Gabriela es de Punta Gorda, pero actualmente vive en Punta Carretas. Está casada en segundas nupcias hace 24 años. Tiene 2 hijas de su primer matrimonio de 39 y 33 años de edad y una hija más pequeña de tan solo 9 años. Es abuela de un casal y su madre Mima está por cumplir 97 años.

Se autodefine como Â"un poco vegetarianaÂ", ya que no come carne ni pollo, pero sí pescado.

Entre sus aficiones destaca la pintura, especializándose en porcelana, madera, piedras y telas. Tiene algunos de sus cuadros en su casa, pero suele regalar la mayorías de sus obras.

Fue voleibolista profesional en el Club Náutico, rol que debió abandonar por una lesión en una muñeca. Pero admitió que le gustan varios deportes.

Además incursionó de pequeña en el ballet, actividad que ha retomado luego de la maternidad. Al respecto confesó: Â"No tengo la aspiración de que me descubra Bocca, pero no me vendría mal un pase en comisiónÂ".

También hizo teatro y pensó en inscribirse en la Escuela Municipal de Arte Dramático, pero sus padres le dijeron Â"que estudiara algo serioÂ".

Luego optó por estudiar psicología, le interesó trabajar con poblaciones vulnerables y fue pionera en el trabajo voluntario como estudiante en la ex Cárcel de Miguelete. Esa experiencia reafirmó su interés por el campo de la criminología. Tras recibirse, dio un concurso de oposición y méritos e ingresó a trabajar en Instituto Nacional de Criminología.

Conocé más de Gabriela Fulco y su opinión sobre las temáticas actuales vinculadas a su labor accediendo al programa completo.