Entrevistas

La enseñanza de los pactos para el desarrollo

El viernes finalizó el VI Seminario Santander-América Latina, un encuentro con la participación de varios referentes de la política iberoamericana. El jefe de Producción de En Perspectiva, Andrés Gil, acompañó esta actividad y realizó un balance de estas jornadas de reflexión sobre la realidad y el futuro del subcontinente.

(Emitido a las 8.45)

EMILIANO COTELO:
"América Latina hacia una sociedad de clases medias." O "La revolución de las clases medias emergentes en América Latina".

Estos eran algunos de los titulares de los enunciados, muy provocativos por cierto, que han marcado este VI Seminario Santander - América Latina, que tuvo lugar en la ciudad cantábrica de Santander, y que ha contado con la presencia, como invitado, de nuestro jefe de Producción, Andrés Gil.

El encuentro, organizado por el Grupo Santander, se desarrolló entre miércoles y viernes, y tuvo entre sus participantes a autoridades, empresarios y cerca de 50 periodistas de América Latina y España.

Ya tuvimos algunas crónicas de Andrés en los días previos. Hoy les proponemos cerrar el ciclo con un balance, saber qué dejaron estos tres días de charlas, debates e intercambios, y para eso la comunicación es nuevamente con Andrés, que todavía permanece en España.

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Andrés, del diagnóstico, de lo bien que por estos tiempos se ve a América Latina desde España, ya conversamos en tus crónicas anteriores. Pero, si miramos hacia delante, ¿podemos resumir cuáles son, a tu entender, las principales conclusiones sobre perspectivas que dejó este encuentro?

ANDRÉS GIL:
Definitivamente no es fácil resumir un evento tan denso en contenidos, con tantos y tan destacados expositores. Repasemos, el contador Enrique Iglesias; el ex presidente chileno Ricardo Lagos; el ex ministro de Economía de Brasil y actual diputado Antonio Palocci; Joaquín Almunia, que es comisario europeo de Economía y ex ministro de Gobierno de España; Miguel Ángel Fernández Ordóñez, autoridad máxima del Banco de España (lo que sería nuestro Banco Central, aunque sin política monetaria, porque se supranacionalizó); y después otros nombres no tan conocidos para los uruguayos, pero tuvimos la distinción de estar en una sala con dos de los siete redactores de la última Constitución de España; uno de ellos, Miguel Roca Juvent, aportó (en la primera mesa, la que yo tuve que moderar) una serie de elementos que luego se repitieron a medida que repasamos distintos casos de "éxito" en América Latina y que elijo para abrir un primer espacio de conclusiones de corte más bien político y sociológico.

EC - Empecemos por repasar en grandes titulares las conclusiones que sacaste en ese plano.

AG - La conclusión más evidente, más contundente, tiene como eje central los pactos. Todos los casos de éxito económico y social que repasamos en este seminario tienen en su génesis un pacto social, un acuerdo de toda la sociedad sobre ciertos consensos básicos, sobre un proyecto país.

Por ejemplo, el caso de España. España viene de transitar los 30 años más brillantes de su historia económica; un país que (como se dijo en este seminario) pasó de ser el "parias" de Europa a ser uno de sus motores. Y para el caso español existe un consenso generalizado en cuanto al rol central que jugaron los famosos "pactos de la Moncloa" de 1977. En esa oportunidad, el gobierno español, los partidos políticos, los sindicatos, las asociaciones empresariales, lograron acordar un camino a seguir, un modelo de país. Es decir, un paquete de políticas de consenso que, de no haber existido, España no habría ingresado a la comunidad europea en condiciones de aprovechar los efectos positivos de la supranacionalidad.

EC - ¿Pero también se habló de ejemplos latinoamericanos? Estoy pensando en el caso chileno.

El ex presidente chileno, Ricardo Lagos
AG - Sin duda que en este sentido es el ejemplo paradigmático en América Latina; de hecho, el periodista español Miguel Ángel Aguilar (que es bastante seguido en Uruguay por su columna en El País de Madrid), que moderó la exposición de Ricardo Lagos, empezó diciendo, textualmente: "¡Qué sería de los opositores de Chávez si hubieran tenido el talento de los chilenos!", en alusión a la forma en que la sociedad trasandina, más allá de diferencias políticas irreconciliables, logró en un momento de su historia sentar esos consensos básicos con una mirada de largo plazo. Esos consensos explican en buena medida el "milagro chileno". Obviamente, como dijo Ricardo Lagos, a esto se suman otros factores, como el hecho de haber tenido un núcleo humano con capacidad pensante en materia económica y la paciencia para entender que las reformas deben ser graduales. Lagos dijo "los atajos llevan a populismos sin sentido en el largo plazo".

EC - Hablabas de superar diferencias políticas irreconciliables. ¿Hay ahí también un denominador común de los casos de éxito que se examinaron? Está el caso de España y su "transición", tema del cual hablábamos el viernes pasado en la tertulia; ¿pero que hay de América Latina?

El ex ministro de Economía brasileño, Antonio Palocci, junto a Lagos.
AG - Sin duda que otro de los factores básicos del éxito español y de los países que más han avanzado en América Latina, como Chile, fue sacar de la agenda política las reivindicaciones del pasado, ya sea dictaduras o guerras civiles. Es obvio que se trata de una solución que tiene costos altos, en especial para quienes sufrieron más durante esos años oscuros, pero ha probado ser eficiente y efectiva en términos de proyección de largo plazo. Como dijo el sociólogo español Emilio Lamo de Espinoza, "España logró romper la tradición política de la memoria del horror de la guerra y la represión, y ahí está una de las bases fundamentales del despegue español".

EC - Se trata de algo que en los últimos tiempos el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha dispuesto a revisar. Por lo visto hay allí ahora un nuevo tono.

AG - Es cierto, hoy eso es todo un tema en España, pero daría para otro contacto.

EC - Entonces, volvamos a la "necesidad de pactos", las políticas de consenso y de largo plazo, a dejar de tener la mirada puesta en el pasado y mirar hacia adelante. ¿Qué otros ingredientes se destacaron?

AG - Un último punto que elijo para destacar en el plano político, señalado tanto por los participantes españoles como por la amplia mayoría de los latinoamericanos, es que los casos de éxito vienen necesariamente correlacionados con el fin de lo que el comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, calificó como "adanismo" político.

EC - Tenemos que explicar ese término.

AG - En el seminario hubo un consenso amplio en cuanto a la importancia de que algunos gobiernos aceptaran la idea de que no solo no es necesario "refundar", "reinventar" el país cada vez que hay un cambio de gobierno, sino que esta práctica resulta definitivamente inconveniente. Los casos de éxito señalan que la gradualidad en los cambios y ciertas continuidades, aun cuando generen resistencias internas, terminan dando buenos resultados no solo en el frente económico sino también en el social y en el político. Y hoy varios países de nuestro continente parecen ir demostrando esta tesis, y entre ellos se señaló a Uruguay.

EC - Ya que te fuiste acercando al plano económico, algunas conclusiones ya más en este plano, ¿por dónde pasaron los consensos en el seminario?

AG - Rápidamente, en titulares: América Latina atraviesa el mejor período de bonanza económica de su historia y las perspectivas de corto y mediano plazo son muy buenas. Además, la bonanza actual no pasa solo por los números macro que no tienen precedentes, sino también y especialmente porque esos números tienen su apoyo en procesos endógenos, por lo que, a diferencia de períodos de auge anteriores, el crecimiento no está basado en desequilibrios externos, básicamente aumento de la deuda. En este sentido se dijo que esto se parece más al crecimiento normal de una "economía desarrollada".

En otro orden, se señalaron reiteradamente algunos "aprendizajes" básicos y fundamentales en materia de política económica (como dijo Lagos, se consolida la política macroeconómica del "sentido común") y el hecho fundamental de que la bonanza ha ido permeando lenta pero sostenidamente en los indicadores sociales.

También hubo consenso en cuanto a la importancia y la conveniencia de las políticas sociales activas, aun en su formato más asistencialista, en la medida que son una forma de "comprar tiempo" y contribuyen a la estabilidad política y social imprescindible para aprovechar la bonanza y avanzar en las reformas.

EC - Sigamos con otras conclusiones del plano económico.

Palocci junto al gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez.
AG - En particular me interesó mucho algo que dijo el doctor Antonio Palocci, en cuanto a que en América Latina hay cada vez mayor independencia de la economía respecto de la política, y eso es algo positivo que al fin de cuentas explica por qué en Brasil los escándalos de corrupción de la era Lula no llegaron a frenar a la economía. Esto viene de la mano de una mejor institucionalidad (plano en el cual aún nos falta mucho), pero en el frente económico (por ejemplo, de la mano de una mayor independencia política de los bancos centrales) ha aportado lo suyo.

Otros elementos: la necesidad de medir mejor a la economía informal, que en América Latina es muy importante y muchas veces queda fuera de los registros; la necesidad de mejorar los ingresos del Estado para que este sea capaz de financiar las políticas que combatan la desigualdad que persiste en el continente (se habló mucho de la necesidad de avanzar en reformas tributarias); y en particular, y ahí vamos llegando al foco central de este seminario, el destaque del rol que están jugando las clases medias en este proceso de auge económico. Unas clases medias que ya están emergiendo, pero que, en especial, están llamadas a jugar un rol central en el futuro del continente

EC - Vamos a detenernos un minuto en eso, que fue el leit motiv del seminario; si bien ya nos contaste algo en contactos anteriores, ¿podemos señalar algún elemento más?

AG - Francisco Luzón, el director general del Grupo Santander, decía: "Estamos en medio de una revolución. La revolución de las clases medias emergentes. Y estamos convencidos de que esa revolución va a ser muy buena para los ciudadanos por una razón sencilla: porque son ellos quienes la están protagonizando y dirigiendo".

EC - ¿Y esas clases medias no existían, por ejemplo, en los años noventa?

AG - Según Luzón no, más bien todo lo contrario. En los noventa muchos de los ajustes y las reformas que entonces hubo que introducir para modernizar las economías de la región se tradujeron en un enorme "estrés distributivo" que afectó fundamentalmente a las clases medias; clases medias que no eran lo suficientemente pobres como para percibir la mejora de bienestar que traía consigo la menor y más predecible inflación, pero tampoco lo suficientemente ricas para aprovechar el incremento de posibilidades de elección de bienes de consumo que supuso la apertura comercial al exterior y por tanto las mayores importaciones. Es decir, la década de los noventa fue muy dura para la clase media.

EC - ¿Ahora la cosa es diferente?

AG - Así se lo percibe desde España y así lo señalaron también varios de los expertos de nuestro continente que expusieron.

Y Luzón agregaba: "Estas clases van a demandar cada día más y mejor educación, más educación terciaria, más y mejor sanidad, energía, carreteras, transporte publico de calidad, seguridad... En definitiva, va a aparecer un patrón de consumo de bienes y servicios públicos y privados muy distinto del que hemos conocido. Y lo que todavía es más ‘revolucionario’: esas clases medias van a exhibir niveles de exigencia económica y de tolerancia política muy distintos de los de las sociedades en las que lo que prevalecen son los ‘pobres’. Esto ya ocurrió en España y ahora está pasando en América".   

EC - ¿Algún otro punto para cerrar este balance?

AG - Sí, la importancia de la inversión en educación terciaria (en esto los números de Chile son impresionantes: por ejemplo, hoy de cada 10 estudiantes universitarios 7 son la primera generación de su familia en lograr estudios terciarios) algo para lo cual es necesario también mejorar la educación básica.

Un punto más, casi recurrente: hay que mejorar las instituciones. En este plano se centró buena parte de la incertidumbre planteada sobre el éxito de América Latina. Por ejemplo, el presidente del Banco de España decía que ve "cierta fatiga reformista" en América Latina y que eso es algo que desde Europa no se ve con buenos ojos.

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EC - Andrés, ¿dónde te encontramos esta mañana?

AG – En estos momentos estoy en Santiago de Compostela, mañana llegaré a Madrid. Estoy peregrinando... (risas)

Estoy recorriendo la ciudad que está muy movida en estos tiempos de verano, con un clima muy lindo. No se sufren los calores de Madrid, hay 22 grados con sol. Está muy lindo sobre todo para la gente que uno ve llegando por todos lados, con sus bastones, haciendo los distintos caminos de peregrinación hacia la Catedral de Santiago.

Contactos anteriores:
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