoy es prácticamente la misma que tenía en 2002. Es decir, la oferta no ha aumentado, mientras que la demanda, como dijimos, crece cerca de 8% por año. Lógicamente, la brecha que pudo haber existido en algún momento entre oferta y demanda paulatinamente se fue cerrando y hoy se llegó al límite. Inclusive, actualmente Uruguay está exportando electricidad a Argentina, cuando el año pasado la situación fue la inversa.
Pero además, el hecho de que las tarifas suban poco también alienta una mayor demanda, porque los precios de los servicios públicos se han abaratado en términos reales en los últimos años.
EC - ¿Y cuánto han caído? ¿Podríamos dar algunas cifras?
SPR - Sí, por ejemplo, el índice de precios de servicios públicos subió en pesos menos de 20% desde 2003, mientras que la inflación se ubicó cerca de 36%. Esto implica que hubo un abaratamiento real de las tarifas muy importante. Aclaremos, de todos modos, que este índice es un promedio que engloba a varias tarifas públicas.
Pero si tomamos en cuenta sólo a la electricidad, actualmente el costo de la electricidad residencial en Argentina es distinto en cada provincia, pero en la ciudad de Buenos Aires es de 2,3 centavos de dólar el Kilowatt/hora, mientras que en nuestro país, la tarifa mínima alcanza a unos 8,5 centavos de dólar el kilowatt/hora. Es decir que la electricidad en Uruguay es casi 4 veces más cara que en Argentina.
EC - Bien, estas son dificultades asociadas con la generación de electricidad. ¿Qué está pasando con el gas y el petróleo, que eran los otros dos productos que habías mencionado al principio?
SPR - Al igual que en el caso de la electricidad, en estos sectores también hay dificultades de abastecimiento. Hace unas semanas algunos taxistas de Buenos Aires, los que utilizan el gas como insumo, hicieron un paro o mejor dicho no tuvieron más remedio que parar sus actividades porque no había gas en las estaciones de servicios como para satisfacer la demanda.
Pero dejando de lado ese incidente particular, para dar una idea de la situación, en 1988 Argentina tenía reservas de gas que eran equivalentes a 35 años de consumo y el año pasado las reservas alcanzaban para satisfacer la demanda de sólo 8 años, o sea que paulatinamente las reservas conocidas se le van agotando. Y para expandir la producción deben ejecutarse proyectos de búsqueda y prospección y esto es lo que ha faltado en los últimos años, inversiones que aumenten la capacidad de extracción y por lo tanto la oferta. Es decir, que se está viviendo una situación similar a la de la electricidad.
Y algo muy parecido ocurre con el petróleo: a pesar de que Argentina es un país que históricamente fue exportador de petróleo, esas exportaciones han venido disminuyendo en los últimos años para satisfacer la demanda interna. De hecho, al ritmo actual es posible que Argentina pase a ser un importador neto de petróleo en los próximos años. Esto también da idea de la magnitud del problema.
EC - Bien, para ir cerrando, ¿cómo puede afectar todo esta situación a nuestro país?... ¿qué pasaría si se agravara la crisis en Argentina?
SPR - Bueno, el primer impacto vendría por el lado de la actividad económica en Argentina. Si continúan las limitaciones de oferta energética para los grandes consumidores, principalmente las industrias, es razonable esperar que este sector se desacelere al menos mientras se mantengan las restricciones. Esto podría llevar a que el PIB crezca a un ritmo más lento, aunque aún es prematuro para afirmar que eso vaya a suceder necesariamente. Evidentemente que una desaceleración de cierta magnitud en Argentina tendría efectos sobre el nivel de actividad en nuestro país, aunque repito, es prematuro como para poder medir cuánto nos puede afectar a nosotros.
Pero esa es sólo una parte del problema, porque además, no podemos dejar de mencionar que el año pasado Uruguay tuvo que comprar electricidad de la región para satisfacer el consumo interno. Y si bien hoy la situación energética en nuestro país es más favorable que el año pasado, porque mejoraron los caudales de las represas y porque se aumentó la capacidad de generación con la central de San José, en caso de que esa situación favorable que vivimos actualmente se deteriorara, podríamos llegar a tener alguna dificultad si además Argentina no puede vendernos electricidad. Sin embargo, creo que debemos dejar pasar algún tiempo para ver cómo transcurre la situación en el país vecino, como para poder evaluar mejor el impacto que podría llegar a tener finalmente sobre nuestro país.