McCartney elogió "la educación" del público de Uruguay
Alfonso Carbone relató a Espectador.com su impresión sobre lo que dejó el show de McCartney en Montevideo. Entre otras cosas, la opinión del músico respecto de los fans uruguayos. Además, manfestó que la producción de la gira le confesó que "Uruguay es de las mejores producciones con las que hemos trabajado".
Fue un mes intenso, quizás, uno de los más intensos en la vida de este periodista y productor uruguayo. Reconoce que al llegar la propuesta comprendió la magnitud el compromiso, pero evaluó que "alguien tenía que tirarse al agua y de los pocos méritos que yo tengo en esto eso haber sido persistente, tenaz. Algo que era a priori bastante difícil".
Del balance emotivo y musical que dejó la presencia del exbeatle han corrido ríos de tinta, por eso Espectador.com quiso tener una visión más estructural del evento. "Cuando te dicen lo bien que estuvo todo, que no tuvieron problemas para ubicarse, que no tuvieron problemas para salir, que se escuchó bien de todas partes, eso es lo que más satisfecho nos ha dejado a todos", señaló.
Pero reconoció que hubo falencias, y en buena medida, "el tiempo es la primera cosa que nos mató". El productor explicó que "eso nos llevó a tomar decisiones apresuradas, que si las tuviera que tomar ahora, las tomaría de nuevo".
Por señalar un hecho puntual, reconoció que "hubo un problemilla de entradas duplicadas, que por suerte, no fueron muchas. Porque la proyección del armado de las sillas y de las ubicaciones no fue sencillo. Porque, además, todo pasa por la aprobación de ellos [la producción de McCartney] (...) Y eso complica".
Relató que se sirvieron de un equipo multidisciplinario y multinacional, con mano de obra uruguaya y de la región (además de los técnicos del músico). Igualmente, los materiales fueron uruguayos en su mayoría, aunque complementados con elementos de otros países, si hacía falta.
¿"Adiós Uruguay, nos vemos la próxima"?. Con esa frase, Paul McCartney se despidió del público uruguayo. Y para Carbone, sin ánimo de aventurar ningún escenario, tiene un significado más allá de lo protocolar.
En primer lugar, el productor recibió las alabanzas del propio Paul hacia el público uruguayo. "Tenés que estar orgulloso del público que tenés, porque en mi vida tuve muy pocos conciertos con gente tan educada, apasionada, entusiasmada, evidentemente emocionada". Incluso Carbone le retrucó si no le había parecido fría la recepción del Centenario. "No, para nada, todo lo contrario. Era gente muy respetuosa. Público de lo más educado con los que yo he tocado en mi vida", le replicó McCartney.
A estas palabras, Carbone sumó el testimonio del manager personal del músico, que le dijo: "Les queda claro lo que hicieron ustedes acá, ¿no? (...) Esto abrió unas puertas que no tienen ni idea (...) Porque, dejame que te diga algo: donde tocamos nosotros, todo el mundo quiere ir atrás. Perdé cuidado que lo primero que yo voy a hacer, va a ser decir que Uruguay es de las mejores producciones con las que hemos trabajado".
Y una prueba de la excelente imagen que dejó el trabajo desplegado en Montevideo es que la producción técnica de McCartney llamó a la oficina de Carbone para "tratar de llevarse parte del equipo nuestro para ir a ayudar a la producción de Paraguay. Lamentablemente, no los pudimos mandar".
Por último, destacó la entrega de McCartney en el escenario, desplegando un show de casi tres horas, siendo que el listado usual de su gira ronda las dos horas y media de canciones. "Y se entregó porque estaba feliz, acá no hay otra lectura".
Como se sabía desde antes que tocara, ésta gira estaba ideada como la última en la que se embarcaría el músico. Después de tocar en Montevideo "estaban con otro ánimo", aunque como razonó Carbone, las siguientes fechas pueden ir modificando ese estado de ánimo inicial. "Si fuera por lo que pasó en Montevideo, creo que sí podríamos pensar que capaz dentro de un par de años podríamos tener otra gira", arriesgó el productor.
Del balance emotivo y musical que dejó la presencia del exbeatle han corrido ríos de tinta, por eso Espectador.com quiso tener una visión más estructural del evento. "Cuando te dicen lo bien que estuvo todo, que no tuvieron problemas para ubicarse, que no tuvieron problemas para salir, que se escuchó bien de todas partes, eso es lo que más satisfecho nos ha dejado a todos", señaló.
Pero reconoció que hubo falencias, y en buena medida, "el tiempo es la primera cosa que nos mató". El productor explicó que "eso nos llevó a tomar decisiones apresuradas, que si las tuviera que tomar ahora, las tomaría de nuevo".
Por señalar un hecho puntual, reconoció que "hubo un problemilla de entradas duplicadas, que por suerte, no fueron muchas. Porque la proyección del armado de las sillas y de las ubicaciones no fue sencillo. Porque, además, todo pasa por la aprobación de ellos [la producción de McCartney] (...) Y eso complica".
Relató que se sirvieron de un equipo multidisciplinario y multinacional, con mano de obra uruguaya y de la región (además de los técnicos del músico). Igualmente, los materiales fueron uruguayos en su mayoría, aunque complementados con elementos de otros países, si hacía falta.
¿"Adiós Uruguay, nos vemos la próxima"?. Con esa frase, Paul McCartney se despidió del público uruguayo. Y para Carbone, sin ánimo de aventurar ningún escenario, tiene un significado más allá de lo protocolar.
En primer lugar, el productor recibió las alabanzas del propio Paul hacia el público uruguayo. "Tenés que estar orgulloso del público que tenés, porque en mi vida tuve muy pocos conciertos con gente tan educada, apasionada, entusiasmada, evidentemente emocionada". Incluso Carbone le retrucó si no le había parecido fría la recepción del Centenario. "No, para nada, todo lo contrario. Era gente muy respetuosa. Público de lo más educado con los que yo he tocado en mi vida", le replicó McCartney.
A estas palabras, Carbone sumó el testimonio del manager personal del músico, que le dijo: "Les queda claro lo que hicieron ustedes acá, ¿no? (...) Esto abrió unas puertas que no tienen ni idea (...) Porque, dejame que te diga algo: donde tocamos nosotros, todo el mundo quiere ir atrás. Perdé cuidado que lo primero que yo voy a hacer, va a ser decir que Uruguay es de las mejores producciones con las que hemos trabajado".
Y una prueba de la excelente imagen que dejó el trabajo desplegado en Montevideo es que la producción técnica de McCartney llamó a la oficina de Carbone para "tratar de llevarse parte del equipo nuestro para ir a ayudar a la producción de Paraguay. Lamentablemente, no los pudimos mandar".
Por último, destacó la entrega de McCartney en el escenario, desplegando un show de casi tres horas, siendo que el listado usual de su gira ronda las dos horas y media de canciones. "Y se entregó porque estaba feliz, acá no hay otra lectura".
Como se sabía desde antes que tocara, ésta gira estaba ideada como la última en la que se embarcaría el músico. Después de tocar en Montevideo "estaban con otro ánimo", aunque como razonó Carbone, las siguientes fechas pueden ir modificando ese estado de ánimo inicial. "Si fuera por lo que pasó en Montevideo, creo que sí podríamos pensar que capaz dentro de un par de años podríamos tener otra gira", arriesgó el productor.