Eliminatorias 2010

Habrá hambre de gloria

Habrá hambre de gloria

Uruguay y Argentina se verán las caras este miércoles en uno de los partidos más importantes de los últimos tiempos. Argentina, desde 1970 clasifica al Mundial de forma ininterrumpida y no quiere que esta vez sea la excepción. Uruguay, ante su gente, tiene la posibilidad de entrar al Mundial de forma directa, hecho que no se da desde 1990.


En Montevideo se respira otro aire. Aire de clásico, de final, de partido decisivo. No es para menos, ya que a las 20.00 horas Uruguay recibe a la siempre temible y poderosa selección de Argentina, en el estadio Centenario.

Hay muchas cosas en juego en este partido. La clasificación al Mundial por parte de ambas selecciones que aún no aseguraron su lugar, el honor por lo que significa un clásico, por querer ganarle al rival de todos los tiempos y también está sobre mesa el amor a la camiseta y la bandera, componentes esenciales de la idiosincrasia rioplatense.

Los últimos dos encuentros entre uruguayos y argentinos por Eliminatorias tuvieron un escenario sumamente diferente. En aquellas circunstancias (2001 y 2005) Argentina venía clasificada y como candidata a ganar el Mundial, en tanto, Uruguay tenía que salir a ganar para tener alguna pretensión de ir al repechaje. En ambos partidos hubo victoria celeste, pero mucho se habló de que los argentinos se dejaron ganar por los "hermanos" uruguayos.

Este miércoles, la situación es completamente diferente. Argentina llega muy criticada, diezmada en su juego y plagada de rumores internos que demuestran que el clima que se vive en el entorno maradoniano, no es el mejor. La albiceleste llega a Uruguay convencida de que un empate los clasifica al Mundial, pero los de Tabárez saldrán con toda la artillería que tienen con el fin de sellar una victoria que les de la clasificación directa a Sudáfrica.

Maradona cuenta con grandes individualidades, pero no alcanza eso para ganar un campeonato. Más allá de que Argentina está en zona de clasificación, "el Diego" no tiene continuidad en sus convocatorias, no tiene una coherencia lógica en cuanto a la conformación del plantel y, ante la incertidumbre, cambió piezas indiscriminadamente, tirando por la borda el andamiaje que traía el proceso.

Desde que Maradona es DT de la selección, Argentina no ganó en condición de visitante por partidos de Eliminatorias, es más, fue víctima de una goleada histórica en La Paz por 6 a 1, que incidió notoriamente en los ánimos del plantel, de los dirigentes y de la propia sociedad argentina.

Los argentinos tildan el ciclo de Maradona como "un fracaso", porque se dieron cuenta –sobre la marcha- que ser jugador no es lo mismo que ser técnico. Que las habilidades que un jugador necesita para ser bueno adentro de la cancha, no son las cualidades que un técnico debe tener para conducir un plantel.

Maradona pecó de todo esto, se sobró de las Eliminatorias guiado por la historia, y confió en que convocando a jugadores de elite internacional lo dejarían bien parado de cara al Mundial. A su vez, Diego –que era de la gente- tuvo enormes problemas para asumir el rol de técnico, parecería como que aún no hizo el proceso mental, de pasar de jugador a DT. Confundió roles y responsabilidades.

Lo cierto es que el pasado sábado, el "Pelusa" tuvo que festejar un gol en la hora contra el último de las Eliminatorias, haciendo la ballenita y celebrando como si se estuviese disputando la final de un Mundial. Muchos tildaron el gesto de "vergonzoso y patético", sobre todo proviniendo de un técnico.

En tanto, Uruguay llega entonado porque acumula un par de victorias consecutivas, la más resonante fue la del pasado sábado, dando vuelta un partido en la altura de Quito y derrotando a Ecuador en la hora. Hecho que apenas sucedió tres veces en la historia de las Eliminatorias.

De todos modos, hay que ver la mitad del vaso lleno y la mitad vacía. No hay que engañarse, porque el proceso de Tabárez al frente de la selección uruguaya fue muy irregular.

Cierto es que Tabárez puede irse a dormir tranquilo, porque encabezó un proyecto a largo plazo, con cierta continuidad en sus convocatorias y pregonando un mismo estilo de fútbol, sin abandonar su barco, incluso en los momentos más críticos. Tuvo sí, variados problemas con su arco, por el que desfilaron cinco arqueros a lo largo de toda la Eliminatoria, en este puesto nunca encontró la receta.

Mucho se habla que esta selección uruguaya es diferente a las anteriores, que es un grupo unido (no se daba anteriormente), profesional, con hambre de triunfos y un gran compromiso para con la camiseta.

Deportivamente, este Uruguay está integrado por jugadores promedialmente más jóvenes, pero con mayor continuidad y protagonismo en sus equipos que sus antecesores.

Si bien Uruguay llega motivado, con chances claras de colocarse cuarto y clasificar al Mundial, habrá que ver cómo le pesa este partido, ante 60.000 espectadores -que en diversos pasajes de estas Eliminatorias han sido perjudiciales- y ante la necesidad de tener que salir a buscar el encuentro, a pesar de que el empate puede llegar a servir.

Cuando ruede la pelota será otro cantar. Todo puede pasar y todas las estadísticas y estados de ánimo previos, quedan al margen. Serán 90 apasionantes minutos que circularán por el mundo entero. Porque la historia lo marca, Uruguay y Argentina son un clásico y los dos van a querer ganar.

Detalles del partido

Cancha: Estadio Centenario de Montevideo. Hora de comienzo: 20.00 de Uruguay.

Juez: Carlos Amarilla. Líneas: Nicolás Yegros y Emigdio Ruiz. Cuarto árbitro: Antonio Arias. (Paraguay).

Uruguay: Fernando Muslera, Andrés Scotti, Diego Lugano, Martín Cáceres, Maximiliano Pereira, Diego Pérez, Walter Gargano, Jorge Rodríguez, Alvaro Pereira, Luis Suárez y Diego Forlán. Director técnico: Oscar Tabárez.

Argentina: Sergio Romero, Nicolás Otamendi, Rolando Schiavi, Martín Demichelis, Gabriel Heinze, Jonas Gutiérrez, Juan Sebastián Verón, Javier Mascherano, Angel Di María, Lionel Messi y Gonzalo Higuaín. Director técnico: Diego Maradona.